sábado, 24 de enero de 2009

Pinceles y teclas

Hoy, el loquileto tiene trabajo extra. Ando leyendo una cosa de mi Umbral de todos vosotros, aunque sea a través de mi piano. Así que os lo pego y de camino levantamos una pintura de Modesto Cuixart al que tmpoco estaría mal ir descubriendo, me parece a mi. Y como me parece, pues al saco.


Lunes
He ido en avión a Zaragoza, a presentar una exposición de Cuixart. Por la noche, en un restaurante ya cerrado, Cuixart hipnotiza a un camarero y hace juegos de manos. Luego me confecciona un dibujo y yo le hago un poema. La desconcertante facilidad con que me sale el alejandrino blanco. Cuixart y yo, agarrados, bailamos un vals, ya de madrugada. A la mañana siguiente vuelvo a Madrid en automóvil. Arriba, en los puertos de montaña, cerrados, está el invierno nevado. Abajo, en los valles fértiles, está ya la primavera. Vamos a más de cien con el coche por caminos de cabras, entre la prodigiosa primavera de Aragón, que es un continuo fogonazo de luces, de vegetaciones, de colores. El amarillo, el rojo, el verde, el blanco azulado de los almendros. Es escandaloso lo poco que sé del campo. No conozco nada. Como siempre que tengo una emoción fuerte y pura, pienso intensamente en el hijo.


Para que luego nos quejemos de los lunes.

2 comentarios:

Dulcinea dijo...

Cómo cuenta las cosas Umbral. Cuixart no me gusta demasiado. Usa el loquileto en el Prado, porfa.

Dulcinea dijo...

¿pero dónde estais metidos todos? Vaya panda de vagos y maleantes, incluido el boss del garito.

Por cierto, ya es domingo, y no hay entrada nueva. Ni encuesta. Ni foto para criticar. Ni nada. Ni nadie.