miércoles, 30 de abril de 2008

La venganza de Lem

A ver, que obligatorio no es, eso está claro. Pero no se, el pobre Lem se merecía un buen chorro de comentarios. Bueno, en realidad lo que se merece es que le leamos, al menos Solaris, quee sta requetebien, incluso -o sobre todo- a los no amantes de la ciencia ficción. Es como una vez que uan profesora argumentaba sobre Crónicas marcianas y la ciencia ficción. Yo defendía que era más poderosa su cosa lírica. Y luego llegó Sardá para darle la razón a ella. Pero el trabajo ya estaba hecho. En fin.

Bueno, pego hoy la espampilla del macizo (conste: lleva airbag de serie en la curva de la cerveza y esas entradas interesantes son una alopecia en toda regla, a ver) y que pase lo que tenga que pasar. A ver si se cruje el buzón o algo.
Otro día profundizaremos.

PD: Cerrada ovación para quién ayer participó.

PD 2: dDnde se habrá visto un astronauta con esa facha. ¿Alguien se imagina a John Glenn, un decir, si afeitar? Que no, hombre, que no.

martes, 29 de abril de 2008

En la sala de espera



Que parece la Onu, oye. Que los pobres médicos y las sufridas enfermeras pasan las de Caín para llamar a Mustafá nosecuantos a Chu en Lai no se qué o los pakis y de por ahí, que es que no me extraña que se armen colas, sólo para aclararse los unos y los otros es para que echen la mañana. Si encima el médico se recrea en la suerte por cosa de la profesionaliad y todo aquello, ahí te dan las uvas, como es de ley. Si es que le programan las visitas de cinco en cinco minutos y ya me dirás, que los pobres jubilatas ya se echan el triple en cuanto les piden que se quiten el refajo para verles las pupitas, y los de la Onu, a más a más, que dicen los aborígenes, que no nos aclaramos ni a tiros. En fin.
O sea, que cuando me da visita me llevo un buen libro y a ver si le meto un empujón. Hoy me he llevado un libro de Stanislaw Lem, Provocación, el último, o penúltimo traducido al castellano por uno que nos cuenta en el prólogo lo que le parece a él. No se, un prólogo extraño y prescindible, pero ya que estaba, pues se lee. El libro recoge dos textos a modo de crítica sobre dos libros fantásticos. Fantásticos por inexistentes, digo. En la primera crítica comenta un estudio sobre la génesis y significado del Holocausto nazi. Hay propuestas de interpretación muy interesantes. Me parece muy interesante lo que apunta como un deicidio simbólico el hecho de liquidar al pueblo elegido para, una vez liberados de Dios y del hecho religioso, erigirse como pueblo superior cuyo único límite es su propia voluntad. Claro, en ese plan, si te molesta el vejete, matarile, si te molesta el cojo, matarile, si te molesta lo de la barriga, matarile. Qué cosas, ¿no?

El otro es un comentario acerca de un libro que pretende explicar todo lo que sucede en el mundo a todas las personas en unmismo minuto. Y resulta muy simpático el ejercicio que realiza de matemática recreativa para darnos idea de la complejidad del asunto. Qué voy a decir yo, que llevo no se cuántas entradas dando la murga con un tonto que rompe la estilográfica en un café.

No me esperaba que el libro fuese así, o sea que, en cierto modo ha sdio una pequeña decepción. Sobre todo, porque pensaba que todo el volumen trataba sobre el Holocausto judío. Pero lo que ha supuesto sorpresa, es decir el segundo texto es muy inteligente y personalmente me resulta muy curioso y sugerente. Buena elección al fin y al cabo. Recomendado queda.

lunes, 28 de abril de 2008

Estaba vacía

Iba a tirar de frigo, pero he visto que lo tengo como el de las casas de los pijos. ¿Os habéis fijado en esas neveras que sólo tienen un trozo de magret de pato con pelos, media botella de un rioja, un huevo, medio tomate y un trozo de una barra de mantequilla de papel dorado con letras muy raras, que parece un lingote? Tirarán de telepizza, porque de ahí, no sale una cena ni de casualidad.
Y mira que es fácil, que el otro día unos de túper en el trabajo hablábamos de eso, del apurillo de comida, ay que se me olvidaba y de cómo hacerla en diez minutos o así, con cosicas normales, si te medio apañas. Si al hervir la pasta haces un puñado más tiene un congelado estupendo y te saca de apuros los días malos.


Además, en agua se descongela en un segundo y queda como recién hecha. Si quieres le pegas un par de vueltas en la sartén con ajo y aceite y alguna hierba o no. Un poco de atún y unos tomates, que quedan bonitos los cherris, pero son un poco ñoños, esa es la verdad. A mi me gusta usar tomate pelado de bote para hacerlo frito y así. Se coge ese, se trocea, se guarda el líquido, y se mezcla con la pasta para calentarlo, sin llegar a freirlo y se añade el líquido para que no quede resco. Luego el atún ya mencionado y lo rematas con rúcula, un buen puñado, con cuidado de moverlo, porque es muy finita y enseguida se hace demasiado. Dos vueltas de sarten y listo, casi sin fuego. Lo sacas y lo puedes consumir frío, del yiempo o caliente. Si es en frío, con un chorrito de vinagre de Módena y si es en caliente, le van también unas alcaparras, por ejemplo.
Oye, pues eso te resuelve una comida de túper a las mil maravillas. Con una buena fruta y un chusco de pan para los más muertos de hambre, ayuda a la supervivencia. Y a resolver la güepada de hoy. Qué cosas.

domingo, 27 de abril de 2008

De fotos, zapatillas ramonianas y lo fácil que es leerse unas cositas

A ver, que ya estamos en lo de siempre. La combinación de dos factores hace modificarse el producto. O sea, el tiempo y la máquina que tira de aquella manera. De aquella manera mala, quiero decir, o sea al trote cochinero y cayéndose cada dos por tres. la piratería ya no es lo que era, en fin.
Eso casi suena a las matemáticas antiguas aquellas, no se si os suena.Yo aún me acuerdo del día que las abandoné para poner mi materia gris en empeños mejores. Mejores bajo mi punto de vista, no significa que fuese así, pero al menos me gustaba más. La pobre calculadora científica se quedó a medio amortizar, pero, a cambio, ahora se sacar porcentajes y los entiendo. Bueno, ya lo explicaré otro día. Por cierto, tengo unos temas pendientes por ahí, peor no desesperéis, que ya iré haciendo. Así,a vuelapluma me acuerdo de Ocatarinetabelatchitchit, de Calvin o de algunas cosas musicales. De todos modos, como hay confianza, ya me iréis diciendo, que no es plan hacer ahora una agenda.

Venga, va, al asunto.

Resumen.

La bici sin frenos, los libros, dedicados, pero por los lectores, las botas seguras, aunque Los Ramones eran más de zapatilla J'aiber, o como se llamen, que los humildes éramos de copias Victoria, que le inflamaban a uno el ánimo, con ese nombre, el resumen con foto, como está mandado, que es que uno innova y no se le comprende.
Para lo demás, joer, pues no seáis perezosos, pinchad en la columna lateral y os leeis los días perdidos, que a veces soy un poco taladro, lo admito, pero esto tampoco es Guerra y paz, que en media patada, con botas o zapatillas de baloncesto se tiene bien leído.
Bueno, venga, que no llego. Id poniendo que iré colgando. Hasta pronto, feliz semana a todos.

sábado, 26 de abril de 2008

Vecindarios



Animados. Pero en buen plan. Nada de botellón o sarandonga, arroz con bacalao, ya sabemos por dónde vamos.
Me refiero a la cosa elegante, como decían unos, que tampooco es para tanto. Y la otra, que era la experimental y que tampoco, o sea.

