domingo, 25 de febrero de 2007

El misterio del tiempo perdido (II)

(Continuación)
Mesié Blasier reaccionó con una agilidad felina y danto muestra de su sagaz perspicacia
-Em... yenepás fumer. Que no fumo, vamos.
Tras lo cual giró sobre si mismo y volvió a darse la vuelta para entrar en la desconcertante oficina, provocando el pasmo de Hermógenes, que siguió fumando sin descanso. Una vez dentro y algo mareado por el estruendo de gritos y sollozos de la masa laboral, Mesié Basier alzo su poderosa voz y se presentó como el Delegado para las Emergencias del señor Berasategui. El desconcertante modo de ordenar las frases de Blasier provocó la inquientud entre los letraheridos que pensaron que su bienamado jefe estaba en apuros. Qué incautos.
Poco a poco cundió el silencio y Basier pudo comenzar su trabajo:
-Sevian, sebian, yenecomprenpás todavía, pero con su colaboración y sus denodados esfuerzos, conseguiremos resolver este intrigante caso. A ver, díganme, quién está al frente de la plantación... quiero decir, ¿del oficio?
Se volvió a formar un cierto caos, ya que comenzaron a señalarse los unos a los otros, señalaron hacia las alturas e incluso algunos se volvieron a sentar y se dedicaron a sus asuntos, como si viviesen en una isla de silencio.
Fimalmente la mayoría de brazos terminaron señalando a un risueño joven que hacía gestos simiescos con el consiguiente alborozo de la concurrencia. Es el factótum y lo será mientras nos apetezca, oyó decir a una ya no tan jovencita de dispersa mirada que intentaba coger ocho cigarrillos en cada mano.
Las primeras gotas de sudor perlaron la amplia frente de Blasier. Los nervios a veces le traicionaban y ahora se daba esa circunstancia. Uno de los escasos puntos débiles de Blaiser era el tener que atender a más de cuatro conversaciones simultáneas, con lo que decidió disimuladamente emigrar hacia la isla de los proscritos y pedir ayuda a la Prefectura.
-Mesie le prefecter, ye sui Blasier, ¿comantalebú? -preguntó educadamente- Este caso es más complicado de lo que parece. Necesitaré refuerzos. Enviadme a mi ayudante. Rápido.
(Continuará)

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