domingo, 30 de mayo de 2010

De lo que no me acuerdo y de lo que si

A ver si me acuerdo, porque ando algo despistado ahora.

El lunes aún estábamos de fin de semana, así que no cuenta, con lo que pasamos al martes y asunto arreglado. Me parece que el martes tenía mucho sueño y tenía que pasarme a devolver unas cosas de la biblioteca, pero no fui.
El miércoles anduve escribiendo cosas para la güep, pero las he dejado en la nevera.
El jueves tampoco me acuerdo y el viernes estaba contento, porqueera viernes. Pero me dije que tenía que cambiar lo del emepetrés, porque me tostraba un poco ya lo mismo de siempre. HAsta pensé en jugar a las listas, una de impresindibles que no llevo, o así. Es lo que tiene el emepetrés y los pirulos con cincuenta discos, que nunca llevas todos los que quieres.
Aqualung, Trilogy, el primero de Violent Femmes, Hertzainak, La canción de Juan Perro, Exit planet dust y alguno del Capullo de Jerez, que un flamenco a tiempo es una victoria. Es divertido hacer listas.
El sábado consigo ir a una tienda de discos que está a punto de cerrar, pero al final ni compramos las saretenes ni el libro de Sabino Méndez. Se me ocurren historias y blogueos, pero ya se sabe, el tiempo y todo eso, A ver.
En la parroquia hay mercadillo de punto, pero llegan los calores, así que lo llevan crudo, pobres señoras. Escucho, camino de la comida un poco de un pulgoso que se llama Quique González y la verdad es que hasta me gusta un poco. Un tío camina con globos. Un tonto le hace una foto.
Y ahora veo una peli, así que voy cerrando.

jueves, 27 de mayo de 2010

La calculadora

Oigo a Artur Mas en la radio sobre la investigación que ha instado el Parlamento catalán a propósido de unas tramas de corrupción que habría urdido Félix Millet desde el Palacio de la Música y que involucraría a la Fundación Trías Fargas, de Convergencia Democrática de Cataluña. En su día, Mas iba de guapo, de candidato resultón, gracias a esa mandíbula de hierro al estilo de los boxeadores macarrones. Una fachada. Ahora, a mi entender, Mas sigue siendoe so mismo, fachada pero algo más carcomida. El heredero de Pujol que se quedó compuesto y sin trono, no ha renunciado a la dote y, mirando hacia otro lado, como se suele hacer por aquí, ha puesto el saco para coger su parte de dátiles de este oasis tan plácido. Mas en las declaraciones que escucho, en lugar d eenfadarse por la insinuación de que su fundación ha metido el cazo, se ha enfadado un poquito porque esa investigación no atenderá otros casos de corrupción que afectan al Partido Socialista catalán, que es el que ha solicitado la comisión de marras.

Espejitu patufet, espejitu calçot, ¿quien tiene el tres por ciento mes macu que yo en La Caixa, tae cuenta naranja, como Matías?

Un tanto atónito me quedo después de escucharle. La mandíbula de hierro es un excelso yelmo para el cínico. Es decir, que lo único que replica es que yo Mas, pero tú también. Que es como aquello del tres por ciento, que no fue indignarse, oiga, diputado, chorizo lo será su padre, con perdón, sino oiga diputado, no tire de ese hilo, porque al final perdemos todos.
Y como hay quien le saca hasta una historia, oye, pues a leer, que aunque no msea Bevilaqua, casi, casi. Ay, con lo poco que les gusta la Benemérita a estos choris. Qué tropa, jolines.

lunes, 24 de mayo de 2010

Las cilonas, o sea


Por fin, tras unas cuantas recomendaciones, salto al espacio de Galáctica, los cilones, las naves no se cómo y todo eso. Resulta que esto fue una especie de serie televisiva de los primeros ochenta, creo, que por cosas de coincidencia en el tiempo (y en el espacio, claro) vino a resultar como la otra cara de la Guerra de las Galaxias. O de Star Trek. A mi, que todo esto me deja un poco frío, me cansa una barbaridad escribir lo de Star Trek. En la tele aborigen echaban Star Trek, la serie de los sesenta, o por ahí. Eran una ristra de tíos en esquijama -por favor, qué horror el esquijama, pero el que esté libre de culpa, que tire su disfraz de power ranger nocturno- mayormente con caretas de goma. Paneles de control de las naves llenos de bombillitas de colores y cables pelados que cuando se conectaban, zas, al hiperespacio. Y orejas de pico. Eso si, las venusianas -o de por ahí- de prietos muslos en esquijama bien, como la lagarta aquella de V, un poco así, o sea. Hace poco vi lo del Star Treck este que han escrito los de Perdidos. Bueno, se pasa el rato, pero ya no me acuerdo.

