lunes, 31 de diciembre de 2007

La capa

A mi, la capa de Ramón García me gusta. Bueno, la suya me da igual, la verdad. Quiero decir, que me gustan las capas españolas. Lo de los embozados y tal. También me gusta la ropa de Barry Lyndon, cuando se pone aquella casaca de azules y las calzas como de terciopelo celeste. Suena raro, oye, pero es bonito. Lo de Juan de Austria y sus calzas rojas en la corte de su hermano, Felipe II, tan de negro y todo. Qué tío, vencedor del turco, galanote, pendenciero y su hermano allí, con esa cara de tristón regiendo un imperio, menudo par, qué complementarios. Qué historia la de Juan de Austria. Recomendabilísima.

Estábamos en lo de Ramón y la capa. Que alos tontainas les da por votar si si o si no. Yo prohibía los Levi's por lo de la inflación, y todos a comer conejo en pepitoria y a no dejar ni medio duro de propina en los cafeses. Que es otra idiotez, por demostrar que yo también puedo, porque yo lo valgo, aunque mejor no me lo paguen, por la inflación, ya digo.

Bueno, paso de hacer balances, que ni me gusta ni me apetece.Yo sólo quiero ser japonés para poder ver al gabachuá ese -francesón, para quien tenga un Mar de dudas- que va a hacer mañana de Lorinmacel o del alemn aquel tan gracioso con ojos de huevo. Y la uva no me mola. Más la piña. Pero sin cáscara, por si acaso.

domingo, 30 de diciembre de 2007

Resumen fugaz

Como las estrellas. Las fugaces, digo, que las otras llevan ahí puestas la mar de tiempo.
Bueno, semana de Navidad, festejos, villancios matasuegras y tal, ya se sabe. Estrellas en el Nacimiento, deseos, recuerdos, hasta empachos, un poco de todo.


Va venga, que voy pillado, mañana sigo. Si os apetece chatear... a la bulla!!!!

sábado, 29 de diciembre de 2007

Pesadillas

A ver hoy. Que estoy, entre las fatiguitas, los huevos estrellados que me saltan en la barriga y los crímnes de Camilleri que tengo la cabeza loca. A ver que me explico, que ahora esto ha quedado entre extraño, marranote y criminal.

Fatiguitas de tanto andar y tal, sin cable del emepetrés que el otro día lo perdí d ela forma más tonta y ahora no hay manera de recardarlo, y yoe, onto no seré, pero hasta que no vaya al mediamarquet a ver cómo consigo otro, pues sólo me suna la música que llevo en la cabeza. Si aún fuese de pájaros.

Lo de los huevos. Que digo en un plato. Ay. Joer, en plan FutBlo, que si no, ya se cómo soid y a la mínima os ponéis en lo peor, y esta es una guep para nenes. Patatas panadera, choricicos fritos y huevos estrellados, esto es, espachurrados encima, como si dijéramos. Luego llegn les gabachuás, pero eso a mi me parece un manjar olímpico. No de atleta, de los dioses, o sea. Aclaro, por si hay alguien de la logse.

Y Camilleri, oye, que a mi al principio me parecía bastante de andar por casa, pero que le voy cogiendo el gusto y ara relajar un rato el intelecto, pues oye, te pe sore el camino del crimen perfecto. Que ese ya existe, pero no me quiero poner estupendo, que el ambiente ya hule a elecciones. Me refería a la cosa de andar por casa, tipo Highsmith y tal. Darle matarile al jefe, a uno que tiene deudas de juego, a la parienta ricachona, lo normal. Lo normal del crimen, no os vayáis a pensar cosas raras.

Bueno, mejor dormir, porque el cóctel de canancio, digestión poderosa y novela ennegrecida promete unas pesadillas de tiroteos que no me las salva ni el piano blindado. Ya contaré.

viernes, 28 de diciembre de 2007

Los riñones

A ver qué pongo hoy, que tengo los riñones casi al Jerez y que ya no me los siento. Esto de la vacación activa es cansadísimo. Que es lo que pnía uno por ahí (y que no voy a lincar ahora, poque es tarde y no me siento las canilas), que el turismo mal y que viajar sólo para invadir o para cosas fetén. Que una poca de razón tenía, pero oye, que no, del todo no.


Y mira, que está bien un cambio de aires, aunque la verdadera vacación llega cuando uno está en el trabajo, con su taza de café, su musiquita y ganándose los duros, es un decir. No se, si fuésemos mineros, vale, pero aquí, el que más y el que menos, vive como un pachá. Y no miro a nadie.

Por cierto, y hablando de vagos: yo aquí actualizando y la peña de cumbia, que solo me esribe el abogadillo, un poetastro y una flamenca. Menudo aniversario, majos. Luego me haréis la pelota. Dentro de nueve años, me voy a cenar a un macdonals. Y a leer el Marca. O así.

jueves, 27 de diciembre de 2007

Los productores, 24 y Antena 3

La cosa es que yo quería hablar de 24 y no sabía a propósito de qué, porque en su día ya hice lo de los politonos y ahora que ya no la echan, pues queda demodé y como de antigualla. Así que, como en las mejores tácticas militares, me marco una envolvente y luego retomo el asunto.
Era que un día, hablando, no se, de la esgae o de los Goya o del cine de paganini en dos fases como el español, IRPF y taquilla, uno sale con que el productor ejecutivo y el productor a secas. Suelta uno que el que pone la pasta es el productor y que el productor ejecutivo es el que curra, el que busca recursos, el que logra mejores precios, el conseguidor, vaya.

Rebuscando en las cavernas de mi memoria, desbrozándolas de las telarañas y arbustos que impiden el acceso, me doy con que aquello a mi me lo habían explicado distinto. Según recuerdo de mis clases de D G P A -linco en lo que se ha desdoblado esa diplomatura, ahora que ya tenemos counicaciones audiovisualesvarias-, con el gran Álex Pardo, experto en la materia, el Executive producer de los americanos es el que pone los duros y el productor el que consigue todo lo conseguible y más con esa pasta. O sea, David Puttnam siempre productor y uno con apellidos judíos, matormente de la banca, el Executive producer. O más gráfico aún, Fred Roos, productor de las grandes pelis de Coppola y el propio Coppola arruinándose como Executive producer. Benditas ruinas coppolescas, que nos dejaron por el camino Apocalypse Now o la injustamente maltratada Corazonada.

