viernes, 7 de agosto de 2009

Una pena


Pues pobre Julián. A la tropa le suena por lo de la chorrada aquella de la Máquina de la verdad que fue un gran programa-basura de entretenimiento de los peores tiempos d elas privadas. La verdad es que los peores iempos de las privadas han sido todos. Me acuerdo de cuando decíamos, jo qué bien por fin tele a tope, trabajo y oportunidades. Joer, pero qué burros éramos. En fin.


El tío lo hizo todo en la profesió, lo mejor y lo peor. Para mi que era un pillo de manual. Un provinciano con aires de dandy y lentillas verdes, simpático y resultón, que estuvo ahí, de subdirector de El Periódico cuando era una castaña y que elevó a castaña superventas, de director de la primera revista de actualidad en España por ventas, otra castaña, un tipo que se movía por los círculos del poder pero que se quedaba en satélite, un chuleta inocentón al que Mario Conde, el encantador de serpientes, le robó la cartera de mala manera. A mi, en chungo, Mario Conde también me cae muy bien. La sedución del lado oscuro. Otra joya.
Decía un día que andaba leyendo su libro de memorias. Un hombre solo. Tengo, en donde los libros, juntos a los tres mosqueteros. Los tres hombres solos de Atxaga, de Lago y de Mingote. Vaya trío. Pero ya sabéis lo del Génesis, que estar solos no es bueno, aunque en otro contexto. Vale, dejo de divagar.
Se trata de un mal libro, con demasiada prestensión, un misterio de andar por casa, pemas malos y mujeres fatales de andar por casa. Pero es entrañable. No está demasiado bien escrito, o mejor dicho, está muy mal corregido, con repeticiones tontorronas, mucho desorden y un aire un tanto patético. Pero eso lo hace interesante.
Tras tanta literatura de qualité, tanto letraherido multipremiado y tanta novela del siglo por semana, el aire sincero de Lago es eso, sincero. Es lo que es. Se trasluce un periodista de cuaderno y garra, voluntarioso mal poeta -como todos los buenos y el que quiera más que se baje de la nube- un un texto que es más un examen de conciencia de un payaso tristón, que es una imagen un poco así, no se si me explico. Pero ya digo, quitado el artificio, queda ese pillo cansado de pillerías, ese fabulador de historias de andar por casa, ese fanástico narrador de lo obvio, como cuando cuenta su peripecia en el 23 de febrero, que no aporta nada, pero que es muy curiosa.
Últimamente aparecía en el Gato de Intereconomía y estaba suelto, divertido, mordaz, de vuelta de todo y lúcido como nunca. Un tipo sompático, con ese aire de dandy enorme en su decadencia y elegante como muy pocos, a ver quién pued eserlo llevando peluquín.
Una pena. Lástima, jolines.

6 comentarios:

Le poinçonneur dijo...

"La máquina de la verdad", querido, es un programa de culto para muchos, entre los que me encuentro.

Cuidadín.

Dulcinea dijo...

Yo me quedo con su etapa del Gato al agua. Agudo, inteligente,culto,
desinhibido y políticamente incorrecto. Menudos sopapos de lucidez arreaba el tipo.

Pese al peluquín y a las lentillas, siempre me pareció un tipo atractivo.

La máquina de la verdad no es lo mejor que hizo, y es una lástima que haya quién sólo le recuerde por ese capítulo de su vida profesional.

maria jesus dijo...

!Menos mal que te caía bien, pianista, que si no.....¿que hubieras dicho?

Nodisparenalpianista dijo...

Lo se, Poino, lo se. En lo suyo fue un programa excelente, cambió muchas cosas en el consumo televisivo, tenía un ritmo trepidante, unos contendos que enganchaban y un sentido del infoespectáculo brillante. de Lazarov y de Lago en plenitud de facultades, no había menos que esperar. Y para su cadena fue un chollo. El único problema es que era una basurilla que terminó en basurero. La Clave no es para todos.

como bien apuntas, en el Gato salió el Lago más amable, más humillado y arrepentido. Y, en mi modesta opinión, por todo ello, el más simpático y divertido, azote de la injusticia y todo eso. Es una pena que se le recuerde básicamente por La Máquina, pero él tampoco renegó de su pasado, incluso de sus errores, lo que le engrandece.

Jaja, María Jesús, me cae bien, pero fue un perla de cuidado. Precisamente intenté explicar eso, que siendo como fue, con sus sombras y sus luces, me parece muy interesante su evolución profesional. El granuja que al final cambia. ¿Cómo no tenerle simpatía?
(Por cierto, luego te mando una cosa)

Dulcinea dijo...

¿qué cosa?

Dulcinea-cotilla

Nodisparenalpianista dijo...

Juajua, Dulci, que esto no es un marujo-chat.