Aquí la cilona, aquí unos amigos.

Con lo de Galáctica, unos cuantos vecinos me han dado la murga, con el amigo Macías como principal abanderado del asunto. Oye, que no es una chorrada de marcianitos, que hay todo un subtexto, suelen decir, que si las batallas y el desarraigo, las aventuras de los pilotos y los problemas de identidades entre los dos bandos, que si creadores y creados y sobre todo, una cilona que no tiene muy claro quién es. Esto suena un poco a lo de Blade Runner, que deshilachada parece -digo, parece, ojo, porque hay mucho debate- mucho mejor que con todos los remates hechos.
Bueno, pues al final un fan de la serie me pasa una cosa que al parecer es una especie de miniserie previa a la serie, que en realidad es la actualización de la serie d elos 80, que para todos es la buena aunque sea la mala. Luego hay saltos en el hiperespacio y todo el rollo, pero eso ya no le extraña a nadie. Esta gente de la ciencia ficción y de las series de la tele se lo traga todo. Aquel ovni en Dinastía o en la otra, o el sueño aquél de la de Dallas, ay, Dallas, qué panzada de reír. Viva Falcon Crest.

Total, que le estoy dando a la tecla a falta de veinte minutos del final de la miniserie previa, que por cierto, está montada como largometraje y resulta así, largo, pero largo-largo, jolines y ya me puede un poco el hartazgo. Yo es que veo al Teniente Castillo, Edward James Olmos, disfrazado de jefazo de la supermeganave cascajo y no me lo trago. Me lo sigo imaginando por las playas de Miami, las chavalas en patines, cuatro surfistas tarados y los trajes Armani con camisetas rosas. Puritito delirio, a ver si no. Me suena a chufla las resoluciones en dos segundos -joer, salta al hiperespacio ese a la primera y aquí paz y después gloria, jolines, que se os ha de explicar todo- las caras de póquer para parecer trascendentes y la cilona macizorra en deshabillé colorao por mitad de los tíos en pijama. Todo muy nocturno.Y peligroso, o sea.

Luego los entusiastas te dicen que ahí reside su encanto, en la puerilidad de la historia, pero también en sus cosas para la reflexión. Venga ya, hombre, que esto es como en aquella serie de Emilio Aragón decían "hoy en Periodistas se tratará sobre la corrupción municipal" y trataban de sentar cátedra sacando a un fulano barrigón haciendo de concejal, mayormente conservador, metiendo mano en la caja y en la cajera si se ponía a tiro. Que parecía que iba a ser La Clave, pero en lugar de con Balbín, con una chavalita de esas de eternas piernas. Y hala, Belén Rueda como si fuese Indro Montanelli, si es que nos quejamos de vicio. Lo cual que entre los pasillos esos tan retorcidos -digo yo, tanta nave para ir con esas apreturas, que un bricomán en dos mazazos os echaba abajo el tabique, os levantaba uno de pladur y podríais ir más holgaditos, criaturas, en fin- me ha recordado a los almohadillados de la nave de Solaris y un poco también la de 2001. Y me he acordado de la concentración inestable de neutrinos que le tenía en un sinvivir a aquel cosmonautón que se lavaba poco el pelo, que estos eslavos a veces dan un poco para atrás. Y El Quijote aquél que leía y todo aquello del Océano pensante. Ay, los neutrinos.

Al final Galáctica va a resultar mucho más estimulante que la maquinorra potentorra. Y en cuanto termine los veinte minuticos que quedan, lo cuento. O, total, no, ya veré.