Una canción y una historia. Un entretenimiento, y también invitación para si alguien se anima a echar una mano. Bueno, ya está. Me estoy regenerando, hoy no he robado cuadros. Algo es algo. Letrados, intentaré que no hagáis negocio conmigo, de buen rollo.

viernes, 25 de abril de 2008

Arrebato

Tras un arrebato, según sacaba el voluminoso catálogo de la exposición sobre Victor Hugo, descargó el soberbio tocho sobre su pie izquierdo. Más concretamente, sobre los dedos. De más daños le libró el hecho de que calzase unas viejas botas de imitación de las de soldado, reminiscencia de su anterior vida como casi punqui. En realidad no es que le gustara aquel submundo más bien sucio y de discursos primarios, pero es que había heredado las viejas cintas de su hermano, llenas de Clash, de Damned y hasta de Ramones. Y aquello no le cambió la vida, pero le entretuvo bastante. Una vez, con una de Violent Femmes, intentando darle la vuelta con un bic, le dio un golpe de mano más fuerte y empezó a salírsele la cinta. Al intentar acelerar para que volviese a poner en su sitio, se le lio aún más. Y cuando quiso desliarla, terminó por llenarla de nuditos. Bueno, tampoco era tan grave. Ya la compraría en otro momento. Las botas de punqui.

Una vez le dijeron que tenía aspecto de poeta, pero es que no se había peinado. Si le hubiesen visto los pies, le habrían dicho que parecía el primo tranquilo de Joe Strummer. A veces no le entendían.
Un día dejó de ponérselas. Y se pasó al abrigo. Y a veces olvidaba el peinarse. Pero iba bien. El abrigo, porque en el bolsillo interior podía coger la pluma. De todos modos, a fuerza de ponerla y sacarla, la había forzado un poco de manera que a veces se le caía. A fuerza de agacharse a recogerla, se había terminado por acostumbrar. Menos mal, por suerte no se me ha roto, se decía siempre.
Hasta que se rompió. Y dijo, vaya, mala suerte.

jueves, 24 de abril de 2008

Dos horas (o menos o más)



En cosa de dos horas, menos, no se, igual una, hay que liberarse de la esclavitud de los relojes, de pulsera o esposas, en el móvil, como grilletes, hemos pasado de la cortina de agua al sol como secadero de charcos.

Se oía el repiqueteo, tictictic de los gotarrones sobre el tejadillo de la marquesina del autobús, la sirena de una ambulancia, uno que salta para subirse o para bajarse, que con el paraguas no entra -o no sale- y que se lleva un remojón de campeonato. Mucha gente se enfada. ¿No serán capaces de escucharla? ¿Nunca habrán sentido ese olor de hierba recién mojada, de piedras, grises, negras, adoquines cuando les dan las primeras aguas? Normal enfadarse si nunca lo has disfrutado, creo.

Hace unos días, hablando de no se qué -también me voy haciendo libre de la memoria-, a Rocíon le dije en un comentario que la lluvia hay que bebérsela. Una vez estuve viviendo en un sitio donde el agua de beber era de lluvia. A mi, que el agua no me gusta ni en hielo para refrescar el pacharán, os aseguro que me sabía mejor de lo que nunca, ni antes ni después me ha sabido. De eso si me acuerdo.





Me gusta la lluvia. Hasta cuando no se deja ni ver ni beber.

miércoles, 23 de abril de 2008

Hoy tampoco

Pues ya estamos aquí otra vez, celebrando y tal.
Y los tontos, hala, a seguir haciendo de oro a los Lara y esa gente. Pues me parece bastante idiota. Porque el día del libro se debería de celebrar leyendo, me parece a mi. Así que cierro y me voy a celebrarlo. Leyendo.

Venga, va, seamos interactivos. ¿Alguien se anima a recomendar algo para leer? Lo que sea que guste.
Rompo el fuego con uno, entre muchos.
El grito de la lechuza, de Patricia Highsmith. Porque me gusta, porque es emocionante, porque da pena y porque a veces las cosas son como en las pelis de cine negro.

martes, 22 de abril de 2008

Los Windsor

Nosotros, los Windsor, si es que se te llena la boca imaginándolo. Yo soy muy de Windsor, tirando a Mountbatten, que era lo más. Al pobre Lord se lo cargaron los bestias del IRA, que una cosa es una cosa y la otra ir matando gente. Basura de tíos, joer.

Ahora, bueno, hace un tiempo, se los toman a pitorreo, y es que también tienen lo suyo, pero oye, como en todas partes, poco más o menos, que si la pedorra de la Leti, que si la Caperucita tonta aquella de Holanda o de Dinamarca o de por ahi, o que si el canijo de Sarko, con su tacón cubano y tal Que ojito, esto no es cosa de monarrquismos y republucaneces. Mira al Putin de karateka. Un tío del KGB, pasado de vodkas y vestido de karateka repartiéndole leña a un pringado que pasaba por allí. Qué mal rollo.

Bueno, están con un rollo sobre que si el principe Harry o el otro, no se, que se ha cogido un loquileto para ir a ver a la churri y que otro día se fue a recoger al gañán de su tete para irse de picos pardos a una despedida de soltero o a un botellón del Manchester United. Oye, pues deja a las criaturas, que están en edad de hacer un poco el ganso. Y que dejen tranquilo a su padre, que bastante iene con lo de las lechugas ecológicas de Balmoral y todo aquello. Que tú dices, me voy de vacaciones a Benidorm o de find e semana a Palamós y pse. Pero dices nosotros los Windsor vamos a reposar unos días a Balmoral y te quedas más ancho que largo. Y a mi, un tío que se arrea una falda de cuadros y en lugar de parecer una Nancy Rubia que se casa con Alaska sigue elegante y estupendo, pues oy, mis respetos. Y si encima era el niño de sus ojos de la Reina Beffeater, pues a más a más que dicen fatalmente por aquí.


Que a ver, digo yo que el jardín de la nena esa ha de ser de campeonato, porque un Chinook no se aparca en cualquier sitio, con la doble aspa y todo aquello. Os lo digo yo, que entre robo y robo de museo, me estoy dejando un jornal en párquines.

Pues eso, que a ver si no, que se nos llena boca poniéndoles a caer de un burro, pero a ver a quién no le molaría pillarse un Chinook para irde de juerga vikinga -o sajona- con los amiguetes, irse a tomar unas birras con la nena, ¿te subes a mi loquileto? y terminar la pachanga tomándose unas ginebras -ahí yo me pasaría a las Tanquerays, que es como ser del sector crítico, respetuoso en la disidencia- frente a la chimenea aquella grandota de Balmoral, o sea. Y luego, si te traspones, a dormir la taja allí mismo, Tapado con la falda de cuadros. Que tiene pinta de dar un calorcito estupendo. O sea.

lunes, 21 de abril de 2008

Todos esperábamos más, Tomás.

