jueves, 31 de mayo de 2007

El dandy


Mi admirado Umbral ha encontrado como imagen del dandismo actual a Jaime de Marichalar. Del dandismo de siempre están Villena disfrazado de Wilde de pueblo y gafas de colorinajos defendiendo a su Wilde de toda la vida. Si lo dice Umbral, pues será que si, y es que además de que Marichalar viste como le da la gana y le queda bien, el tipo sabe llevarlo, incluso después de su arrechucho aquel. Y algo hay que tener.

Yo soy más del Prícipe Carlos que me cae muy bien, porque parece buen tío, metepatas y tal, pero voluntarioso en sus rectificaciones. Y con esas orejas, que te quede un traje bien, pues difícil. Que según que te pasas por el cuello, un pullover que dicen ellos, las orejas así te hacen ventosa y ahí te quedas, al borde de la asfixia mientras te ve ponerte azul un tío de esos del gorro raro de los del cambio de guardia. Pero ahí le tienes que a las bodas se arrea el chaqué ese que tiene de pata de gallo que a mi me tiene loco. Qué tío, ni principeses de dos metros ni moros de la morería con las cintillas esas de borroka en la cabeza, el que mejor queda siempre es el Principe de Gales. Y el kilt de cuando se va a echar la tarde a Balomoral mientras los granaderos de no se dónde le tocan la gaita. Si la Beefeater ya sabía, ya.


Pero a ver, antes de que esto se convierta en el Telvagüep, vámonos a por la sustancia. Los elefantes.















Como dijo Aníbal, un elefante a tiempo es una victoria





Un elefante se balanceaba en una tela de araña.
Y como veía que no se rompía
fue a buscar a otro elefante (que no rima, pero bueno)


Dos elefantes se balanceaban en una tela de araña.
Y como veían que no se rompía
fueron a buscar a otro elefante.

Y así hasta que o te quedas sin saliva o hasta que alguien sensato te amenaza con un capón si no te callas. A mi me gusta mucho esa canción. Será porque es una de las pocas canciones infantiles que me se, pero eso es lo mismo. En serio que me acuerdo de cantarla en el patio del cole en los eternos recreos de después de comer, todos los niños como locos, dos con un brazo roto y algún que otro descalabrado, mientras hacíamos el ganso, contábamos chistes como el de los cuatro elefantes en el seiscientos y así.

Otrosí. Una vez en una especie de tontotest de esos de broma me dicen: escoge un animal por su elegancia. Y yo: el elefante. Aún resuenan las carcajadas en el pozo de mi memoria. Y mis argumentos. Oye, pues si, esa parsimonia, esa tranqulidad de movimientos, ese saber estar, esa paz interior transmitida en la dulzura de sus movimientos, yo qué se. Claro la peña que si las panteras (que son leopardos negros con manchas, dime a mi si eso es elegante, como si el susodicho Príncipe de Gales se pone una camisa de palmero de Lola Flores a topazos pero antes la mete en un bote de titanlux), que delfines, que al fin y al cabo huelen a besugo, o águilas, que las más las menos, todas terminan perdiendo pluma. Pues no, me quedo con el elefante, que además suele vestir de gris, muy Antonio Miró de sus mejores tiempos. La bufanda del elefante es la trompa, el fular del dandi, que para llevarlo hay que ser un poco valiente. Y oye, si Johnny Weismuller los cogía como si fuesen los taxis de la jungla, pues por algo sería también.

Hay gente que sabe distinguir entre elefantes africanos y asiáticos porque le mira las orejas. Qué cosas de mirar en la majestuosidad del paquidermo. Yo que como mucho me fijo en las chinitas de los trenes. Pero no es lo de hoy.

Si yo tuviese que elegir ser bicho, pediría el comodín de la llamada. Pero he de afirmar que tras mi existencia parvulera como pez y canario (Teddy, arrieros somos...), he de decir que siempre me hubiese gustado ser elefante. Elefante elegante.
PD: espero esa pancarta...

10 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Estás seguro que te acuerdas de cantar la canción de "Un elefante se balanceaba sobre la tela de una araña..."? ES que yo también me acuerdo. Y como somos de generaciones diferentes y tal...

