viernes, 30 de noviembre de 2007

El capitán

El capitán que no dice que es capitán, se toma un café con leche para templar el ánimo mientras revisa unos apuntes. Echa cuenta de la jornada, repasa los apuntes, el resultado de las entrevistas y apunta en un cuadrante cómo se va adistribuir los trabajos que le quedan pendientes.


El capitán nunca dice que es capitán, porque los que lo saben ya lo saben y los otros, mejor que no lo sepan. Cuando le preguntan dice que es funcionario. Cuando le preguntan más que trabaja en una oficina. Si insisten, que en la Delegación del Gobierno. Si vuelven a preguntar salta la alarma. Así no hay quien ligue.
Ha conseguido un trabajillo en una emisora libre que le permitirá convalidar las prácticas de radio, aunque le va a privar de un tiempo que probablemente no tiene, o sea que será cosa de apretar los minutillos hasta extrimirles algún segundo extra.
Un ruido le saca de sus pensamientos y un movimiento que ve de reojo le sobresalta. Sin aspavientos, pero con rapidez cambia de postura y comprueba que sólo ha sido uno que se agacha a recoger algo que se le ha caído. El café está quedándose frío. Demasiado tiempo allí, así que mejor recoger, que aún le queda hora y media larga de coche hasta volver a la casa.

jueves, 29 de noviembre de 2007

Miscelánea

Qué horror de palabra, es que no me gusta nada, pero nada nada, oye. No se, me suena a calendario zaragozano, que, con todos los respetos, pues también me resbala bastante.


A ver, que no se me rebote el lobi maño, pero el Calendario Zaragozano ers un castañón, por mucho que acierte todas las predicciones

A ver unas cosillas y mañana seguimos con el arroz, que es lo que os gusta, joer, que sois insaciables y ya tengo las teclas fundidas.

Leo en lo de
María (que, dicho sea de paso, está de un perezoso que tira de espaldas, oye)que las locas de mi chat se han hecho fuertes en una guep y que prometen liarla. Dulci, María y apuntan a Marta y Rocío. Menudo póquer de ases. Yo no me lo pierdo, pero de lejos, ojo. Habrá que vigilar al Club de la Bulla.

Por otra parte salgo al paso de las dudas, que ya parece un desmentido del Hola y yo, no queriendo ser tan serio como el serio Néstor -ay que se me va la risa- pues he de poner un poco de orden. Que si, que me han plagiado, que son unos choris y unos jetas, y que en cuanto les demande, me quedo con el Pirulí y monto un mirador con piano que no veas.
Aporto documento para que se vea que yo llegue antes. No se, si os apetece firmar... Bueno, que si veas, que para eso es mirador. Ya de camino desmiento lo mío con Shakira, que de tanto mover la barriga me pone nervioso, jolines. Y si cuela, cuela.

Oye, pues tenía alguna que otra cosica para poner, pero es que se me ha ido de la cabeza ahora. En otro rato sigo, a ver.

Y lo dicho, que el domingo chat en lo de las nenas.

miércoles, 28 de noviembre de 2007

Alfonsina (I)

Teddy, si estás ahí, no sigas leyendo, que luego te dan las fiebres y bastante tienes con las golfadas con lo que hacían los de tu mafia en Madrid, pagando mordidas y tal. Ay la virtud de la mujer del César... pero esa es otra.


Resulta que el viernes oigo entrevistar a Luz Casal, a propósito del disco nuevo. Lo del cáncer y tal, pero a mi ya me gustaba de antes. A ver, me gusta ella. Su música pues tiene de todo, pero a mi me va la vena más roquera, que es que no se por qué le da a la peña con tostar con baladas y cosas romanticoides. Luz es Rosendo y Leño y así. A mi me fascina como puede ser que con esa voz de colgada, de emporrada a todas horas hable con tanto sentido común y luego cante tan de maravilla. Salvando las distancias es como la chica aquella del concurso de cantantes que sólo decía ozú y cosas así y luego cantando vocalizaba tan bien. Qué voz.

Estamos en Luz Casal.







Estos dos son Don Félix Luna y Don Ariel Ramírez, los autores, a la sazón, de Alfonsina y el mar. A ver quién adivina a cuál de los dos no hay que disparar, o sea, ¿quién es el pianista?

A mi es que, además, me cae de fábula. Una chica maja. Bueno, pues ahí oyendo su peripecia, lo del disco, así. De los suyos igual me gustan tres canciones y las demás es que me salen granos. Pero por esas tres, merece muy mucho la pena. Total que de las que ponen una se me atraganta y dos me fascinan. Lo otro no se. Cuando llego a casa -Teddy, si continúas no me hago responsable de que te de el papatús. Pero no sufras, te llevarán a un hospital subvencionado como tú. Bueno, en justicia, menos que tú: ellos si que trabajan- , cuando llego a casa, digo, preparo el capuchino y me pongo a bajar el disco de Luz Casal. Y aprovecho para ver si hay cancioncillas así raras, directos, tal, que me interesen. Y leo que hay una versión con Mercedes Sosa de Alfonsina y el mar. Mal nombre para una cantanta. ¿A quién vas a ver? A la Sosa. Pues yo casi me quedo viendo el furbo. Y Teddy llorando por los rincones.


Me encanta Alfonsina y el mar. Pero como esto me está quedando largo, dejo para próximas ediciones el por qué de que me guste tanto esa canción.

martes, 27 de noviembre de 2007

La pincelada cobalto

Hace tiempo que no cuelgo nada de mi museo, creo. La vida del ladrón de arte ha de ser agotadora, aunque conociendo gente interesante. No pondremos nombres, todo sea por la seguridad.
Supongo que me hubiese gustado tener un Derwatt. Falso o auténtico, eso es lo de menos, según como. Un Derwatt, con sus pinceladas cobalto y todo aquello. Todo por estar a rebufo de Ripley. Mientras, me conformo con lo que pillo.



Una mujer que lee, que nos mira -la hemos interrumpido- y que probablemente volverá a lo suyo en cuanto dejemos de molestarla.
Los mirones de los cuadros, en galerías, robados, como sea, somos unos impertinentes, unos maleducados, unos antipáticos, mala gente, qué se le ve a a hacer. Por eso Derwatt fue un artistas oculto hasta su muerte. Y hasta sus falsificaciones.

Me encanta Patricia Highsmith.

lunes, 26 de noviembre de 2007

Jugando a los dados

Bueno, pues aquí aburriéndome un rato. Anduve viendo algo en la pantalla y echñé mano del Google, que es una cosa útil según cómo, porque tanta información termina por contaminar. Nada de cambio climático, ojo, pero al final, si no vas con cuidado, terminas frito igual. Pero no multimillonario. Bueno, no era eso.



Era que, ya decía, estaba un tanto aburrido. Y comencé a juguetear a ver qué sacaba del Google. Y estas tontadas fueron las que recopilé después de jugar un poco a los dados con las letras.


Yo me figuro una excavación en un yacimiento en el que uno busca información de los antiguos. De pronto, un investigador que se escaquea y le trincan. Y va el tío y suelta la excusa más tonta que se le ocurre, para no dejar la nintendo:

O leo o goleo.

Como es un moderno un poco torpe intenta irse con viento fresco acusando su derrota:

Eolo le goleó, olé.

Pero en realidad miente como un bellaco, puesto que cuenta con la colaboración de un italiano que también anda excavando algo y que leda ideas para confecionar su equipo de fútbol, desde el nombre al escudo:

El egeo le legó el logo.

Finalmente su jefe se mosquea y le plantea un últimátum:

Geologo lego, o lee o le goleo.

Con lo que concluyo o que Google es tóxico o que yo necesito vacaciones.Voto vacaciones.