PD: Más música, en la sala noble.

miércoles, 19 de mayo de 2010

A régimen

Coinciden dos asuntos en el tiempo y en su complejidad estética. resulta que el domingo de toros, el del resumen semanal, Serafín Marín que es un torero catalán, se arreó una barretina y una bandera calana y se puso a abrir el paseíllo de la Monumental de Barcelona. Esto, a los antitaurinos y a los catalanistas les ha escocido mucho. La cosa es que, monolíticos como son, les resulta insoportable que les quiebren sus mantras. Esto es como cuando una vez una pulgosa de los animalistas esos se me acercó y me empezó a dar la matraca con que los que comen hamburguesas son genocidas y tal. Ya, claro, oye, pues con esa pasión que tenéis pro los animales, seréis furibundo activistas contra el aborto, ¿no?, al fin y al cabo es matar crías humanas. Trató de insultarme con los espumarajos habituales, hasta llegara lo de fascista, que es algo muy socorrido, mayormente por la progreignorancia. Vale, si, yo fascista, pero explícame lo tuyo y me convierto en medio minuto. Olé por Marín, que encima salió por la puerta grande.

Otros que saldrán por la puerta grande son los 109 detenidos por los actos vandálicos en la celebración del campeonato de liga conseguido pro el Barcelona. Un Matías de la tele hace filigranas para cogérsela con papel de fumar, que si son los de siempre, que si so una minoría y que si los aficionados de verdad no hacene so, como muetsrasn las imágenes. Y las imágenes muestran a tres imbéciles subidos a unas farolas, quince metros sobre el suelo, que si se caen y no se matan, requerirán ambulancias y respiradores artificiales si se parten el cuello. Esos, los sensatos. Y luego a pagar el irpf, si señor. Dicen que son los incontrolados de siempre, que la policía ya los tiene identificados. Entonces serán controlados, digo yo. Pues a pesar del control, lían una batalla campal. queman todo lo que pillan y rompen cuanto pueden. Ya van por once cajitas d epapel de fumar. Estos son los de siempre, que delebran de muy malas maneras y ya se sabe, que pagan justos por pecadores y que no se puede generalizar.
Pero si se puede, caguetas. A ver: hace unos pocos días, los del Atlético de Madrid han ganado una cosa que hace cincuenta o cuarenta años que no ganaban. Y lo celebraron por todo lo alto. ¿Detenidos? No ¿Destrozos? No ¿Salvajadas? No. Pues Matías de todos los canales, es injusto comparar, como vosotros decís. Lo que os pasa es que sois unos caguetas, que hay un miedo atroz a criticar a según quién, porque a la primera de cambio te salen con que si eres un fascista y un antiloquetoque. Esto lo dijo Pujol así como es él: alto y claro. Quien me ataca a mi, ataca a Cataluña, cuando aquello de a Banca Catalana, que es como decir el Estado soy yo, que es muy de rey sol o de furher, por irnos a la historia. Hala, cómo te pasas. Vale, pues me paso. Pero es que el régimen es así.

PD: hoy echan lo del Atleti y el Sevilla. Mira que a mi me daba igual, pero con la de gente que he visto, me ha dado la tontuna y oye, que a ver si ganan los atléticos, jolines, que en la próxima blogueada igual le doy a la tecla. Supongo que también comentaré lo de los cientoypico detenidos de las aficiones del Manzanares y del Guadalquivir, porque entre ellos, estadística en mano, Matías y demás tontos del bote, ha de figurar la misma cantidad de energúmenos que entre los barcelonistas. O igual el problema es otro, que es la que venía a referirme.

