miércoles, 28 de febrero de 2007

Tres tontadas a propósito...

...de las últimas intervenciones. Porque intervenimos poco, famélica y silenciosa legión de lectores. Bueno, pues para que veais que graciosa es lo de la interacción, que mis buenas horas de estudio me pegué con los esquemas aquellos tan psicodélicos que nos explicaba López-Escobar. A mi lo de la espiral invertida me sigue sonando rarito, rarito...

Bueno, pues empezamos por aquí. Lidianónimo (que indecisión, criatura), que si en lugar de empezar a Lynchear, te da por dejar el anonimato y transmutar en el gurú máximo de los gafapastas sección "a mi es que lo de Bollywood me parece demasiado comercial", te lo dan todo hecho. Luego no dirás que no te lo advertimos.



Dulcinea, hagamos sangre. Yo me quedo con la cara de pan de quilo que se le ha puesto al nieto disléxico de Bernardo del Carpio . Sobredosis de espaguetis, la cosa nostra es lo que tiene.

Y para Dudadexistenciales la misma que tengo yo. El mecanismo de la cremallera tampoco es que sea tan complejo para una mente simple. Ni siquiera la de nuestra actriz más internacional. Después de Carmen Sevilla y Sara Montiel, todo sea dicho.

Para otro día, las terroríficas imágenes del tiburón-lupas. Avisados estais.

martes, 27 de febrero de 2007

Cualquier agujero es trinchera


Cuando llego a casa me preparo un capuchino. No, no, de eso nada. Bueno, en verano, con el Tour y tal, un carajillo de anís y una siesta de miedo, mientras suben el Tourmalet o el Puydomme o la Madeleine o lo que toque padecer ese día, que luego me cuentas a mi a ver si con espaguetis a la carbonara puedes subir eso. Anda, que cuánta hipocresía con lo de la bici y las drogas. Pero estamos en Sarajevo.
Cuando llego a casa, estaba, me acerco a la puerta y la veo rodeada de sacos terreros. Parece que alguien se está haciendo fuerte en el piso. O que van a comenzar los bombardeos. Son sacos de plástico rellenos de una arena negra que cubren, no se, media pared o así. De pesas y medidas se más bien poco, peor tienen pinta de pesar un montón, eso si.

Total que entro.

Están Nico y Germán a brazo partido haciéndole algo a las paredes, que ahora parecen las de un bunker y me temo lo peor: van a bombardearnos.

Ahora los que me vacilasteis con lo del helicóptero a ver qué me decís. Con lo bien que me vendría para defender el terruño, pero nada.
Germán, que no se llama Germán sino algo irreproducible que empieza por ge en moldavo, es moldavo, o sea medio ex-ruso. Después de destruir el servicio -ese hombre con una maza es más peligroso que un tiburón miope- ha dicho que eso le recordaba a su ciudad en el 41. Guera, guera, con una erre. Es majo, cuando no te entiende se parte de risa. Conmigo se troncha porque el primer día de mazazos le dije "¿pero que haces? ¡Nos lo estás rompiendo todo!". En cuanto pilló el chiste, es que no paraba de reirse. Ahora cuando le digo "¿qué me has destrozado hoy?" se acuerda de las ruinas de su cuidad en el 41. Y así vamos echando la tarde.

Total que la situación es esa: un refugio para bombardeos con cortes aleatorios de agua y luz y sin dispositivos antiaéreos. Estamos recontando la comida a ver lo que resistimos, pero se nos ha colado un frente soviético. Mientras no haya francotiradores...
Seguiremos informando, mientras intento fabricar una radio de galena para pillar la BBC.

lunes, 26 de febrero de 2007

Lo que tocaba...

-Destaco su gran fotografía

-Y los giros del guión

-Bueno, lo más, pero la trayectoria del director...

-...parece europeo, no te digo más







...hoy era lo de los Óscares, porque son varios. Pero no, no iremos por ese camino que luego pasa lo que pasa y nos acaban subvencionando y eso si que no.



Lo de lo Óscares -insisto, son varios- es el festival del topicazo. Saltó la sorpresa, todo el mundo se lo esperaba, la Academia es conservadora, las quinielas volvieron a equivocarse, este año se premia la audacia, Orson Welles no tuvo Óscar al mejor director, y Woody Allen nos sigue tocando el clarinete.





Pero por favor, qué pesados sois, ¿no?





O sea, es como emocionarse por que los fabricantes de coches entreguen la Bujía de Oro al mejor carburador y nosotros nos fijemos en los tiros largos que llevan las churris de la velada de los premios. Que no, que no, que no es normal. Que yo ya conozco lo menos a cinco memos que se pasan la noche sin dormir para ver los chistes doblados del idiota de turno que ameniza la velada. Peor que ver a los Morancos subtitulados. No se, uno que le da vueltas a la cosa y que piensa por qué otro motivo se quedarían estos sin pegar ojo. Y no se me ocurre. Bueno, el furbo, pero eso sería aún peor, me parece. Y de noche no juegan.


El pesado que cuenta películas ha estado a punto de taladrarme con la última de David Lynch pero me he adelantado:


-¡No me digas ni una palabra!


-Bueno, tampoco podría. Es una paranoia -topicazo, claro-, creo que aún no se de qué iba.