Tardes de toros, dos, para abrir la temporada por aquí. El Cid, Fandi, Talavante, el sábado. El domingo, Finito, José Tomás y el Juli. Dos carteles muy solventes, como para atraer al aficionado y al curiosillo, o sea, bien. La cosa es que ofertan mejor precio comprando las dos, al estilo de un miniabono, pero el que llena es José Tomás, está claro.

José Tomás es leyenda, con todas las letras y a mi, la verodad, me encanta, pero ahora le voy a dar un poco de leña. Las plazas tiene sus ídolos y tienen también sus fobias. Eso puede que no sea justo, cierto, pero así son las cosas muchas veces. No se, igual Antonio Gala es un fenómeno en ocasiones, pero yo lo tengo, mayormente atravesado. Si no nos insultara, pues mejor, pero para mi que se le ha ido la pelota hace unas temporadas. Y escribe en El Mundo, fíjate tú qué cosas. En fin.


El toro parece que espere que crezca el pasto. Finito, que se mueva. El subalterno del fondo, que le dejen cantar una jota y los de la empresa, haciendo negocio o esperando a ver si les cieran el chiringuito. Pero ahí siguen. Así.

Bueno, lo peor, y con diferencia han sido los toros. en general de estampas más bien bonitas, de pesos correctos pero flojos de fuerza. No mansos, ojo, pero desganados, sin gana de entrar al trapo, soso, vaya. Y en eso, Tomás, toreando de cerca, lento, bajo, pues se luce a lo grande, es la verdad. Algunos le gritaban que eran cabras y no toros, y que a ver si lo repetía con morlacos de verdad. Pero a mi lo que me ha podido es que ha matado fatal.

El año pasado ya mató de pena. Y este, igual. De cuatro toros que le he visto matar, les ha metido no menos de doce estocadas y un montón de descabellos. Y eso se le puede disculpar la primera temporada por la falta de ritmo, forma y recorrido, pero ahora creo que se le debía de exigir bastante más. Por lo menos si le seguimos dando consideración de primer espada, y nunca mejor dicho. Porque de modo mucho más modesto, El Cid estuvo mucho más torero, serio, eficaz y solvente, con un faenón en el segundo que le valió dos orejas. Y el domingo, el Juli, creciéndose y haciendo vibrar con un faenón de muleta muy emocionante y lucido, estoueando justito y con una oreja muy bien ganada. Tomás, si mata, se lleva lo que le de la gana, porque tiene a la gente en el bolsillo. Porque después de tres pinchazos malos, pero que muy malos y dos descabellos tuvo dos ovaciones con la gente de pie. Y eso tampoco es justo. Por mucho que Sabina nos amenace si lo decimos. Pero es que no.
Tal vez el público es demasiado riguroso con Finito, demasiado generoso con Tomás y demasiado poco implicado con los que son menos figuras. Pero eso mejor que lo digan los que más saben. Me quedo con una impresión: que pocos espectáculos, probablemente ninguno exceptuando el furbo, mueven tanta gente. Y que pocos son capaces de arrancar tantas pasiones.

Y dejo para otro día los comentarios marujiles y gamberrones sobre las dos jornadas, que se que os gustan , pero que ahora quedaíia largo y ya tengo sueño. Seguirá, vale.

domingo, 20 de abril de 2008

Sobre la ironía, las series perdidas, el laberinto de los supermercados y cosas de lluvia

Lunes


La ironía del lunes estaba en la modestia del sabio que conoce sus limitaciones y prefiere callar la boca y dar la palabra al que sabe, frente a la soberbia del memo engreido que pretende dar lecciones cuando no sabe hacer la o con un canuto. Por eso se prefiere a unos y se rechaza a otros, supongo.



Martes


Pues el soplo puede estar en lo cierto. La serie de marras era "Dentro del laberinto". La música me ha sonado y alguna estampilla también. A ver si le doy al pirateo. O mejor no. Que debía de ser muy mala, muy mala. Y según como, mejor un buen recuerdo confuso que una mala aclaración. Ay, qué pesimistón ha sonado esto, ¿verdad?



Miércoles



Los jaicutres fueron un invento chusco que se me ocurrió para llamarle a lo que acontecía en primavera en Ikea: que los compradores florecen por todas partes. Anduvimos haciendo bromas con nuestro añorado Peter y me acordé del asuntop tras repasar unas entradas que llevaba con retraso del amigo EGMáiquez, dolorido y picajoso por lo de los mosquitos, me figuro. Y lo celebré como ha de ser, con ríos de alcohol, que los amigos, el uno, el otro, todos, lo merecen.


Menuda afición hay aquí por los yintonics...



Jueves



Cito a Paco Sánchez a propósito de unos cajeros de super y tal. Pero a quien no recibo por aquí ni por casa con un cheque regalo, carrito cargado o camión de viandas, es al Roig del Mercadona. Pero hombre, con la propaganda que le hago, se podía marcar un detallito.




Viernes


La historia del Vienés. Un planchazo, sin duda. Pero mientras haya material y Marta responda, seguimos.





Sábado



Vamos a montar una franquicia de museos de labrones, como el guguenjeim pero ilegal. O sea, parecido. Pero con calidad, ojo, que ya que le damos al loquileto y hemos implicado a Néstor y sus pleitos, la colección tendrá quee star a la altura.



Domingo

Pues ya estamos aquí. Velando armas para ver a José Tomás a ver qué tal y mirando al cielo, porque amenaza chaparrón. Y ahora os dejo, que estoy pirateando unas pelis de cine negro y eso tiene mucho peligro, por los tiros que se escapan y las mujeres fatales que te atrapan.
Feliz semana para todos. Queda inaugurado este minichat.

sábado, 19 de abril de 2008

Goyescas y así

A mi Goya, pues ni fu ni fa. De hecho más bien fa que fu. Tururú. O sea, que no.
A Goya le han revitalizado los modernos sección siniestra o expresionista alemana -pero de esos hay menos, porque se les presupone un bagaje cultural y un ojo artístico que no cunde, porque lo que toca es analfabetizarse y, como mucho la peña ya no ve cuadros sino logotipos. Logotitos, que decía una, que ya dije en el paleozoico de esta protogüep-, porque les ha gustado bastante lo de las pinturas negras. A mi antes me daban un cierto susto y ahora un cierto mal rollo. Que si, que vale que bien que oye, pero gustar, gustar, lo que se dice gustar, pues más bien no.

A mi de Goya me gusta La carga de los mamelucos, que es historia pura y dinámica extasiada. O sea, fondo y forma, como si dijéramos. Un poco a lo futurista, loa d elas glorias nacionales y movimiento, energía a la vez. A mi el futurismo me encanta. Supongo que por breve, por fugaz, porque no tuvo tiempo ni a decaer y porque es fría pasión. Y porque pintaban ciclistas también. Pero de los mamelucos, otro día.
De Goya me gusta aún más La lechera de Burdeos, que es un pedazo de morenaza de campeonato, iluminada como nunca y rizada como su melena. Las goyescas tampoco están nada mal, ojo. Resulta que ahora dicen que La lechera de Burdeos no es de Goya. Pues será de Burdeos. En cuanto la enganche al loquileto, de mi museo. Y a pasarlo bien.

viernes, 18 de abril de 2008

No es nada

-¿Y eso?