Pero antes, me quedó tiempo para una postdata antes de terminar, sin duda con una victoria, porque...

domingo, 25 de noviembre de 2007

De chats diferidos, encuestas olvidadas y rockeros antiguos

Domingo

Chat diferido entre lo del sábado, la lectura automática y lo que toca, que tcoa breve porque no toca. Lejos de los grandes días de récord. Bueno, oye, que tampoco hay que ser plomo.


Lunes

De la batalla entre pro-sistemas, anti-sistemas y sub-sistemas, sacamos en claro que los dos de la foto eran unos jeviorros habituales de la Gran Vía, gracias a la pertinente aclaración de WalterKungFu, cuyo nombre, para mi habitual agilidad, es todo un reto. Pero peor sería con el reconocimiento de voz. A ver si lo pruebo.


Martes

Me acuerdo de Ibáñez a propósito del cumple de Mortadelo. Se propone lo del monumento y se apunta la grandeza de Filemón. Si señor, mucho mejor que el palizas de Mortadelo. O que el cursi de Tintín, dónde va a parar. Ay, la encuesta...


Venga, que si no, luego me olvido. Los resultados de la última fueron penosos. Yo, si no pasamos de treinta votos las impugnaría todas.

Y ya que estamos, se deja nota de la vuelta a la actividad, por así decirlo, de una página amiga con vocación letrera y de recomendada visita. Sólo falta que se espabile la cuenta atrás y esto va a parecer jauja.


Miércoles

Por fin lo hice. Es la primera vez (y visto el resultado la última) que sigo una cosa de esas que llaman "meme" y que a mi me suenan a memez. Digo, lo de las listas tontorronas que le interesan a uno mismo y a veces ni eso. Tus mejores guarniciones para segundos platos a la brasa. Oiga, no me canse, por favor. Pero la de Rocío molaba, por lo de crear mal rollo, así que le metí el cuerno a los antinavideños, que son muy pesados oye. Mi sugerencia era para que todo el que se animase, la siguiese en su guep, pero como estáis como cencerros, me las pegásteis en lo mío, lo que dió lugar a una ristra de comentarios muy gustosa de leer. Buen día, si señor.


Jueves

Empecé hablando de un Fernando amigo que vi en la prensa y termino hablando de un Fernado artista que se nos ha muerto a todos un poco. No me gusta hacer entradas obituario, la verdad. Rebusco un poco por ahí y encuentro la serie aquella de "Animales sagrados" que publicó El Mundo hace diez años o por ahí. Eran diálogos -entrevista se queda corto- entre Umbral, el que los transcribía- y algunos compañeros de camino. A FFG le tituló "La realidad.

Leo en lo de J (punto) unas cosas sobre otro amigo. Y en el intercambio de comentarios, rememoramos una de las mejores entradas de Peter y de sus alocados comentaristas. No me canso de releerla.


Viernes

Los semáforos dan mucho juego.Y nos salvan la vida un puñado de veces al día, creo. Aunque tengan las luces del revés. Y si EGMáiquez me plagia, me caigo de la silla.


Sábado

Pocas voces, aunque pienso que el tema da juego. Bueno, cosas.

Se celebra un nuevo capítulo de la cuenta atrás. A ver si nos ponemos al día.

Domingo

Mientras os pego esto y me mentalizo de la que me vais a liar, descargo de este sitio un directo de Led Zeppelin del 75, cuando los dinosaurios (del rock) dominaban la tierra. Echadle un ojo a esas páginas. Hay discos formidables.

Que paséis buena semana. Y que paséis la escoba antes de iros.


sábado, 24 de noviembre de 2007

Controvertido

La sangre derramada

Una pistola en el suelo. La pistola perdida de un ertzaina. La pistola, unos pies, un bordillo. La sangre derramada. Ya está claro que la herida del patriotismo vasco no se restaña con sangre. Hay como una inflación de violencia. Madrid no va a plantear nunca la guerra, que aquí se llamaría "civil". ETA prefiere seguir haciendo la guerrilla urbana, en Madrid y Bilbao, en San Sebastián. El terrorismo es hoy una carta sin respuesta en el mundo entero, el signo del milenio, una caligrafía que nadie quiere descifrar. La violencia, la muerte, van perdiendo su carácter sagrado, su perfil de Acontecimiento. La violencia ya no es una escritura, sino sólo una estrofa, y estrofa es lo que vuelve.
Por el otro lado (Madrid), la violencia inmóvil del Poder central también pierde prestigio, la locuacidad de los políticos es ruido ya sin furia. Asistimos al diálogo mudo, pero estentóreo, de una pistola culpable con un zapato civil. No es fácil que lleguen a entenderse. ¿Imposible?

Francisco Umbral (2 de marzo de 1997)

viernes, 23 de noviembre de 2007

Rojo

Curioso.

Pensó.


Curioso que el rojo. Marte, dios de la guerra, ímpetu, furia, empuje, asalto, guerra y calor, le mandara detenerse. El verde, esperanza que no es más que quedarse sentado placidamente, a verlas venir, esperar, en suma, fuera el que le obligara a moverse.


Su natural rebelde y bullanguero que le decía rojo, al frente tira, a por ellos, no hay descanso para los cobardes.



El día

que se escapa

por allí detrás.

jueves, 22 de noviembre de 2007

Fernando

Resulta que hoy, viendo unas cosas que tampoco vienen al caso he visto la foto de un muy buen amigo en la prensa que entrevistaba a un ex renombrtado guardameta. Es bonito guardameta. El fútbol antiguo regalaba palabras hermosas como guardameta, linier, banquillo o zaga. A ver, ahora también, pero los neologismos son anglicanismos, que decía la exministra de la cosa que del balón no entendía y de la cultura tampoco, pero le quedaban los modelitos chipendilerendi, así que oye, ya que entra por cuota, que luzca, jolines. Me ha hecho ilusión. Lo de mi amigo digo. Brindo con un logaislan. Y con otro, ¡qué caray!



Churri, piano, güisqui, la elegancia del uniforme.
Uno de los nuestros.

Por la tarde oigo que interrumpen una cosa que se llama Madrid Directo para decir que se acababa de conocer el fallecimiento de Fernando Fernán Gómez. Me acuerdo de un capítulo de los Animales Sagrados aquellos del Dominical de El Mundo, una serie en la que Umbral entrevistaba a algunos de sus compañeros de generación, por así decirlo. Tenía el capítulo de Fernán Gómez, el de Cela, el de Delibes, claro.
Académico, director, dramaturgo actor, un fenómeno capaz de ponerse en mallas verdes, pelucón y cítara a la vez que hacía El extraño viaje. Un genio.
A mi, además, me cae muy bien. Tiene pinta de buena gente, duro con los tontos y generoso con sus amigos. Le deseo, oro, porque tenga un buen camino por la legua de allí.



Y no me resisto a repetir el chiste aquel de Mihura o Tono o no se quién de la peli aquella que interpretaba:

-Tenemos bocadillos, de jamon, queso, según.
- Pues este -dice con mala cara- debe de ser de "según".

miércoles, 21 de noviembre de 2007

Cinco cosas para Adaldrida

Hace unos días- tal vez demasiados, lo reconozco- en lo de Rocío, me dice que siga una cadena de esas a propóstito de las cosas que no me gustan, o así. Esto de las cadenas no me gusta mucho, de modo que ya tendría una de las cinco para poner, pero resulta que esta si que me parece interesante. Quiero decir que en la medida que resultan un estímulo para escribir pues están bien, sobre todo si uno para por una crisis de ideas. Total que me animo y la hago.


Y llevo días pensando en negativo a ver si se me ocurren mis cinco odios favoritos, por así decirlo. Joer, qué complicado, porque tampoco es plan ponerse a supurar hiel por las heridas. O sea, que complicado. Rocío, maja, otro día que te acuerdes de mi, me regalas unos versos de Calderón y yo más contento que unas castañuelas, a ver.


