martes, 30 de enero de 2007

Abebe Bikila se ha calzado



ESTO FUE HACE UNA SEMANA


En dura pugna he perdido mi particular carrera ciclista contra el autobús. Como hace días que no cogía la bici, he preferido no apretarle al pedal.
A mitad de camino me he cruzado con Abebe Bikila. No es negro, es un calvorota flaco y con mostacho, con aspecto de turco. Le apodé así el primer día que le vi. Iba con un calzón y camiseta blancas y corría descalzo. Claro, por la calle en cuestión, una parte de la cual está adoquinada, lo mejor que puedes pisar es asfalto rugoso. Cacas de perro, restos de las obras colindantes, cristales, potas de los borrachuzos, guapa Barcelona. Pues yo me se tres sitios que no.
Total que Abebe Bikila a su aire, descalzo y dando caña. Hoy le he visto vestido de calle y con un perro de peluche, como esos de los trineos de Pirena, debajo del sobaco. Qué cosas.
A su altura, al otro de la calle había un moro, en una esquina y mirando al tendido. Apoyado en el quicio de la mancebía. En esa esquina suele haber dos o tres moros a todas horas mirando a los que pasan. Pero eso lo dejo para otro día.
Yo digo que Abebe igual entrena para las maratones y así, porque se le ve así con el aspecto desgarbado y resistente de los corredores de fondo. Ser buen corredor de fondo. Interesante heroica tontería.




ESTO HA SIDO HOY, HOY


Abebe Bikila corría esta mañana cuando me lo he cruzado con un chándal costroso que podía ser o simplemente de cuadritos o de la selección croata de voleibol del mundial 94 recén terminada su guerra. Bikila ha perdido su guerra particular: iba en zapatillas deportivas.

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