martes, 3 de julio de 2007

Dos consejos

Se celebraba la fiesta de graduación. Esto es un poco de universidad americana, es verdad. Pero es bonito. Se trata de una fiesta muy para los familiares, papás y tal, que ven al cantamañanas del hijo y a la medioloca de la nena vestidos de tiros largos, recién de peluquería, con toda su docta sabiduría sobre los hombros y unos taconazos de cuidado. Hechos un pincel, allí, recogiendo un título de mentirijillas, porque los del Ministerio tardan un montón y quedaría feo ir a recoger el resgaurdo del pago de la tasa. Lo estoy viendo, allí, una Señorita Rotermeyer, como del Seguro antiguo, dándole al tampón del "RECIBÍ" mientras el engalanado saca los cuartillos para pagarle y tener derecho al papelín. No, mejor un título falsón. Además, a veces aún quedaban exámenes por hacer, así que la fiesta de licenciados era un poco de pega. Pero qué pega más bonita.
Creo recordar, con lo malo que soy yo para las fechas, que fue un 12 de junio. Lo que si recuerdo perfectamente es que hacía un frio de tres pares de pingüinos. Claro, nosotros bien, el traje, la corbata y tal, pero ellas, las chicas, abuelas, mamás, hermanas, amigas y demás fauna, pasando las de Caín, porque se les colaba el frío por los escotes, los muslos y así. El ambiente cálido, si, pero en la calle un fresquito que parecía febrero. Cosas de las estaciones en el Viejo Reyno.

A lo que me quería referir después de este pórtico es a lo que nos dijo un profesor, maestro, colega y amigo. Resulta que se nombra para ese acto a un padrino que recibe a la promoción saliente y hace un discurso para la concurrencia. Al padrino le elige la clase, como es lógico. Lógico hasta cierto punto, porque en el paso del ecuador, cuando se celebra una fiesta que llaman de Imposición de Becas, el delegado de la clase, Iñaki -pero no el del fútbol del otro día-, hizo todo tipo de chanchullos para que saliese elegido como padrino de las Becas un profe en concreto. Una elección merecidísima, pero un poco rastrerilla. Las elecciones es lo que tienen.
Pero para la elección del padrino de la promoción se hizo una votación limpia, limpia. Y hubo un consenso, que dicen los modernos, muy elevado. Ganó un un gran maestro, un excelente peridista, un buen tipo. Y se esperaba de él un discurso brillante. Con esa fina ironía, humor educadísimo, retranca inteligente y quilos y quilos de cariño. Buena gente. Y no defraudó.


Esto pasó en el Poli, el Polideportivo de la Universidad. Sitio poco docto, pero es que había unos problemas de espacio considerables. Si hubiésemos sido de Derecho o de Económicas, así un poco así o sea sabes tal, habríamos llevado a cabo tan hermoso acto en el Teatro Gayarre, con sus moquetas y sus maderas grabadas, estupendo. Pero éramos los que éramos, y eso es imposible de cambiar. Y además el Poli estaba la mar de bonito. O eso recuerdo. Ahora, dicen que hacen alguna de als licenciaturas en el Baluarte. No se si es de muy buen gusto sacarlo del campus, pero es que yo soy un antiguo, la verdad.
estábamos con el padrino. De su discurso recuerdo que contó cosas bonitas, que hizo sentirse muy orgullosos a los familiares y que nos emocionó a todos. Dentro del heteogénero, muy heterogéneo grupo de alumnos -os aseguro a los que no conoceis el percal y teneis algún prejuicio sobre la institución, que mucho más de lo qie podríais imaginar incluo en el más desmelenado de vusetros delirios-, nos hizo coincidir al menos en una cosa: habíamos acertado escogiéndole.


Pero recuerdo con mucha claridad dos consejos profesionales y personales que nos regaló. El primero, lo soltó a media voz, sencillo, sin aspavientos: lleven siempre varias máquinas de escribir encima. y se calla un segundo. Risitas, que bromista, jeje. Pero comociéndole, sabíamos que haía algo más. Yo mismo, sigue sin inmutarse, llevo varias. Miren, miren, dice mientras enseña el bolsillo interior de la americana marrón aquella que todos recordamos tan bien. En el bolsillo lleva varios bolis, tal vez una estilográfica, tal vez un portaminas. Nos cuenta que la materia prima de nustro oficio son las palabras y que ayuda en todos los ámbitos llevar una máquina para ir tomando notas de las cosas que nos asaltan y que merece la pena dejar escritas. El público enfervorizado. Los que le conocemos somos público agradecido, los que le oyen por primera vez se rinden a sus pies.

El otro consejo. No escupir a barlovento. Y explica.