Supongo que mañana nos tostará con la crítica de la Ceremonia. Yo me voy con Woody a tocar el clarinete, o mejor, con la india aquella de Marlon Brando a bailar la danza de la lluvia. Por Manitú.

domingo, 25 de febrero de 2007

El misterio del tiempo perdido (II)

(Continuación)
Mesié Blasier reaccionó con una agilidad felina y danto muestra de su sagaz perspicacia
-Em... yenepás fumer. Que no fumo, vamos.
Tras lo cual giró sobre si mismo y volvió a darse la vuelta para entrar en la desconcertante oficina, provocando el pasmo de Hermógenes, que siguió fumando sin descanso. Una vez dentro y algo mareado por el estruendo de gritos y sollozos de la masa laboral, Mesié Basier alzo su poderosa voz y se presentó como el Delegado para las Emergencias del señor Berasategui. El desconcertante modo de ordenar las frases de Blasier provocó la inquientud entre los letraheridos que pensaron que su bienamado jefe estaba en apuros. Qué incautos.
Poco a poco cundió el silencio y Basier pudo comenzar su trabajo:
-Sevian, sebian, yenecomprenpás todavía, pero con su colaboración y sus denodados esfuerzos, conseguiremos resolver este intrigante caso. A ver, díganme, quién está al frente de la plantación... quiero decir, ¿del oficio?
Se volvió a formar un cierto caos, ya que comenzaron a señalarse los unos a los otros, señalaron hacia las alturas e incluso algunos se volvieron a sentar y se dedicaron a sus asuntos, como si viviesen en una isla de silencio.
Fimalmente la mayoría de brazos terminaron señalando a un risueño joven que hacía gestos simiescos con el consiguiente alborozo de la concurrencia. Es el factótum y lo será mientras nos apetezca, oyó decir a una ya no tan jovencita de dispersa mirada que intentaba coger ocho cigarrillos en cada mano.
Las primeras gotas de sudor perlaron la amplia frente de Blasier. Los nervios a veces le traicionaban y ahora se daba esa circunstancia. Uno de los escasos puntos débiles de Blaiser era el tener que atender a más de cuatro conversaciones simultáneas, con lo que decidió disimuladamente emigrar hacia la isla de los proscritos y pedir ayuda a la Prefectura.
-Mesie le prefecter, ye sui Blasier, ¿comantalebú? -preguntó educadamente- Este caso es más complicado de lo que parece. Necesitaré refuerzos. Enviadme a mi ayudante. Rápido.
(Continuará)

jueves, 22 de febrero de 2007

La ciudad sin historia

Debería ir hoy aquí una foto del Sony Center. Cuando vayais leyendo vereis por qué. La cuestión es que en Sarajevo, el archivo de diapositivas ha quedado atrapado tras las líneas defensivas de las cajas de la limpieza por un lado y de los restos de muebles de cocina por otro, de modo que ni con una envolvente sería posible el asalto a dichos archivos.
En cuanto sea posible abrir una vía de comunicación, se colgará la ilustración que ahora se quedoó pendiente. A cambio, una perpectiva distinta de un edificio de la Mercedes, tal vez un museo o galeria de arte, diseñado al parecer por el arquitecto español Santiago Calatrava. Al fondo el edifico de los ferrocarriles alemanes (DB) en la Potsdamer Platz.
Uno anda por Berlín y se sabe los sitios. Debe de ser como dicen que es Nueva York o como San Francisco para los amantes del vértigo. Uno se la conoce. Y más o menos se conoce sus rincones y sus anécdotas. Que si el incendio del Reichtag, que si el Muro, que si la puerta de Brandemburgo,... ¿pero hubo alguna vez aquí romanos? ¿O normandos? O algún otro tipo de castro, murallita, campamentín anterior? ¿Restos medievales? ¿Qué hubo aquí antes del siglo XIX?

Berlín es un ejercicio de presente, inmediato, y reciente. De la guerra, la Segunda, poco se habla: a lo más, lo del ruso aquel subido a la Brandemburger Tor para colgar su bandera; del muro si, porque aún hay trocitos y tíos que te sangran por una postal con pedrusquillo incorporado, pero poco, muy poco más. Igual ahora, con lo del furbo, de estadios , pero tampoco demasiado, que los del Herta de Berlín deben de ser una castaña de cuidado.

Pero tenemos catetos a babor y a estribor de la Postdamer Platz con la boca abierta en el Sony Center. Que tiene tela, el emblema arquitectónico actual tenga nombre de video Beta, más antiguo que el Rigodón y para más inri, japonés, en pleno corazón de la capital del corazón de Europa. O del hígado, o de alguna otra tripa.

miércoles, 21 de febrero de 2007

El pesado que cuenta las películas

Los pesados en panavisión se están poniendo las botas tostándonos con lo de los japoneses de Clint Eastood y con las permanentes de la Coppola. Menudo par de goles por la escuadra que les han endosado a los gafapásticos y modernillos varios, dicho sea de paso.


El pesado. Menudo personaje. Porque combina dos facetas que, en grados distintos, terminan por ser un tanto odiosas. Explicar las películas y explicarte cómo terminan.
Que te cuenten una película está bien o mal, según.
Esto es, si tú lo pides -oye, ¿cuál era aquella de los ángeles con caras sucias?- o si se empeñan en explicártela -la de Mariantonieta obra maestra, verás era una quinceañera que tal y tal...- y en hacerte la crítica ponderada después -las dos primeras horas están un poco flojas de ritmo, pero la media hora final es muy buena- de modo que la ves y te lo sabes todo.


A lo primero, pues vale, cada cual a su rollo; lo otro, lo de los finales, pues da una cierta morcilla, la verdad.
Total, que el perla en cuestión suele hacer comentarios sobre el guión, cuando debería decir de los diálogos, porque no tiene muy clara dónde está la diferencia entre lo uno y lo otro. Sigue destripándote secuencias enteras y termina por decir "pues cuando tirotean a Flanhagan yo ya me esperaba que el malo fuese Barrymore". Que lo de reventarte finales se lo tolerábamos a los del "Dirigido por..." porque a cambio nos hacíamos los chulos de Filmoteca comentando lo de ¿has leído lo de Heredero sobre la "nubelbaj" y los eventos consuetudinarios?. Que anda que no nos han reventado pelis por hacernos el fantasma.


Claro, lo único que reconforta del destrozafinales es que te ahorra los seis euricos de la peli en cuestión. No hay mal que por bien no venga. Porque lo del cine está para hablar otro rato.
Luego están las consideraciones. O un petardo inaguantable o una obra maestra irrepetible. Que si es la primera vez que se cuenta la historia desde el punto de vista d elos perdedores. Que si a mi, menos Harry el sucio, todo me encanta. Bueno y Harry el sucio tambien. Pues que se duche, hombre, ya.
Qué cansino, qué pesado, qué aburrido.


