domingo, 4 de marzo de 2007

Lo de los okupas

O Grunges. O escuáters, o guarros variados, para qué andarnos con chiquitas.
Están en el barrio que se apropiaron los de la patá en la puerta, que primero fue el barrio antiguo; que según lo fueron desalojando los enriquecidos, lo habitó la purria más pobretona del momento, o sea, los judíos; que tuvieron un triste final en la guerra (ojito a los imbéciles que se llenan la boca hablando de genocidios de medio pelo: de 115.000 judíos berlineses sobrevivieron solamente 5.000. o sea uno de cada veintitrés, un 0,23%); tras la cual terminó por caer en el lado soviético que, lejos de dárselo a la famélica legión para que mejorase su calidad de vida, lo despanzurró hasta convertirlo en un suburbio empobrecido y cochambroso.
Y zas, cuando se fue el muro abajo, llegaron los listos de la contracultura. Qué original, qué alternativo qué in, qué tal, pero está vietato di prendere stampi, las esculturas cuestan un ojo y la yema del otro y pese a lo integradores muy majos que son todos no dejan de mirarnos por encima del hombro a los que hemos procurado respetar esa curiosa y antigua costumbre, hoy cada vez más en desuso, de pegarnos una ducha, como todos los días y confiar en que Rexona, Sanex o quien fuese menester no nos dejase en la estacada y con cante en el alerón.





Al otro lado del solar, en la parte que no se ve pero que queda frente por frente del mural, está esa antigua fábrica tan famosa que fue reconvertida en centro de cultura alternativa. Todos los tontos que salen de ella con la boca abierta, además de papar moscas, se dan en toda la vista con los Romualdiños de la Nike. Qué cosas tiene la (anti)globalización.

Uno iba con la idea de que aquello era toda una zona de nueva cultura emergente, alejada de los canales oficialistas y subvencionados, una especie de reedición de la efervescencia berlinesa del primer tercio del siglo, o de la mitad y final de los ochenta. Pero no, los tugurios de tés medio morunos, los neorastafaris, lo DJ y los escultores de vertedero son los mismos que en cualquier otro sitio. Manuchaos y Hamparanoyas de Albacete o de Dusseldorf, fumadetes y si duchar, que pegan el pelotazo de su vida, cuando la firma esa de zapatillas les pide que les pinte el megamuralón estilo favela, que para lo del mundial del fúrbo queda mucho mejor que el burqguesito Beckham, dónde va a parar.
Creo, además, que las rastas crían pulgas. Lo menos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Se te olvida que por la noche no se quedan ahí, salvo que haya fiesta. Se van a dormir a su casa, bueno a la de sus padres.

Porque, a ver, ¿cómo iban a tener un piso digno con las comodidades que ellos se merecen, si además no trabajan? La sociedad se lo impide con la especulación del suelo.

Además ¿cómo van a tener ellos una jornada laboral de ocho horas y salario mileurista? Con eso no les llega para ser alternativos y además se cansan.

Así es que trabaje papá, que me deja techo y me llena la tripa. Y con mi visa tengo mi pasta que me a la sazón también alimenta papá. Y pinto monas sugerentes con las que flipen los currantes alienados que no son como yo: alternativos y guays.

Y si de camino cae una subvención, a cuenta de las monas, pues mejor.

Anónimo dijo...

Interesante tema... En clase de política hemos estado hablando un par de días sobre la okupación.

El profe defendía en muchas ocasiones sus ideales y sus motivos para okupar. Otros le replicábamos que la mayoría okupa casas por puro vicio, sin ningún afán de modificar la sociedad.

Alguien comentó lo parado que se quedó al entrar en una casa okupa y verlos con sus Apples portátiles.

Otro explicó como conocía a un okupa de entre semana e hijo de papa los fines de semana.

Además, ¿te has fijado que algunas casas okupas tienen candado en la puerta? Viva la contradicción.

Lidia

Nodisparenalpianista dijo...

Juraía que todas las casas okupas que he visto no sólo tienen candados sino blindajes para evitar que les desalojen los desalojados. O sea los dueños. Los de verdad, con escrituras y tal. Ay, que me estoy liando, lo mío era Berlín lo la justicia social dela señorita Pepis que hacen los tripartésicos...