Venga, sea, que me comprometí y hay que cumplir. Así que he decidio, ante la inminencia navideña, repartir estopa sobre los topicazos del asunto en si. Y cada cuál que se apunte lo suyo





Cinco cosas que no me gustan de la Navidad





1. Los aguafiestas que dicen que no les gusta la Navidad

Insoportables, efectivamente.
Ahora están por todas partes, porque está de moda que no guste la Navidad. El día que renuncien a las vacaciones o los días de fiesta, que devuelvan al jefe la paga extra, que no se pongan morados de polvorones o que se vayan a dormir a las 9.30 el dia ese que se termina el año, igual les creo un poco. Mientras tanto, que dejen de dar morcilla, tíos pesados.

Luego está el subgrupo de los del Solsticio de Invierno, que tanto escuchar al Trecet se les ha licuado la masa gris y andan intentando convencernos de las bondades de su neopaganismo. Media tarde de estudio y se curarían, pero cuando uno se decide a abrazar la borriquez...


2. El gordo


El gordo de Papá Noel, no el calvo de la Lotería. A mi la lotería me chifla. Ese soniquete torturador es que me encanta. Eso si, con los euros perdimos mucho, y con la diversidad en lo de los niños de San Ildefonso, que ya no sabes si es el sorteo o las fotos del Barcelona cuando van de traje al aeropuerto. Ay que me lío.

El gordo, digo el tío pesado de la campanilla que se pone a repartir caramelos en El Corte Inglés. Que además es un impostor, está flaco y ya ni se pone el cojín porque le da calor. Es un pesado (obviamente), lleva un saco costroso y en mi casa no hay chimenea. Por mi que se vuelva a Holanda o a no se dónde y que nos deje tranquilos ya, tío palizas. Viva los Reyes Magos, que son más generosos, más elegantes y más majos. Buena gente los Reyes Magos.


He de reconocer que el otro día en el PacoCien (que es una tienda de veinte duros, ya me entendéis) me compre una taza con la cara del gordo. Es que la otra era de osos o de alces, no me acuerdo. La verdad es que es muy graciosa y, total, para que me la rompan en el trabajo, pues vale.



3. La gula

Del norte, o sea. Que no la he probado, pero ahí si que no me pillan ni harto de vino. Que ya es una cerdada comer angulas, majos, un plato de gusanitos asquerosos, para que encima pagues gusto y ganas por un sucedáneo chungo y carísimo que encima lo anuncia la antipática de la Sardá, que a mi me cae de un quinto pino y no le veo la gracia ni por casualidad. Qué poca le veré que, en comparación, cuando sale el Cordobés y el hermano de Cayetano me troncho.

A mi en Navidad me gusta comer cosas normales, cocinadas con tiempo, cariño y frío. Y saben a ambrosía y cosas de esas, os lo aseguro. Bueno y los polvorones y los mantecados, que lo pienso y se me nubla la mente. Los barquillos se me pegan en el paladar, así que no.



4. La cena del trabajo

No se, si al menos nos comiésemos al jefe. Con piscina de sal de frutas, claro. Uf, me estoy poniendo malo.

Lo malo de no ir es no ver a los compañeros que se tajan y que intentan ligarse a las camareras del garito. Pero da lo mismo, siempre hay alguien que lo cuenta. Y con los móviles de ahora, hasta te enseñan las fotos.



5. El año nuevo

A ver, con la que está cayendo del ipecé, el euribor y tal, ¿no podíamos ahorrar un poco y tirar con este año un poquito más? que es que lo tiraremos por vicio, porque está nuevo, casi. Que es que somos unos derrochones y luego hala, a romper el cerdito para complrar la gula de la Sardá.

Los pesados que salen la noche del fin de año, esa de Martes y 13, o sea, qué tiempos. Que viene a ser como la de la verbena de San Juan -el solsticio de verano- ¡calla, burro!-, que los que no salen, salen, que los que salen, salen por los mismos sitios, que todos se enfadan porque nadie aparca, que los municipales se ponen ciegos de multar a la tropa, que las chicas se pintan como puertas y casi que no compensa, que los tuneaos y los macarras del bemeube hacen más ruido que nunca y que al día siguiente en el trabajo te miran raro cuando dices, pues en acabando el postre me ha entrado una modorra que me he ido a dormir, ya ves tú. ¿Y tú me miras raro que te intentaste ligar a la camarera coja en la cena del otro día? Vivir para ver. O para beber.


Bueno, pues ya está, cumplido el deber. Ahora, como hay que invitar a hacer lo propio o algo parecido y no quiero dejarme a nadie fuera, os invito a todos, lectores, comentaristas, vascos, vascas, erizos, erizas y demás gente que se cuela por el piano, a que perpertéis vuestras lista o lo que os de la gana. Y en sucesivas entradas, Dios mediante, comentaré cosas de la Navidad, de la Natividad, que es una maravilla y que me encanta jolín.

Y ahora ¡echemos por la borda a los aguafiestas!

martes, 20 de noviembre de 2007

Mortadelo y Rompetechos

Echo cuenta de los libros que tengo firmados y resulta que el primero que tengo es uno de Mortadelo y Filemón. Francisco Ibáñez, el dibujante, veraneaba en la misma urbanizacón que la familia Pianista. En la fiesta mayor, solía donar algunos tebeos para que fuesen entregados como premios para las competiciones de los chavales, no se, una copa, una medalla y un tebeo. Yo nunca participaba, porque me daba bastante vergüenza y porque no me iba mucho la cosa deportiva. Jugaba al fútbol, como todos los chavales, pero no en los equipillos de competición, sólo en pachanguitas y así. Me gustaba la bici pero no las yincamas ni la llamada Subida en Cuesta, que era, como si dijéramos una contrarreloj que consistía en subir una calle en una pendiente muy pronunciada, bajarla por el otro lado y terminarla empalmando con la siguiente calle, otra cuesta aún más burra que la anterior. Anda ya iba a subirla yo, con este espíritu que siempre he tenido de gentleman. Si aún hubiese sido a caballo...

No, no es mala calidad de la foto.
Es que tiene la tira de años y solera, el pobre tebeo.
De hecho es el que peor ha conservado el color de la tapa.
Qué cosas...

Y además había trampa. la familia Pérez, con sus dos hijos participando y los papás haciendo trampa, que una vez pillaron a la madre, cronometradora de lo de las bicis, parando el reloj a media cuesta cuando llegaba su hijo, para que pillase medalla. Se lio un pollo tremendo, claro. Un hijo que tuvo catorce años lo menos un quinquenio seguido, para no cambiar de categoría de manera que siguiese vapuleando a sus infantes rivales. Qué tramposos. Yo era amigo del pequeño, que era un poco pesado. Sus papis pasaban de él, pobrete. Pero tramposo era, si.

Una vez participé en el concurso de redacción. El tema era el de los Juegos Olímpicos. El jurado era el cura de la parroquia y mi madre, que no leyó mi redacción para que nadie insinuase pucherazos o tráfico de influencias o cosas de esas. Ese año gané y me dieron una copa estupenda. Copa de trofeo, quiero decir, que yo tenía nueve años o así. Me felicitaron porque daba muchos datos como que en los Juegos antiguos, se paraban las batallas mientras se celebraban. Algún tebeo o algún libro me darían también. Ese año también participé en el de dibujo y fracasé con estrépito. Es que me sacan de los monigotes y estoy abocado al fracaso más absoluto.

