miércoles, 21 de febrero de 2007

El pesado que cuenta las películas

Los pesados en panavisión se están poniendo las botas tostándonos con lo de los japoneses de Clint Eastood y con las permanentes de la Coppola. Menudo par de goles por la escuadra que les han endosado a los gafapásticos y modernillos varios, dicho sea de paso.


El pesado. Menudo personaje. Porque combina dos facetas que, en grados distintos, terminan por ser un tanto odiosas. Explicar las películas y explicarte cómo terminan.
Que te cuenten una película está bien o mal, según.
Esto es, si tú lo pides -oye, ¿cuál era aquella de los ángeles con caras sucias?- o si se empeñan en explicártela -la de Mariantonieta obra maestra, verás era una quinceañera que tal y tal...- y en hacerte la crítica ponderada después -las dos primeras horas están un poco flojas de ritmo, pero la media hora final es muy buena- de modo que la ves y te lo sabes todo.


A lo primero, pues vale, cada cual a su rollo; lo otro, lo de los finales, pues da una cierta morcilla, la verdad.
Total, que el perla en cuestión suele hacer comentarios sobre el guión, cuando debería decir de los diálogos, porque no tiene muy clara dónde está la diferencia entre lo uno y lo otro. Sigue destripándote secuencias enteras y termina por decir "pues cuando tirotean a Flanhagan yo ya me esperaba que el malo fuese Barrymore". Que lo de reventarte finales se lo tolerábamos a los del "Dirigido por..." porque a cambio nos hacíamos los chulos de Filmoteca comentando lo de ¿has leído lo de Heredero sobre la "nubelbaj" y los eventos consuetudinarios?. Que anda que no nos han reventado pelis por hacernos el fantasma.


Claro, lo único que reconforta del destrozafinales es que te ahorra los seis euricos de la peli en cuestión. No hay mal que por bien no venga. Porque lo del cine está para hablar otro rato.
Luego están las consideraciones. O un petardo inaguantable o una obra maestra irrepetible. Que si es la primera vez que se cuenta la historia desde el punto de vista d elos perdedores. Que si a mi, menos Harry el sucio, todo me encanta. Bueno y Harry el sucio tambien. Pues que se duche, hombre, ya.
Qué cansino, qué pesado, qué aburrido.


Porque ahora, bienamados lectores y lectrices, vascos y vascas, sarajevitas y berlinesas, poneos la mano en el corazón y reconocedme que todos tenes cerca un especimen revientapelículas cerca. Si, si, ese o esa. Me temo que no es el mio que se prodigue mucho, que la cosa es que el mundo está cada día más lleno de plomos dispuestos a hundirnos las películas.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo no tengo al lado un cuentapelículas, pero sí un cuentanovelas, que viene a ser lo mismo. Empieza y no para. Así he dejado de leer varias buenas novelas, supongo.

Nodisparenalpianista dijo...

Ya te digo, Peter, cambio sin pensarlo a tu letraherido por mi cinematófago.
Y no te arriendo las ganancias...

Anónimo dijo...

Mi madre tiene una compañera de trabajo así. Un día, mientras comían, le explico el final (así como de pasada...) de El Sexto Sentido; película que le había recomendado varias veces.
Evidentemente, a día de hoy sigue sin haber visto la peli.

Lidia

Anónimo dijo...

Por alusiones me veo obligada a intervenir. Resulta que yo no cuento ni los finales, ni las secuencias. Pero cuando veo una peli o leo un libro sí que advierto a la gente si merece la pena o no, si el chico es guapo o no, si he llorado o no, si repetiría o no...

La verdad es que en general no me hacen ni caso. Más bien evitan las que recomiendo vivamente. Cuántas veces habré oído eso de "Menuda paliza debe ser ¿es uno de esos rollos que te gustan a tí?"

Anónimo dijo...

Sigo. Se trata de integrar lo que lees o ves en tu vida y participar de ello a la gente que aprecias.

Por ejemplo. Mi primo Fernando es clavadito a Leonardo di Caprio pero más guapo. Y su hijito de dos años calcadito a él. A su padre. O sea a mi primo Fernando. Creereis que exagero, pero es cierto.

Otro ejemplo. La profesora de la guardería del hijo de una amiga mía es idéntica a la doctora Cordei de la serie "Urgencias". De hecho en petit comité la llamamos Dra. Cordei

Otro ejemplo. Me llamo Dulcinea.

Nodisparenalpianista dijo...

AnonimaLidianoimpostora, a mi también me reventaron esa película con la frase mágica aquella que dice claro eslo pe pasa por ser él quién es, que dicho así no aclara mucho, pero que tal y como lo dijo la tonta en cuestión, pues me ahorró las ochocientas pelas de la entrada. Insisto el mundo es enorme y los aguafiestas inexpugnables.
Dulcinea deja el tequila, que Leonardo di Carpio, el hermano de Bernardo es una nenaza, por mucho que se empeñe en ser un mafiosín de vía estrecha. Yo de tu primo me rebotaba...