No me lo había planteado pero si tuviera que identificarte con un animal sería con el elefante.

Lidia

Pd. Sigo liada con revistas y Cd's. Es que tienes unas ideas ;)

Anónimo dijo...

1. Ya casi he acabado el libro (tu libro) de Umbral... Que sí, que se lee rápido y es muy ameno, pero es que ya sabes que no puedo evitar la lasciva costumbre de estar con varios libros a la vez, lo que, entre otros efectos indeseables, te deja los ojos como bolas de malabares. El capítulo dedicado a Marichalar tiene mucha gracia.
2. Veo que, anque eres de Tanqueray, no le haces ascos a una Beefeater.
3. Los elefantes están infravalorados. Tu panegírico paquidérmico me ha convencido: voy a ponerme el dvd de "El guateque".

J. dijo...

Me gusta el elefante. Como diría Hommer: Hmmmmarffm: Elefante liiimpiooo....

Nodisparenalpianista dijo...

Os he calado. Lo que vosotros queréis es enrolarosn en mi tripulación al precio que sea. Sea, sea, os iré reclutando. AnónimoLidia, ante tu insultante juventud te nombraré grumetilla y entrenadora deportiva. Oye ¿como me tomo eso de que me veas como un elefante?
Pierrot, sin duda tu serás el gran cronista de la epopeya, el vate orate a ritmo de rap.
J (punto), dudo para entre inmortalizador pictórico de instantes irrecuperables o depositario de la despensa y peluquero de naranjas azules...

Anónimo dijo...

No me digas que te vas a reconvertir en un pianista de crucero...

Anónimo dijo...

JAJAJAJAJA
Esto es mejor que una terapia. Te merecs 3 pancartas gigantes...
(oyues los aplausos??)
muy bueno, muy bueno, sigue así...

por cierto, hay un teléfono de aludidos?? es para llamar...

Ah,los asiáticos además son más pequeños. Yo, personalment, los prefiero a los africanos, son más monos (si esq ue se puede aplicar este califictivo a un elefante).

Pierrot, por cierto, qué gran peli la de El guateque. Yo también me la pondría si no tuviera 3000 cosas que hacer todavía...

Anónimo dijo...

PANCARTA PANCARTA PANCARTA

así, en mayúsculas (lo ha cambiado "él", el blog, vamos)

Anónimo dijo...

Pianista,

Hoy me tienes enfrente. Verás.

Que llames dandy a Umbral, pase. A Marichalar regularcillo, porque vamos a ver ¿se vestía igual antes de casarse? Lo que le mola es llamar la atención. Epatar, que diría un esnob. Pero anda que las bermudas floreadas que se puso, o los fulares que parecen retales de liquidación. Además, no sabe llevar las corbatas.

Ya lo del pellas de la pérfida Albión, mira, no. Tiene buenos sastres, y camina bien. Punto. No hay más que dejarle cerca un micro y dejarle largar. No es elegante. Ni dandy.

En cuanto a los elefantes, también me desmarco. Prefiero los osos cuando son bebés. Los ositos mullidos y dulces que parecen que gateen.

Hans dijo...

Dos opiniones:
a) En mi versión la cosa era "Dos elefantes se balanceaban sobre la tela de una araña/ Como veían que no se caían fueron a buscar a un camarada"
b) Conviene diferenciar entre elegancia y moda. El cocainómano real no es elegante: va -con cargo a PG del Estado- : cree que va a la moda. Y no es un dandy, ni poco ni mucho: es, simplemente, mun payaso. Lo único sensato sería gasearle. A Umbral, a veces (tantas veces) se le va la pinza.
c) Yo siempre he sido de Bombay (normal, no Sapphire). Aunque la Hendricks tiene también sus momentos.

Nodisparenalpianista dijo...

Hola Hans: bueno, no se de qué soviet eran tus elefantes, pero los míos eran más bien liberales radicales, si quieres te columpias y si no, pues vale. Sobre el dandy Umbral y Marichalar, me quedo con lo que dice Umbral, pero el que está por encima de todo eso es el Príncipe de Gales. Y sobre la Hendricks, me han hablado maravillas pero no la he probado. ¡Si la encuentro, me la tomo a tu salud!