-Nada, no es nada -dijo retirando la mano, como si ocultando la quemadura en el índice se curase de golpe.

-¿Te has quemado?

-No te preocupes, la plancha, me despisté, los manteles, total, si lo puedo hacer yo - y siguió moviendo con la espátula las croquetas que, en medio minuto más, estarían en su punto.

Aún quedaban unas pocas.
Clin, clin. La puerta.

jueves, 17 de abril de 2008

El Yoni

Llevo una temporada con algunos problemas técnicos, más de los habituales, teniendo que empeñar más minutajes de los necesarios para pegar las güeps, con lo que he tenido que retraerlo de las visitas a las güeps amigas. Por ello he perdido lo mejor, porque en este caso, el vecindario es mucho más sabroso que el rancho que servimos por aquí.

Sobre cosas alimenticias escribía el sin par Paco, profe y amigo, o mejor dicho, acerca de los asuntos de la intendencia, a propósito de un sucedido con las cajeras el súper. Ya sabéis, porque alguna vez lo he pegado por aquí, a mi lo de la compra alimenticia me va. Cuando, intentando ponerme al día de las lecturas perdidas repasaba lo de Paco, recordé una tontadita que me pasó el otro día en el Mercadona.


Resulta que encaraba ya la ristra de cajas evitando la tercera, que tiene una columna al salir y no hay manera de dejar el carrito, mientras veía las evoluciones de un dependiente que iba de lado a lado llevando algo en sus manos. Era el cambio, monedicas por billetes, algo así. El Yoni de turno sonreía nervioso y para mi que hasta sudaba, intentando hacerlo muy requetebién para empezar a cosechar méritos. Me puse en su caja.

Para mi que cuiando de reojillo vio otro cliente en la cola, le debieron empezar a temblar las piernas. Al que me antecedía, le hizo firmar lo de la Visa en el tiqué de compra en lugar de en la pantallica es de cristal líquido, que me da a mi unas ganas de ensartarla como una aceituna a ver si repringa, que cristal líquido me ha sonado a mi siempre muy poético. El pobre Yoni, que estaba pasando las de Caín, recibió la asistencia de su vecina de caja, que le explicó al botón que tenía que darle para activar lo de la firma o así, y él, entre sudores fríos y la mejor de las voluntades le agradeció la ayuda con uan sonrisa y algo parecido a un uf. El chaval me fue pasando la mercancía hasta que se atrancó con un código de barras de algo, al que le consiguió dar el rayo láser después de varios intentos, lo que me dio tiempo para ir cargando el carro, de modo que terminé cogiéndole los productos de la mano según los pasaba. Son nosecuántos con nosequé. Pues vale. Espera, que tendo los catorce céntimos. Y el Yoni, con sus pelos engominados hacia arriba, sus movimientos, casi espasmos, nerviosos del estilo de primer día de responsabilidad en el curro, de venga chaval, que hoy has de espabilar, me dijo gracias o algo así y yo le dije hasta luego al irme. También le podía haber dicho, muy bien Yon, o Yonatan, o como se llamase, que te veo que eres nuevo, pero que me has atendido rápido, bien, has tratado con delicadeza mi compra, te has dejado ayudar y lo has agradecido. Que muy bien, tío. Pero no se lo dije.

No lo necesitará, seguro. El Yoni ese, tenía aspecto de aferrarse a su trabajo como cuando de verdad lo necesitamos. Su sudor frío no era el del miedo, sino el de quien no puede permitirse perder lo que tiene, mucho o poco. Tal vez el futuro.

Mis respetos para Yoni y para la cajera de Paco, la buena gente.

miércoles, 16 de abril de 2008

Remedio para sedientos (I)

Esta tarde he hecho como decía uno con el colmillo salomónico, pongamos Paco Umbral, como algunas señoras de la Gran Vía, que parece que se toman una soda o sililar y se están pimplando un yintonic.

Y se me ha ocurrido este jaicutre doble. Doblemente jaicutre. Un horror, pero sabe bien



El sol se desliza

tarde en la tarde,

se acaba mi botella



Una Tanqueray

un vaso limpio

Disfrutando mi tiempo

martes, 15 de abril de 2008

Aquella serie

Un tema recurrente con el que suelo dar la murga a propios y extraños -jaja, graciosillos, ademas de la güep, que es que tenéis unas ganas de broma que pa qué- es la serie misteriosa.


La serie misteriosa es una que echaban los viernes por la tarde, diría yo, aunque no me acuerdo, a la hora del café con leche y las galletas de la merienda, lo que os contaba la semana pasada, creo. Era una cosa así como fantástica pero tengo lagunas, ya digo. De eso hace ya un tiempo, porque a ver, en mi tierna infancia ya existía la tele, que tan carcamal no soy, ojo, peor era de la tele aquella cuando sólo había os y encima eran razonablemente buenas. Que tiene tela la paradoja capitalista: a menor oferta, mayor calidad, como si fuese el mejor sueño de un soviet de la campiña checoslovaca, y si emnbargo ahora, con una cierta saturación controlada y otorgada del espectro el producto es una castaña sin posibilidad de remisión. A ver qué día a algun gobernantillo o gobernantilla le da por echarse al monte y permitir que todo aquel que tenga pasta y ganas monte una tele, una radio o lo que le de la gana, con la única condición de cumplir con la Seguridad Social y el Código Penal. Ahora me he ido de la idea.





Ésta no era. Es Espacio 1999, una serie increíble. En el cole usábamos los transportadores, que era lo más parecido que había a las pistolas de los aventureros de esa serie. Ahora que me fijo, tenía pita de bicharraco esas naves...



Resulta que era una serie de jovencitos de todo pelaje y colorín, un negro, una sueca, un gordopilo, tomo muy multitodotal, ya digo, una cosa de ciencia ficción, unos adelantados a su tiempo, que parecen jipiosos de los de ahora. No se qué les pasaba, pero había una cueva, se metían y aparecían en una especie de nave espacial, o algo parecido. Y de allí intentaban volver a sus casas o algo parecido. Luego estaba el puente de mando de la nave que era un sitio tremendo, con manivelas, bombillas y cartón piedra, o sea, como la vida misma en el espacio. Luego uno que veía desde la cueva o desde no se dónde el cottage o como le llamen por esos lares -los británicos, no los marcianos- al chalé de Benalmádena o por ahí.


Hace unos días estuvimos hablando de esto una cuasi compañera de generación y yo y algo nos sonaba, aunqe no fuimos capaces de precisar ni medio dato con sentido. Todo era me suena, me suena, pero ni idea de algo seguro. Bueno, la cosa es que con la tontería echamos el rato y que con esa misma tontería, os he colocado la entrada de hoy. Si es que alguien ha llegado aquí. Si es así, recordad, ojito con meterse en las cuevas que tienen luces raras, que o son una nave espacial o una discotecha chunga. Y si a alguien le suena, que lo comparta. Lo de la nave espacial. O lo de la disco chunga.

lunes, 14 de abril de 2008

Por qué tememos a los unos y deseamos a los otros



Nombran ministra de Defensa a una persona cuyo currículum profesional es el que sigue: Es licenciada en Derecho y ha ejercido la docencia como profesora de Derecho Constitucional de la Universidad de Gerona.


