lunes, 14 de diciembre de 2009

En el metro


Estamos. Cuando saco mi tarjeta, resulta que no me queda ni un viaje. La máquina expendedora, su tabaco, gracias, los botones, debo de estar perdiendo un metro, los punquis que merodean. Español, español, español, belga, español, español, irlandés, español, portugués, español, español. Cuánto pesa Europa. Los punquis han entrado.
Paso por la máquina, a eso le llaman cancelar, qué crueldad, cric-cric, y procuro bajar rapidito la escalera. descorazonador oir llegar y oir marcharse el metro cuando uno está en mitad de la escalera, atrapado por unos perezosos que ni pasan ni dejan pasar.
Usted tiene suerte, señora. ¿Suerte? Suerte, si señor
a, le dice un sudamericano a una gorda. No funciona el reloj que indica lo que falta para el siguiente convoy. Belmonte cuenta sobre el miedo cómo le crece la barba y cómo conjura el miedo. Dos de los punquis. Llega el metro.


Los punquis son punquis pero también cursis. Cursis disfrazados de punquis, con sus pulgas y sus piojos, la cabeza estrafalariamente rapada, con mechones largos en mitad, las tachuelas en la piel, en la nariz, vaya usted a saber dónde más, ropajes militaroides, camiseta de tirantajos mugrientos, pinchos y aspecto agresivo, un patinete de esos modernos debajo del brazo. Un par de cursis.
Son dos ñoños que se dicen ñoñeces bajito, porque eso suena bien a corto, pero si te escuchan la has liado, cursilón. Y eso es lo que son: dos cursilones de enciclopedia, que se dicen, regados de ron o de litrona, yo qué se, lo que todos los cursilones, ay tus lindos ojos, chachachá, lo que toque.
Belmonte le pregunta a su miedo y trata de razonar, aunque él procura acorralarle. Le consigue mantener a raya, aunque en momento dado, cuando se viste para salir al ruedo...
Hola, no te había visto.
Los punquis están sentados frente a una puerta que se abrirá en cuanto lleguemos a la próxima parada.

9 comentarios:

Le poinçonneur dijo...

Dices "punquis" con el mismo aire que Chus Lampreave llamaba "jipis" a los skinheads en "La flor de mi secreto".

Cinéfilo, que eres un cinéfilo.

Dulcinea dijo...

Si se lavaran y no se disfrazaran ¿también serían punkis? ;)

Myriam dijo...

Yo creo que si se ducharan serían solo cursis ¿nO?

Dulcinea dijo...

No sé, no sé, Miriam. Porque si se duchan y no hablan ya no son ni punquis ni cursis ¿no?

¿Sin hablar se puede ser cursi?

Conocí a un punky en Berlín que me orientó en el metro. Y no era cursi. Pero no sé si se duchaba. A lo mejor no era punki de verdad, y sólo lo parecía.

Nodisparenalpianista dijo...

A mi, LePoin es que Chus Lampreave me recuerda a esas señoras que te hacen estar muy atento porque en cualquier momento e van a pasar el mocho mugrient por encimade los zapatos. Yo siempre he sido de Gracita Morales. Señoriiiitoo. (Por cierto, siempre digo punquis y jipis. Como está mandado, o sea.)

Si se lavaran igual descubriríamos quién hay dentro, Dulci.

Joer, Myriamsegún eso, la duda inquieta: ¿Tú eres punqui o cursi?

¿Qué pasa, Dulci, que los mudos no pueen ser cursis? ¿o punquis?
Oye, ¿no sería un semáforo el presunto punqui berlinés?

Atiza dijo...

...Que digo yo que igual se dicen cosas bonitas. No, no, qué tontería! Los que van de feos, dicen cosas feas.

Dulcinea dijo...

Te estás liando, Pianista. Aclaremos los supuestos:

cursi-punky
punky- noseducha
noseducha-cursi
metro

Esto yo lo estudiaba en mates de bachillerato: combinatoria.

Ah. Y mi punky berlinés era punky, iba en metro, no era cursi, pero no se si se duchaba.

Olga Bernad dijo...

Yo creo que en todas lo de las tribus urbanas (punquis, jipis, jevis, rockers, mods o pijos: ya no me sé más, en mis tiempos no había más, creo) hay cursis infiltrados. Y entre los intelectuales, más. Y entre las marujas. Son una categoría aparte, combinable, combinada, creciente. Todos estamos en peligro (menos el trío las Vegas)
La conciencia ayuda a la protección.
Me ha gustado, pianista.
Saludos.

Nodisparenalpianista dijo...

Bueno, Atiza, hay gente que dice cosas bonitas pero que no tiene espejo en casa... o que tiene mala pata con los complementos. En los punquis majos (Que los hay) se esconde una cosa tierna, por mucho pincho moruno que se arren, los muy tontos.

Estoy trabajando en ese nomenclator umbraliano, Dulci. Del jipi al punqui, pasando por el dandi y el esnob, con para en el cursi, en el pijoprogre y en el latinoché. Y no veas cómo me río. sea como sea, duchas para todos.

La inflción de la cursilería, Olga, ciertamente. Hoy mismo (cmento con retraso) el tarugo dice que la tierra es del vento. Joer, es que hay que ser cursi y un hortera de pantalón fucsia para decir semejante chorrada. Yo es que a esos les untaba con un bocata de calamares.