martes, 8 de abril de 2008

Las galletas

Estaba entre pucheros, que es buen sitio para estar, darle al caletre y preparase para las dificultades, o sea, el hambre y tal, cuando, entre lomos y salsa de tomates, cebolla y pimiento verde, que tanto pega con un arroz blanco como entre pan, me ha pasado lo que tenía que pasar. Que me ha entrado el hambre.


El hambre de media tarde tarduna es muy mala, porque es facilísimo sucumbir y ponerse hasta las trancas sin piedad, el cinturón que cede, la puerta que te encaja y el tipito a freír espárragos. Que si son trigueros, con unas patatitas a cuadros y en revuelto, gambas, ajetes, así, alimentan la tira y están de campeonato.




Pues eso, que digo, le meto un viaje al pan con unas redondas de chori y listo, pero me ha parecido excesivo. Total que mientras estaba con un ojo en los espaguetis y otro en el sofritillo, detecto un cartucho de galletas. Y a por él que me voy.


A mi, las galletas me gustan mojadas en leche, como toda la vida, o sea. Pero ahora, con los fuegos a tope, pues mejor no paro. Un cazo está soltando el olor de la baquelita calentada, mientras, ya me he zampado un par de galletas, que me saben a merienda de crío, a recién vuelto del cole,. a las rodillas negras de jugar en el patio, a los deberes, los dichosos deberes, a aquella vespa amarilla como de cartero que corría por fricción y unos desplegables de cartón para pegar calcomanías que podían ser de carreras de trial o del Desembarco de Normandía, que aún me acuerdo. Me doy el lujo de comerme dos pastillas de chocolate. A mi el chocolate me gusta, pero amargo y con moderación. Pero oye, era el remate infantilón.



Total, que entre lomo y espaguetis para el túper laboral, entre cocciones y picaduras de pimiento y cebolla, entre palos de madera de boj y fregoteo rápido de los cacharros para no dejarlo todo hecho unos zorros, el sabor de las galletas me ha sabido a infancia y a lecciones al vuelo de cocina, entre redacciones y dictados, lecturas y quebrados, de la Mamádelpianista cuando me decía que probase el estofado, los garbanzos, la merluza, lo que fuese.


Me gustan las cocinas.

14 comentarios:

Anónimo dijo...

Allí entre tanto deporte nos pegamos unas merendolas que parecemos de todo menos deportistas.

Yo hace poco he redescubierto las galletas Artich, rellenas de chocolate. Y también me recuerdan a mi infancia. Que porque no decirle, fue hace bastante menos que la tuya :P

Lidia

Pd. Contesta emails!!

Anónimo dijo...

Las galletas ArtiAch...

Lidia

Néstor dijo...

No, NO SEÑOR: mi niego. Ya tenemos al Futuro Bloguero que nos pone los dientes largos para que ahora, tú, lleges con las galletas María y los espaguetis y no sé qué más. ¡Al cuerno mi operación bikini! [snif]: voy a asaltar la nevera del despacho.

Juan Vico dijo...

Aquella entrañable frase maternal: ¡te voy a dar una galleta! (o una torta, depende de la ocasión).

Dulcinea dijo...

Yo recuerdo más los juegos del patio del colegio que la comida. Y me ha venido a la cabeza una niña que nos repartía trocitos de su pastilla efervescente (sin disolver) que se llamaba Redoxon y era de vitamina C. El caso es que picaba y sabía a naranja. Estaba buenísima.
Total, su madre creyendo que daba a su hija un aporte vitamínico y nosotras paladeando el manjar...

Nati dijo...

Ultimamente mi desayuno matutino consta de un vaso de café con leche (es que yo ya soy mayor y puedo) con una pasta de galletas maria. A mi no me gusta mojarlas en leche sinó bañarlas hasta que pierden la forma. Y cuantas más haya en la pasta mejor!

enrique dijo...

Me gustan las cocinas a mi también...
Y más la de la casa de mi novia, que al ser un apartamento está integrada en el salón...
Tienes la nevera tan cerquita...

Paco Becerro dijo...

Pues anda que a mi...

Las galletas de dos en dos y con pegotito de mantequilla, solo para que no se despeguen, y a mojar en la leche.

El sofrito de tomate y pimiento que vale para el espaguetti, el lomo, o sólo, resulta muy apetecible.

AnonimoLidia, que buenas las Artiach, concretamente las Chiquilín... pero sin despreciar las de Aguilar de Campoo, las María Fontaneda de toda la vida.

Besos y abrazos

Anónimo dijo...

Cruj, cruj, cruj... [ésa es mi panzaaaa...]. Anda, mira cómo sois, que con tanta animación no sé si me aguantaré hasta la cenaaaaa...
Jo, Néstor, qué nivelazo ¿hay nevera en tu despacho? Qué chics, ays.

Nodisparenalpianista dijo...

Juajua, AnónimoLidia, tu infancia puede que esté más cercana, pero tanta chocolatina te deja pegajosas las neuonas y terminarás por no acordarte de nada. La merienda es lo mejor del basquet,sin duda alguna. Tanto, que s epuede prescindir de la primera parte.

Si, si, ya veo que te gustan tanto, AnónimiLidia que hasta te comes las letras!!

Néstor, yo, por verte en bikini hago la promesa de no hablar nunca más de comida. Pero tú pega la foto!!!

Yo es que era muy buen nene, JSVico, y tortas no, pero voces si que me había llevado,. Que alimentar no, pero espabilar, espabilan mucho.

Ya veo, Dulci a la pobre madre viendo a su hija raquítica y a las amiguitas lustrosas como chorizos. O sea quie lo de las pecas pelirrojoides viene de ahí. O es que no os lavábais la cara después de saquear a la pobre flacucha??

Hola N!! Jo, o sea, que desayunas cemento de galleta colado con café con leche. Eso a mi me encantaba, pero lo dejé cuando aún era más insultanmtemente joven que tú. De todos modos, me has despertado más memoria. Otro día lo meriendo. Oye, ¿has probado a usar ese engrudo para dibujar camisetas?

Amigo Enrique, le alabo el buen gusto por lo de las cocinas, pero ello no evita que le llame perezoso. Hombre, por una cerveza fresquita, lo menos que hay que hacer ee levantarse y dar un paseo hasta el frigo para cogerla. No me diga... ¿se la trae su novia??? Por cierto, ayer en una tienda de discos escuché un disco de Porcupine Tree que estaba descatalogado y que va a aser reeditado en breve. Lamentablemente, olvidé el título. No volverá a pasar.

A mi es que la mantequilla ni fu ni fa, querido FutBlo. Además, la leche empapa peor. Si, viva las chiquilín, peor en este caso hablaba de las galletas María de toda la vida, tipo Fontaneda, las más sosas y, a la vez las más sabrosas. Qué paradoja.

Marta, te digo, yo ya he merendado, juajuajua. Oye, si, Néstor es unnpijo de mucho cuidado. Lo menos sería que montase un festejo en su despacho, ¿no crees?

Juan Manuel Macías dijo...

Pianista, yo voto por Kate para ministra de cultura. Hay que formar urgentemente el F.K.L. (frente kateano de liberación) como órgano consultivo del F.F.L.

Nodisparenalpianista dijo...

Si es menester, exJMMacías, yo la subo al piano y le doy una caja de galletas, hombre. Por cierto, ¿no buscábamos gogós para lo de la gira por Las Vegas?

enrique dijo...

amigo ndap, ya me dirá ese título de PT...

Nodisparenalpianista dijo...

No dude, querido Enique, que si lo descubro, se lo comunicaré al instante. Solidaridad sinfónica.