Porque ahora, bienamados lectores y lectrices, vascos y vascas, sarajevitas y berlinesas, poneos la mano en el corazón y reconocedme que todos tenes cerca un especimen revientapelículas cerca. Si, si, ese o esa. Me temo que no es el mio que se prodigue mucho, que la cosa es que el mundo está cada día más lleno de plomos dispuestos a hundirnos las películas.

martes, 20 de febrero de 2007

Sarajevo. Día 2. El hallazgo.


Que hoy no tocaba insistir con lo de los sarajevitas y saratejitas, porque tenía una cosica muy salada y tal, como para desengrasar el post-lunes y por no ser pesado, la verdad.

Pero hete aquí que ha habido varios hallazgos entre las ruinas de Sarajevo. Nico, el artista del cincel y del martillo nos ha avisado de pronto: una puerta. Vaya, qué cosa. Pues claro, hombre, por algún sitio habrás entrado, ¿no? Estos rumanos con lo del idioma que se lían.

No, no, otra. ¿Otra? Otra. Una puerta escondida. Yo ya me veía o entrando a la cámara del tesoro de algún califa omeya despistado pero forrado hasta las trancas, desempolvando una portada románica que revendida a un magnate del petróleo tejano me resolvía la cosa para siempre, o escribiendo fruto de la inspiración El código Patxinski, una trama de arrianos vascones y vasconas en busca de la espada merovingia de un exiliado en la diáspora aquella de mentirijillas que terminó recalando en Polonia y escondíendola en alguna mina de sal.

Pues no, resulta que Nico ha dado con la antigua puerta de la cocina que los primeros propietarios transformaron y que ha dado al piso la seña emblemática de ser el único distinto del bloque por su distribución. Un poco como si la puerta saliese del armario. Mira que es raro una puerta saliendo por un armario, lo que nos tendremos que gastar ahora en Polil. Ay que me estoy liando.

Puede ser que el polvo de la pared que casi nos cubre hasta los tobillos sea tóxico y y comience a causar estragos.

Pero anda que llega a ser como la de la foto y alucinamos. Esa es una puetra ruinosamente hermosa en el Castelo dos Moros en Sintra, en mitad de un bosque fantasmal, muy cerca de una especie de cripta donde la leyenda cuenta que encerraron al Diablo. Ojito al parche y a tocar madera, que el chungo es muy chungo. Por otra parte y con un Mikel, me sale un best seller que me saca de las ruinas sarajevitas y sarajeviorras.

Continuará, no hay más tu tía.

lunes, 19 de febrero de 2007

Sarajevitas. Día uno


Todos somos un poco sarajevitas en estas circunstancias. O berlineses, que no suena tan rarito, últimamente hay que tener mucho ojo con estas tonterías. Porque que me decís de cómo se le quedaría al pobre lehendakari la buru, o sea, la perola, cuando intentase decir lo de sarajevitos y sarajetijas, jaratetijos y baratemijas, jarametitos y tajaremijas. Bloqueado, pobrete. Vascos, vascas y a correr.
Pero no, hoy nada de géneros ni de jéneras, de lehendakaris ni lehendakaras, ni de logotitos ni nada de todo eso. La cosa es que hoy estamos en Sarajevo. O en Berlín en construcción.
La foto esa de más arriba, explico, es una que tomé en Berlín, cerca de la East Side Gallery. Bueno, enfrente, para más señas. La grúa esa estaba dándole unos castañazos tremendos a la pobre casa que, poco a poco, se iba derrumbando. Yo no se, pero tiene un poder de evocación tremendo lo de ver las paredes de las casas aún en pie a punto de caer, con un fragmento de papel pintado, baldosas o el rastro de una escalera antigua. ¿Nunca os habés imagibnado los tacones que debieron resonar sobre ella? ¿Nunca quién se habrá medio reflejado en las baldosas, tras el vaho de una buena ducha calentita? ¿Quién fuese el que osara dibujar monigotes sobre el papel pintado? La gente luego se toma a cachondeíto fino lo de los abuelos que contemplan las obras. A mi me da que leen entre los rastros de la memoria, porque de eso es de lo que saben y nosotros sin hacerles ni caso, porque a burros no nos gana nadie.
Pero centremos el tema, que se va haciendo tarde y esto me arranca los minuticos del sueño.
Hoy la cocina es Sarajevo, Y el cuatro de baño pequeño también. Todo comenzó el 28 de diciembre, que mira que hay días para hacer el tonto, con un suicidio colectivo de baldosas. Y de lo uno a lo otro, que si hay que rebozar la pared, que si la luz mejor cambiarla, que ya que estamos los muebles, que hay un horno que es la repera, que tal y cual. Total, que ahora hay que llevar mapa para localizar el tarro de los garbanzos por algún escondite del comedor y que reponer las cervezas en el frigo es aventura digna de figurar en la Odisea, casi.
Un poco como lo del cuento aquel de Cortázar, que alguien avanza sin remisión en la casa mientras los inquilinos van quedando arrinconados. Los paletas, fijo.
Y yo que me veo cara de sarajevita. O de berlinés, como aquel presidente medio bobo al que dieron matarile una mala tarde descapotada.
También continuará.

sábado, 17 de febrero de 2007

La brigada Pomorska


Ya no quedan mitos.

Parecía que había sido así. Cuando los alemanes atacaron Polonia el primero de septiembre del 39, arrasando literalmente hasta con las barrereas de la frontera, los ejércitos polacos se prepararon para defenderse con todas sus fuerzas. La superioridad militar y técnica alemana se puso sobre el tablero de juego al instante gracias a su nueva manera de hacer la guerra, los blitzkrieg, a base de ataques muy rápidos de la aviación que facilitaban los avances de las brigadas mecanizadas, de manera que en muy pocos días se avanzaban grandes espacios. Así, el día uno, tras los enérgicos bombardeos estratégicos, las divisiones de tanques se dirigían casi sin resistecia hacia Varsovia, a la espera de la sorprendente, pero pactada invasión oriental del Ejército Rojo. Y de pronto, la leyenda.