El remero de Ortiz Echagüe (fondo fotográfico en la Unav) seguro que se sabía, al menos, el segundo consejo que nos dieron



Tratándose de términos marineros, pues es lo que hay, porque si aún no nos aclaramos con lo de babor y estribor, a ver cómo se entiende eso. Y el padrino se recrea en la suerte. Y en la sustancia. O sea, el barlovento es el viento que te viene de cara según tú estás en la embarcación. Claro. Evidente. ¿que pasa si escupes a barlovento? Pues que el escupitajo te vuelve a la cara. Es una gorrinada, si, pero es todo un tratado ético me parece a mi. Evidentemente en lo profesional y laboral tiene aplicación inmediata. Perro no come perro, pero en esta nuestra trincherita,tenemos una afición a los hot-dogs que da miedo, la verdad. Y en la vida de verdad, la buena, la que nos gusta, pues más aún, me parece a mi. Primero, la broma del dicho, luego la explicación. La parroquia ensimismada, porque reconoce que sencillo parece explicar bien cosas con tanto sentido. Cuando termina, aplausos, jaleos, un clamor, evidente, menudo primer espada. Total.

Luego nos van llamando. Fulano, plasplasplas, mengano, plasplas plas, así. Nos llaman de cinco en cinco y dos da el ítutlo , bueno, el papelito, no nos pongamos pejigueros, el decano, los vicedecanos y algún otro profe. Hay a quien le da igual quien se lo de, porque bastante tiene con no deslomarse por la escalerica al subir, sonrisa, chaschas, unas fotos, ayayay, que ilusión. Otros queremos que ns lo de alguien en concreto. Es mi caso. Nodisparenalpianista, plaplasplas, y cuatro más. Subimos y guardo medio segundo para ponerme enfrente de Paco. No por mi, creo, peor creo que hemos tenido algun momento un poco tenso últimamente. Le tengo en alta estima. Nos damos la mano y nos decimos algo, no me acuedo,. Un apretón deelos suyos. Paco siempre se sorpendía porque doy la mano fuerte y porque resisto sus apretones de levantador de pedas húngaro. ¿No te duele? me dijo un día, estando yo al borde de que se me saltasen las lágrimas. Pues claro. Pero resisto. Pado daba unos abrazos sonoros y descacharrantes famosos por toda la Foralidad y parte de La Coruña. Un día cuento lo que pasó en un partido de fútbol.
Procuro llevar máquinas de escribir encima. Una o ninguna, esa es la verdad, pero cuando las echo en falta, me acuerdo. También procuro no escupir en general, y menos aún a barlovento. Pero es que hay veces que no se puede hacer otra cosa. No todos somos supercracs como JAVQ. Pero lo intentamos.

PD: ¡Promesa cumplida!!.



19 comentarios:

Paco Becerro dijo...

Son dos sabios consejos. Del primero, y dada tu (vuestra) profesión, es parte del oficio, siempre debeis llevar los bolis. Recuerdo mi abuelo, aunque él no era periodista que aún jubilado, el hombre siempre llevaba en los bolsillos de la típica rebeca de abuelo un lápiz (o más bien medio) de esos que por un lado son azules y por otro rojos. Y decía, es por si tengo algo que apuntar o por si me gusta alguna frase.

Sobre el otro consejo, también es una gran verdad. Llevo navegando a vela unos ocho años, y la gente más novata, tiene un don especial para no notar por donde viene el viento y echar la ceniza, restos de una cerveza, etc, por barlovento, poniendose perdida, (y poniendo a los demás) Por supuesto de escupir, o incluso otras posibilidades físicas de arrojar líquidos, ni hablamos...

Bonita entrada

E. G-Máiquez dijo...

Eso: bonita entrada. Grandes consejos. A mí, lo de "y demás fauna" me ha encantado. Ecológico que es uno.

Manuel de la Rosa -tuccitano- dijo...

Pues si, así son las graduaciones, algo ya copiado del tio Sam...o un deformación del éxamen público que se hacía al finalizar el curso en la época del franquismo.
Yo casi ni recuerdo mi graduación, bueno algo si recuerdo que saliamos cada dos por tres del acto del "papelito" a miccionar y alguno a vomitar....pues llevabamos "graduándonos" desde las 12 de la mañana en el bar de la facultad. Saludos desde mi Distancia.

María dijo...

Coincido con el futuro bloguero y eg-maiquez: bonita entrada. pero no coincido en elo de la fauna xaxaxaxa
Buenos consejos, lo de los bolis ya me lo olía yo. Y lo de escupir a barlovento... ese consejo es como para pensarlo no?. Yo creo, que cuando en esta profesión escupes, siempre escupes a barlovento, porque nunca se sabe cuando puede cambiar el aire... prefiero tu medida: directamente no escupir, asi no te equivocas.