El productor, producer, executive produvcer, o sea, volviéndose loco para propocionarle telefonillos al plomo del Bauer, que en Movistar dan palmas con las orejas en cuanto le ven llegar

Bueno, pues lo que decía yo, que me asaltó la duda tras oír ese comentario no se en dónde. Y por un momento pensé que la caverna de la memoria donde tenía depositado lo del DGPA estaba o sellada por un montón de piedras o me estaba liando yo solito cuando, alehop , en una sesión de videocassete grabado, al arrancar o al terminar, no se, los capítulos de 24, aparece Bauer, o sea el chico, vamos el Kiefer Sutherland como Executive producer junto a otros dos, los banqueros judíos, ya nos entendemos.

O sea, que el que se termina arruinando porque los de Antena 3 están tontos y le relegan a altas horas de la noche y madrugada, es el pobre Bauer, que además de recibir todas las tortas, encima ha de poner los duros. Como el tonto que paga las cañas y se queda solo al salir del bar. No me extraña que anden todos locos para pillar subvenciones. El vil metal.

miércoles, 26 de diciembre de 2007

Era ayer, pero no tocaba

Que bastante nos miramos al ombligo en lo habitual para que además, pasemos por encima de lo importante. Ayer, o mejor, arreglémoslo diciéndolo bien, hoy se cumple el año y un día de esta güep.

El arranque fue lo más aburrido, hasta que poco a poco se fue haciendo una cierta parroquia de habituales, hasta que nos fuimos visitando de página a página y nos fuimos dejando comentarios y cosas. Poco a poco hemos ido aprendiendo a echarnos de menos -y a echarnos la bronca- cuando vemos que pasan días sin los comentarios de los fijos.

Un día os pediré que le déis un repaso a la güep y que elijáis viestras entradas favoritas. Hasta a mi me hace gracia releerlas de vez en cuando. Por hacer un GreitesJits, pero sin que se entere Teddy.

Se agradece a los inspiradores que animaron la idea, a los que ayudaron, a los que leyeron y sobre todo a los que, además, aportáis, con vuestros comentarios, un buen punto de cordura a estas cosas mías que ando escribiendo.

Bueno, y basta de de autobombo, que mañana hay que seguir. Dios mediante.

martes, 25 de diciembre de 2007

Feliz Navidad

Ay, que se me echa el tiempo encima.
Que Feliz Navidad y que los disfrutéis (y los disfrutemos) todos.
En las gueps amigas y vecuinas de las
letras y del estilazo hay dos conmemoraciones navideñas. A ver si os gustan.

Besos, abrazos y lo que sea menester de este, vuestro Nodisparenalpianista.
Hoy no hay foto. Jolín, mirad un Belén, que es la mejor estampa hoy!!!

lunes, 24 de diciembre de 2007

La copa y el teléfono

En otra circunstancia jamás se le habría ocurrido dirigirle la palabra, pero le pareció tremendamente osado que alguien fuese capaz de ponerse una camisa tan fea. Le pareció una aventura ver qué podría decirle un personaje así.
Y fue una equivocación.

Le contó algo sobre unos cigueñales, sobre el ataque en W en el fútbol antiguo y sobre si la Comunidad Europea iba a prohibir o no el uso del huevo por lo de la salmonela. Cuando, entre no disimulado aburrimiento, sintió la obligación de darle el teléfono que él pedía, no dudó en inventárselo. Al menos el tostón me reportará una copa gratis, se dijo un segundo antes de arrepentirse al verle un cierto brillo en la mirada antes insospechado y en ese momento fascinante y le vio salir, un poco tembloroso y antes de pagar. Ni la una ni la otra copa.

domingo, 23 de diciembre de 2007

Que aunque no tenga título, también se puede comentar

A ver.


domingoLunesMartesMiércolesJuevesViernesSábado.


Varias cosas.


Venzo (toco madera) a la gripe que seguro me ha pegado Oriol, el pequeño Papa Noel esparcevirus. Un motivo más para preferir a los Reyes Magos!!


Os cuento una de pisos y nos sale Néstor como defensor de los Coles Mayores. Pues habrá una de coles mayores.


Las bullangueras patentan la fiesta en martes. Cómo son. Lo que les gusta la jarana. Y cumpleañando. Si es que no tienen piedad.


Nueva encuesta. A ver si os ponéis las pilas que quedamos en que había que pasar de cincuenta comentarios. Y sólo llevamos 13.


A Belén le tocan 120 euros y aún no se ha marcado el detalle de invitarnos a nada. María nos dice que a ella también y encima desde México. Pero tampoco se marca un detalle. Estas catalanas!!



Polvorones San Enrique. Los mejores y con diferencia.


Domingo

Hoy se perdona la juerga, porque estamos todos preparándonos para el eslalom navideño. Vale, barra libre de polvorones, mantecados y licorcillos dulces.



Bueno, la semana que viene seguirá habiendo güeps, creo, pero sin presiones, que losfestejos nos cambian los horarios a todos. Que disfrutéis de la semana, amigos.

sábado, 22 de diciembre de 2007

La ruina de siempre



Otro año igual.

Si es que no aprendo.

Y en Hacienda tan contentos.

viernes, 21 de diciembre de 2007

Felicitación

Ayer os decía lo de la estampa de aquí, que aún no tocaba, pero que bueno, que ya estaba hecha y que atentos a vuestras pantallas. Así que, me dije, a esperaros, jolín.

Pero bueno, a ver, en atención a los que hoy comenzáis vacaciones, a los que leéis esta güep desde vuestro trabajo, a los perezosos que dejaréis el ordenador apagado hasta el 28 lo menos, a los esporádicos, a los erizos, a las erizas, hasta a Pérez Reverte,a los vascos, a las vascas, a los que dicen que parezco un lehendakari, a los que dicen que parezco un anuncio de Cocacola argentinoide...



O sea, en atención a esos, en especial, pero con mis mejores deseos para todos en particular, desde esta humilde güep, vuestro Nodisparenalpianista os quiere felicitar la Navidad y recordaros que, como acabo de leer de un buen amigo que jamás he conocido, vivir es volver a ver.





Que, como dice Joaquín, vivamos, veamos, disfrutemos y seamos mejores, a la luz del Niño Jesús. No es poco. Y mola mucho.





Besos y abrazos de este Nodisparenalpianista que os quiere

jueves, 20 de diciembre de 2007

Las postales

O mejor dicho, felicitaciones navideñas.

Que siempre me digo que aprovecharé la Inmaculada para empezar, pero como lo veo lejano y luego me lío, se me pasa y luego me pilla el toro. Además, si Correos fuese fiable... Bueno, en fin, excusas. Que aprovecho el intervalo entre fiebres y fiebres para escribir unas cuantas.