La cosa es que sería ese año, sería otro parecido, por allí andaba Ibáñez, como la estrella de la urbanización que iba a ver las cosas y tal. Luego le liaban creo, y daba un premio y se volvía a ir a su casa. No era lo más sociable del mundo, tampoco. No me extraña, trabajando como trabajaba para los negreros de Bruguera, grandes divulgadores de las letras pero chorizos como pocos. Como aquí uno es mayormente timidillo y vergonzoso, pues me quedaba parado cuando llegaba por allí el papá de Mortadelo, Pepe Gotera y el Botones Sacarino. Ibañez es como Rompetechos. Él lo dice, y es que es verdad: cegatón, calvorota, despistado y simpático desde su extrañeza. Venga va, me decía la Mamádelpianista, acércate que te firmará un tebeo. Yo, pequeñajo tontorrón, escondido en un rincón. Qué pareado más tonto. Es que se me sale la poesía por las costuras. Total, que me dio me llevó de la mano a rastras y me puso delante de la gran estrella. Camino de casa, era posible ver a la gran estrella en camiseta imperio cavando las petunias o los tomates, con lo que el mito olímpico, del Olimpo de las estrellas literarias, digo, era fácilmente derrumbable. Así que al final me firmó cariñosamente un ejemplar y me fui de allí más contento que unas castañuelas.
Luego me han firmado algún que otro libro más, pocos, la verdad, porque mi mitomanía tampoco llega tan lejos, aunque les tengo especial cariño, como es normal.
Lo que me he reído leyendo Mortadelos. Y lo que me río cuando, de ciento a viento los repaso. Un monumento a Ibáñez, ya.

lunes, 19 de noviembre de 2007

Sobre la cosa pública

Estimados señores:


¿Tienen ustedes algo que aportar?
En positivo, se entiende. Y no sólo para ustedes, quiero decir, sino para todos. O sea, ¿son capaces ustedes de mejorar algo de lo que hay?




Pues si no. váyanse con sus mentiras y sus animaladas a molestar a otra parte, gracias.

domingo, 18 de noviembre de 2007

Roma no paga a los traidores

Ay qué gente, ya no respetáis ni los dias de chat ni los días de guep ni nada. Ante lo cual y con este senciilo acto, declaro inaugurado el chat dominguero. Y el que quiera resumen semanal, que se lo curre, jolín, que me tenéis esclavo del boguer!!!!


Sobre la estampa (y Roma)... pues no se, ¿aviso a los traidores???

sábado, 17 de noviembre de 2007

Reconocimiento de voz

Esto es una prueba del reconocedor de voz reconocedor es una palabra muy fea pero no sé cómo se le puede llamar a éste ha para Trejo derecho es un poco tonto de hecho es un poco tonto eso es lo que quería decir hay las comas hay no hay(para escribir el hay de exclamación estoy pegando gritos. Creo que parezco un loco(cierra paréntesis) lo que antes quería decir y no ha reconocido que es: a la dejo a a la dejo aparejo a dejó vitro y todo creo que se ha vuelto loco. Estoy intentando decirle. Y él escribe a dejó vitro y todo atrás ir atrás borrar borrar no me acuerdo de los comandos, o eso Olea Poseidón o lee a poseído banano están odiando torpedo y todo.







La escritura automática, invento surrealista, ya se ve.




Vuelo empezar vuelvo a empezar.
Esto es una prueba del reconocedor de voz. Reconocedor es una palabra muy fea, pero no se como se le puede llamar a este para Trejo(aparato Trejo cierra paréntesis) se empeña en no reconocer la palabra derivada de aparato que designa un tipo de ca charro de extraño funcionamiento y de resultados imprevisibles y que rima con espejo. Esto no es una adivinanza es que como no se aclara intentó explicar lo por la vía del circulo k. He dicho circulo k. No se aclara. En vez de círculo cada quiero decir eso de darle vueltas a las cosas para referirse a algo y que rima con coloquio espero que nos aclare porque aclare no atrás a quedaréis. A daréis. A Davis. Otra vez se ha aliado se ha lidiado y guiado liar lidiando lidiado. Parece que este programa le gustan los toros. Otra vez se ha confundido. Eso es lo que quería decir. Nada de aliado ligado lidiado guiado lidiando lidiado. Está a tono pero tonto tonto. El primer tono también era tonto. Lo dejo. Creo que llaman a la puerta los del psiquiátrico. Para que lo bosque seis de luego no bosque/leo to. Hará que luego os quejéis. A la que pagará que a la que. Hará que hará que para qué luego os quejéis. Como cansa este tío.

viernes, 16 de noviembre de 2007

La mesa

La mesa que más me gusta es la que hace esquina, desde la que mejor se ve la calle. También es desde la que mejor observan a los comensales los peatones que están esperando que cambie el semáforo, pero eso no me importa, pese a mi natural tímido y mi vocación por pasar inadvertido en toda ocasión. Lo que pasa es que como no me veo, me resbala bastante quien me observe, al menos cuando consigo sentarme en esa mesa. Por supuesto, me siento en una silla. Eso siempre lo decimos mal: nos sentamos a la mesa, pero no en la mesa. No siempre, al menos. Bien es cierto que a veces hasta bailamos sobre la mesa, incluso sin pantalones, pero eso es como un chiste, nada que ver con lo que pensaba ahora. Era lo del pincho y la mesa al sol.

jueves, 15 de noviembre de 2007

Política de empresa

Resulta que leo en una guep muy educada de un ocasional comentarista una cosa sobre lo pesados que son los psicólogos que no paran de inventarse males, dolencias y sufrimientos para la vida moderna, como si no hubiese bastante con lo que hay, o sea.
Y me he acordado de una chorrada que vi hace unos días en la prensa económica. Si, si, revuelo, chillidos, gritos de admiración y de sorpresa ¿¡pero tú cuándo duermes!!!?;si, hasta tengo tiempo para echarle un ojo a la prensa económica. Es lo que tiene ser un dandy y un bon vivant, erizos y erizas -joer, ya está el otro yo, o sea el él- gueperos y gueperas.

Bueno, o sea que en el sepia de turno le dedicaban una página entera en esa tontada del management o así a un descubrimiento de unos centellas de Berkeley o alrededores. Que mira que han salido tontos de Berkeley, que tenemos encumbradas las universidades estadounidenses y allí, como aquí, como en todos los sitios, pues tiene de todo, listos, listillos y tontos de la boina. La boina y el management. ¿Quién se ha comido mi boina? Pues uno con un hambre que pa qué.

Centrémonos.



Los de Administración, de la tercera planta,

que es que son la monda cuando están fiesteros

Una página entera dedicada a lo que un tonto de la boina ha llamado "irdecopyng". Bueno, eso no era, se lo han trabajado algo más, pero en sustancia, es lo mismo. Que se han dado cuenta de que la peña desengrasa, descarga la furia, se desestresa, se relaja y tal si se toma una copichuela con los amiguetes al salir del tajo, se echa un mus, se zampa unas tapas y se toma vino y medio.
Lo que digo, menudos tíos los de Berkeley. O alrededores. Luego, que era la sustancia, ponían seis sitios en Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, qué se yo, así muy ambientales, lounge, combinados, gente guapa y tal, donde relajarse. A mi me puso de los nervios leerlo o sea que mal, ya digo.

Y me vi en Tapas Manolo, dánole salida a unas banderillas de guindilla y bebiéndome unas cervecitas de esas tan fresquitas y bien tiradas que saben servir los camareros de chaquetilla blanca y repeinados. O en Vinos Ochendegui echando unas cartas en un tapiz añejo, grasilla, pesetas en lugar de amarrecos y uno que no se entera y que pregunta si la brisca se juega a dobles. O quemándome al darle un tiento al ardiente pincho de pimiento relleno de rabo de toro mientras pongo a caer de un burro al jefe, jefa, vasco, vasca, erizo, eriza -¡otra vez, será...!- en el Bareto de Anacleto. O tomando unos vinos de esos buenos que sabe pedir uno en el Piano Bar Cabaré La Reme, que tiene un pasado que mejor no desenterrarlo, pero que oye, para llorar las penas y ahogarlas en una buena añada, pues muy bien.