Lo demás, carrera política a la sombra de sus jefes, desde el presidente al triste Rubalcaba o al gran Montilla.





Entrevista con Antonio Mingote a propósito del último libro escrito por José Manuel Sánchez Ron y que él ha ilustrado y que se titula "Viva la ciencia".



P: ¿Podría explicarme en tres líneas el principio de incertidumbre de Heisenberg


R: Pues no, incluso el propio señor Heisenberg necesitaría muchas más líneas. Y eso que él sabía de lo que estaba hablando, lo que a mí no me sucede.

domingo, 13 de abril de 2008

La semana veloz (y sin foto)

Ayayayayayayyyy que se me ha echado el tiempo encima y luego me echáis la bulla porque me curro poco los rsúmenes. Pues nada, me lo trabajo, pero a toda prisa.Forza Italia.
Lunes, Aurelione Buonasera, el hombre que resistía a los fusilamientos. Oye, un héroe. Martes, qué curioso. El otro día descubrimos la legión de asterixmaníacos y hoy la de galleteros. Viva las galletas. Miércoles, tercer día de la semana, deciado a Third, el cuarto disco de... bueno, es igual, que no os vi muy animados por esa cosa musical. Es lo mismo. El disco me ha gustado mucho y quedo a la espera del inminente nuevo trabajo de Massive Attack. Viva Bristol. Jueves: estaba entre robar el cuadro o soñarlo, ásí que me puse a contarlo. Viva las vacas. Viernes y café, un general que fue capitán, un capitán que será periodista, una historia puede que amarga puede que caliente, puede que sabrosa, puede que añorada, siempre deseada, como el café. Sábado, como hoy, sin tiempo, pero siempre hecho un pincel. Y hasta hubo comentarios; si es que sois unos soletes, jolines.

No pego estampa, por no perder tiempo. Queda abierto el chat.

sábado, 12 de abril de 2008

No tengo tiempo


...pero algo dejo, por si algún ocioso quiere decir algo.
PD: pero qué bien combina el color del dibujín con el color de la güep, pardiez.Ni hecho aposta

viernes, 11 de abril de 2008

El sorbo de café



Al dar un sorbo al café volvió a estar allí.


Disculpe, está libre el asiento, le preguntó señalando el sofá, en donde había dejado el diario. No, por supuesto, si usted gusta, le dijo casi reverenciándole. En el casino todos eran iguales, y sin uniforme, de traje, de fiesta, cómodos, como estuviesen, regía la norma de la cordial caballerosidad, la pura educación, sin galones ni orden del día. Y allí se sentó aquel hombre que, por la edad, no debía de ser menos que general. En la reserva, por supuesto.

Y dígame, joven, que hace usted aquí, con tantos papeles.

Y le contó, que estaba allí destinado, ero que le gustaba. Que a veces era un poco incómodo, que tanta seguridad activa, pasiva y perifrástica, pero que le gustaba su labor. Pensó que era complicado bailar con las mocitas, pero le dijo que a veces era complejo confraternizar con los civiles. Como era hombre de experiencia supo de lo que le hablaba y le dedicó un condescenciende ya comprendo. Me gusta escuchar la lluvia. Me gusta cuando limpia el aire y refresca el ambiente. Me gusta que a veces una señora nos diga, después de tanto decirnos de todo, ustedes no son malos. Condescendiente, cerraba los ojos.

Pero dígame, tantos papeles, que hace usted, joven. Y le explicó. Que en su pueblo había hecho con unos amigos una revista en ciclostil, y con otro había montado un programa de música en una radio piratilla que apenas alcanzaría tres casas, pero que daba una murga de campeonato. Así que ahora que he consolidado el destino, voy a presentar los papele spara ver si me voy sacando la carrera de periodismo, poco a poco.

Le cambió el semblante. ¿Periodismo? ¿Periodismo? Los periodistas...

Y lleno de valor, le aclaró. Como en todo, hay buenos y malos periodistas. Yo quiero ser de los buenos, claro está. Y no supo que más decir.

Silencio.

Vió como miraba el café mientras él comenzaba a sudar y movía, nervioso, el boli con el que trataba de rellenar los papeles de la inscripción.


¿Así que periodista, dice usted? Conocí yo en Ávila a un periodista que andaba en mi batallón, sería en el 38, que siempre perdía sus gafas, pero que demostró compañerismo y valos a sus compañeros. Creo que estaba ahora por Valencia, o por sitios del Levante. Y siguió contándole sus peripecias. De vez en cuando, metía baza y veía con cuánta atención le escuchaba.

Ahora si me perdona, iré a reposar un poco, le dijo al cabo de un buen rato, y me permitirá que le convide a estos cafés, para que se acuerde de su promesa de hoy, para que cuando sea periodista, sea usted bueno. A sus órdenes, creyó que tenía que decirle. Pero símplemente le dijo, no tema, lo haré.

Después de aquel intenso, provechoso día en el campus con tanta reunión y con el consejo y ayuda de Don Ángel, aquel café le supo a alivio y a buen augurio. Cuando estaba recordando la coversación con aquel general vió como estallaba la estilográfica del que estaba sentado, como al salto del caballo, dos mesas más allá. Pero no se distrajo.



Al dar un sorbo al café volvió a estar allí.

jueves, 10 de abril de 2008

Esto es una vaca


Según recuerdo, que la memoria es traicionera y las horas de estudio nunca suficientes, anduvieron Theo van Doesburg y Mondrian colaborando en sus cosas de pintura y de teosofía, que ya se sabe que en las tierras frías y oscuras la gente lee mucho el periódico y termina por dedicarse con verdadera pasión a esos menesteres.
Van Doesburg abstrajo de una vaca una figura cuadrangular, una especie de deconstrucción, como si dijéramos. En eso estaban, en que si la dinámica de los colores, la espiritualidad de la línea, el más acá del trazo y la trascendencia de la composición.

Me imagino, por las pelis, claro, ese tiempo en blanco y negro y con una cierta aceleración en la cámara de manivela, porque a falta de motor, el ritmo es así. Y, allí, en mitad de ese largometraje, un estallido de formas sencillas, de colores básicos, como una ráfaga de modernidad imposible. Entre levitas y bombines, motores antiguos y maquinismo moderno, unas pinceladas puras. Cosas que se me vienen a la mente.


Un día Mondrían pintó algo en diagonal. Es decir, cedió los ángulos rectos y optó por formas de rombo. Y se lió una buena. Al parecer, a van Doresburg le sentó la cosa como una patada en los dientes, se peleó muy duramente contra él y dejó de hablarle. Y el uno siguió con su arte puro y el otro también. Cada cual conforme a su ortodoxia, por así decirlo, a su aire y labrándose su propio camino. Pero no se volvieron a hablar nunca más. Sus caminos, de angulados, intersección de artistas, se convirtieron en paralelas de rivales.
Según las cosas de la prospepridad y la fama, Mondrian llegó más lejos, porque a alguno le suena y hasta hay una Vespa y unos servilleteros de La Casera inspirados en su obra. Al pobre Theo van Doesburg le conocen tres o cuatro y a su vaca aún menos. Yo soy más de Mondrian, sobre todo en su versión bugui-bugui, pero me encantan las vacas, las vacas de campo, con moscas de campo, su calor y sus cosas para el abomo. Son majas las vacas, hasta para van Doesburg.