De una bolsa antigua me guardé esta de Ferrándiz, sin duds el número uno de las felicitaciones navideñas. La más bonita que he visto hasta ahora. Cuesta mucho encontrar tarjetas de Ferrándiz ahora, entre tanto alce y tanto muñeco de nieve. Somos tan modernos...


Me gustan las cartas manuscritas, las postales, las felicitaciones navideñas, antiguallas, la se sabe. Luego está la estmpa que pegaré aquí, que ya está lista, pero aún no toca.

Bueno, lo dejo, voy a hacer los sobres.

Nos vemos.

miércoles, 19 de diciembre de 2007

El piso de estudiantes

No se por qué se me ocurrió pensar en ello. ¿Cómo se sabe si donde uno está es un piso de estudiantes? Porque hay un equipo de música per cápita.
Claro yo soy un antiguo y, en su momento era más bien asceta, o sea. Pero un cierto aparataje musical teníamos cada uno, claro. Uno en cada habitación, relativamente móviles por si había estudio en la terraza, fiesta de cumpleaños en el salón o una sesión de cocina de fin de semana con Sinatra de fondo.

Si el piso era de chicas, uno podía percatarse de ello porque los baños estaban desordenadísimos con todo tipo de envases de colores de maquillajes, barras de labios y cosas de esas. Cientos de botes de champús y así. Qué estrés, tanta etiqueta por leer. Porque pisos mixtos más bien no. Yo sólo conocí dos, uno que compatrían dos hermanos, chico y chica se entiende, y otro en el que vivía mi amigo irlandés, una loca que vi dos veces y uno que iba siempre en moto. Gente rara, ya se sabe. Luego fue allí a vivir Lines, la hermana de Jose, sin acento, que también pasó por aquel piso; unos cántabros muy bullangueros. El de la hermana estudiaba económicas y buscaba gente para ir con él a ligar a las fiestas de enfermería. Sonaba agotador. Bueno, tal vez no, pero conociéndole, la verdad es que me comprenderíais, no se si me explico.

En mi piso teníamos una tele en blanco y negro que se veía muy borrosa. Creo que cogíamos canales extranjeros, el Eurosport con su boxeo, la MTV con los raperos y alguno más, pero entre que se veía de pena y que no había bastantes botones para tenerlos todos sintonizados, no veíamos la tele, directamente. Sólo César y Fernando, con una paciencia futbolera sublime apretaban los ojos para ver las evoluciones de la Real y del Valencia o algún otro equipo de la cosa. De todos modos, como aquello era un sufrir, más habitual era que se fuesen al bar a ver el del Plus, allí entre pinchos de tortilla humo y cocacolas. Una vez les acompañé, pero me largué pronto porque me aburría mucho. Mejor escuchar a Alberto Pérez en Corazón Loco.



Luego está el eterno debate sobre qué pisos están más marrranotes, los de chicos o los de chicas. Según tenía yo más que certificado, ganábamos en desordenados, esa natural tendencia al caos estructural, pero solían estar más limpios. Poco mérito, ciertamente, porque era habitual tener el lujo de una chica que se ocupase de la limpieza y del cocinar. Toda una industria -por así decirlo- por allí, que empleaba a muchísimas señoras que de otro modo de ninguna manera habrían accedido al mercado laboral. Todo negro, claro, porque aquí la cosa impositiva se hace al revés y con mala pata. Pero el dinero siempre es igual de bueno, así que no pocas economías familiares subsistían gracias a ello. La chica que nos cuidaba un día nos pregunta si sabemos de algún sitio donde necesiten una señora. ¿No nos digas que te vas??? le contestamos asustados. No, es para mi madre, que está harta en casa y que así se complementa con la jubilación de mi padre y tal. Y terminó en el piso de los Calabuig, buenos amigos, que a partir de entonces empezaron a comer de modo decente. Y nos restregaban por los morros que la madre cocinaba mejor que la hija. Pues vale, pero nosotros llevamos más tiempo comiendo bien, que lo vuestro antes ha sido todo un tormento en forma de bolsa de congelados.

También está el mueble bar. O la repisa bar. O el botellero, vamos. Y ahí se detecta rápido cuánto crápula hay en el piso en cuestión. Lo habitual, algo de Martini y algún licor blanco, tipo ron o vodka, los más osados. Para sibaritas, whisky y para los raros, ginebra. Exacto, como yo.

Una vez, tras un lote navideño, me hice con una botella de Arpon Gin que fue la reina de los dolores de cabeza hasta que la terminamos de liquidar un día. En nuestro piso no solía haber fiestas, pero por su privilegiada posición, solía ser punto de reunión y de primera copa antes de irnos a tomar unos vinos los sábados y tal.


Como la vez aquella que apareció Javi, un amigo de Fernando, con una botella de Zoco vacía en el salón. Pero esa es otra historia.

martes, 18 de diciembre de 2007

Se busca

Wanted, que ponían en las pelis de vaqueros. Unos ochenta o noventa centímetros, pelo entre castaño y rubiales, 19 quilos, habla de un modo a vece un tanto incomprensible, responde al nombre de Oriol y es escurridizo, porque no suele parar quieto.

Este fin de semana, entre besitos, apretujones, cosquillas y cariñitos me ha pegado la fiebre que tenía y me ha dejado para el arrastre. No se sabe muy bien de qué está hecho, porque tiene un aguante extraordinario. Se suele disfrazar de lo más insospechado para pasar desapercibido, como de rey de princesas o de Papá Noel. También especula con que si será vaquero, buzo, astronauta o bombero, aunque me huele que este termina de gente secreto. Le gustan las albóndigas, el Caillou, los coches y los mocos, que es una cochinada, cierto, pero oye, todos tenemos nuestra cara oculta.

En mi proceso febril le he lanzado un aviso: ¡en cuanto te pille, te meto una guasca que creces veinte centímetros de golpe, majo!!
Bueno, pues avisados estáis, si le véis por Alaska ojo con él, que os sonreirá de modo cautivador y terminnaréis con un gripazo de aquí te espero.

No digáis que no os he avisado.

lunes, 17 de diciembre de 2007

Añoranzas agosteñas

Bueno, pues aquí, celebrando que hace un frío de pingüinos, he visto un capítulo de Doctor en Alaska. Así si que se mete uno en situación. Y no como aquel verano, uno de tantos, porque hubo un tiempo en que cada verano lo repinían, en el que en un tórrido julio o agosto, sudando la gota gorda, de madrugada porque no había quien pegase ojo, en calzón corto y botella de agua fría, allí en el sofá, hervidito perdido viendo el devenir de los habitantes de Cicely, Alaska, entre los hielos y los alces. Resfresco para la mente, sin duda, pero el mismo calor de siempre.

