jueves, 5 de abril de 2007

La lluvia

Los hados, la conexión castaña, la lluvia, no se, a ver si a la tercera vala vencida.
O sea, la lluvia. Viene d elo alto, ya sabemos, así que cuando uno se para y la observa, se le ponen las gafas perdiditas.
Que menudos artilleros tienen por ahí, porque menudo que a la cuartagota, te de una en el ojo.
La capucha, el gorro, las cejas, la gafa, el párpado, las pestañas y luego, zas, en todo el ojo. Y si vas en la bici, más. Menuda puntería.

Yo conocía a una que a la que nublaba y comenzaba a chispear sattaba "otra vez lloviendo, menudo asco de tiempo"y tal. Que parecía que estuviésemos en Fuenterrabía, que es, según contaba la estadística el sitio de España donde más días al año llueve, no se. Pero no, más topo Kalahari que lo otro, y esa con lo que peste de lluvia. No compensaba contraargumentar con lo de que la atmósfera se limpia, las ojitas de los árboles se desprenden de la mugre, el pavimento se refresca, la temperatura se suaviza, qué se yo, los ácaros se ahogan, hasta te limpia de malos rollos...

Que la lluvia me gusta, vamos.

La cuestión está en saberla sobrellevar. Es decir, que con gotas, abrigo y la perspectiva de un café con leche bien calentito, uno puede aceptar el tormentón del siglo. Y entonces lo disfrutas.

Las primeras gotas, la piel se refresca. El olor de la piedra, de la pizarra, de la hierba que recíen comienza a humedecerse, el chispear, los charcos salpicados, las gotitas sobre el metal, el sentirse vivio, el vivir como la naturaleza revive y se une a su cielo, el estar fresquito, el que cobre sentido aquella tontada que redacté para defender que era mejor aprendeer latín que inglés por el placer de decir con la boca bien abierta Ego sum tripundum in pluviam.

Es muy de poetastro decir lo de ver llover a través de la ventana. No te cortes y sal a chapotear por los charcos, cálzate unas buenas botas y disfruta del espectáculo, el agua de lluvia en los labios, yo qué se. Si encima te arrancas por algo de Sinatra o así, terminas por levantar la persiana todos los días deseando que un traicionero chaparrón te pille por banda y te regale una alegría.

Quedamos en la próxima llovizna.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

A ver si aceptas un comentario respetuoso, sin insultar, sin faltar a la educación y sin que lo borres, que tienes el dedito muy suelto....

Es un artículo bastante infantil en su contenido, bastante cursi y pretendidamente desenfadado para intentar sintonizar y parecer más joven de lo que seguramente seas.

Pero tiene sus cosas buenas.

Lo que más me ha gustado del artículo ha sido ese comienzo magistral, propio de Proust y sus magdalenas, propio de Joyce y sus hígados en pleno verano, ese comienzo tuyo: "O sea, la lluvia. Viene d elo alto"

Es de una serenidad, de una firmeza aplastantes, de ese que se sabe en posesión de la verdad absoluta. Es un inicio propio de la mejor de las novelas, de esas que revolucionan la literatura.

Por cómo escribes puedo asegurar que eres amante de la mejor Woolf y Plath.

Un comentario escrito sin insultos y sin faltas de respeto. ¿Ves cómo puedo, es éste un nuevo comienzo entre tú y yo?


J

PS: Perdona las prisas con las que te escribo.

Anónimo dijo...

No se porqué pero me has traído a la memoria a Gerswin y a Gene Kelly. Bueno, en realidad, si.

La conexión con Gene Kelly es evidente por la famosa peli. Pero que la lluvia me suene a Gerswin es un enigma que, por otra parte, no quiero resolver.

La foto, estupenda. De las de mirar y ponerse a meditar.

Nodisparenalpianista dijo...

Peste de conexión, porque la foto no es mía, pero alguna de esas tengo...
Una vez cantaba yo lo de Kelly en la bici sin manos, que un poco más y me quedo sin dientes, pero que qué bien me lo pasé y que raro me miraban las señoras que paseaban el perro tan temprano.

Anónimo dijo...

a mí me encanta el olor de la tierra llovida
y los colores de todo cuando está mojado...
y el ruidito contra el cristal...
y mojarme la cara...

(y que conste que no es por hacerle la pelota a nadie)

por cierto, para buenas las fotos que hice yo el otro día de la lluvia con mi cámara nueva...

Nodisparenalpianista dijo...

Fotos bajo la lluvia: las gafas empapadas, el cristal del protector del objetivo perlado de gotitas, el chubasquero por encima de la cámara para que no le entre agua... Tiene mérito, pero es cruel que nos recuerdes el pedazo de camarón que te has comprado, cursieinfantil. Viva la química.

Anónimo dijo...

las fotos las hice desde mi casa, sin gotitas en las (no)gafas, ni en el protector... no la voy a exponer a un chaparrón antes de que cumpla una semana!!!

y, viva la químimca, sí (o la tecnología). Pero ella solita no hace nada...

Anónimo dijo...

A mi no me gusta la lluvia. Y menos si te vas tres días con 100 niños a un campus de básket y llueve sin parar. ¿Qué haces con los niños?

Lo que sí me gusta es lo que escribes ;)

Lidia

Nodisparenalpianista dijo...

Con los niños se pueden hacer bocadillos... o enseñarles a chapotear en los charcos.
O a hacer paellas, no se.

Rfa. dijo...

La lluvia es buena si:
a-. Está al otro lado del cristal.
b-. No es fin de semana o festivo.
c-. Sabes que dispones de unos zapatos y unos pantalones sequitos para cuando termines de chapotear.
d-. No llevas unas Converse, probablemente la marca que más resbala del mundo (aunque también sea la más molona, dicen).

Nodisparenalpianista dijo...

Rfa. estás a punto de caramelo!!!
Mira, total como es gratos y si sobra, pues ni es obligatorio leerlo yo lo lanzo y a ver:
A. Rompe el cristay y salta al otro lado
B. No mires los calendarios
C. Descálzate
y
D. No pises las tapas de las alcantarillas.
Disfrutarás de la lluvia. En cualquier lugar. hasta haciendo una hora y pico de cola para ver lo de Escher...