Para el museo.

miércoles, 9 de abril de 2008

Third


He oido una canción de Third, que, como su propio nombre indica, es el cuarto disco largo de Portishead. Humor británico, ya se ve. Dummy, uno, Portishead, dos, el directo en Nueva York, en el Roseland, y cuarto Third. Es que es directo. Ya, pero disco, que mis buenos duros me costó. Y luego los singles al estilo de EP, o sea, medio discos. O sea, complicado.


Total, que hoy mirando, localizo, Teddi, cielito lindo, unos cuantos presuntos Thirds que parecen fetenes. Oye, y ahí que los pongo. Y terminan. Y ahora tengo uno que resulta que no es. Que es algo de unos tíos que digo yo que rsponderán al nombre de Acid Dub Nucleik. Igual no responden, que estos colgados a saber. Suena a dub y algo de bass and drum, que suena la mar de antiguo, pero es que es así. Mientras perpetro esto, suena. Suena muy bien. Ay, que va a resultar que llevo un jamaicano dentro. Por eso será que me cae tan bien Horace Andy y Joaquín, el rastafari arrancahuesos. Creo que nunca hablé de Joaquín por aquí. No el de los libros, el otro. A ver, un día me pongo.
Por otra parte, Machine gun, la primera canción colgada en internet de Third, cuatro disco, ya he dicho, es una castaña. Petarda, fea, buuuu, fuerafuera. Mano Negra, aquel gran grupo tenía una canción que se llamaba igual. Qué pena que de Mano Negra sólo perviva el vago de Manu Chao.Esa si que era buena. Casa Babylon. Yo una vez vi a Mano Negra.
Bueno, sigo intentando bajarlo.
Y el 14 me lo compro.
Teddi, las sales, que te da el telele.

martes, 8 de abril de 2008

Las galletas

Estaba entre pucheros, que es buen sitio para estar, darle al caletre y preparase para las dificultades, o sea, el hambre y tal, cuando, entre lomos y salsa de tomates, cebolla y pimiento verde, que tanto pega con un arroz blanco como entre pan, me ha pasado lo que tenía que pasar. Que me ha entrado el hambre.


El hambre de media tarde tarduna es muy mala, porque es facilísimo sucumbir y ponerse hasta las trancas sin piedad, el cinturón que cede, la puerta que te encaja y el tipito a freír espárragos. Que si son trigueros, con unas patatitas a cuadros y en revuelto, gambas, ajetes, así, alimentan la tira y están de campeonato.




Pues eso, que digo, le meto un viaje al pan con unas redondas de chori y listo, pero me ha parecido excesivo. Total que mientras estaba con un ojo en los espaguetis y otro en el sofritillo, detecto un cartucho de galletas. Y a por él que me voy.


A mi, las galletas me gustan mojadas en leche, como toda la vida, o sea. Pero ahora, con los fuegos a tope, pues mejor no paro. Un cazo está soltando el olor de la baquelita calentada, mientras, ya me he zampado un par de galletas, que me saben a merienda de crío, a recién vuelto del cole,. a las rodillas negras de jugar en el patio, a los deberes, los dichosos deberes, a aquella vespa amarilla como de cartero que corría por fricción y unos desplegables de cartón para pegar calcomanías que podían ser de carreras de trial o del Desembarco de Normandía, que aún me acuerdo. Me doy el lujo de comerme dos pastillas de chocolate. A mi el chocolate me gusta, pero amargo y con moderación. Pero oye, era el remate infantilón.



Total, que entre lomo y espaguetis para el túper laboral, entre cocciones y picaduras de pimiento y cebolla, entre palos de madera de boj y fregoteo rápido de los cacharros para no dejarlo todo hecho unos zorros, el sabor de las galletas me ha sabido a infancia y a lecciones al vuelo de cocina, entre redacciones y dictados, lecturas y quebrados, de la Mamádelpianista cuando me decía que probase el estofado, los garbanzos, la merluza, lo que fuese.


Me gustan las cocinas.

lunes, 7 de abril de 2008

La mañana

La mañana en que iba a ser fusilado, Aurelione Buonasera preparóse una rebanada de pan de hogaza, un tanto reseco, pero que bien tostada y con un poquín de aceite y un ajo frotado, disfrutó como si fuese un manjar celestial.


Como no perdonaba salir de casa sin tomarse uno, Aurelione Buonasera, la mañana en que iba a ser fusilado se tomó una buena taza de café recién hecho, sin azucar, calentísimo, que le empañaba las gafas de montura antigua pero pulcras, bien cuidadas, grandonas, feas, pero personales. Aureliano Buonasera no se cuidaba demasiado pero nunca caía en excesos. En su vida, la quietud, la serenidad, el trabajo bien hecho, la calma en el ánimo cuando todo a su alrededor la perdía, le caracterizaba y daba de él una imagen de aplomo, tranquilidad y hasta desapego por las cosas mundanas. Sus únicos excesos, esos cafés matutinos y la chispita de aceite que tomaba de más. Su médico, el que había sido su médico de cabecera los, al menos últimos cincuenta años, le recriminaba lo del café por la presión y esas cosas, muentras le daba unas caladas a los puros que le regalaba el propio Aurelione Buonasera. Menudos consejos me das, Cosimo, viejo amigo. Déjate de amistades y no tomes más cafés. Y le daba otra calada.



La mañana en que iba a ser fusilado Aurelione Buonasera lucía un día radiante y decidió que sería bueno tomar un paseo ya que nunca había sido aficionado a los baños de sol. Esas cosas modernas, las camisas de tirantes como de picapedrero y los calzones caídos de mendigo o de jugador del balón siempre le resultaron poco placenteros a la vista, así que nunca terminó por aficionarse a aquella extraña pasión que envolvió, por aquellos años a su estimados vecinos.

Camino de la universidad, Aurelione Buonasera, la misma mañana en que iba a ser fusilado empezó a recordar cosas antiguas. El crujido de una piedra al partirse le recordó a su pueblo, el camino de la cuesta que llevaba a las casa altas, cómo los carreteros chillaban a los bueyes y a los niños para que se apartasen. El cojo Bondone, al que, según la leyenda le había desgraciado el pie una carreta que le pasó por encima, aunque otros decían que no, que se lo partió cuando huía, recién descubierto por las mozas, por haberle pillado espiándolas cuando se bañaban las piernas en el río. También se acordó de las campanas, de su madre, que cosía, de su hermano, que quería ser soldado y que bebía licor en el casino y de una vez que le metieron en un desván polvoriento, con ratas y bichos por haber hecho alguna trastada. Desde entonces, ese era uno de sus secretos, no gustaba de quedarse en espacios angostos y con poca luz. Años después, cuando trabajaba en una fundición y estudiaba de noche las letras en una academia que mal pagaba, se empezó a aficionar por las películas, y sentía ese cosquilleo tan especial al apagarse las luces de la sala. Nunca supo, a ciencia cierta, si ese cosquilleo era la emoción por ver a las artistas o por su miedo a lo oscuro. Terminó por gustarle el cine de los países del norte.


Ensimismado en sus trifulcas antiguas, la memoria, su vida, no atendió al ajetreo que había en la facultad. Como todos los días, anduvo por los pasillos y se detuvo un segundo frente al Sagrado Corazón de la hornacina que había en mitad de la escalera. Hoy procuraré mejorar, pensó. Y, como cada día, quiso consumar su propósito. Ni se dió cuenta de los tres, cuatro, seis estudiantes que corrieron junto a él mientras estuvo allí parado, escasos segundos interminables.