He recuperado el primer capítulo de la segunda temporada. Como siempre, dos historias cruzadas, una que concluye, la otra que marca la trama de continuidad además de varias subtramas.



En su día, esa serie le gustaba atodo el mundo, casi. O todo el mundo decía que la veía. Ya, seguro. En agosto a base de capítulos dobres de doce a dos de la madrugada y de jueves a sábado. Encima, e programador, que a ese seguro no le gustaba, los ponía en desorden. Y lo mismo les atrapaba la ventisca que salían en maga fina, cosas del verano alasqueño. Y los pelos de Chris Stevens, de la KBHR, que lo mismo los llevaba cortos y con barba en un capítulo y en el siguiente melenón bien rasurado o despeinado y sin afeitar en el otro.

Los de los deubedés sacaron hace ya unos cinco años o así la primera temporada, de sólo seis capítulos. Creo que el año pasado, sacaron la segunda. A ese paso, no se, ¿2014 para terminarla? Como aquello no era serio -Teddy, apartate, que luego tienes pesadillas- le pegué una bajada y ahí la tengo, para ir disfrutándola a tramitos. Hasta llegar al gran capítulo de Jules y Joe, al del viaje en la avioneta de O'Connell al congreso aquel de médicas macizas o el tan hermoso, triste y esperanzado en la añoranza, último capítulo de Fleishmann como doctor.

Me parece que a todos los fans nos ha pasado, que en alguna ocasión hemos tenido la sensación de estar viviendo una historia como las de esta serie, aunque no hubiese alces, osos o bares como el Brick.

domingo, 16 de diciembre de 2007

Sobre fotos móviles, cenas agradables, temas polémicos y bullangueras aplazadas

Domingo

Bueno, agradezco desde aquí que El Club de la Bulla me haya liberado de mis (ir)responsabilidades chatero-domingueras.


Lunes
A mi que me parecían una tontada los móviles con cámara. Qué cosas.


Martes

Escribo una cosa de trenes y de calles con el personal en dirección contraria y en aluvión. Además de la cosa en si, hay un aspecto interesante para lo técnico. Esa entrada la hice con el reconocedor de voz, dedicándole algo de tiepo y revisando los errores de interpretación que hace el programa. Me imagino que dedicándole tiempo y cuidado, uno puede terminar con las herramientas psicosurrealistas que provocan, por otra parte, esos textos tan extraños y divertidos.
El día que funcione al cien por cien, ese programa será una bendición para los pianistas torpes como yo.


Miércoles

Una de alas y de amigos y de recuerdos y de charlas agradables. La cena de dentro de diez años en ese plan.


Jueves

Tenemos en estado semicomatoso El final de la cuenta atrás. Se requieren sugerencias o iniciativas para azuzar a los autores, a ver si nos ponemos las pilas y le damos un aire. No se, si alguien quiere hacer algo, que me deje una nota en el piano.


Viernes

Pongo un asunto que, al parecer es polémico y no entienpo por qué. Entiendo que sea doloroso, indignante, brutal, terrible, pero polemico no. Es tenebroso que no reconozcamos la vida y la muerte, las cosas que fomentan y ayudan a la vida y que las confundamos con las que suponen liquidar la vida.

De todos modos, allí lo dije y aquí lo repito: agradezco el tono contundente, duro, claro, pero a la vez ordenado y correcto de todos los que participásteis. Gracias.

Sábado

Escritura casi automática, aunque sin aparatos, o sea. Torrencial, podríamos decir.

Lo de Tintín. Pues lo que ya sabíamos, que era un cursi. Y hemos llegado a cincuenta votos. Ahora tendría que poner otra encuesta. A ver si se me ocurre el tema. Y si llegamos, no se, a los cien.



Domingo

Bueno, pues como las vagas de la Bulla han pospuesto su jarana hasta el martes, me temo que los juerguistas se refugien por aquí. Venga, bienvenidos sean, peor por favor, que no tengamos que volver a sacar a nadie en carretilla.

sábado, 15 de diciembre de 2007

Tiempo


Rápido, rápido, que me parece que era una peli de Saura, o así, o de Camus, que tiene una que se llama Taxi, pero que no es Taxi Driver, que es una de un señor que mira a un espejo y le dice cosas, que me recuerda a Borges, no el señor que dice cosas, sino los espejos, que ya ves tú como teniendo nombre de aceite puedes llegar tan lejos en las letras, que un buen aceite te alegra la vida y suena muy bien cuando esá muy caliente y echas el huevo y te sale con puntillitas y que se lo pones a un crío y te dice "con esas cosas marrones no lo quiero" y tú alicinas porque has estado a punto de abrasarte la mano para sacar los ajos, porque si antes fríes un diente de ajo picadito le da un gusto que no veas y a mi me gustan las espátulas de madera, de madera de boj mayormente que es un arbustillo verde y amarillo -vaya me salió una rima- que siempre me ha resultado simpático, porque hay cosas raras que me despiertan la simpatía como el boj, la madera de boj, el número cinco, el color naranja o la gente que se ríe sola cuando camina por la calle en la Gran vía, pongamos por caso, que antes se decía frenopático que es palabra lúgubre pero simpática como la propia palabra lúgubre y como las telarañas, que si no fueran una gorrinada serían estupendas, porque un rosal con telaraña grande, limpia y brillante l sol, con un poco de olor del primer humo de la madera aún húmeda me trae los inviernos antiguos.

Rápido, que no tengo tiempo de guepear.

Hasta luego.

viernes, 14 de diciembre de 2007

Cómplices


Como lo oí, o lo leí, ya no me acuerdo, lo cuento. Bueno, lo intento, porque ya sabéis que mi meoria es frágil, pero bienintencionada, así que si cito mal, achacadlo a la fragilidad de mis neuronas. Aunque al final, a lo que voy es a la sustancia del asunto, y esa si que creo que es bastante exacta. Bastante y exacta no pega mucho, pero ya nos entendemos.

Esta reflexión se la oí, ya digo a Ramón Pi, uno de los periodistas más honrados y decentes de los que pueblan esa canallesca que tanto nos entretiene. Recuerdo con nostalgia aquella, mi lejana tardoinfancia escuchando su Espuela, punta de lanza de la mejor información que por entonces corría. A los tres días de soltar sus cosas, otros medios les copiaban sin citar fuentes. A veces ni se enteraban. Pero ese es otro tema.

