lunes, 26 de octubre de 2009

La fidelidad no mola

Se habla, a propósito del lamentable fallecimiento de Sabino Fernández Campo de su ejemplar lealtad al rey y se malicia sobre cómo le ha correspondido este. Y a partir de ahí, lo de siempre. Pero no, hoy no voy por ahí.


La prensa está como está, o sea, hecha un asco, repitiendo lo que los de Efe o Europa Press andan pegando, las teles copiando a las radios, las radios leyendo el periódico y Matçias Prats poniendo vídeos de Yutup. Y es el bueno. en fin.
Lo cual que todo el undo estaba con el soniquete de que blablablá, la lealtad por aquí y la lealtad por allá. Y yo, cabezón,que no, que no, que hay algo más.
Y hala, después de la cena, me pongo a buscar. Como algo le pasa a la maquinorra, tiro de Mará Moliner y voy centrando el tema. La lealtad es virtud muy interesante que se le aplica a aquél incapaz de falsedad, engaño o traición, lo que está muy bien, a ver si no.
Pero no era eso. Busco. Fidelidad.
Llamamos fiel a la persona cuyo comportamiento repsonde a la confianza que en ella hemos depositado o a lo que exige de ella el amor, la amistad o el deber. Y esto si que le viene al pelo.
Sabino ha sido todo un caballero. Un español orgulloso de serlo, un humilde católico y un militar disciplinado y amante de lo castrense. Así, con eso y siendo un poco consecuente, pues es lo que hay. Lo que ha habido.
Luego está lo que nos quedamos por saber. Que habrá que esperar ciencuenta años a ver si se desclasifican los papelajos, a ver qué pasó con el elefante blanco -que no era un elefane, que era una casa pero con mayúscula. La Casa, o sea-, quién le hizo la cama por dos veces a Tejero, cuán sucias tenían las manos los del gobierno provisional aquel que llevaba Armada en el bolsillo, que es que estaba toda la cuchipanda dentro.


El 23 de marzo de 2007 escribía breve. Pero ahí quedaba, para que se vea que no soy uno de esos lameculos que ahora se llenan la boca después de haberse esconddo por los rincones.
No cierro esto sin reseñar que dos ilustres vecinos de esta güep, a veces muy distantes, se unían, cada cuál en su estilo, para homenaear a ese ilustre caballero. Por una parte, ElclubdelabullaLepoin, un poco marañero pero muy sensato cuando toca.
jaranero y serio, en cada momento lo que toca y por la otra

7 comentarios:

Le poinçonneur dijo...

Gracias por el link, Pianista.

Como tú, no soy de los recién llegados: siempre admiré a Sabino. Tengo para mí que tiene tanto mérito como el propio Rey, si no más. No se sabrá nunca lo que hizo porque era un tío de ley, de ésos que ya no hay. No se vendía ni por un titular ni por un millón, siquiera de euros.

Probablemente en las antípodas de mi pensamiento, pero un hombre honrado en lo público, esa virtud que tanto escasea en los tiempos presentes.

Dulcinea dijo...

Pues sí. Un gran señor Don Sabino. Es penoso el poco eso que ha tenido su óbito en la prensa, o que lo único que recuerden es la frase esa de "ni está ni se le espera".

Yo no estoy en sus antípodas, Poinso, pero valoro que lo valoren los que piensan diferente.

Gracias por el link, Pianista.

Dulcinea dijo...

quería decir el poco eco.

maria jesus dijo...

Descanse en paz, pianista, fué un gran hombre

Natalia Pastor dijo...

Un auténtico hombre de Estado.
Sirvió ejemplarmente al Rey hasta el final.
Desgraciadamente,la fidelidad y la lealtad son dos valores que hoy cotizan a la baja en esta sociedad que vivimos.

Nodisparenalpianista dijo...

Te lo has ganado, Lepoin, con una entrada muy interesante. En algunas cosas, mucho mayor que su señor. Y no creo que seais tan antípodas. Gente decente, honrada, fiel, amiga de sus amigos y con unos ideales sólidos que hicieron sólida su vida. Seguro que todos los formamos.

Ya sabes las pestes que echo yo de la canallesca, Dulci. Una panda de analfabetos con iBook o la pijada que usen ahora. Podemos antipodarnos en casi todo, pero no en lo fundamenta, esa era la idea. Gracias a ti por tu gran entrada, Dulci.

Si, si, que yo de erratas entiendo un rato, Dulci.

Si María Jesús. Tendrá el premio que se ganó a pulso en su vida.

Tienes toda la razón, NataliaP. Su grandeza ensobrece a la vileza de lso que le rodearon. El miserable del rey que no quiso suspender la entrega de chapas al faranduleo para ir a su funral (es que en el Pardo le haremos uno más guapo. Pues hale). El miserable de Lazaperto que no fue porque no le conocia. Al menos ha reconocido que es un analfabeto vocacional, además de un tío despreciable.Y no sigo por no cansar.
Por eso no me gusta lo de "Estado", que es el paraguas para que lso que no valen ni para chupatintas hagan política. Seguro que a ti te convence más lo de patriota, que le viene al pelo al gran Sabino.

Nodisparenalpianista dijo...

Lo que dgo siempre, y luego me llaman pelota: que esta güep la engrandecen sus comentaristas, a ver si no, joer.