domingo, 16 de agosto de 2009

Pasar


Cruzo casi a la carreera, que que reloj me anda pisando los talones. Veo a un señor con un hábito blanco, tirando a hueso, fajín, flaco, con aire de jesuíta antiguo. Va delante, como si dijéramos, abriendo paso, rompehielos. Habñia en Radio 3 un programa d emetal que se llamaba Rompehielos. Su presentador cantaba o tocaba en un grupo, también. A veces le daba pro lo sinfónico. Fue ahí, o e Bienv
endos al paraíso donde estrenó, en expklusiva para toda España el Division Bell de Pink Floyd, hace ya tanto, cuando yo era pinkfloydiano con un cierto desencanto, tras las perezosas últimas giras y las pocas ganas que parecían tener, tras tanta pelea por el nombre, lsoq ue quedaban del grupo. Ya le di a la tecla sobre eso, creo. Aquella madrugada escuché con bastante escepticismo y sólo descubrí algunas cosas interesantes entre unos aires que no me decían mucho más. El presentador, Carlos Pina, pidió al personal que estuviese atento al sonido de esa campana, que está presente en muchos momentos, algunos evidentes, otros muy tenues, pero que sigue allí, dándole el tiempo y el ritmo. De madrugada y medio dormido lo escuché. Pasó bastante tiempo hasta que los recuperé. Es un buen disco con momentos de maravilla, si. Y la campana.


Dos metaleros línea trash, el gordo y el flaco, el flaco muy flaco, el gordo con pantalón corto y botas militares. Dos bobas salen de la tienda sin mirar y están apunto de chocar contra mi. La gente sale de las tiendas hipnotizada y se da unas tortas considerables, pero a todo el mundo le da igual, inmunizados. Voy avanzando y estoy casi a la par del rompehielos estilo jesuíta antiguo. Veo que la gente mira. Una chica de pelo entre fucsia y naranja, grapas por la cara y explícita anatomía pierde comba de lo que le dice su maromo, otro perla, porque se fija en el rompehielos. Se acercan peligrosamente tres wasp es bicicleta, de esas de floreciente anatomía, brevísima camiseta de tirantes y sinuosamente generosas piernas, émulas del tejano, que pasan y ríen y probablemente atropellan los sueños de algún que otro bobalicón que las observa con la boca abierta. Aquí ya nadie mira a anadie, por estrafalarario que sea. El escándalo ahora es escandalizarse. Mira que a mi me gustaba aquella película que se llamaba Vive como quieras, que era de una cuadrilla de zumbados de los años treinta o así. Nada de eso. La ortodoxia es la heterodoxia. Y cuidadito con apartate del antiredil. Las ovejas se afeitaron sus pelos para ponerse un jersey de lana y se veñían tan bien, als muy idiotas. Un día, ya conté, pasaba una moza luciendo hasta la matrícula y el personal le echaba fotos. Nunca pasa nada. Adelanto todo ese lío.
Casi he llegado a la tienda. Una pareja con un crío de cinco años o así. Ellos llevan camisetas de Hamlet. Pero no del nuestro, ya sabemos. ningún príncipe danés, sino de los cuatro melenudos de Móstoles, o Leganés o Zaragoza, o no sse dónde. El chavalico viste camiseta de AC/DC. Se ha puesto de moda vender en las tiendas estas marranas de ornamentos guarropunquis y laterales, camisetas de crío, incluso ranitas de bebé de grupos cafres, tipo Ramones, los ya mencionados AC/DC y de Harleys. También de camuflaje militar. Tiene su gracia, eso no hay quien lo niegue. A mi me gusta especialmente eea, la ranita de Harley, pero me parece ridículo la familia que se uniforma feliz. Claro, así no hay quien los perda, lo que uno no sabe si es bueno del todo o no. En fin. Me acuerdo de dos chavalitas de catorce primaveras muy bien puestas que vi una vez, con sus camisetitas de los ramones de fondo rosa. Anda, pavas, que si os pillan cuatro Ramones a la puerta de un concierto os ponen finas. A estudiar, jolines.
Llego a la tienda. Sin uniforme. Creo.

2 comentarios:

Dulcinea dijo...

El uniforme politicamente correcto da identidad al que no la tiene. Y sentimiento de pertenencia al grupo a quién no se atreve a nadar contracorriente.

Por eso ver un monje, una monja, o un militar les da tanto miedo a estos progres de salón. Lo que tienen delante ni es un borrego ni necesita que le digan lo que han de pensar. Menudo peligro.

Nodisparenalpianista dijo...

Para manifestarte contra lo global y unitaro, hay que aborregarse física y mentalmente, es la paradoja, si. La resstencia es el esnob, Dulci, si.