La Brigada Pomorska, que pasa por ser la última de caballería de Europa, se preparó para defender su patria. La última de caballería con caballos, porque ahora siguen existiendo cuerpos bajo ese título, pero se ha sustituido al nombre bruto por la frialdad de la chapa y acero, habitualmente alemana, que de eso saben un rato. Ahí está nuestro Pizarro, verbigracia.

Pero estábamos en Polonia, 1939. Lo jinetes de la Brigada Pomorska, con sus penachos y casacas, lanzas y sables se aprestan a tomar posición y a la orden de ¡al ataque! se lanzan sobre las divisiones de panzers alemanes. Siempre he querido imaginar, pensando en ese episodio, la cara del vigia del primer tanque nazi al ver a doscientos, trescientos, no se, muchos lanceros a caballo, desbocados, gritando en polaco contra ellos. Probablemente sin lanzar obuses, simplemente con el fuego de las ametralladoras de las torretas, los alemanes masacraron a la Brigada Pomorska y mezclaron sobre el suelo polaco la sangre de los jinetes y sus monturas en uno de los episodios de sacrificios patróticos más grandes que uno puede llegar a conocer.

Pero el mito se derrumba. La Brigada Pomorska cayó por falta de dinero.

Dicho pronto y regular, así fue. Resulta que, como en el resto de países europeos, los ejércitos polacos por aquel entonces andaban en proceso de remodelación. Los avances indutriales y de la mecánica, aplicados al arte de la guerra, estaban arrinconando los modos de hacer antiguos. De ese modo, los cuerpos de caballería se estaban reciclando en brigadas mixtas de tanques, artillería ligera y con apoyo de la infantería. De hecho, la Pomorska fue una de las mejor modernizadas en la Europa del 39. Y si no había alcanzado la brillantez de las de otros países fue porque los recursos de una Polonia eminentemente agrícola les obligaba a tener que comprar las armas en el extranjero, y eso resultaba extremadamente caro y complicado para un país de recursos limitados.
De todos modos, se había formado ya un cuerpo de infantería de apoyo y de artillería, de manera que las unidades a caballo en realidad suponían un sistema de coordinación veloz y eficiente, dentro de sus circunstancias.

El drama, al fin y al cabo, fue el mismo. Y conociendo estas cosas, lo único que cambiaría del relato es que la agonía debió de ser algo más lenta. Pero la imagen de los caballeros sabiéndose en dirección a una muerte segura, sabiendo que sería imposible detener a los invasores y sabiendo que lo único que iban a ganar sería el orgullo de los que hoy les reconocemos como héroes, queda un poco empañada al saber que tan flojos no eran y que contaban con bastantes más recursos que sus sables y lanzas.

Me quedo con mi vieja brigada de perdedores, el sacrificio inútil, las casacas, botones brillantes y sangre derramada bajo los tanques. La épica de la derrota.

jueves, 15 de febrero de 2007

Futbolín 2


Resulta que en lo de Umbral de hoy se trata del futbolín, a propósito de nuestro admirado Finisterre. Resulta que a mi, Umbral me gusta mucho, sobre todo como columnista. Y me sobrecoge Mortal y rosa, su mejor no-novela. Después de leerla, a uno le queda la idea de que es un fingidor, que su mejor personaje es él mismo y que no cabe más que admirar a su María España, todo un pedazo de mujer.

La cosa es que el día antes anduvimos haciendo unas bromas en lo de Peter que quedaron -en mi opinión y en la de algún otro entusiasta- de maravilla. Pinchadlo, y leedlo, que lo disfrutareis.

Umbral empezaba hoy así:


"Nunca fui un buen jugador de futbolín, ni de fútbol, claro, pero ha fallecido ahora el inventor del futbolín y creo que se le debe un homenaje. Al menos yo se lo debo a aquel señor, que fue una temporada el mejor compañero de mi vida. Los datos sobre él los tengo archivados en mi ordenador y no voy a levantarme ahora a mirarlos. No me levanto yo de esta máquina ni aunque se muera un ministro. Prosigamos."


Increible.

Tenía un profe de Géneros que decía de Umbral que tenía dos tipos de lectores: "los que le leen por admiración y los que leen por cabrearse".

Muerte a la indiferencia. Prosiga, por favor.

miércoles, 14 de febrero de 2007

Futbolín

Informa la prensa del fallecimiento a los ochenta y siete años de edad, de don Alejandro Campos Ramírez, también conocido como Alejandro Finisterre, por su condición de oriundo de dicha villa. Don Alejandro fue un hombre de mil oficios entre los que destacan los de inventor, poeta, bombero y exiliado, que profesión no es, pero algo hay que profesar para serlo.

Don Alejandro conoció la fama, aunque no la fortuna, al menos no tanto como seguro mereció, merced al más famoso de sus inventos: el futbolín.



A resultas de unas heridas de guerra, que sufrió en su empleo como bombero, el joven Alejandro curóse en un hospital en el que vió a los críos ingresados dolientes y aburridos. Inspirándose en el tenis de mesa, se le ocurrió trasladar al salón el juego del fútbol e ideó una suerte de artilugio para poderlo jugar bajo techo, de modo que los pequeños convalecientes pudiesen hacer más llevadera su desdicha. Con la ayuda de un carpintero vasco, pasaron su diseño del papel a la realidad, pero por mor de las circunstancias de la Guerra, el invento sólo se mediodesarrolló, demodo y manera que la patente o se perdió o se fue a dormir el sueño de los justos. Una vida de aventura entre Francia, Centro y Sudamérica, de poemas y editoriales, de inventos de mayor y menor éxito, para que al fin se le reconociese como el inventor del pasatiempo más divertido que uno puede encontar en los bares y tabernas.



Los días de futbolín. Los chavales de mi cole solíamos ir a jugar al Novedades, una sala recreativa junto a un cine cerca de la escuela. Allí surgió la casi legendaria anécdota de un compañero que metió un gol directo y muy chulito, al siguiente balón dijo: ¿repetimos? y metió otro gol. Desde ese día se quedo con "Natillas" como apodo. No sería necesario añadir que el Natillas jamás repitió semejante proeza. Y mira que lo intentaba el muy pelmazo.

