domingo, 7 de marzo de 2010

Sosos

Nadal es un soso, vale, pero tela como juega. Gusta, creo, pero es un poco soso. Eso, antes en el tenis era rasgo de elegancia, pero llamar al bueno de Nadal elegante es, como poco osado. O miope. La miopía es osada, sin lugar a dudas, y no me extenderé, proque tema tengo, pero tampoco es plan hacerse uno demasiada sangre. A lo que iba, que Nadal ya tuesta.
Que si, que vale, que parece majete, siempre tan caladito, con sus padres, la rueda de prensa aquella que le llaman por teléfono y era su madre, mamá que estoy con los señores de la prensa, que todo bien, que luego te llamo, agobiado, el pobre, que lo mismo me pasa a mi cuando la Mamádelpianista me pilla según le estoy pasando los yogures a la cajera del Mercadona, que yo no puedo estar en todo a la vez. Lo cual que él gana Roland Garrós y a mi me meten los congelados en una bolsa, que tampoco está nada mal. El carrito lleva la bolsa esa térmica, pero nunca la uso. Una vez, la Hermanadelpianista quiso hacerle el favor de tirar los papelajos que había dentro, por la cosa del reciclaje, o sea, pesados del cambio climático, rediez qué frío en invierno y qué calor en verano, y me dice, oye, que tienes aquí una llave inglesa. Y si, joer, había una. Cosas de la bici y de los despistes. Y me tiró la bolsa térmica.

Nadal es una especie de Induráin, pero de ahora. Feúcho, buena gente y campeón. Bueno, eso dicen, pero para mi Induráin juega liga aparte. Lo más, con Chiquito de la Calzada. Y no es broma. Me parecen dos tíos fenomenales en lo suyo, serios y decentes. Y un poc feuchos, vale, pero adorables. Ahí si veo más a Gasol, Pau.
Nadal es un tostón. Me tienen mareado los anuncios del Banesto. Esos de la selección de fútbol que protagoniza Nadal. ¿Joer, pero tú no eras del tenis?, ¿a sa
nto de qué me sales ahora con el furbo? Y luego, tú no estabas en lo del Popular? No, que ese era Gasol. ¿El de las Gilettes? No, ese era el suizo llorón, que majete, muy majete, pero que plastón de tío, un suizo, ya me dirás tú, que en lugar de una cruz en la bandera debería llevar un bostezo. Ah, vale. ¿Y los Kia? Si, esos si, que en el concesionario de donde el camino del metro está allí luciendo el brazo ese tan hipertofiado y tan chungo, que a mi me gustaba más el tenia de cuando eran tirillas, a ver dónde le salían las anclas de Popeye a Bjon Borg, con esos pelicos rubios de príncipe de Bequelar y ese apellido de cómoda del Ikea. Soso, como él solo, pero le ponías un traje a saludar a la Reina Madre según se sale de Wimbledon camino del mueble bar y que queda fantástico en las fotos del Hello o del Sports Illustrated. ¿Dónde están las mesillicas Bjonbörk? Pues en el pasillo 16 A, como todo, jolines. Qué risa aquél día.

Ahora va Nadal y rueda un videoclip con Shakira, que es otra brasa importante. Vaya pestiño de tía que ha de ser la Shakira, que si ahora te canto con Alejandro Sanz, que se me le puso rubia la melena del disgusto, que si te hago un reportaje con De la Rua.

Bueno, igual la memoria lo que hace es traicionarle a uno o mejorar al prójimo, como si dijéramos. Lo que tienen los cromos Panini, que han creado un mundo paralelo. Y mayormente feo, o sea.

Y luego, como es tan jipi y solidaria, a dar morcilla en la Onu, con Obama y con toda la caterva de jetas. Caterva me gusta, y jetas más. Vaya, que ahora dando leña, pero que no hace tanto anduve poniéndola en la sala noble. Dadle, dadle. Pues eso, que han hecho un videoclip calenturiento, parece ser, y todos tan contentos. Qué tostón.
A mi me gusta cómo baila Shakira y de una vez que Diego Manrique (transmutado en Diego A Punto, émulo curso de nuestro bienamado Jota Punto, que también suena un poco a raperillo macarrón de Vitigudino) anduvo poniendo versiones extraídas de un deubedé o de no se dónde. Cosas de los Rolling Stones y así. Y eran francamente buenas. Luego, la decadencia total. Es tan esnob decir eso de que cuando aún no era conocida, yo ya la había aborrecido. Bueno, pues eso, que está la mar de bien, y que, a estas alturas como ya habréis dadol al cliquillo de la sala noble, me estaréis dando la razón como locos. La loba, au, au, para darle dos tortas. O más, por el iva.

Pues hala, Nadal, que a ponerse las pilas, que andan los de la Davis desayunán
dose a los suizos, que entre Shakira y andar haciendo el pamplinas el Dubai, nos vas a llegar a los grandes eslams un poco hecho unos zorros, y luego qué. Y Shakira que se pague los extras, jolines, que si os ponéis a caparar, eso no lo arreglan ni los guays de los anuncios ni nadie, jolines. Qué agonías. Y mañana lunes.

7 comentarios:

Dulcinea dijo...

A Nadal le veo un poco rupestre con esa manía tan fea que tiene de morder los trofeos. Parece un bucanero de los que mordían los doblones para ver si eran falsos o no. Un hortera. Y jugando, psé. Sólo juega. Me explico.

En el gremio de los tenistas, hay que hacer una distinción entre los que sólo juegan a tenis y los broncas que dan espectáculo tipo Adriano Panatta, John McEnroe, Jimmy Connors, o Pete Sampras. Que si pegan al público, que si rompen raquetas, que si se amenazan entre ellos, que si intimidan al juez.

Alejandro Sanz y su tripón se merecen otra entrada con colmillo afilado ;)

Atiza dijo...

Estoy agotada de saltar de rama en rama, pianista.
Estoy espesa, vale, pero al final me he aclarado o quizás es que tú estás muy fino, majo.

Nodisparenalpianista dijo...

Joe, Dulci, que Sampras era un pescado hervido de mucho cuidado. ¿No te referirías al hortera de Agassi? Apunto puñalada para Sanz.

Juajua, Atiza, yo, Tarzán, tú, Jane. Ay no, que lo tuyo es darle al colmillo, maja.

Dulcinea dijo...

Que nooo, que Sampras era un bestia. Parecía modosito pero cuando sacaba su vena griega, todos flipaban.

El más guapo era Guillermo Vilas, el argentino se ligó Carolina de Mónaco. Con esa melena teñida de rubio...

Atiza dijo...

Que si Nadal, Vitigudino, Mercadona, Ikea, Chiquito de la Calzada, Banesto, Bequelar, Gillete, la reina del Bifiter y la loba, me agotas, querido.

Jane.

Dulcinea dijo...

Atiza, deja el anisete, maja.

Marta dijo...

Ya que la cosa va de sosos... pues aquí una que últimamente está como un pan sin sal, sólo por decir... ¡hola! ;)

Marta