La mañana en que iba a ser fusilado, Aurelione Buonasera dejó primero el sombrero en lo alto del perchero. Luego se quitó el fular que usaba para no dolerse de los malos fríos que le atacaban la garganta, se quitó su imponente abrigo de espiga y se desabrochó el botón de la americana. Disimuladamente, y dado que era, hasta cierto punto informal, también se soltó los puños de la camisa, so pretexto de garabatear mejor en la pizarra. Nadie nunca se lo hubiese recriminado, pero él siempre pensó que aquello no terminaba der ser elegante del todo.


Buenos días señoritas, les dijo a sus tres primeras alumnas que, frmalísimas, ya estaban sonrientes y lápiz en ristre, dispuestas a tomar notas de la sesión. La mañana en que Aurelione Buonasera iba a ser fusilado, estaba a punto de recibir las primeras descargas, la aplicadísima Frederica Abbaterusso le pidió permiso, ya que aún faltaban unos minutos para que comenzase su clase, para consultarle algunas cosas. Como siempre generoso para con sus pupilos, Aurelione Buonasera concedió la petición de su alumna, y en unos pocos minutos resulto fusilado por las numerosísimas dudas que acerda de la asignatura, las cosas y la vida tenía la, por otra parte bondadosa y responsable, pero algo escasa de luces, jovencita Abbaterusso. Con lo que dan de si cinco minutos más de buen paseo.

domingo, 6 de abril de 2008

Sobre galos, tornillos, toses y el tiempo, que no se dónde lo puse


Lunes


Repesco una tontería que escribí a propósito de otra entrada. Está bien tirar de frigo, de fondo de armario que dicen los cursis, cuando el tiempo aprieta o la conexión está tan justita que no alcanzas ni a pegar media letra. Nadie dijo nada sobre si era Juan Luis Guerra el de la foto. Yo sigo creyendo que si.




Martes


Claro, lo que os decía. Fue tan apretado el lunes que hube de tirar de precocinado. De precocinado de güep, que los de Findus tienen una mala pinta. Y además, no se si os habéis fijado, la mayoría de productos llevan azúcares como conservantes. Luego estamos que no pasamos por las puertas. Y aún nos extrañamos.




Miércoles


Veo al bretón por la calle, según llego con la bici y no le atropello. Mira, tengo el día así. Luego escribo sobre el tema. Y de repente, que salen asterixtas por todas partes. Oye, qué divertido. Prometo que escribiré más cosas sobre los personajes de la aldea gala y alrededores. Por cierto, ¿os habéis dado cuenta de que nos rodean? En los comentarios pego un linc muy chulo sobre el tema. Lo vuelvo a poner, por si algún manta ni se los leyó. De nada, majos.


Jueves


Escribo sobre Miguelangel y el universo vienés. Y salen dis historias más: las de la Superiora del cole de Dulci y la de Néstor. Tras arduas tareas de investigación, me hago con el linc, que no es peloteo, es documentación. Gracias a los tres.


Viernes


Seguimos con las prisas. Y con tos. Cof cof. Y parece que gusta. Si es que sois unos sádicos. Pero nos reímos. He de cambiar la enciesta, quee sta ya empieza a oler un poco, como el metro, que no se ventila. Aprovecho que AnónimoLidia es un poco menos joven para repegar la antigua y en cuanto pueda, pongo la nueva. ¿Lo ves Altea?, al final, todo llega.


Sábado


Qué apuros. Creí que no actualizaba. Y habría sido el primer día desde ya ni me acuerdo. Al final hubo suerte. La bricomanía a medias. A ver si hoy termino.


Domingo


Aún tos, cof cof. A ver si vamos mejorando. Buena semana a todos, llena de asterixes, tiempo para tomarse tiempo, poca tos y algunos tornillos.

sábado, 5 de abril de 2008

Rápido


Que era una especie de programilla medio cultural que echaba en la tele hace mucho. O deprisa, deprisa, como aquella de Saura, creo. Eso ya lo dije antes, me parece. PEro es que la cutreconexión está especialmente mal. Claro, qué hay que esperar de un sitio donde te echan una multa por lavar las alfombras. Pues si usted no sabe, restrínjame las horas de suministro, deje de malgastarla, trabaje un poco o, mejor, márchese a molestar a otra parte, chorizo. Ay, qué ácrata me están volviendo.


Pues eso, que con los problemas horarios que os contaba ayer y los apuros técnicos de hoy, pues aquí queda la cosa, corto y cierro, que los palos del sombrajo se me van volando. La rodilla mejor, la tos, cofcof. MamádelPianista, ya está la colada hecha y estoy terminando un pisto que no se lo salta un gitano. Rocío, el blog sale casi a chorro, pero un tiempoto lleva, si. Espero que sea suficiente para comprar tu silencio.


Me voy a hacer de bricomán

viernes, 4 de abril de 2008

Apurando

O sea, que vuelve a pasar, que apurando, apurando, llego al final de la semana laboral y ya no me aguanto los puntos. Tendría que irme a dormir antes, pero es que ente una tontada y otra, que si cenas, que si hablas que si ves Perdidos o las Gilmore de por donde Teddy ya sabe, pues se le echan a uno las manecillas en el cogote y duerme lo justito como para que no se le caigan los ojos al suelo. Y luego ducha y café a ver si espabilamos.

Instrucciones para irse a dormir pronto






Apagar la radio. Pero no, aún no, que hay una cosa de política que me interesa mucho y que están comentando los del Gato. Luego llega La Espuela y la grabo a ver. Que hay días que muy bien y otros algo menos, peor oye, no se puede ser brillante en todas las ocasiones. Vale, pues listo.
La cafetera, que no se si me ha quedado o si si, y la preparo la víspera para que, saliendo de la ducha, la encienda, se haga y en cuanto entro en la cocina hecho un pimpollo, esté el café terminando de subir. El olorcito, tal.
El albornoz en su sitio, la toalla en su sitio, un poco de agua por si la tos, cof cof, que los cambios de tiempo me tienen con la garganta hecha unos zorros que en eso soy un poco princesita.
Que si mañana no voy en bici por la tos, cof cof, me echo al macuto la novela esa de Umbral que leo, mal leo, a trozos y casi trastabillado en el apestoso vagón del metro. ¿Por qué no se duchará el personal? Las restricciones de agua. Y una morcilla, que los marranos también abundan cuando corren las aguas a raudales. Unos guarros, ya lo digo yo. Porque iría en autobús, pero es que si pierdes uno, lo menos hay que esperar veinte minutos, peste de transporte público. Nada, que no, que cojo la bici y a la tos, cof cof, que le den morcilla.
Sacar la novela del macuto.
Que novela no es, que es un diario; que como dijo Delibes Paco escribe como mea, con perdón. Pero es que lo dijo Delibes, y yo al jefe le cito con todas las letras, faltaría más. Hay que hacer pis antes de irse a dormir. Que Umbral cuenta en ese diario cómo va viviendo un año, lo normal, y cita dos libros, además del mismo diario, que está escribiendo simultáneamente. Y los artículos de la prensa, y las revistas y tal. Y que eso, hacerlo en serio, es un tostón de campeonato, que así se nos ha puesto de cebón de Prada, nuestro aprendiz de Chesterton, que de tanto echar ocho horas delante del teclado está que no pasa por las puertas. Imagínate el colesterol.
Ay, las llaves. Que la forma de no perderlas es dejarlas en la puerta. Si, están en la puerta.Y en el emepetrés que quería volverme a grabar aquello del G5 que no me acuerdo de cómo se llama, pero que me gustó mucho y que hace tiempo que no escucho. Ay qué pereza, pero voy. Y me acuerdo que la maquinorra está delicadita, que el ventilador va o no va y que tendría que cambiarlo. Y que el emepetrés está a tope porque llevo unos programas piratillas que como la maquinorra está delicadita, cof cof, no he podido copiotearme en un deubedé, así que mejor no grabo y la semana que viene Dios dirá. A ver si me pego una buena siesta.