Ah! a mi no me dieron un título sucedáneo, a mi con la beca me dieron un sobre que tenía un boli (buen regalo) y las entradas+copas de la fiesta de esa noche, xaxaxaxa el valor añadido de la Complu!

Ángel dijo...

Para fauna, la de aquí, con cariño ¡claro!

Anónimo dijo...

muy yanqui, es verdad, pero al menos es una manera de celebrar queya has terminado.

A mi no me dijeron ni adios muy buenas.

J. dijo...

Cada vez que te leo, tengo más ganas de conocerte. Estás como una cabra en su sano juicio.

Un crack.

Anónimo dijo...

Coincido con J.
Ahora bien, parece un poco pachanguita de graduación eso de hacerlo en un polideportivo... Lo cierto es que soy de Derecho (oseas) y lo de pisar moqueta me atrae más.
Aún recuerdo la ceremonia de mi jura como abogado: el olor a madera de la sala de vistas de la audiencia provincial, el dorado de los apliques, el terciopelo rojo de las cortinas y la austeridad de la toga... En fin, lo dicho: de Derecho.

Nodisparenalpianista dijo...

FuturoBloguero, yo es que el bic me lo olvidop con una facilidad de pasmo y el agua, entre lo ue mearea y los tiburones... Una calamidad.
E.g-máiquez, bienvenido. Es que hay cada ejemplar...
Manuel-tuccitano, tuú es que res un gamberro, se te ve de lejos. Nosotros reservamos la juerga vikinga para después de la megacena y lasformalidades.
Bien vito, María. Y bien vista, que ya me figuro que en cuanto te vieron llegar te cambiaron el título por unas copillas. Imagñinate si te llegan adar un sobre lleno de boquerones en vinagre. Menudo pestazo.
Juajua, VAllecas, en mi gradiacón teníamos algun que otro ejemplar de tu sitio. Pero sin 127.
Grfsds, pon vocales, que yo el hebreo lo llevo fatal. Pues yo que lo vi muy de casa.
J (punto) no se cómo tomármelo, porque a mi las cabras no me molan,. Si aún hubieses dicho vaca loca. Por otra parte, tú hablas con una naranja con pelos, así que no se, no se...
Néstor, siendo tu abogado, temo lo del juicio.Reconóceme que sois unos pijitos de cuidado, pero en nuestrop Poli, engalanado como para las mejores ocasiones, también había moqueta. Y nadie se llevó ningún trozo para hacerse unos "rodapieses" caseros.

María dijo...

Me habian dicho que ibas a poner un chat...
xaxaxa

Anónimo dijo...

Yo he formado parte de la "fauna" que describes en una ocasión. Estuve en el sector de familiares endomingadas.

Ni te imaginas cuánta lagrimilla y cuánto orgullo por el graduado en cuestión. Efectivamente había muchas emociones y muchas ilusiones juntas.

Nodisparenalpianista dijo...

María, ¿el xaxaxá es un baile que incita a la carcajada (Hola Carcajada, aunque hoy no estés)o es un follón de intenautas cruzando sus conversaciones?
Dulcivea, mientras solo fuese fauna... el peligo es cuando avanza la flora.

María dijo...

Ninguna de las dos. Es una risa meXicana!!!

Anónimo dijo...

Bonito, si.

Altea dijo...

Xo, María, maxa, te dio por el Mexico lindo y querido.
Guadalajara en un llano, Mexico en una laguna...

Álvaro dijo...

Hoy no sería capaz de disparar al pianista... Es más, estoy deseando que toque otra canción

Sí señor

Nodisparenalpianista dijo...

María, para cuándo un chat de rancheras.
Txispitas, si es que cuando me lo propongo, hasta me sale la mejor vena de mis maestros.
Dale, Altea, que te veo unas ganas de ranchear...
Uf a.matía, gané un día más de vida en el rancho grande... espero pillarte siempre de buenas!!!

Manuel de la Rosa -tuccitano- dijo...

Perteneces a una generación más formal..me toco la época del golfo y ganaba la chulería, pero sana..

me encantó pasar de nuevo...
...estoy de vacaciones y tengo "casi· todo el tiempo del mundo..hasta para dedicarte un post

Anónimo dijo...

A mi me encantó esto de la graduación. Que si mucha tontería y mucho vestidito mono, pero es la graduación.

Nosotros no escogimos el padrino ni nada de nada y los discursos fueron bastante mediocres. Palabrerío y a quedar bien con todo el mundo. Además, para más inri, no nos daban nuestro propio diploma. Como había varias personas repartiendo te podía tocar el tuyo o cualquier otro. Y tú tenías que sonreir y decir que sí con la cabeza. Cuando se acabó la ceremonia todos en plan mercadillo "Paquito Sánchez aquí".

En fin, nada importó porque era la graduación.

Lidia