Y es que lo veo venir. Porque lo mismo que yo, lo ha podido leer vuestro jefe. Y ya os veo fichando para "irdevinyg" con el jefe, el informático tonto, el informático pelota el misterioso chupatintas, la secretaria buenorra, el comercial palizas y el peritochispa que nadie sabe por qué pero sigue por allí, y sin ponerle papel a la fotocopiadora. Que os tomásteis a proma lo de las batallitas de bolas de pintura, lo del fin de semana de juegos en la naturaleza o lo del amigo invisible. Si si, gracioso, pero a ver a quién le divierte gastarse una pasta en unos deubedeses, una gargantilla, un buen vino y que le regalen unos calcetines con cara de alce.
Ya sabéis como soy. Padezco por vosotros, así que a la mímima señal, salid huyendo como conejos ante una cazuela y escondeos en la primera tabernucha que tenga pelotillas de papel y cabezas de gamba por el suelo.

Os estaré esperando, al piano, al fondo.

miércoles, 14 de noviembre de 2007

Anticipo (breve)

Anticipo de comentario y pase de página, que estoy cansado y tampoco es ponerse a decir chorradas para salvar la papeleta.

He localizado más libros de Joaquín.
Lo contaré en próximas entregas.
Mientras, voy a saborearlos.

"Así vamos el jardín al jardinero, de la espada al Herrero. A la Vida y a la Belleza, impregnadas de aliento vital, que crean belleza".

Joaquín dice:
"¡Caray!".









Mil excusas, hasta mi piano se agota de vez en cuando.

martes, 13 de noviembre de 2007

Playero

Iba hoy -ayer para los que aquí lo leen- al médico. Un rollo de cremitas y pijadas.
A la gente que le gusta el mar y todo eso, le encanta las vistas que tiene este hospital. Igual os suena de una peli de Almodóvar, aquella que era un refrito de Eva al desnudo y de las de George Cuckor cambiando la tuberculosis por el sida y los jugadores crápulas por un travestón -nihil novum sub solem-, una buena, si.

Fotomovil. Me gusta, Todo está en el encuadre.

Lo demás, detallitos.

Es curioso ver amanecer desde ahí. Bueno, para el que le guste al menos. Hoy -ayer, ya digo- ya era de día. Esa es la foto que he sacado.

lunes, 12 de noviembre de 2007

El partido de fútbol

Una mañana muy agradable. El aire es fresco pero al solecito hace calor. Una mañana de otoño luminoso, fresco y apacible, relajado. Vamos dando un paseo camino de la estación de autobuses. Allí, junto a ella hay un parque, al lado de la antigua estación de tren que ahora es una especie de polideportivo municipal y donde se acogen distintas dependencias y oficinas consistoriales, me parece. La decadencia, de ser una estación de trenes, el templo de las máquinas, vapor, carbón, chirridos, no son lágrimas, es la carbonilla en mis ojos, los sueños del viaje los viajeros soñados, a sercobijo de chupatintas varios, la eclosión de los formularios, las instancias y las pólizas. Le falta el cuño. Pues vale.
Al lado del puente hay unos campos de fútbol. Varios equipos los usan para entrenar y se juegan allí partidos de divisiones inferiores, casi submarinas, a horas muy extrañas. En pleno invierno, pasas un miércoles a las nueve y media, es un decir, y ves aun montón de tíos con pelos en la barba dándole a la pelota. Y no es lo peor. Es que en la grada hay veinte, veinticinco personas, no se, ateridos de frío, las churris, los colegas, yo qué sé, viendo las evoluciones de los milmachos del balón. Hoy domingo están echando un partido unos que van con camisetas verdes y blancas horizontales, como los del Celtic de Glasgow o el Glasgow Rangers, no se, alguien de Glasgow, eso si, que juegan contra otros que van de azul marino con unas franjas rojas en la manga, que parece que vayan en pijama de verano. Elegantes, pues no.

Los azules ganan, pero vemos a los verdes meterles un gol. "Corre, corre, que hay tiempo", gritan. en un lance de ataque, uno dle pijama azul le ha medito una castanña a la pelota que del ruido me ha tapado un oido. Y la cosa es que un defensor a rayas, en una acción poco digna, digamos, ha detenido la trayectoria del misil interponiéndole el lomo bajo, aproximadamente. Luego el tío, el 15 para más señas, ha estado doliéndose un rato y frotándose los riñones que a mi me da que le ha faltado poco para sacarle uno por el ombligo. Si es que lo de que el deporte es sano me lo creo menos yo que lo del cambio climático. En la grada habrá, no se, cincuenta o sesenta personas. En los dos lados del puente, gol norte y sur, podríamos llamarles, hay paseantes, señores con el perro, jóvenes con el perro, un abuelo que le dice a los nietos "esperad, que ya nos vamos, que ya terminan" otro que le dice, es macho no pasa nada, cuando su perro olisquea a otro, los de la prensa y la barra del pan, uno que pasa con la parienta y va quedando por el móvil con alguien, técnicos, muchos técnicos que entienden de la cosa y comentan por lo bajini y que nos miran con condescendencia a los que hemos parado a echar el rato mirando sin entender demasiado de la cosa, y así.

Este tío de pose un tanto chulesca no soy yo, claro. Yo soy el de la foto. El que la hace, quiero decir. Pero por lo demás, lo mismito que cuento.

En esos mismos campos de tierra, bueno, en otros, de cuando antes de remodelar la zona y de hacer el parque, anduve yo dándole al balón. Como a mi me gustaba moderadamente, más bien poco, casi nada, vamos, intentaba jugar de portero, que cansa poco y que te pasas casi todo el rato pensando en las musarañas. Claro, un portero sibarita, lo reconozco, porque a mi lo de tirarme al suelo no me iba. Por alto paraba y por bajo, a donde llegaba con las piernas también, pero al suelo, tirarse al suelo era como de villanos, y eso si que no. Ya tenía vocación de dandy y aún no conocía a Umbral. Qué cosas.
Pero sin tirarme, ya digo, lo hacía aproximadamente bien. Pero a esas alturas, cuando jugaba en el parque de la Estación del Norte, ya había un amigo un tanto menos mirado que yo, dispuesto a rebozarse en la tierra como una croqueta -cocleta-, que fue elevado a la categoría de portero para los restos. Así, pasé a ocupar un espacio en la defensa. Mi labor consistía en molestar lo más posible cansádome lo menos. Así que corría poco, daba leña y esperaba que el tiempo pasase. Una vez de puro aburrido chuté un córner tan cerrado que salió rozando el poste de más lejos, como si dijéramos, Todos los jugadores me felicitaron "qué pasote, pero qué tiro, menuda rosca" y así. No se, yo sólo chuté pensando en cerrarlo. Y casi meto gol. Otra vez le hice un regate a Paco Sánchez de puro churro que anduvo pateándome las canillas lo que quedó de partido. Joer Paco, que soy un matao, deja de pegarme, anda. Otro día lo cuento.


A mi me gustaba echar la mañana entre amigos, reirme, hablar y pasarlo bien. El partido, un pretexto como cualquier otro. Claro, éramos unos chavalitos. No se, esos señores calvorotas con tanta buena intención, el pobre del 15 con los riñones al Jerez y al árbitro, recordándole el árbol genealógico, pues sigue sin convencerme. Pero oye, ha sido agradable. Mucho.

domingo, 11 de noviembre de 2007

Sobre hilos, bebidas, eses y la fidelidad de altura

Domingo

Os quedáis en 23 comentarios. Este chat ya no es lo que era. Néstor y María me ganan por goleada. Gente poco seria, en fin.


Lunes

Le damos la vuelta a la esquina pero no se convierte en un rincón. Hay gente que le cueta distinguir entre eso, rincon y esquina. Pero es otro tema. El hilo se sigue tejiendo.

