viernes, 11 de mayo de 2007

Dos noticias

Qué cosas. Hoy me dan una buena noticia y además leo otra que también es buena, pero distinta.

Una: le damos la bienvenida a Marc, que es un chavalote que se lo va a pasar de fábula porque ha caído en buen sitio. Modestamente, se hará lo que se pueda para que le vaya bonito, como dicen los boleros cansados, arrastrados y hermosos, o sea cálidos como las tardes cálidas de abril, dedicado a las que me critican que me guste el frio y la lluvia.

Lo otro, y nos vamos centrando, es lo de Umbral. Que andaba pachucho y tal, lo cual no impide celebrarle que cumpla setenta y dos añazos hecho un dandy. Ya se, pesado, soy así, ya ves tú: lo del amado siglo XX, que nadie se lo pierda. A mi de Umbral me gusta su grandeza y sus debilidades, porque le hacen ser como es y como somos, de barro de cocer. Y de ese barro, que no da para más, también hacemos los botijos que nos dan agua fresquita y que termina siendo consuelo de los afligidos, ya sabéis de lo que hablo.

Anda un buen amigo de esta paginica leyéndolo, a Umbral y su siglo, digo, y dice que bien. Y como de él me fio, pues me reafirmo en lo que dije. Yo proponía celebrar hoy lo de Umbral echando setenta y dos malos libros a una piscina llena de gasolina y prenderle fuego, porque me gusta el frío -ya digo- pero más aún ver cómo bailan las llamas, aunque seguro que el ayuntamiento catetón que nos tocó en suerte no comprendería el ser de la performance y acabaríamos pasando la noche en el talego. Y sin caldico de Lhardy ni de Avecrem, siquiera.

Cuelgo foto de Paco, por que de Marc no tengo. A ver si me hago con una y le felicitais todos, jolín.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Insisto en mis sospechas de que lo de la piscina debe de ser una licencia literaria -más- de Umbral.

Me alegra que haya vencido al bicharraco. Batalla a batalla es como se ganan las guerras.

Anónimo dijo...

Ya que vamos a hacer una hoguera, quemamos libros y muchas más cosas.

Qué pasión tienes con Umbral y con el frío ;)

Lidia

Nodisparenalpianista dijo...

A mi me da, Dulcinea, que lo de la piscina es cierto, cierto, pardiez.
AnónimoLidia, tú pon las cosas y yo traigo la lata de gasolina.

Anónimo dijo...

Más allá de sus virtudes literarias, me encanta reivindicar al personaje. En una época en la que se habla tanto de individualismo, pero en la que tan poca gente está dispuesta a ser ella misma de verdad, con todas las consecuencias, figuras como las de Umbral resultan más necesarias que nunca. Como mínimo me ayudan a creer que el legado de Baudelaire sigue bien vivo, por mucho que se empeñen los bomberos de la ultracorrección política...

Lo de la piscina de llamas, por cierto, suena demasiado andino para Paco.