lunes, 19 de marzo de 2007

Contraataque

Las últimas infomaciones que conseguí transmitir sobre el estado de asedio en Sarajevo eran descorazonadoras, lo se. El ímpetu de las hordas rumano-moldavas estaba causándonos graves perjuicios en nuestra numantina defensa del fortín. Hasta yo mismo me he resentido de una vieja herida que recibí en una batalla anterior: un malvado bayonetazo que me infligió por la estalda un cobarde y ruin enemigo Pero esa es otra historia y ahora el fragor de la actualidad nos hace mirar sólo hacia adelante, hasta vencer para poder reposar y lamernos las heridas antiguas con todo tipo de unguentos y bálsamos milagreros.
Pese a las dificultades, ante tamaña empresa, nuestro ánimo, más fortalecido que nunca, se propuso recuperar la iniciativa camino de la victoria total.
La Operación Grifo que os avancé consiguió llevar a Sarajevo (Oveja Rasa, en clave para las fuerzas del norte Tercio Con la Falda Arremangá del General Peter Migueltxo) de las herramientas necesarias para acometer el gran despliegue contraofensivo. Pertrechados de baldosas, portarrollos de wc, estanterías diversas, grifos, y utensilios varios, suministrados por los vecinos aliado de Pierrot le Fou, las milicias de Le Roi Merlén, nos decidimos a dar el zarpazo de leopardo salvaje definitivo a nuestros contrincantes. Ante tanta profusión de enseres preparados para el combate, hemos conseguido colapsarle sus lineas de intendencia y a estas alturas tienen tantas brechas abiertas, regatas y boquetes en sus líneas, que ya no saben por dónde avanzar ni qué cosa atender primero.
Pero aún hay una buena noticia más. Una ayuda inesperada ha puesto la balanza muy a nuestro favor: la intervención de los Comuneros.



Visto el atropello terrible que hemos sufrido, nuestros bienamados vecinos de frontera se han unido como un solo hombre y se han puesto en pie para ayudarnos a repeler tamaña agresión, cruel e injustificada. Así, han unido sus esfuerzos para acomenter su ofensiva con apoyo del armamento más moderno y letal: el químico.

Se nos llenan los ojos de lágrimas al reconocer el gran sacrificio que están dispuestos a asumir los Comuneros en la defensa de nuestra tierra. Se han decidido por gasear los alrededores de Sarajevo, de modo y manera que diezmen a las tropas rumano-moldavas y para que, en cobarde retirada, los pocos que sobrevivan terminen siendo aniquilados antes de que puedan regresar a sus guaridas.

Las cosas aquí se complican, porque los alimentos escasean y las máscaras antigas se cotizan en el mercado negro, pero seguiremos en la brecha lidiando anónimamente con la dificultad, bayoneta calada, hasta el amanecer de la victoria, aún más espoleados que antes, como agradecimiento a la fidelidad de nuestros sinceros aliados.

Y en cuanto tengamos ducha, que se preparen, porque no habrá quien nos pare.


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Necesitas con urgencia un helicóptero.

Nodisparenalpianista dijo...

Si es que ya os lo decía yo y no me creíais...

Anónimo dijo...

!Vaya hombre!

Al final va a ser la ducha. O sea, su ausencia. El motivo de tus desvarios, quiero decir.

Por cierto, y si no tienes ducha, ¿cómo te duchas? ¿O eres grunge?