Ramón Pi advertía de que un día nos arrepentiremos. Igual nosotros no, tal vez no nos de tiempo. Pero si a nuestros hijos o nietos. A ellos se le caerá la cara de vergüenza. Y explicaba. Lo mismo que en las sociedades de su tiempo, la esclavitud estaba perfectamente admitida, regulada y bien vista. Y abolirla costó mucho, muchísimo. De hecho, incluso en las democracias más avanzadas -y, esto es cosa mía, por ellas entendamos las manifestaciones de la organización de la res publica más sublime que ha existido hasta hoy- se puede decir que la esclavitud ha durado hasta anteayer. Lo mismo con la pena capital.

Lo mismo que hoy afirmamos que cómo pudieron ser tan cafres nuestros antepasados por sostener regímenes esclavistas, nuestos descendientes se preguntarán y nos recriminarán cómo nuestra sociedad permite el crimen institucionalizado y la liquidación del más débil travestida de la asepsia más ruin y cobarde que conocemos como aborto.

Todos somos cómplices de eso.
Por eso- y vuelve a ser cosa mía-, cuando algunos juegan a analizar a la población alemana que o miró para otro lado o no se dió por aludida con respecto al genocidio contra los judios y demás "enemigos" del régimen, me pregunto si nosotros tenemos derecho a acusarles de algo cuando desayunamos tan panchos y votamos tan felices sabiendo que al año nos hemos lavado nuestras manos frente a los ochenta mil seres humanos a los que voluntariamente hemos privado de la vida.

Debería mejorar, lo reconozco: hay veces que amar al prójimo me da ganas de vomitar. Ya se ve, nos sacan lo peor.
PD: Mientras escribo esto leo que Nueva Jersey acaba de derogar la pena de muerte. Aquí, mientras, los de la antiguerra, los de los partidos, los sindicatos, los de la borroka, los intelectuales de cuota, los antitaurinos, los verdes, los rosas, los lilas, los de topos, los que legislan, los que gobiernan, los que reinan, los que votan, los que se cuelgan medallas, los que se las ponen,los otros, los de más allá, los de más aquí, casi todos seguimos en las mismas. Casi. Me agarro a ese casi.

jueves, 13 de diciembre de 2007

El viaje

¡Cling, cling! oyó de fondo la campanilla de la puerta, pero no percibió el golpe de frío aire que había azotado al principio de la barra. A la cocina, nunca llegaba nada, casi nada del exterior.

Tenía unos pocos vasos y algunos platos que había entrado un poco antes para ayudar a lavarlos. A esa hora ya casi no había nada que hacer, más que dejar en orden las cosas y preparar las de mañana, se decía todos los días a esa misma hora. Entonces le volvía a rondar la duda por la mente.

Entonces, pensó, volverían a pensar y a echar cuentas para pagar el negocio y ahora, en mitad de todo ese lío, embarcarse en cambios. Vamos a quedarnos más pegados al papel que ese del fondo del pelo corto que no levanta la vista de la carpeta. Igual es un estudiante un poco más mayor que el resto. Pero está solo y no para. Tendrá sus preocupaciones, como todos.

Se habían empeñado hasta las orejas para darle un cambio al negocio. Yo no lo veo, le decía ella. Que si que si, verás, que de eso no hay, le explicaba con ilusión él, mientras se echaba el trapo al hombro y movía más rápido de lo habitual sus manos. Que no, hombre, terciaba, que con las tapas y los desayunos nos arreglamos, y si nos lanzamos a hacer menús apañados nos irá bien. Aquí la gente no es de comer fuera, le respondía, hace demasiado frío, en sus casas comen a gusto, son buenos cocineros, es diferente, nos hemos de acomodar a su estilo. Entonces hagamos una de sus tascas y a vivir. No, eso tampoco que hay muchas. Mejor esto, un café así, como de los vieneses, como para que vengan estén tranquilo, se tomen unos cafés. chocolates y así , dulces, para hablar, yo que se, que lean, no se. ¿Y no ponemos cervezas? ¿Ni licores? Ni cartas? ¿Ni albóndigas, ni croquetas? Y claro, se acordaba de cuando le sirvió unas tapas, hace tanto. Oye, menuda cocinera tenéis. La chica, es apañada. Y un día le dijo nena, qué buenas tienes las albóndigas. Y la otra se puso colorada y se fue entre enfadada y un poco chispeante. Y a los días, como no salía a ponerle la tapilla le preguntó si la había molestado. Y así hasta esta noche, entre croquetas, ilusiones, deudas que se irían a resolver y un largo viaje que tampoco sabían dónde iba a terminar.

De pronto se vio a si misma mirándole cómo se echaba el trapo blanco, limpio, sobre el hombro. Bueno, tú verás. Probaremos. Y confiaba.

¡Cling, cling! La chica de la coca cola se quedó mirando como se iba el de la camisa fea.

miércoles, 12 de diciembre de 2007

Alas

Hace unos años pude visitar una exposición en la Fundación Miró. Trataba sobre el mito de Ícaro. Su autor, Peter Greenaway, el cineasta, pintor, escultor, dibujante, un poco de todo, planteaba toda una serie de propuestas para la reflexión desde un punto de vista plástico usando el lenguaje de las instalaciones, la performance, algo de cine, bastante de pintura, un poco de todo.

Volar sobre el agua, lo tituló. En toda la exposición usaba los elementos a modo de conversadores sobre el mito: el hombre, las alas, lo terrenal, el cielo, la rebeldía, el vuelo, la lucha, el mracaso, las aspiraciones, la muerte, el agua. Aquello era, sin duda, una experiencia visual muy interesante, bonita, riquísima, tal vez vacía. Claro, en buena medida, en una exhibición de un corte tan personal y que implica tanta interacción, depende en muy buena medida de la actitud, las ganas, el esfuerzo, la pasión, la preparación y hasta la osadía del espectador.


Y, además, dejaban hacer fotos.


Revisaba fotos y me salió el tema.

De todas esas cosas, no se muy bien por qué, terminamos -o mejor, seguimos- hablando Ricardo, Darío y yo, mientras dábamos buena cuenta de unas viandas y un vino interesante. Hablamos de lo Divino, de lo humano y de sus alrededores.

Hablamos también de algunos de por aquí, claro. Hablamos de Peter, por supuesto. Y fue cariñoso, entrañable, divertido y hasta polémico, según cómo.

Una gran velada, inasequible al desaliento.

Como antes, como siempre.

martes, 11 de diciembre de 2007

En Jarauta

El último bar que se cierra en lo viejo está en Jarauta. Al principio. O final, según se mire.