Martes

Entre pintarrajas ciudadanias y marranadas varias, me acuerdo de la encuesta y la cambio tarde, En fin. Curiosamente me comentan que en notros blogs e incluso fotologs se toca también lo de los grafitis y así. Por qué será que esas cosas pasan. O es que simplemente las relacionamos.


Miércoles

A propósito de un comentario que leo en una guep citada, estampo una cosa sobre Urabayen y Rockwell. Para algunos es un plácido descubrimiento. Espero que lo sigáis visitando, porque merece la pena. Rockwell, digo. Urabayen, en lo suyo, también. En la págiuna amiga de las letras ponen una cosa sobre Hopper. Bien, bien.


Jueves

O sea, que me pego la panzada de remover montañas de libros de viejo, y resulya que ahora van los de Anagrama y reeditan Alta fidelidad. Pues vaya, meudo plan. Mira, así al menos, Marta podrá encontrarlo rapidito y, probablemente se echará unas risas y tal vez, descubrirá al enorme Solomon Burke, por decir uno.



Viernes

Bueno, parece que ya se ha desveladoque hay hilo. O tal vez no, pero eso es lode menos. Lo que hay es impulso y café. Que no está nada mal. La tropa tiene ganas de jarana y me intenta montar un chat tan temprano. Pero qué ganas de juerga... En Elfinaldelacuentaatrás es inminente un nuevo capítulo. O al menos, eso dicen...

Sábado

Veinte años no son nada, y diecisiete menos, claro. Ante la maravilla velazqueña la seguís liando. Leo en lo último que, como en las bobinas, aparecen amigos de amigos y me sigue sorprendiendo lo pequeño que es el mundo. O lo grande pero muy interconectado que está. Alta fidelidad en la amistad.

Domingo

Vale, chatead, bueno, pero si hacéis alguna referencia a esto que escribo, pues mejor, ¿no? Bueno, yo que se, haced lo que os apetezca, pero al menos a ver si pasamos de treinta votos en la encuesta, ¿no? Y por favor, cuidad con la bebida, que os veo haciendo eses todo el día!!! Tengamos un domingo bien plácido...

sábado, 10 de noviembre de 2007

17



Fue hace 17 años.

La última vez que dormiste en Madrid. ¿Te acuerdas? Fue complicado verte. Ya se sabe, agenda apretada, ni un minuto libre, cansancio, todo aquello, pero mereció la pena.

Espero que hayas despertado bien en la villa, que no te estén mareando mucho y que puedas aprovechas para volver a ver a parientes amigos y demás. Si todo va bien, nos veremos más pronto que tarde. Hasta entonces, disfruta y pásalo bien.

Diecisiete años después.

Fue ayer. Se te ve bien.

viernes, 9 de noviembre de 2007

Sobre el hombro

Se puso el trapo sobre el hombro y se dio la vuelta para comprobar una vez más si había suficiente café. Y si, como siempre, siempre había bastante. Un trapo de esos de algodón grueso, con dos líneas cruzadas en el perfil que se cruzaban. Su suegra le blanqueaba y le planchaba los trapos de la barra y de la cocina. Allí, la mujer preparaba las tortillas y las croquetas. Uno que almorzaba le pedía caña y cocres. Tanto tiempo después le seguía pareciendo divertido. Las cocres. Al menos eso le hacía sonreir. La contribución, los módulos, los dichosos módulos, el proveedor del café que cada vez subía más y el señor aquel, poco más que un mendigo, que por una propinilla le engrasaba la persiana. ¿Otra vez? Pero si la engrasó la semana pasada. De todos modos le ponía las croquetas que se le quedaban frías y los chuscos del día anterior. Si no, ¿quién se ocuparía de que comiese? Se lo envolvía malamente en los periódicos que le acababa de dejar el quiosquero de al lado y se iba más contento que unas castañuelas. El suegro le rellenaba lo de los módulos.

Todo estaba servido, bastante lleno y en orden. Se acordaba de la cocres y sonreía. Vió a la chica del papelito, que lo leía y lo volvía a leer. Será una jaculatoria. Al final el tipo delgado que parecia nerviosos se decidió a hablar con ella, pero en aquel momento le distrajo el ruido de algo que se le cayó a uno que llevaba tres cuatros de hora con un café con leche y vió una cosa azul. Se olvidó de las cocres, de la chica, de al grasa de la puerta y de los módulos, y se fue derecho a la cocina mientras le decía a su mujer, con infinita paciencia, que iba a pasar el mocho, porque un patas le iba a dejar el suelo de colores.

jueves, 8 de noviembre de 2007

Recuento de libros de viejo V: Postdata

Hace un tiempo, en un Club de lectura de la bibiloteca de mi barrio nos señalaron como lectura el libro Alta fidelidad, de Nick Hornby. La verdad es que me interesó bastante porque combina una pasión musical exacerbada y una ironía muy acertada que bascula entre la misoginia del despechado y el patetismo de ese mismo despechado.


Este verano en Italia, tanto en Nápoles como en Roma, vi sus libros tanto traducidos al italiano como en versión original en la colección esa tan chillona de Penguin. Tenía la tira de libros publicados y hasta hojeé alguno, tanto en italiano como en inglés. Estuve tentado, de hecho a comprarme Alta fidelidad en italiano, a ver si era capaz de leérmela, pero al final desistí porque me temo que la traducción de los juegos de palabras o la adaptación al habla coloquial sería indescifrable. Bueno, cuando llegue a casa lo busco.
Y busco.


Y constato una vez más que esto está muy mal. Libros agotados, no reeditados, descatalogados, inexistentes. Vale, no hablamos de Góngora, pero es que si buscas Trabajos de amor perdidos de Shakespeare estamos en las mismas. Total que encargo un par de libros de Hornby, encuentrou uno y me dicne que el otro está agotado. Me paso por las principales librerías de la ciudad y no está en ninguna. Son pocas, cada vez menos y casi iguales, las mismas novedades, los mismos libros devueltos, lo de siempre.

Y claro, pienso en las librerias que vi en Nápoles -comparar con Roma sería excesivamente cruel por mi parte, y eso tampoco- y me entristece un poco pensar en lo modernos que somos y lo poco que leemos. O que compramos, que esa es otra.

Me acuerdo de una calle cerca de la Universidad donde estaba la mítrica librería (y editorial) Bosch y a su alrededor florecían otras librerías universitarias. Ahora un restaurante de comida japonesa, tiendas de ropa ultramoderna y un centro de internet de esos que huelen tan mal.


Pero tenía el pálpito de que iba a encontrar el libro.





Una vez, oyendo a alguien del sector, decía que el libro tiene un coste prácticamente cero. Esta edición lo confirma: un papel terriblemente malo, la portada, de cartoncillo a tres tintas, ni figura el logotipo de la editorial, el diseño propio del sobrino tonto que justito sabre abrir el Paint, con unos curiosos resumencillos al final de otras "novedades" de la colección, ni un triste índice o nota biográfica del autor. Es una vergüenza que haya chapuceros así. Ediciones B, en este caso.

Resulta que la feria de libro viejo duró un día más de lo que yo creía, pero al final no pude hacerle un último peinado. En el penúltimo pensé que lo iba a encontrar, estaba casi seguro. Pero no. Así como otras veces me da un poco de rabia o me quedo algo enfadado si me pasa una de esas, estaba bastante seguro de que lo iba a encontrar en breve. El miércoles, haciento tiempo después de una mañana loca de recados, y a la espera de la compañía para comer, me cuelo en una librería de viejo. Allí, en una de las primeras tiras lo encuentro. ¡Zas!, ya es mío. De camino, veo uno de Peter Handke, La mujer zurda, que también me compro.


Y saliendo de allí a una terracita en una calle patonal junto al Seminario.

Y me traen una cerveza.
Y me pongo a leer, allí, esperando.
Y luego llegan y nos divertimos.

miércoles, 7 de noviembre de 2007

Una mención

María, sin saberlo, me regala la idea, a propósito de una mención sobre Norman Rockwell, el genial ilustrador estadounidense.