Yo aún no jugaba demasiado. Lo mío vino un poco después. En el Denver. El grupillo de amiguetes solíamos tomarnos algo en un bar que tenía futbolines y mesas de pinpón. De una cosa a la otra, se convirtió en una especie de tradición echar unas partidas si veíamos uno cerca. Aprendí a jugar de defensa. Poca filigrana pero letal contundencia. Mi tiro preferido, con el defensa de más a la izquierda, gol directo cruzado de un golpe de muñeca muy rápido de fuera a dentro. Lo mismo con el saque en situaciones críticas -deja que saco yo. Gol. Vuelta a la defensa- para aguantar resultados. Suplía la torpeza de caracoleos con el portero gracias a unos reflejos rápidos. O sea, que si jugaba con un delantero medio bueno, era difícil perder. El futbolín es un juego de habilidad y de presión psicológica, un poco de actitud que diría un británico, y bastante físico. Lo de las traineras ha de ser parecido, según como. Quiero decir, las barras como remos y la coordinación con tu compañero para jugar muy sobre el tablero y hacia la portería contraria y veloz para dejarle sitio si ataca con la mano izquierda hacia adentro.

Me acuerdo de un día de energía desaforada cuando de un castañazo tremendo la pelotita entró en la porteria y de lo fuerte que iba, volvió al campo rebotada. La suertuda defensa era Helena. ¿Como lo has hecho? le preguntaron. Ha sido -dije- por Helena... por helenanito que hay dentro que ha echado fuera la pelotilla. Chistes malos aún más veloces que los tiros cruzados.



En Pamplona conseguí aficionar a unos pocos amigos a echar unas partidas muy cerveceras o Martinizadas, según, en el futbolín del Primi. Los norteños un poco más pejigueros con el futbolín. Que si de un pie o de dos, las figuritas, no la mesa, claro, que si defensa de cinco y dos delanteros o cuatro y tres, que si los delanteros han de rematar directos y no vale pasar... bola, quinto defensa, media vuelta ¡pum! y gol. Y otro día me redactas el manual, majo.

Aún recuerdo como si fuese hoy una partida especialmente divertida que jugamos mi amigo Iñaki y yo contra otros dos colegas, uno de los cuales pretendía a una chica que iba con nosotros. Al pobre le vapuleamos, gracias a mi goleada desde la defensa. Hay que decir, en honor a la verdad, que el pobre Josetxo Cavas, el pretendiente, estaba ya un poco tocadito por las birras, pero a Iñaki en los sitios con humo las lentillas se le ponían de pena, o sea que la cosa estaba medio equilibrada. Total, que Lines, la chica en cuestión, me regaló sus mejores abrazos como campeón, mientras al Josetxo le mudaba la color en poquer de ases, lo menos.



El pobre Don Alejandro me ha traído estas tonterías a la memoria. Pero he descubierto algo más de él que me ha llegado a mi corazón musical. En su mocedad, Alejandro inventó un pasador de partituras para una novia pianista que se echó.

Al pianista le tiemblan los dedos de la emoción.

martes, 13 de febrero de 2007

Breverías


Hace unos días se falló el Premio Biblioteca Breve. El ganador en esta edición ha sido un libro escrito por Juan Manuel de Prada. Porque los premios literarios los ganan los libros, no sus autores. O sea, el Planeta y tal, lo gana una obra, no su autor, aunque sea él quien lo recoja, porque, por ahora, los libros brazos más bien no. Para aclarar, como en la arquitectura, que le dan un premio a Calatrava, un suponer, por la Catedral esa de Los Ángeles, y no a él, que un Adonis tampoco es.
Cuestión, que "El séptimo velo", novela escrita por Juan Manuel de Prada ha sido galardonada con el premio Biblioteca breve. Al parecer es una historia sobre uno que investiga algo de su padre o así, durante la Segunda Guerra Mundial. Pues bien. Un tema poco tratado en la novelística española. Pues vale. el rigor en las descripciones y el estilo tan particular del joven escritor. Pues venga.
Lo paradójico es que la obra en cuestión ocupa unas setecientas páginas, que ya es decir. Y claro, colocarle un "breve" cerca, pues suena chusco. Otrosí, que lo de Biblioteca Breve es una chorrada, creo. Una biblioteca será amplia, desordenada, escasa, reciente, creciente, no se, pero breve no parece que pueda ser. Breve es un saludo comprometido, breve es la caricia del amor, breve es un suspiro, breve es el metro en el esprint, breve es lo que a veces pide la peña en estos comentarios interneteros.
A mi los artículos de de Prada me gustan en lo formal y me suelen interesar en el tema, sobre todo cuando habla de su amado abuelo. Pero sólo he leído una de sus novelas, la premiada "La tempestad", que me pareció un poco castaña, pero para gustos, colores. Tengo algun libro más aunque está en la no "breve" estantería de los libros pendientes. A ver si lo mejora.

lunes, 12 de febrero de 2007

El misterio del tiempo perdido (I)



Aquella mañana amaneció como todas. Aunque eso fue más tarde. Porque nuestra sórdida historia comenzó antes de que los gallos engolaran sus timbrados y antipáticos cacareos. Pero no nos vayamos por las ramas.

Un grito pavoroso aterrorizó a los humildes oficinistas del gabinete del señor Berasategui. Después, algunos llantos y algún que otro sollozo entrecortado.

Entre las brumas apareció recortada la figura de Mesié Blasier, el elegantísimo detective de origen antillano que con una suave cadencia en el andar se dirigío impávido hacia la pasantía.


-Bonsuar ¿comantalebú? -preguntó educadísimo, como sólo Blasier sabía hacerlo.


Gracias a su eficaz perspicacia pudo contemplar a un atónito oficinista presa de los nervios, tembloroso y con dos cigarrillos, uno en cada mano y un tercero sobre su oreja izquierda. Sin duda, concluyó Mesié Blasier, este flan con patas debió de ser carpintero. Menudo pájaro.