Es un antro que se llama Viena, me parece. Todos los bares del Casco Antiguo, de lo Viejo, tienen obligación de quitar la música a las 2.30, cerrar la puerta y no dejar entrar a más clientes. A las tres han de estar vacíos y chapados. Nada más lejos de la realidad. Es habitual que el Submarino, Cofradía o el que está enfrente de Terminal, todo un antro, cierren más tarde, bastante más tarde. Si eres amigo de alguien o, simplemente le hace gracia al que ese día está en la puerta, entras. Y hasta que enciendan la luz. O sea, cuando quieren. Como suele pasar, por temporadas, si el Ayuntamiento se pone riguroso, se controla más la hora de cierre y caen algunas multas. Y pasando un tiempo, vuelven a empezar.

Otra cosa es Cavas, que alarga horarios porqué cierra como bar, abre como discoteca, cierra como discoteca abre como cafetería y así todo el día. Menudo sitio el Cavas. Como Jarauta, dan para una historia.

Pero el Viena va por otra vía. Una vez me contaron que tiene un permiso especial. Resulta que, según esa historia, es llevar lo lleva la Asociación de Hosteleros o como quiera que se llame el gremio de los camareros, barmanes, gogós, si las hubiere, que no, de Pamplona. El que abran hasta las tantas y media se debe a que cómo es la, llamémosle, sede social de tan peculiar gremio, sigue abierto cuando sus cofrades del trabajo, esto es, a partir de las tres. Con lo que, cofrade o no, allí entra todo hijo de vecino, de manera que puede copear hasta el amanecer.

El sitio tiene tela. Escaleras dignas del vértigo del mejor parque de atracciones, un estucado capaz de desollar al valiente que se atreve a arrimarse, menos luz que en una cueva de osos y todo así. Como es fácil de imaginar, los asiduos son lo mejor de cada casa. Si al Cavas van a fondear los modernos, aquí van a fondear los clásicos de la noche pamplonesa. Para hacer fotos el uno y para hacer fotos en otro.

Recuerdo haber ido allí algunas veces, siempre sin fuerzas para llegar a San Juan y sin ganas de Cavas. Jarauta, en hora de cierre es como un encierro pero con más gente. Es bueno para hacer vida social, porque es materialmente imposible no pisar o ser pisado, chocar, hablar, sonreír, pelearse y demás con mucha gente. Además se suele ir siempre contra dirección en estos casos, de manera que alcanzar la puerta del Viena es una maravilla que hace feliz al que contra el agua navega.

Una vez me encontré en esa calle, de frente, por supuesto, con una chica que había conocido unos días antes en el tren. Mejor dicho la conocí bajando del tren.
El revisor que te deja al borde del infarto después de aporrear la puerta del compartimiento y gritar ¡Pamplona! cerca de una hora antes de llegar a la estación. Taquicárdico, desvelado, sudoroso, siempre hace calor en estos viajes y, como se comprende, enfadado, uno asume lo poco que le queda de viaje con una cierta rabia.
Al rato, porque sigue siendo muy pronto, sale alguien al reducidísimo pasillo y se dispone a saltar en cuanto llegué a la estación. La pesadilla es que, con el poco tiempo que para el tren, uno no tenga tiempo de bajarse y se vea, indefectiblemente, camino de irse hasta Irún, con las consiguientes molestias que ello conlleva y que son evidentes incluso para las mentes más espesas.

-Hola
-Buenas noches.
-Eso es un decir, porque después del susto del revisor... -suele ser la conversación habitual en estos casos.

Una chica con cara de sueño. Bonita y un poco abotargada. Y de frío. Y la conversación de siempre. Yo periodismo, yo derecho, o económicas, o pedagogía, ¿conoces a...? ¿te ayudo con la maleta? Voy a Iturrama, si quieres compartimos taxi.


Y siempre así.

Me parece que sí lo compartimos, que bajé yo antes, o ella, no sé, y que me quedé con su cara unos días.

Y allí en medio de la marabunta de Jarauta, como un encierro, pero más, me viene su recuerdo, que coincide con aquella cara.

-Hasta luego, neska.
-¡Ey!, hasta luego. ¿Dónde vas?
-Al Viena.
-Vale –la masa la arrastra- ¡Hasta luego!


Y ya está.

lunes, 10 de diciembre de 2007

El globo


El globo que el niño perdió y que se fue al cielo.

Lloraba.

Hoy nadie se acuerda ya del globo, aquel puntito que se iba, para allá, para allá.



A mi me da miedo mirar al cielo, cuando pierdo de vista mi alrededor.

domingo, 9 de diciembre de 2007

Lo de los domingos

DomingoLunesMartesMiércolesJuevesViernesSábadoDomingo


Lo normal, unas cosas; que no se pilla lo de los apuntes del bar (etiquetas, etiquetas), que si unas fotos de móvil no aptas para exconvictor pacharaneros; que si quién no ha cantado Alfonsina un día de taja (¿o era Adelita?), que si estoy más acabado que los bombachos de Tintín (albrícias: por fin hemos pasado de treinta y de cuarenta votos, vamos a consolidar cincuenta y más allá) ytermina la cosa pegando un asunto de los madriles.



¿Y hoy?





La gente se agolpa para entrar en el Club de la Bulla. Qué juerguistas.



¡Hoy fiesta, hoy fiesta!

Pero con orden: aquí lo normal o sea.
La pachanga, donde Dulci y las locas.
Y que barran ellas.

sábado, 8 de diciembre de 2007

Cosas de Madrid que me gustan y que pegué en el Cuaderno de Vísperas

San Ginés,


el Botánico,


un paseo por el Paseo del Prado,


Cascorro,


la escalera aquella enfrente de la fachada con caricaturas de Mingote camino del Conde Duque,

las calles de nombre bonito como el pez, el codo o el limón,


Autores y las bebidas raras que bebimos,


aquel señor de Valladolid que conocía a Delibes y con quien anduve pegando la hebra en la reproducción de las pinturas de Altamira -buen sitio para que charlen un par de antiguallas-,


los camareros en la Plaza de Santa Ana,


las irlandesas jubilatas y simpaticonas a las que vacila el camarero,


el sol arrastrándose por madrugar en la Gran Vía,


las luces de Navidad de la Gran Vía cuando me quito las gafas y las veo borrosas.




Estoy enfermo de Madrid.
Suerte la mía.



PD: Visitad el Cuaderno de vísperas, hombre.

viernes, 7 de diciembre de 2007

La idea

Bueno, a ver, que no son horas y estoy aquí dándole a la tecla. Que con el ambiente festivo y tal, se me ha olvidado prepararme algo con un poco más de tema y oye, tampoco es cosa de rellenar por rellenar. Llámale el estrés del vago, pero es que te pones a mirar una pared en blanco y echas el día de la manera más tonta.

