lunes, 6 de octubre de 2008

Sumando




Una abuelita en una silla de ruedas, que empuja un chico indio enorme, tres puertas. Cuando enfilan el lateral, frente a la Virgen de Montserrat, le va echando besos, muac, muac, hasta que pasan de largo. La señora sonríe.

Una señora y una chica les han ido a poner una velita a la Inmaculada y al Sagrado Corazón. Allí de pie, hablaban de sus cosas.

Pues la semana pasada yo no me enteré. Pues había, como todas las semanas, replica el señor gafotas que dirige los cantos. La feligresa, un poco enfadada, le dice que a ella no la avisaron de que había coro. Pues si que había. ¿Y la proxima semana? Pues también. Pues hasta la semana que viene. Pues hasta entonces. Y se ha santiguado al pasar frente al Sagrario. Una sonrisa. Qué buena pelea entre amigos.

El cura nos ha explicado un Evangelio bastante complicado, por la sustancia y por la narración. Y lo hace fácil. El pobre debe estar algo costipado, porque no paraba de echarse mano al pañuelo.

El indio, tamaño armario, lleva puesta una sonrisa de oreja a oreja que, cuando daba la paz, hemos visto todos, mientras se iba tres asientos a darles la mano a las otras abuelillas.

Dos que llegan corriendo, un poco tarde, y que se sientan en el lateral hasta que ven a su mamá. Cuando pueden, se sientan a su lado.

Está el vecino ese que parece que lleve un peluquín, que siempre camina un poco solo, un poco serio un poco triste, pero que allí parece muy satisfecho en su recogimiento.


Está cada uno con lo suyo, en un mar de oscuridad, pero que, sumando sumando, iluminan bastante, como cuando pones muchas velitas pequeñas juntas.

9 comentarios:

Atiza dijo...

La pasta que se va a ahorrar tu párroco en hoja parroquial! Increíble, incluso has podido atender al evangelio, a la homilía y al catarro del celebrante.
Con una sonrisa a la Virgen, me vale. (A la Moreneta no, prefiero a una más mona)

Myriam dijo...

¡Que bueno pianista!, estas en tó.

Berenguela dijo...

Vaya pianista, este post si es profundo, dan ganas de ir a "recogerse", un poco ...
Ah y no pasa nada por un día que uno "cuelgue" algo circunstancial (lo del Viernes), que es que como somos ... no pasamos una ..

Berenguela dijo...

Vaya pianista, este post si es profundo, dan ganas de ir a "recogerse", un poco ...
Ah y no pasa nada por un día que uno "cuelgue" algo circunstancial (lo del Viernes), que es que como somos ... no pasamos una ..

Nodisparenalpianista dijo...

Atiza, pero qué madrugadora. Pues si, joer, si no fuese tan perezoso (yo) le tendría que ofrecer algún negocio. Pero limpio, ojo, las mafias sólo por aquí. Jo, pues es pena, porque el párroco anterior, como solía traer de peregrinación a polacos de Polonia, de cuando polonia era roja, roja, dedicó una pequeña estancia a capillita de la Virgen de Chestocova (o así), pero ahora está cerrada. A mi también me molaba más, pero en fin.

Myriam, qué modo más delicado de llamarme marujo.

Gracias, Berenguela, tú si que vales y no esta panda de folloneros, que uno se pone un día medio manta y les falta tiempo para sacudir. A recogerse y aexpandirse, de todo un poco, que la semana da para mucho.

Hola Berenguela. Tengo la sensación de que ya he vivido este momento-comentario.

Dulcinea dijo...

Lo que pasa, Atiza, es que este Piansita lleva un marujón dentro. Y está a la que salta. A ver.

Hasta Miriam, entre socarrat y socarrat lo ha notado. Pfff.

Anónimo dijo...

Pianista, eres la bomba. Muy bueno.

María (la que todavia es amiga de Myriam)

María dijo...

que eso de las velitas pasa a veces y entonces si que es divertido ir mirando la cara a la gente.

tienes razon..... sumando, somos muchas velitas!

Nodisparenalpianista dijo...

Oye, Dulci, sin faltar, que "piansita" suena a"duquesita" o así, y eso me huele fatal. Qué quieres, un halcón atento a lo que acontece, aún a riesgo de que me llaméis marujón. Será que el humo del socarrat no era tan tóxico...

Bienvenida AnónimoMaríaqueresisteaÚncomoAmigadeMyriam. Si te parece, para futuras ocasiones (porque espero que vuelvas) te acortaré el apelativo, porque si no, me echo media tarde dándole a la tecla. Gracias, o sea.

Pues si María, son las cosas que hay ahí. Así son: suelen estar delante, aunque no todos las vean. Es bonito intentar contarlas.