jueves, 17 de diciembre de 2009

Dónde estás, hermano

Reivindicar a Supertramp a estas alturas no se yo el recorrido que tendrá. Desde que ando con el emepetrés, he hecho lo que casi todos, andar recuperando audiciones antiguas a la vez que procuro descubrir cosas actualísimas. Un poco de todo, como si dijéramos. Claro, entre esas reuoperaciones, el París, de Supertramp, ya digo. Que no todo va a ser Simian Mobile Disco o los Soulsavers. Cosas.

Pero no era del París, su gran discazo, del que iba a letrear, sino de Brother where you bound? paseando por ahí, he visto que les etiquetan como progresivos, que es un cajón de sastre donde meter a todo aquel que tocaba bien y hacía alguna canción larga en los setenta. Las etiquetas, que a veces lían más que aclaran.
Ese disco lo graban tras la salida del grupo de uno de los dos colíderes, Roger Hogdson. Supertramp era un grupo raro. Tenía dos jefes y el más conocido era un saxofonista con cara de teleñeco. Vestían un poco así, entre jipilongo y esquizofrénico cogiendo ropa en el Corte Inglés a oscuras, pero de la sexta planta donde el batiburrillo de los saldos, como si dijéramos, con lentejuelas y pañuelos de flecos mayormente. Y melenas por todas partes. Luego cantaban en falsete y aquello resultaba muy pintoresco, claro. Es releerlo y asustarme.



Total, que por aquel entonces, siendo un grupo de gran éxito y de mucho predicamento entre los hermanos mayores de cada cuál, va Roger Hogdson y decide emprender su carrera en solitario. Ríos de tinta y puñaladas en el hígado, porque se lleva sus canciones, el grupo que resiste y se tiran los platos a la cabeza, en plan Sofía Loren de cuando le tiraba la vajilla a Mastroianni, qué tiempos, Bibiana. Aquello coincidió, poco más o menos, con la pelea aún más encarnizada del otro Roger, o sea Waters en su intento de mangancia a Pink Floyd. Dos rupturas casi a la vez en dos de los grupos más escuchados por, ya digo, los tetes y tatas grandones. Luego estaba Led Zeppelin y en plan más bestia Black Sabbath, pero para las audiencias medias, esos fueron, posiblemente, los más enormes. También daba morcilla Alan Parsons Project, pero es que me da hasta vergüenza recordarlo. Menudo castañón. Ni una palabra más. Bueno, una: uf.

Ahora, hace un mes o por ahí, leí que en realidad nunca hubo ruptura traumática en Supertramp -lo que relaja el paso del tiempo- que todo se debió a lainminente paternidad de Hogdson, que entendía incompatible con el ajetreo de la banda y que mejor hacía mutis por el foro y le daba a su guitarra en plan más relajado. Vamos, que para no tener bronca en casa con la parienta jipilonga, pues a comportarse, pues muy bien, oye. Bueno, pues será por eso, pero entonces la daga toledana brilló como nunca.
Hogdson, nada más irse, hizo un buen disco muy al estilo de su banda, bien, o sea. Luego algunos más hasta que se puso a recuperar el repertorio de Supertramp en plan acústico o así, piano y poco más. Bien, es agradable.

Pero estaba -hay que ver cómo me alargo- con el disco, el de Supertramp. Ahora, ya he comentado, dice Hogdson que no, que nada de peleas ni malas caras, que les dijo a sus compañeros que se piraba, no hombre, quédate, como el amiguete que para en la segunda cerveza y dice que se retira, venga una más, bueno va, y hala, ocho cubatas y a bailar con una farola mulata, pero el que no, en plan íntegro, que lo que sea por el nene. O por la bronca de la jipilonga.
Se esperaba con expectación lo que pudiesen hacer los que quedaban sin la mitad creativa del grupo, lo de siempre. Y salieron con un album maduro, serio, que en ese sentido superaba con creces sus anteriores trabajos. Ahí si que se escucha un disco de tipo progresivo, que camina desde un pop elegante y muy bien interpretado hacia los meandros de un rock con desarrollos largos, cambiantes, juegos de ritmo, virtuosismo y muchos colores vocales. Una gran producción que crea unas bases sonoras llenas de efectos y ambientes, donde se acomoda de modo muy brillante la música que sigue siendo Supertramp -pienso, por ejemplo en la primera canción, Canonball- con un toque más elaborado, tal vez menos jovial, pero mucho más adulto, pro así decirlo. El título sin duda se pregunta por Hogdson, dónde estará, ahora que el grupo se decide por darle un giro a su estilo y por avanzar por ese nuevo río rock. Según avanza el disco, No in between, también se mete uno más en la cosa conceptual, en las cancione sun poco más largas, mejor elaboradas, con distinos movimientos, esa soberbia, majestuosa entrada en Better days, todo un torrente desbordado de sonido y efectos que, sin renunciar a la marca de la casa, se acerca a lo de los dinosaurios del rock.
En este disco, y aunque no aparece reseñado entre los instrumentistas, David Gilmour hizo los solos de guitarra. Gilmour, con la herida recién abierta de los Floyd, en mitad de pleitos por el nombre del grupo, sin norte creativo tras la salida de Waters, no dudó en meterse a echarles una mano a los huérfanos Supertramp. Por ahí, más o menos, Waters hacía lo propio en aquel disco-película de Paul McCartney, el que poco después tocaría en The Cavern una serie de rocks de toda la vida con una minibanda de lujo: el propio Gilmour a la guitarra y uno de los Stray Cats me parece. Fue en mitad del pozo creativo de Gilmour, que parecía subsanar su escasez como autor con un resurgir como intérprete, con los Who en directo o con su amigo Pete Townsead en s gira particular.