jueves, 3 de abril de 2008

Miguelangel

Hoy estuve hablando con mi amigo, contaba Miguelangel a sus otros amigos ¿El del hogar? Si, ese.

Miguelangel buscaba un hueco una, dos veces por semana, según, para acercarse al hogar dle transeúnte, que era un ssitio donde daban sopa boba y donde dejaban dormir tres días seguidos a los transeúntes, a los que no tenían techo donde cobijarse, a los que no tebnían dónde caerse muertos. Miguelangel iba allí, servía comidas, fregaba platos, barría, limpiaba y, a veces, si le daban conversacion, hablaba. Como iguelangel era un hombre d emundo, tenía conversación y gustaba de recolectar experiencias y vidas para su inexistente carrera literaria, los transeúntes buscaban al chico para hablarle de sus cosas. Y Manolo le contaba cómo una mala mujer le había arruinado a vida. Una mala mujer y una mala amistad con la botella de Fundador. Y una señora ala que se le había ido la chaveta y se pintaba las uñas con rotulador y que comía delicadamente las sopas de fideos. Y un chico que ya estaba sin drogas pero que no había recuperado la vida que le decía "déjame, déjame" pientras le impedía que se le llevase el plato, porque era demasiada humillación que ya no pudiese hacer ni eso, echar la monda de la pera, o de la naranja o de lo que fuese, al cubo de las basuras. Miguelangel escuchaba y respondía, serio y tímido, pero siempre claro y veraz, comobuenamente podía. Y luego se volvía a su casa con un nudo en el estómago. Y te lo encontrabas por la calle y decías oye, echamos un café. Y entonces te contaba.

Ellos, todos, creéis que soy yo el que va a ayudar allí un rato, el que va a hcer una buena obra. Y es justo al revés, decía Miguelangel. Son ellos.

Son ellos los que me ayudan a mi, me hablan, me hacen ayudarles, consiguen que haga cosas buenas, me quieren hablar y me cuentan sus cosas. Y yo, poco puedo hacer, escucharles y decirles que bueno, vale. Pero era más, porque él decía mucho más que eso: estaba allí, volvía, preguntaba por los ausentes, les explicaba lo que había hecho, las cosas. Y le querían, claro.



Miguelangel preguntó por el chico alto aquel. Le salió un trabajo y empezaba ayer. No anteayer, repuso la mujer del rotulador, que parecía ausente pero que estaba a la que saltaba. El de Fundador le dijo ese chico es majo, pero ha de ir con cuidado, que no le pase comoa mi, que se me crruzó una mala mujer y me arruinó la vida... y se quedó callado porque allí no había nada a lo que darle un trago y, como otras veces, unas pocas, se dio cuenta de lo suyo. Ayer se pasó por aquí hecho todo un caballero, porque en la parroquia le habían dado unas ropas. Dijo que igual mañana vendría. No, pasado, que hay lentejas. Pues eso. ¿Y estaba contento? preguntó Miguelangel. Bueno, como todos.


Esa noche, después de terminar unos planos y unos presupuestos que tenía medio atascados, depués de haberse leido el Marca y después de haber hablado con un primo suyo que tenía algo en la vesícula o así, mucho no se había enterado, volvía Miguelangel cansado a su casa. Iba pensando en las cganas con las que pillaría la cama, ya casi saboreando las horas de sueño que le esperaban. Absoro en ese pensamiento ni oyó la puerta abrirse ni vio al joven que salía del Vienés.

miércoles, 2 de abril de 2008

Mi vida en la aldea gala (I)

Hay uno en mi barrio que tiene cara de dibujo de historieta de Astérix. Bueno, hay dos. Uno que conozco que tiene cara de legionario tonto de Astérix. Buena gente pero tontorrón, como los legionarios tontos de Astérix. Luego hay otro, que tiene cara de amigo bretón del primo de Astérix en Astérix en Bretaña o así. No me acuerdo mucho del nombre del primo bigotes del Astérix en ese tebeo, pero es que es calcadito, que le veo con pantalón de cuadros, gorro con dos cuernos y una tacita de te mientras habla al revés. Bueno, eso lo entenderéis quienes hayáis leído ese cuento. Yo es que era mucho de Astérix. Mayormente de Goscinny, que era el divertido hasta las trancas. Que luego estaba el Gran Visir Iznogud, que quería ser Califa en lugar del Califa, que para el día que han constituido las Cortes, pues no es poco navajazo político.



Pues eso, que llegaba en bici a casa y le he visto. Y me he dicho, no le atropelles o llega Obélix y te da con el mehir. Y mientars estaba sacando las llaves, con la bici apoyada en la puerta (la rodilla sigue molestando, si) le he mirado pasar reflejado en la puerta que, dicho sea de paso, hay que haber tomado dos natillas para abrirla, que el cristal parece de nave espacial, jolines, que no hay quien la mueva. Que llego con la bici, echando el bofe y no hay manera. Y si encima me da la risa floja al ver al irreductible galo, pues no hay manera.

Otro día, siguiendo con los personajes de Astérix, hablaré sobre el corso Ocatarineta que vende trajes en El Corté Inglés. Palabrita que es él.

martes, 1 de abril de 2008

Un día

Un día intenso. Que no extenso. Si hubiese sido extenso, no se, pongámosle unas horas más, tres cuatro, seis, oye, pues más repartidito, más relajado, más descansado, mejor reflexionado. O igual no, tampoco se sabe. La maquinorra se ha crujido, al parecer se recalienta porque el ventilador anda flojo y llevaba la tira de horas seguidas andando, Teddy, ya sabes, que me está creciendo un parche en el ojo. Que oye, el otro día vimos unos portátiles la mar de majos, pero que son cuarto y mitad de pastita para hacer el tonto, pero de lo más molón.

Si al menos Sting nos hubiese hecho aquel solo de contrabajo en un tugurio infecto de Newcastle o incluso de Portishead...

Luego lo de las bebidas en el Mercadona, que es que parecemos dromedarios resecos, jolines, que no paramos. Cuerpos Fonbella, vaya pimpollos estamos hechos de tanto beber gaseosas y vinitos y cocacolas y demás. Aunque la rodilla me está dando morcilla.Y luego que si los agobitos y que si a ver qué tal lo de hoy. Las hamburguesas y un pepito de lomo que estaba de cuidado.

Je. Ya hemos ganado al lunes. Y por goledada.