Y digo, pues tiro de nevera. Pero es que la tengo en los huesos. A ver, cosas hay, pero muy iguales y tampoco es plan ser pesado y además luego os he de aclarar cómo se le da a lo de las etiquetas.


Pues no se, pondré una receta como hace FutBlo (sopa de tomate o incluso un relleno de algo) , pero esto de escribir sobre comida da hambre, creo, y lo mismo que no hay que ir al Mercadona con la barriga vacía, pues casi que no.

Podía haber conectado el reconocedor de voz, pero bastante zumbado se piensa ya la vecina que estoy, como para que a estas horas me ponga a pelearme con la maquinorra.

Lo de pegar un chiste de Mingote también era una buena solución, o lo de la foto napolitana o lo de uno de essos cuadros que tanto me apetecería robar, ya lo se, hasta podría haber divagado sobre los 42 (¡42!) votos de encuesta que llevamos (los bombachos, un horror, ciertamente), pero no, al final me he lanzado sin red y sin tema para ver dónde podía llegar. Sin duda, a ninguna parte, o tal vez si, querido lector.

Tiende la mano y atrapa una idea.
En las artes puedes reconocerte, a veces.
Esta es de Camille Claudel. A veces no, claro.
Ya puestos, en lo que estábamos, me lo llevaba, anda que no.


Querido lector, insisto en hacerte la pelota, majo, porque lo tuyo es de libro, si has llegado hasta aquí es porque eres un verdadero aficionado, qué digo, fan, o mejor júligan de yatengogueps, cosa que te agradeceré personalmente en la cena que haremos dentro de diez años en la Venta esa que conoce Néstor. Hasta entonces, y para resolver días tontorrones como el de hoy, pues oye, pínchate alguna entrada antigua que hay dos o tres que no quedaron nada mal, me parece a mi.

Bueno, vale, lo dejo ya que tengo ganas de dormir y de aquí no sale ni media idea más.

Mañana mejor. O no. ¡O qué se yo!
PD: Vosotros también véis la castaña esta del bloguer en inglés ¿verdad? ¡Ay, la pérfida Albión!

jueves, 6 de diciembre de 2007

No me Pisa que llevo xanklax

Habemos nuebo hinforme, pisha.
Hestamos con el cate pero amejorando probresibamente.
Sir dunda, es pol lerencia asquirida, que en seamos un poco mas analfabestias.
Naide que sasuste, que el Aragónes nos traerá leurocopa y ya está arreglao.



No hay peligro por fabricar idiotas: si unos arquitectos tontos hicieron la torre esa para un lado, que aquí se promocionen los tarugos, pues tampoc está nada mal.

Y claro, como se creen que somos tontos, pues nos venderán que bueno, que si, que pse, que vaya, y que total, con cuatro traspasos y unos duros, pues bien. De las tablas que empiezo a mirar me sorprende la clasificación por autonomías. Venga, que cada cual se lo curre y que reflexiones obre cuáles son las que más años llevan con competencias transferidas, cuáles las que más recursos (ojo, no mejor, más) destinan a Educación, cuáles tienen lenguas autonómicas, cuáles llevan más años con gobiernos del mismo partido, o cuáles son de la llamada izquierda o de la llamada derecha.

Al final, lo que importa es que depende de dónde esté la criatura en cuestión, será algo menos zoquetona, pero me quedo con unos datos de hace unos días:

El 27% de estudiantes universitarios no lee ni un libro.
El 32% sólo lee uno.

La media de faltas de ortografía por examen universitario es de 26.

Y en marzo a votar. La que se nos viene encima.


miércoles, 5 de diciembre de 2007

Alfonsina (II)

A mi me gusta mucho Alfonsina y el mar. La conocí a lo grande, esto es, en versión de Machín. Cuento la película como me la contaron a mi.
Resulta que Machín grabó su versión pero no tuvo tiempo de interpretarla, para editar, con una orquesta banda o grupo, porque el pobre se murió, demodo y manera que debieron de orquestarladespués y le arrearon unos arreglos que más bien parecen chapuza o estropicio. De todos modos, la grandeza de la canción y del enorme intérprete la hacen una verdadera maravilla, digna tal vez no de figurar en el repóquer de sus mejores canciones, pero sin duda entre las más emocionantes del tantas veces recordado Antonio Machín.

Hace años, tantos ya, escuchaba todas las tardes de domingo, tristes, amarillentas, largas y breves, en Radio 3 el programa que, por entonces, hacía el sin par Alberto Pérez. En su espacio, Corazón Loco, ponía los bailables de la gran época de la voz en castellano, los estándares de aquí y de allende los mares que reinaban en las orquestas y los picús de los 50. Había, en cada programa, dos momentos tremendos: las canciones dedicadas, que interpretaba a pelo acompañado con su guitarra en unas personalísimas versiones dedicadas al personal. Una vez, en pérfida componenda, la HermanadelPianista y este Nodisparenalpianista le pedimos que dedicase una canción a la MamádelPianista, que, claro, se emocionó la tira y tal, lo normal en estos casos, claro. Fue muy bonito, claro, desde Pamplona, desde el otro lado del mar, desde las ondas y hasta la mansiónPianística. Bueno, a lo que íbamos.


Lo otro era cuando ponía una canción de Carlos Gardel seguida de otra de Antonio Machín. Supongo que su escasa audiencia, se descubría ante los dos más grandes. Recuerdo que, en su trabajo de arqueología musical,en una ociasión radió una jota cantada por Gardel en una curiosa isita que hizo por La Rioja en tiempos del Rigodón. Luego estaba Lucho Gatica, la Sonora Matancera, el Trío Matamoros, Bonet de Sampedro, Bola de Nieve, yo qué se, todos los demás. Pero, para que nos entendamos, Gardel y Machín eran la Chapionslí de la cosa. Lo mismo que Sinatra y Tony Benett, que Dino, lo mejor de lo mejor. Como mi admirado Umbral dice -sigue diciendo-, queda el estilo. Y la voz.


Hacíamos piña, sobre todo tras perpetrar a tres voces Adelita, mayormente con Iñaki y también con Fernando, A Iñaki y a mi, Alfonsina y el mar nos encantaba, Tal vez más a Iñaki, ciertamente. Ahora no me acuerdo si he hablado de Adelita. Tenía ganas de tocar el tema un día, a ver si me acuerdo, querida parroquia.





Si, si, ése Alberto Pérez, el mismo que viste y calza y que cantaba -en plano de igualdad, ojo- con esos otros dos. Ya véis, cómo termina uno, el otro y el de más allá
Ayayay, cuánto daño hacen los duros a los líricos.