-¡Se ha cometido un crimen! -respondió el nervioso fumador-. Ha desaparecido el tiempo.


-Bientut, para eso estoy yo aquí -repuso contundente Mesié Blasier, para resolver este terrible suceso. Pero dígame, humilde destripaterrones, ¿su nombre es?


-¿Yo? Pues... soy Hermógenes Bart Leví, para servirle a usted ¿Un cigarrito? -respondió mientras le alargaba el paquete de Gitanes.


El sexto sentido de Blasier le alertó. No podía fiarse de aquel tipo. Quién sabe qué siniestras ponzoñas podían contaminar los aparentemente lustrosos cigarrillos. El detective se detuvo un instante para trazar un plan que le sacara de aquel atolladero, mientras seguía escuchando las voces horrorizadas que provenían del buró.


(Continuará)


domingo, 11 de febrero de 2007

Sobre las camisetas dedicadas a la iconografía comunista

En las tiendas de recuerdos berlineses es fácil encontrar camisetas con estampas. Estampas de todo, como se puede comprender.

Por mor del veranillo en cuestión, abundan las del fútbol, sobre todo las de un gladiador alemán que ha de ser de campeonato y que gusta mucho al turista patrio. Al patrio nuestro, vaya. Al español, o sea.

Pero las que predominan en los sitios más emblemáticos de la ciudad, tipo Checkpoint Charlie o alrededores de la Puerta de Brandemburgo son las del Che Guevara, las estrellas soviéticas, el CCCP, tan del gusto de nuestros modernillos, o con escudos de la RDA. Incluso, en un paseo por la antigua zona de las embajadas se puede contemplar un busto de Lenin esculpido en una fachada de algo que parecería una escuela, instituto o centro deportivo.


Contrasta esta elevación como iconografía pop de los motivos soviéticos con la rigurosa prohibición de cualquier representación alusiva al Tercer Reich. En camisetas y demás productos de venta es evidente, pero tampoco se reseña en informaciones turísticas las alusiones históricas a monumentos y edificios erigidos durante el periodo nazi.
Sorprende esa curiosa doble vara de medir, por la que una simbología no sólo está permitida, sino que está más que muy bien vista; mientras que la otra pertenece o al ámbito del delito o al de la perversión moral más abyecta. Y claro, cuado uno tira de lo que hay que tirar, ¡sorpresa!, descubre que entre la lista de los principales genocidas, los que actualmente gozan de mayor permisividad social han sido ( son, algunos vivitos y coleando, otros un poco más comatosos) los que más crímenes han cometido.

Y claro, la caterva de analfabetos, que te llaman de todo para arriba cuando lo dices.

En Alemania hay campamentos de verano para los chavales en los que se les explica cómo funciona una excavación en campos de concentración y exterminio. Campos de aquellos que usaron los nazis. Y que a partir del 45, reciclaron los marxistas en campos de concentración. Y de exterminio. Camisetas letales.

Este edificio fue el antiguo Ministerio de la Propaganda, construido por Albert Speer y que actualmente se destina a algún tipo de oficina del land berlinés, o algo parecido. Por supuesto, en ninguna parte se encuentran referencias al uso anterior a la Segunda Guerra Mundial de dichas dependencias o al hecho de que fuese proyectada por uno de los principales arquitectos de la época. Foto con bici, cosas mías.

sábado, 10 de febrero de 2007

En descargo...

...de la canallesca.
Del día 8 de febrero de 2007: unas cuantas noticias relativamente importantes. No en vano, portada de la prensa nacional. Algo tendrían, se entiende.

ABC


Cinco días

Expansión


La Gaceta de los Negocios

El Mundo

El País



La Razón


La Vanguardia



Al día siguiente, Martinmorales lo clavó.
Porque la cuestión, el huevo o la gallina está en qué fue antes, la basura o los que se la comen, que si nos merecemos lo que tenemos o no. Para mucho no daremos, cuando convertimos en pasatiempo la desdicha de una pobre criatura.
En suma, lo que decía Chesterton -maestro- sobre lo de contarnos que Lord Jones ha muerto a los que no sabíamos que lord Jones estaba vivo.
Miedo, morbo o qué.



jueves, 8 de febrero de 2007

Caídos

Enfrente de un solar que derribaron hace un tiempo, han pintado las siluetas de unos tipos en el suelo como los de tiza que se ven en las películas cuando les ponen a los muertos mientras esperan la llegada del juez o de quien toque en esos casos, que no se. Ya sabeis, unos monigotitos que señalan cómo cayó el finado. Pues hay tres tíos pintado así en mitad de la calle. Todo muy de intervención urbana, instalación, performance, de eso. Ya se sabe, ciudad de modernillos.

Los monigotes quedan frente, ya he dicho, a un solar en el que había una casas antiquísimas que debían amenazar hundimiento. En otro rato le dedico media línea a eso. La otra fachada, la de enfrente se entiende, es la de una casa que ha de tener, lo menos, trescientos años. Bueno, igual son más o menos, pero para el caso, tampoco vamos a ponernos estupendos.

Hace unos meses, esa casa tuvo su minuto de gloria -o de miseria- a causa de un desalojo. Los robinjudes de la modernidad, justicieros de lo social, guerreros contra la especulación y tralará, se hicieron fuertes en su vivienda-centro social. Ya sabeis, clases de diábolo, gimnasia erótica, malabares y beilis casero. El sostén de la cultura occidental. Total que los nuevos sócrates, pacifistas y dignificadores de lo social le vieron las orejas al lobo y decidieron prepararse para resistir al malvado azote del capital. Lo normal.