Supongo que, como todo el mundo yo había visto cuadros suyos. Poco más o menos, que si la mujer mazas aquella con el peto de trabajo, o la niñita negra escoltada por cuatro del FBI para protegerla de los ataques de los segregacionistas, o la asamblea obrera con el señor aquel de pie hablando.
Tuve una asignatura que se llamaba Cultura de la Imagen. En ella se trabajaba sobre eso, lo que las imágenes llevan diciéndonos desde hace tiempo. El profesor, ilustre periodista, amable e interesante crítico cinematográfico y navarro de pro, le dedicaba la cuestión a lo que hasta entonces o se había tocado tangencialmente o directamente nunca se había estudiado en las aulas. Por una parte la fotografía y por otro la ilustración y el tebeo. Y nos explicaba el sentido periodístico de unas y otras imágenes, su uso expresivo, ilustrador, narrativo, poético, todo.
Entre el humor costumbrista de Will Eisner, el febril Little Nemo de Winsor McCay, los escorzos imposibles del Tarzán de Harold Foster o los grandes parques de Ansel Adams, nos habló de Rockwell, de sus trabajos como ilustrador en la prensa y su obra, a medio camino entre la pintura formal y académica y la caricatura. Urabayen lo explicaba con su natural postura entre el torrente de saber y la tormenta de la emoción. Ponía diapositivas para ilustrar sus comentarios y aquello terminaba siendo un espectáculo de arte.


Una vez me regalaron un libro de Rockwell y aún sigo fascinado por sus cariñosos, inteligentes, hermosos, divertidos dibujos. De su arte lo que más me sorprende son dos dos cosas: el tono, un poco al estilo de Hopper y su capacidad narrativa. En sus dibujos hay escrita una historia. En ésta, El fugitivo, hay detalles que me siguen pareciendo igual de soprendentes que el primer día: las posturas del fugitivo y su perseguidor, el cruce de miradas, el corte de pelo, el detalle del hatillo, el camarero entre curioso y condescendiente, los calcetines, uno a una altura y el otro a otra, señal inequívoca de que su propietario es un caminante aventurero.


Me gusta Rockwell. Otro día pondré más.

martes, 6 de noviembre de 2007

¿Qué te han hecho las paredes?



Iba hoy en la bici camino del trabajo... bueno, hoy, ayer se entiende. Vamos, ayer para los que os fijéis en la fecha. Vaya, que da lo mismo, porque igual dentro de un mes aterriza uno, lo lee y ni hoy ni ayer ni mañana ni sabrá. Bueno, que me lío la pata en el calendario y no hay forma de sacar esto adelante. Cosas de las horas horarias éstas que nos cambiaron el otro día, es noche cerrada, cerrada cuando hago mi trayecto. Antes amanecía o despuntaba al ir llegando, pero añora está más negro que la boca de un lobo. Voy por mi caminito, con cuidado de que no pe pille un guardia contra dirección, intentando ni atropellar ni dejarme atropellar por nadie, lo de siempre.


Unos días me fijaba en Abebe Bikila, que ahora ya usa chándal y zapatillas y s ele está poniendo una cara de fondista que le veo con harina y espray en la San Silvestre. Otros días me fijaba en el quiosquero, que ahora es quiosquera. Ojo, que no cunda el pánico, nada raro, que parece ser que ha contratado a una señora, porque le vi instruirla en lo de poner las montañas de la prensa y las hojas de las devoluciones. Hay días que me fijo en la pareja acaramelada que pasea el perrito, una panadera gorda, el chico cahcas que va en silla de ruedas y que me pasa por el lado a toda velocidas muy arrimado, que un día nos la damos, la chica aquella de las gafas que no es que pillara quilos, es que está embarazadísima por todas partes, la barrendera que va uniformada en la vespa, los tres mustafás enchilabados perdidos que nos miran con ¡cara de mal rollo, las tres negras que asaltan a los conductores en el semáforo para negociarles un favor, el coche patrulla de los mozos sin mozos, no sea que pase algo,en que abre el bar d ela esquina, el que abre el bar de al lado, los dos que abren uno que se llama "La familia" y dos otres que les saludan al pasar o que se meten de cabeza a templar el madrugón a base de carajillos o lo que fuese menester.

Pero hoy no me he fijado en eso. Hoy he ido mirando los pintarrajos en las paredes.

Por culpa de la moda de allende los mares, a esa guarrería le llamamos grafiti. Porquer es que son una pena: mal pintados, sin gracia y casi imposible de entender. Son garabatos muy feos, nada de dibujos, pinturas o tipografías un poco bonitas. Son garruladas del MC Yoni dedicadas a la ChoriVane, que serían las cenizas de Romeo y la otra pero catetizadas por los autóctonos. Autóntonos.

Porque esto es lo de siempre. Bien hecho, pues mola. Bueno, a mi me gusta. Pero en plan guarro cebollón, pues lo que se logra es que esto parezca una pocilga. Nihil novum sub solem, en Pompeya vi este verano alguna pintadita de su tiempo. En Italia mismamente, junto con los grafitis guarros se pueden leer en las tapias unas encendidísimas declaraciones de amor de los Enzos a las Paolas de turno. Que no es lo mismo, jolín.

Luego me he acordado de la horrenda mezcla en el Muro de Berlín. En lo que queda, cerca de un quilómetro que una especie de promotor artístico o agitador cultural decisió salvar de la maceta y la grua para matener el reciurdo vivo de la ignominia pero también para solaz y deleite de los que vieran las espléndidas pinturas que sobre él hicieron en la fachada occidental. Pero claro, una tapia es tentadora para un memo con rotulador, así que sobre los murales, Manolo estuvo allí. Pues te podías haber ido a tomar unas kartofen, majo. Pero sin boli, ojo.


lunes, 5 de noviembre de 2007

Al doblar la esquina

Al doblar la esquina sintió como la luz de la esperanza se tornaba en la furia contra si mismo, en la batalla que librara día tras día contra su torpeza. Fue entonces cuando, aún con la lengua un poco pastosa dijo para el cuello de su camisa de rayitas blancas y amarillas sobre fondo de berenjena que tan de moda estaba esa temporada lo tonto que era. "Pero qué tonto eres y qué poco espabilas, zoquete", mientras comprobaba inútilmente cómo el papelito que se había guardado en el bolsillo ya no estaba en el bolsillo.


Penso en desandar los pasos hasta el bar donde se animo a hablar con ella, pero al final le venció su encabritado optimismo que le susurraba al oíbo bueno que si perdió el papel, por algo sería, que la oportunidad la pintan calva y que hay más días que longanizas para perdirles el teléfono a las chicas bonitas de cualquier otro lugar.


Y siguió andando y no pudo evitar que se le escapase una risa un tanto idiota. Despreocupadamente feliz e idiota, como si todo y nada fuese lo mismo y siempre hubiese sido así.

domingo, 4 de noviembre de 2007

De musica, mimos, pollos y gallinas

Domingo


Os quedáis en un chat de 44 comentarios. Os veo flojos, la verdad.



Lunes

Pierrot le Fou me comunica una cierta deceprción por los pocos comentarios que recoge nuestra pachanga sobre músicas deprimentes. La verdad es que creo que nos salió muy divertida, pero el personal parece reacio a comentarla. De todos modos, la brillante historia del amigo Juan Manuel Macías y sus conversaciones literarias con uan de las macizorras de Georgie Dann, dan, como no podía ser menos, para que nos hiciese un comentario a tal respecto. Venga, va.




Martes

Sigue la cosa entre musical y de memoria sentimentaloide. Bueno, rememoro una aventura escolar. Al parecer, quien más quien menos, todos tenemos capítulos un tanto chuscos a propósito del aprendizaje -es un decir- de los idiomas. Pero qué pesados, si haciendo el mimo te llegas a cualquier parte. Eso si, nos quedarímos sin saber nada de David Coverdale.

