jueves, 11 de diciembre de 2008

Mejor el lunes

El lunes, mejor venga el lunes.
Y anotó en el dietario que el lunes pasaría a verle eld e la lavandería. También tenía anotado que pasaría uno de una empresa de papeles que le ofrecía manteles, servilletas rollos de papel higiénico, toallitas suaves para las manos, jabón, lavavajillas, limpiacristales y demás enseres para los asuntos de la higiene del bar.
Uno que le quería instalar unas neveras nuevas y otro de aspecto un tanto siniestro que le había preguntado si había ido alguien más a ofrecerle la mercancia, en referencia a las máquinas tragaperras que él le ofrecía. Si es así, comuníquemelo. Yo mejoraré la oferta. Y ya me encargaré de los intrusos. Al decir "intrusos" se fijó en cómo levantaba la ceja al hablar y sintió eso: que se sobrecogía. Mire, sabe qué apsa, es que el ruido de las máquinas podría ser un poco molesto, y corrigió al ver cómo se elevaba la ceja de nuevo, quiero decir que pueden distraer a la gente que vendrá aquí a relajarse, con su café y sus cosas. Pero... ¿este es un bar de esos? Y marcó una profunda pausa al decir "esos".

Le gustaba el futbolín y el billar, pese a lo mal que jugaba. También las máquinas de milloncete, aunque le molestaba que las de ahora fuesen tan escandalosas. Pero aquello era de bar de vinos, no de cafetería reposada, así que nanay, nada de maquinitas. Y tragaperras mucho menos. Aunque la oferta fue tentadora...

Mientras ponía el café y la escuchaba en la cocina echaba cuentas de recibos pendientes, gastos previstos, consumos por días y márgenes cada vez más reducidos. Y no daba ni para una lavandería, ni para una cocacola de más. Se figuraba que cada cual tendría lo suyo, pero ese consuelo no le bastaba, porque de eso no se come ni se mantiene derecho el bar. El suegro le aconsejaba cuando le hacía los módulos y hasta le había puesto en contacto con un amigo suyo que teníauna bodega y que le arreglaba todo lo que podía los precios de los licores, el vino a granel y un champán muy nuevo que le salía por dos duros. Tú no te apures, hombre, que estáis en buen sitio y si eres paciente, esto sale adelante, que lo se yo. Pero se apuraba, claro.
Pese a ello, se había armado de valor y se había decidido. Que sea lo que tenga que ser, había confeccionado el cartel con un rotulador de trazo imponente y estaba disèsto a darle la sorpresade colgarlo en cuanto echasen la persiana esa noche. Y ahora, la cocacola lo había salpicado.
Cuando lo viese, se preguntaría si eso era un presagio, un aviso misterioso, un pasito torpe o, simplemente un accidente tonto tan fácil de rectificar como repetirlo en otro papel. Oye, le diría, mira se me ocurrio y lo hice. Iba a ser una sorpresa, pero ya que he de repetirlo, te la digo a ver cómo lo ves. Y lo verían. Pero eso sería más tarde, claro.

8 comentarios:

Myriam dijo...

Mira que hoy quería dejaros ventaja pero no hay manera...

¡Otra vez primer! ¡Zas!

Bueno al lío:

Espero que en el cartelito ponga ¡Cerrado por vacaciones! y no ¡Se traspasa!

Nodisparenalpianista dijo...

Ya ves, Myriam, lo uno o lo otro, parece...

Jaja, ayer cartas y hoy ases escondidos, Luisa, si.

Marta dijo...

Siempre nos apuramos más de lo necesario y dejamos las cosas para más tarde de lo que debemos...

Gracias por este rato de Vienés, Pianista. Ya sabes cómo lo disfruto.


(Ahora sólo puedo publicar como "blogger"...).

Dulcinea dijo...

En el cartel anuncia un concurso de croquetas, para promocionar el negocio y para dar a conocer las que hace su churri, esas tan buenas.

¿se apuntará el tío de camisa hortera? Hum... yo creo que sí.

Nodisparenalpianista dijo...

Eo, Marta, pensaba que te había detenido un guardia foresta. Nuestro Vienés, si. Oye, ni idea en lo de las contraseñas, no he tocado nada.

A ver si meriendas antes de escribir los comentarios, Dulci, guapa!!

Myriam dijo...

Si si muy bien ¿y mi regalo? ¿donde esta mi regalo?

Nodisparenalpianista dijo...

Em, um... Myriam, ¿dónde lo puse...?

Myriam dijo...

Siempre igual endeluego, siempre igual ja ja ja