Pero lo mejor, el aire ese largo, progresico, sinfónico y, creo que por primera vez en Supertramp un tanto triste, apagado, melancólicoy con una cierta amargura, como las naranja cuandosalen muy requetebenas, que pasan del ulce al amargo y del fresco al ácido si soluciones de continuidad. Una maravilla. Me gustan las naranjas.
Sobre dieciséis minutos dura la pieza central del disco, Brother where you bound?, una canción que arranca con Winston Churchill, con la Internacional y que se desarrolla, por un diálogo voz saxofón, unas martilleantes baterías, un ahogado chillido brother, brother! y un rítmico rocanroleo acelerado que le arranca las piernas hasta al bailarín más amodorrado. Y así, subiendo y bajando se suceden los movimientos que le llevan a uno hasta la cosa sinfónica, que, la verdad, sigo sin saber del todo lo que es, pero que me suena a esto.
Termina el asunto con una canción un poco floja, que resulta más bien al barrer la sala de conciertos de los cachuetes que a una explosión operística de las que muere hasta el apuntador. Nada, bien está terminar así, porque sirve para realzar aún más la pieza anterior.
Bueno, no se, igual hay más cosas para contar, pero en realidad lo que hay que hacer es ponerse y escucharlo. O sea, que a buscar. Y si no aparece, se lo presto a quen me lo pida, jolines, faltaría más.


8 comentarios:

Atiza dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Atiza dijo...

Me quedo con "Breakfast in America" y "Its raining again". Yo es que soy muy prosaica, y tú, Pianista, claro.
Hasta puede que las prefiera cantadas por Hogdson en solitario, fíjate.

Atiza dijo...

La anterior era yo pero un poco "topina".

Nodisparenalpianista dijo...

Oye, chulísimas las dos. A mi ese disco, el famous last words, el anterior, último con Hogdson me gustaba muchísimo, Atiza. Pero no le pongas puertas al campo, pégate un bajoteo (Teddy, morcilla9 y escúchalo un poquito, ¿vale?

Porcierto, cuando te pones a caparar, no paras, criaura. De premio, un cursillo güepero a distancia, maja.

Dulcinea dijo...

Uy, Supertramp. Me has tocado mis años de mucha música y muy buena. Pink Floyd, Supertramp, Emerson Lake & Palmer, Jetro Trull y Beatles (los recopilatorios azul y rojo).

Anda que no me pirraba yo por Supertramp. Un primo mío tenía todos los vinilos y los escuchabamos juntos cuando iba a su casa. Hace unos años vinieron a Barcelona y pude vivirlos en directo. Toda una experiencia.

Dulcinea dijo...

Uy, Supertramp. Me has tocado mis años de mucha música y muy buena. Pink Floyd, Supertramp, Emerson Lake & Palmer, Jetro Trull y Beatles (los recopilatorios azul y rojo).

Anda que no me pirraba yo por Supertramp. Un primo mío tenía todos los vinilos y los escuchabamos juntos cuando iba a su casa. Hace unos años vinieron a Barcelona y pude vivirlos en directo. Toda una experiencia.

Myriam dijo...

Ya se lo que soy, ya se lo que soy, gracias Pinista me lo acabas de aclarar entre jipilonga y esquizofrénica uf que tranquilidad soy como el lider de Supertramp

Atiza dijo...

¿Es que he montado alguna pifia? Bueno, mira, me da igual.