Miércoles

La encuesta sobre la tesis de Rocío deja un dato clarísimo: ha de pasarse a la bichología y estudiar a las gallinas y sus plumas, sin duda la sección de animalejos más literaria. Déjate de poetadas, amiga Rocío y pásate de tema, maja.



Jueves

Lo que me sabe peor de que se líe un pollo es que se haga sin talento y sin educación. Lo otro da alegría, hombre.



Viernes

Por lo visto, la única representación de Don Juan Tenorio que pervive así con una cierta fama, es una pública que hacen en Alcalá de Heanares, la hermosa villa universitaria. Menos da una piedra. Hace unos dñias salían aquí lecturas colegiales de adolescentes, que si La Tía Tula, que si El camino, que si hasta Tiempo de silencio. Manolito Gafotas y para los lanzados, El código Da Vinci. Si es que hay progresos que no nos los merecemos.


Sábado

Con la de libros que tengo que leer y aún queréis que bloguee. En una tertulia reconozco una cierta adicción bloguera. Total, tiempo que uno pierde en la tele, lo invierte leyendo y peganto cositas de estas. Mejor, supongo.


Domingo

María tiene hambre de balón y de chat, y sed de margaritas que si no fuese un combinado, sería hasta poético. Te tienes que montar uno en tu página, Que me tienes mareado.

sábado, 3 de noviembre de 2007

Recuento de libros de viejo IV: Inventario



1. Amilibia Jesús María: Atados a la columna

2. Baroja, Pío: La ciudad de la niebla

3. Delibes, Miguel: Cartas de amor de un sexagenario voluptuoso

4. Dinesen, Isak: Siete cuentos góticos

5. Herrera, Ángel-Antonio: Francisco Umbral

6. Imízcoz, Teresa: Manual para cuentistas

7. Pérez Galdós, Benito: La batala de los Arapiles

8. Pérez Galdós, Benito: Zumalacárregui

9. Salcedo, Millán: En mis 13

10. Silva, Lorenzo: El déspota adolescente

11. Shakespeare, William: Noche de Epifanía, Tito Andrónico

12. Umbral, Francisco: Capital del dolor

13. Umbral, Francisco: Cela: un cadáver exquisito

14. Umbral, Francisco: El hijo de Greta Garbo

15. Umbral, Francisco: El socialista sentimental

16. Umbral, Francisco: Historias de amor y viagra

17. Umbral, Francisco: La forja de un ladrón

18. Umbral, Francisco: La noche que llegué al Café Gijón

19. Umbral, Francisco: Las ánimas del purgatorio

20. Umbral, Francisco: Las señoritas de Aviñón

21. Umbral, Francisco: Lorca, poeta maldito

22. Umbral, Francisco: Los cuadernos de Luis Vives

23. Umbral, Francisco: Mis paraísos artificiales

24. Umbral, Francisco: Trilogía de Madrid


Ahora, a leerlos.

Uno ya está.
Dos abiertos.

A ver.

viernes, 2 de noviembre de 2007

La carta

La noche pasada, esto es, la del día 1 al 2, fue la de las ánimas. La gente tiene un pollo mental considerable a propósito de la celebración de Todos los Santos, o sea, las de los que figuran en el santoral, que son los menos y la inmensísimia legión de los que no (que deseo que sean todos los posibles), la de los Difuntos y la imbecilidad importada del Jalogüin. A mi me salen pelos al ver a tanto antiglobalización de cacerolada y pandereta que achanta la mui cuando Afganistan, los levis y la calabaza vacía. Igual no es una calabaza sino un espejo. Cada día que amanece, dijo el bufón, el número de tontos crece. Ay.


Lectura de José Zorrilla en el estudio del artista.

Antonio María Esquivel.

Como ahora somos megamodernos y esta fatalmente visto lo de leer, o al menos leer lo que queda fuera del pesebre, ya no está de moda lo del Tenorio. A mi, que no suy muy de citas, porque lo de la memorística lo padecí de modo devaluado, se me quedó grabada la que a continuació coloco.

¡Cuál gritan esos malditos!
¡Pero mal rayo me parta
si, en concluyendo la carta,
no pagan caros sus gritos!



Entonces me veo tapando el tintero, guardando la pluma y sacando a pasear el florete para regalarme un ratito de silencio. Y terminamos celebrandolo Don Juan, Cyrano, un laudista que pasaba por allí, alguna que otra tabernera que cuida de que las candelas no dejen de tintinear sus lucecitas y así.

Teddy, majo, cuirra los ojos o vete a tomar el fresco un segundo. Os recomiendo queridos letraheridos, que os peguéis una bajada del Estudio 1 de Rabal y Velasco. Un placer para los sentidos.

Ay, qué sería de mi sin el emepetrés.

jueves, 1 de noviembre de 2007

El buga

De esto de ayer de lo del juez, me quedo con una tontería, ya veis cómo soy. Podrías ir a la chicha, majo. Bueno, si, también es verdad, pero es que esto es más chusco y seguro que pocos habrán reparado en ello. Y oye, como notario de la actualidad, que diría Butano García, pues ahí estoy yo. Vale, para los insultantemente jóvenes, Butanito era uno... que os contaré otro día, que luego me disperso y no se por dónde sigo.

A ver, tralará, el tío ese, perdón, señor tío ese, o señoría, vascos y vascas, va leyendo lo suyo. Bueno, hombre, anda ya, pues vale, pues si, pues no, según dice, opinando qué tal. Y suelta lo del coche. El buga, que dicen entre ellos, los chorizos.
Resulta que los doce o por ahí, que colocaron las bombas, iban en coche al tren. Vale, un segundo para procesar. En coche camino de una estación, creo. Doce tíos como doce torres, doce minaretes -no vaya a picarse alguno con lo del papel de fumar- embutidos en un Renol o Michubichi o lo que fuese. Doce tíos con sus doce bombas, que decían que pesaban entre quince y treinta quilos cada una. Que precisos tampoco, porque a ver de quince a treinta quilos va una tela. El doble. Venga, no ponerse quisquillosos, lo dejamos en veine y a correr. Veinte quilos, machotes, paseándolos así, con un par. Que me he hecho yo la cuenta y son veinte cartones de leche semidesnatada al lomo. Que es una tela, ya digo.

Que a ver, pedazo de buga, porque doce tíos a sesenta quilos por cabeza -figurines, para que nadie me llame exagerado- con sus sacos de veinte quilos para el viaje al más allá de sus congéneres supone 960 quilos. sea, a cuarenta para la tonelada. Esos tíos iban en tanque, no hay duda. Y se plantan en uan estación, minan cuatro trenes y nadie les dice "oiga jefe, que se olvida el macuto" cuando salen de allí como alma que lleva el Diablo.



Si no fuera desacato o falta de respeto a las instituciones o así, diría que el señor o señoría juez o jueza es tonto del bote o un canallón de cuidado y además sin disimulo. Pero como no es plan que me meta en el trullo, mejor pensaré que es idiota perdido y que no tiene ni idea de lo que es un coche. Aunque visto que se trató de un atentado sin cerebro organizador, habría que restar a los doce sus cabezas, con lo que restaríamos peso y volumen y todo quedaría arreglado. Doce tipos sin cabeza poniendo bombas en un tren. Si es que la peña quiere ver fantasmas donde no los hay, !hombre ya!

De todos modos, yo a ese tío señorío, señoría o mediopensionista, no le compraba un coche de segunda mano ni de coña, por lo que pudiera ser.





PD: Que no, que no, que no consulto el Frankfurter Algemeine Zeitung aquél y la lio. Que eran nueve tíos y trece bombas. O sea, que había unos pringados metiéndose cuarenta quilos de paquetón en la chepa. Qué tíos.