La prensa, siemrpe atenta a las inquietudes de sus lectores


Cuando se presentó un sábado pro la tarde el Séptimo de Caballería de la Policía Municipal para desalojar a los cantamañanas que allí moraban, se encontraron con una suerte de blindaje casero, un sistema de defensa y evacuación, todo tipo de trampas para los visitantes hostiles y demás artimañas para defender el fortín. Lo que tienen los justicieros, ya se sabe. Vaya, lo de los manuales de guerrilla urbana de los setenta que tanto éxito tenían entre grupos maoístas, radikales independentistas de todos los colores y anarcoterroristas en general. Ay, perdón, que le acaba de reventar un tímpano a un melífluo modernillo.

Lo cual, que cuando entran los municipales con el antidisturbios y toda la cosa, ¡plaf!, como en los dibujos animados, pero de verdad. Sobre uno de ellos cae una masa voluminosa, no se seguro si de cascotes, cemento, hierros o qué.

Los robinjudes que huyen por el sistema de pasadizos que da a la calle trasera y los de la Caballería, que para cuando reaccionan sólo pueden pillara los rezagados mientras evacúan al herido. Las señoras del carrito de la compra que preguntan, nene, ¿que sabes qué pasa o qué?

El herido en cuestión queda en coma. Y del coma parece que no sale, según decía un brevecín en el periódico, que si llega a ser más corto, debe letras, como las casas contra las que combaten esos golfos. Y ahora ya no se si ese pobre hombre se recuperó, si sigue como una lechuga o si finalmente falleció. Porque la prensa esa que es tan libre, tan independiente y tan chupiguay, no se atreve a informar sobre estas cosas, no sea que la Municipalidad les quite los anuncios o los robinjudes se les suban a la rotativa. La canallesca, ganándose el título a pulso.

Esto fue a finales de verano. ¿A que de los que sabíais algo, ya ni os acordábais de este sucedido?



Algunos días, mientras veo al moro vigilante que está apostado en la esquina de enfrente, me acuerdo de ese pobre chaval que terminó descalabrado por la cuadrilla de miserables. Caundo vi lo de los monigotes pensé que igual era parte de un happening muy modernillo y tal, hecho en homenaje al pobre tipo, o así. Yo qué se, que en un arrebato de decencia, los tíos esos habrían decidido ir al hospital a llevarle unas flores, dar la cara y pedirle perdón a la esposa, explicarle a su nene como se puede ser tan bestia para haberle hecho eso a su papá. Me figuré que las siluetas eran las de su irresponsabilidad de bon vivants en versión canutera y juergusta de fiesta non stop que por fin habían fenecido y devenían en gente honrada.

Ya, si, pardillo. Ya ves. Al menos la pintura no patina si se humedece.

miércoles, 7 de febrero de 2007

Curso de ascii para torpes (II)

Vaya, que igual hoy la espesura ganó la partida.
Casi mejor me tomo un cubatín y dejamos el tema.



A ver si entre traguito y traguito se me van ocuriendo algunas chorradicas para ir alimentando la máquina.

Ya ves, a lo tonto, a lo tonto, me lo he terminado. Con un poco de suerte y un poco de paciencia mañana dura más.


PD: No se si será por la cáscara de limón, pero al cuarto yintonic le suelo ver cara de chino a punto de despegar...

martes, 6 de febrero de 2007

Destino: Berlín


Me habían hablado muy bien de Berlín. Tampoco hacía falta, la verdad. Uno lee algo, ve otro poco, se interesa por el tema y entiende que es una ciudad con suficiente atractivo como para prestarle atención. Pero es que además, unas cuantas personas que me conocen y que me merecen el mayor crédito posible, o me habían hablado emocionados de esta ciudad o me había recomendado directamente ir a visitarla, y cuanto antes mejor, para observar cómo se estaba transformado.
Así, desde lo más próximo, mi madre, mi hermana, mis amigos visitantes o berlineses de adopción hasta los más alejado, Jesús Ferrero en una conversación irrepetible o Wim Wenders -desde mi cada vez mayor admiración-, me habían dicho, cada cual a su manera, que Berlín era un poco para mi.

La visión de Sander sobre el Reichtag.
Vuelve a la creación ya, por favor


He sido criticón contra el exceso de "yoes" en las bitácoras, pero en este caso tengo atenuantes. Lo que en sucesivos episodios contaré es parte de las reflexiones anotadas en mi cuaderno y algunas que he escrtio ahora desde la distancia y, por queé no reconocerlo, desde la añoranza berlinesa. Además intentaré ilustrar estas cositas con mis propias fotos, para solaz y deleite de todos aquellos que me pedís siempre que os las enseñe y que persisto en olvidar.


Que os sea leve este paseo por el parque de los tilos.

lunes, 5 de febrero de 2007

Caramelos para todos



La gafapasta de por aquí se ha puesto una chapa superfashion. Esto de decir superfashion no es lo mío, es una licencia para ilustrar al personaje. El propio concepto ya es insufrible. Gafapasta. Es una suerte de modernillo supermoderno un poco parco en entendimiento y discurrir, que gusta de lucir un barniz de intelectualillo de vía estrecha. Topicazo. Tuve un profe en un seminario de radio que enfatizaba a voces "topicazo, topicazo" cuando alguno repetíamos aquello de "ni los más viejos del lugar recuerdan..." o cosas así. Pedro si estás ahí, manifiéstate.
A lo que íbamos. Lo mismo te comenta lo de Paul Auster* -que está de capa caída, claro- que alucina con las puntillas de Sofía Coppola y que tiene superconciecncia de que la vivienda es el pricipal problema de todos los principales problemas, o sea. O sea, que en realidad el gafapasta es una suerte de pijo con conciencia de progre que se viste con la luz apagada y habitualmente no se peina. O sea, como Amelie, pero pasada de cubatas y con conciencia de clase. ¿Verdad que cansa imaginarlo?
Ahora, como los gafapastas son superantiglobalizaciones, megaliberales y superindependientes caen todos en las mismas modas revivales. Las chapas es una de ellas. Hoy la gafapasta lleva una en la supersolapa de su abrigo vintage (que quiere decir de mercadillo, pero eso no es superguai, claro) una chapilla con el logotipo de los Sugus. Logotipo, logotito, el diseño gráfico nos está haciendo tanto daño...
Pero lo peor es su persistencia en que todos nos enteremos de lo que piensa. Piensa, por llamarle de auguna manera. En tiempo real, que dicen los cursis (Topicazo, topicazo, además de incorrecto) acaba de soltar:

-¿Has visto la horterada horrible de Barceló en la capilla esta de Mallorca? Es lo más horroroso que he visto en mi vida.