Luego la oí en otras voces, claro, es un estándar, pero nunca como en Machín, a pesar de los pesares. Años después, terminado Corazón Loco, con Iñaki y Fernando en la distancia, con als viejas cintas perdidas, el tiempo, ya se sabe, escuché la versión de Joan Bibiloni, el acróbata de la guitarra. Y me cautivó otra vez, claro. Pero siguió paando el tiempo, a mi pesar.


Lo que os decía, tras lo de Luz, pinché a ver si era o no era la versión y no era. Pero me volví a reencontrar con Alfonsina tanto tiempo después, a este lado del mar. La historia no termina. Sigue sonando y paro de escribir.


Por hoy. Y viva la radio.

martes, 4 de diciembre de 2007

La Cocacola

Una vez.



No estoy segura. Diría que, a veces, no todo tiene un por qué. Pero muy pocas veces. ¿Eso será que no todas las preguntas tienen respuesta? Poco probable. Entonces, ¿qué me pasa? Claro, que no encuentro el por qué... ¿Estoy hablando conmigo misma? Pues sí. ¡Qué pasa! Seguro que todos lo hacen. A lo que iba... ¿es posible que mis pensamientos se estén distrayendo de mis pensamientos? Me estoy liando. No me ha quedado claro... ¿Todo tiene un por qué o no? ¡Ah! Que más dará... Es que es eso.


Otra vez


No estoy segura. Diría que, a veces, no todo tiene un por qué. Pero muy pocas veces. ¿Eso será que no todas las preguntas tienen respuesta? Poco probable. Entonces, ¿qué me pasa? Claro, que no encuentro el por qué... ¿Estoy hablando conmigo misma? Pues sí. ¡Qué pasa! Seguro que todos lo hacen. A lo que iba... ¿es posible que mis pensamientos se estén distrayendo de mis pensamientos? Me estoy liando. No me ha quedado claro... ¿Todo tiene un por qué o no? ¡Ah! Que más dará...


La Cocacola. El papelito. Vuelve a leerlo.


No estoy segura. Diría que, a veces, no todo tiene un por qué. Pero muy pocas veces. ¿Eso será que no todas las preguntas tienen respuesta? Poco probable. Entonces, ¿qué me pasa? Claro, que no encuentro el por qué... ¿Estoy hablando conmigo misma? Pues sí. ¡Qué pasa! Seguro que todos lo hacen. A lo que iba... ¿es posible que mis pensamientos se estén distrayendo de mis pensamientos? Me estoy liando. No me ha quedado claro... ¿Todo tiene un por qué o no? ¡Ah! Que más dará...



Hay alguien allí. Pero cómo puede ir por el mundo con una camisa tan fea. Parece nervioso. Eso no tiene sentido. Parece nervioso cuando me mira. Me está poniendo nerviosa.



No estoy segura. Diría que, a veces, no todo tiene un por qué. Pero muy pocas veces. ¿Eso será que no todas las preguntas tienen respuesta? Poco probable. Entonces, ¿qué me pasa? Claro, que no encuentro el por qué... ¿Estoy hablando conmigo misma? Pues sí. ¡Qué pasa! Seguro que todos lo hacen. A lo que iba... ¿es posible que mis pensamientos se estén distrayendo de mis pensamientos? Me estoy liando. No me ha quedado claro... ¿Todo tiene un por qué o no? ¡Ah! Que más dará...


¿Por qué le habré dado mal mi número? ¿Por qué me ha asustado? ¿Por qué ha salido corriendo? ¿Por qué, por qué?


La Cocacola.
*Gracias por la sugerencia

lunes, 3 de diciembre de 2007

El chiste

A ver si nos entendemos. Está el chiste que perpetra Arguiñano:

-Camarero, pacharán!
-(cantando) Pacharán más de mi años, muchos máááááááááásss



Y este es el chiste gráfico que perpetra un ayuntamiento de una ciudad muy mona, cuca, o así -parezco Tintín de puro cursi, oye- con balcón al Mediterraneo.


Ay, qué mala es la cogorza pacharanera.Cuántos han caído por su innoble causa.

Pues no, no pacharán, porque con el apestoso contenedor bloqueando el paso, pues casi que no. Igual es cosa de la Memoria Histórica y los del chotis "ya hemos pasao" y todo aquello.

Sin duda, cosa de Memos es, anda que no.

domingo, 2 de diciembre de 2007

¡Qué trabajen ellos!

todo el día de pachanga,
qué bien se lo monta el tío.
Voy cerrandoque esto no sé lo que está haciendo.No entiendo por qué sale todo_.Todo con una raya de bajodebajo juntopero separado de bajo vale ahora no se porque pega las palabras si tengo que separarlas diciendo espacio cada vez crea palabras que haya que separar con un espacio voy a ir muyde espaciodespaciodespacio junto y separado del anteriortrabajoay, qué trabajoseparadoseparado de lo anterior espacio espacio separado.Fierrocierroy os separa los espacio pesado dragón vago.
El lunes intentaré mejorar. Hasta la vista.

sábado, 1 de diciembre de 2007

Cobardes

Hoy tenía puesta otra cosa, pero la cambio, porque es lo menos que se puede hacer.


Los apóstoles de la equidistancia, desde el primero -hablando se entiende la gente, ¿os acordáis?- hasta el último becerro insultón, tendrán que hacer ejercicios sobre el hilo para ver cómo nos venden ahora la burra.

Dirán que atentado, atentado, no, que ha sido una acción cruzada, un tiroteo o algo así. Mentira cobardona: ejecución mafiosa, probablemente con tiro de gracia, que maldita la gracia. Lo que pasa es que con veinte años, uno se agarra a la vida con las uñas. Y a estas horas, uno está en esas, arañándose el futuro.

Blablabla, el vendedor de burras que sabe que, con las encuestas mucho peores de lo que dice, pierde. Que además ha de seguir con el pacto, porque si no, tendrá que hacer tantas filigranas como el otro para no terminar en el trullo. Que esta misma semana, el miércoles, según parece, estaba hablando -no él, alguno de sus siniestros colaboradores-, mesa y mantel por medio, echando unos potes con los de la capucha: ¿qué hacemos? ¿ganamos o ganamos? Oye, pues si el quilo de ministrilla cutre está a milloncejo de euros, lo nuestro, con denominación de origen parabellum, mucho más, o qué, cagüensós.

A mi no me engañáis. Ni me acobardáis, por mucho que amenacéis e insultéis. Haciendo callo.


PD:Estoy oyendo hablar a Mr. Z, el sucesor de Mr. X. No se atreve a decir ETA. Qué cosas.
Ay, si, una mención, de pasada y justo antes de "por último". Arrebato de valor.