Claro, a ver quién le dice "pues a mi me gusta".
*soy un antiguo. Ahora el anagramoide que vende es Haruki Mirakami. Échale.

domingo, 4 de febrero de 2007

Chocolate amargo, pero bueno



Hace unos días lo oí en un programa de radio que aprovecho para recomendar encarecidamente: Duendeando de Radio 3 (Radio Nacional de España).

Era un cante de Chocolate, Antonio Núñez Montoya, un cantaor que falleció a los 75 años en 2005, no se si con buena cabeza, pero si con una tremenda voz.



Porque morir es natural
yo no le temo a la muerte
Le temo más a la vida
porque no se dónde voy a llegar
con esta cabeza mía


Duendeando acaba de recibir el premio de la crítica "Flamencos hoy" al mejor espacio de difusión del flamenco en los medios de comunicación. Suerte para los oyentes.


Duendenado. Entre flamencos y pelícanos. Diez años dado el cante.

sábado, 3 de febrero de 2007

El agrimensor San Lorenzo

Oigo en la radio un día -creo que fue en la radio, de que fue un día y de que lo oí estoy seguro-, que se inaugura un sitio en Madrid que se llamará Hotel Kafka. Auntomáticamente se enciende la centella que ilumina el punzón y se me ocurre que como homenaje al insigne checo judío alemán habrá cucaracas en todas las habitaciones, y consigo que me repugne mi afilado sentido del humor.


Pero no, resulta que no es un hotel de los de dormir y comer tostadas con mantequilla. Se tarta de una especie de academia para aprender a escribir. Para aprender a escribir bien, porque en teoría -y sólo en teoría que la cosa está muy mal- lo de darle al bic para hacerse inteligible, se aprende en la escuela.
Esto, a mi me da que es una forma de conseguir ingresos extraordinarios para los que se dedican a las cosas de las letras, porque de la edición vive Lara y pocos más. Está bien eso de enseñar los rudimentos para hacer brillante la prosa o el verso al aficionado, pero es como lo de las escuelas de mises, o traes el trabajo hecho de casa, o lo llevas claro.


Kafka y un amiguete en la playa.
En Madrid ni hay playa, ni hay Kafka, ni amiguetes de Kafka,
pero cada cual le pone a su garito el nombre que le da la gana.
Pues muy bien.

Es gracioso que el Hotel Kafka esté en el centro de Madrid. Casi mejor haberle puesto El seminario de Lope, o El espejo de Larra, pero lo de Kafka es más modernito y tal. Pobre Kafka, terminar convertido en camiseta y precursor de los Beatles. Yo creo que si llega a saberlo, se encierra en un castillo.

jueves, 1 de febrero de 2007

Por favor, ni un bis más

Segunda tanda de listas imposibles.
Uno empieza así, a tontas y a locas, desvariando mano a mano con un Pierrot cualquiera y termina escibiendo novelas como Nick Hornby. Pero no adelantemos idioteces. Lo primero mejor es ir a por el tema.

Lista de canciones que algunos grupos deberían dejar de tocar de una vez por todas (por piedad):

1. Police/Sting: Every breath you take.
A mi me da el ahogo cuando la oigo...

Hasta al vinilo se le suben los colores...

2. Pink Floyd/Waters: Another brick in the wall 2.
Pesados, que no hace falta, que ya nos la sabemos!!!!!

Los sudafricanos la censuraron. Sabio país.


3. Stones: Satisfaction
que sí, que sí, que sois los más insaciables...


Lo que hay que ver, aquí tan formalitos y ochenta años después descalabrándose por los cocoteros

4. U2: güichogüichouchu...
que no, que por mucho que la repitais, no nos la aprenderemos

A ver, mirad al pajarito, aquí, aquí Bono ¡AQUÍ! Mira chato, yo ya no repito más la foto, ¡si estás a por uvas es tu problema, pesado!



5. Manolo Tena: Sangre española
De la serie "¿Tiene usted alguna otra canción?"



A mi es que me hierve la sangre y me duele la patria solo con verle



6. Peter Gabriel: Biko.
Ay no, que ya no la canta. Pero para mi que es porque está gagá y ya no se acueda del taladrante soniquete canturreado por la peña.

Dicen las malas lenguas que sufrió una sobredosis de plantavit



7. Bob Dylan: Blowing in the wind
podría readaptarla: "the answer, my friend, is blowing in the W.C








Cuando hacía duetos con este señor de Manresa, doblemente taladrante. ¡Que corra el aire!


8.Lo que queda de Deep Purple: Smoke on the water.
En cuanto la toquen me voy, que ya no tengo edad

Si, si, estos que tienen esa pinta de majetes son los reponsables insufrible riff que ha arruinado el sueño de tantos vecinos de infectos aprendices de guitarrillas. (La versión aquella de: Fumando en el wate, imprescindible)



9. Status Quo: Whatever you want
aunque da igual: son todas idénticas




Estos valen para la lista del otro día: Patillones, coletón, melena frita, muñequera y actitud. Sólo falta el pantalón rayado de Miguel Ríos.


10. Mike Oldfield: Moonlight shadow.
¿Por qué no salen todos amordazados y se limitan a lo de la guitarra, que es de lo que saben

Por cierto, gafapastosos, mirad a la churri-jipi y admitid que sois unos copiones, ¡Björk, no disimules!



Mención honorífica post mortem:

James Brown y Gueropa, también conocida como Sepsmachín



Hay que ser muy valiente o estar como un topo para arrearse ese traje con el pantalón de cuello alto

PD: no es que esté tonto y no sepa cuadrar un textillo y cuatro fotos. Es que el blogspot es un castañón de mucho cuidado y no da para más. Y ahora si hay güeps, me lo cerrais.