martes, 18 de mayo de 2010

El del flequillo

Me viene un coche de cara, así que como los dos no cabemos, caballerosamente cedo el sitio y me cuelo por la estrechita calle que hay a mi izquierda. Una vez allí, mientras le dejo pasar, caracoleo para no tenerme que bajar de la bici mientras trato de calcular si voy a tener espacio para el giro o si me tendré que bajar. Es un entretenimiento, claro, y a la vez una maniobra un tanto complicada, porque si la calle se me queda estrecha, al saltar para echar pie a tierra puedo darme un costalazo considerable, lo que para un ciclista de mi talla -que no estatura- suele dejar como unos zorros el currículum. Total, que en esas estoy cuando veo que un tiparraco dobla esa misma esquina. O dejo de hacer el tonto o le atropello. Sopeso pros y contras y cuando estoy a punto de darle el golpe de rión a los pedales, veo que el tío me mira y empieza a decirme algo.
Es un vulgar fashion, como si dijéramos. Un cateto a la vanguardia, que o está medio calvo o tiene un barbero que le odia. Bueno, barbero no, que de eso no hay, ahora hay peluquerías de estilistas con la muñeca desatornillada o las de bario de toda la vida, con sus Yénifers y tal. Luego están las de los recién desembarcados, que te suelen poner las uñas de colores y con esbarosquis que no brillan y que te depilan todo lo que pueden. Y las de los chinos, que un día estornudas delante y una te dice que si quieres un masaje. Vamos, eso dicen. Que las mafias chinas son un mito y que todo esto son negocios honorabilísimos. Como que ya no haya mayoristas de lo textil, o que en tres calles desaparezcan en dos meses todos los bares regentados por españoles y que las bodegas Matagalls o el Bar Pérez los atiendan tres chinos que no paran de ver la tele por satélite. Oye, pues estos chinos son chinos, pero la tapa de morcilla sigue siendo igual de buena, le oigo un día aun parroquiano. Pues bien, hombre, bien. De todos modos, mírele usted las uñas al amigo y si se vuelve a zampar una es que o tiene el estómago de amianto, o más hambre que el perro de un ciego o que es directamente el ciego. Ay, los hábitos higiénicos, que cualquier día pareceremos franceses. Viva Europa manque pierda.
Lo cual que el tío ese, que lleva unas raiban que no se si son de pega o de las que cuestan doscientos cincuenta euricos, camiseta bien pegadita, el tumbao que llevan los finos al caminar -ya no se si era así- y el flequillo tapándole media cara, que ya digo, no se si es que está calvorota y trata de abrigarse con lo que le queda o que soy yo el que no entiendo de nuevas tendencias y chorradas de esas, ay de mi, me pregunta si soy de ahí. Bueno, pongamos que si, pero con dudas, peor por no extenderme, digo que si y tira p'alante. Oye, por favor, ando buscando una tetería que hay por aquí y que no me acuerdo muy bien, pero que es muy grande y que va todo el mundo, seguro que vos la conosés. Pues no, nada de seguro. ¿Pero tú por quién me has tomado? ¿por un pordiosero de esos que se quitan los zapatos en las teterías y dejan al perro pulgoso en la puerta? O peor aún, que meten al perro pulgoso, que, animalico, se tumba en la alfombra mugrienta, se quitan los zapatos y se ponen de porros hasta que les sale el humo por la oreja. Pero no se lo digo. No se. Si, seguro que sabés, está muy de moda y viene toda la gente, y al decirlo parece que se refiere a todo el que es alguien, los de moda, a la page, que decíamos anteayer, los guayses, modernillos y demás. Pesado. Mira, le digo, ahí, enfrente del Palacio de la Música -así, en castellano- según llegas amano derecha hay en una esquina una tetería muy grande, me parece que te refieres a esa. Si, es grande y venden palosanto. Puedes comprar ramas de palosanto. Anda que si, que voy yo comprando palosantos en esas granjas de ácaros al por mayor, que huele a pieses y a lo que nos son pieses de los modernos y las modernas, que lo mejor que te puede pasar es que te cauterice a lametones el perro pulgoso. Yo diría que si, que te refieres a esa. Y hala, le mando al Café Mustafá, o Café Cairo, o algo así, a ver si confraternizan entre civilizaciones. Ah, vale, entonces, sigo recto... Si, hasta el Palacio de la Música -insisto en castellano- y doblas a la derecha. Lo verás enseguida, la primera o la segunda, no estoy seguro, pero lo verás. Esto descoloca mucho al turista, que le han puesto en los planos del Corte Inglés y en los del hotel todos los monumentos y las calles en catalán, para que así se crean que esto es la república d ela cebolleta y todo aquello. QUe luego les dices si, joer, es la calle Pelayo, de lo de Don Pelayo, Asturias y la tierra de conquista y todo lo demás. Ah, claro, suelen decir con asombro. Si, es que aquí a los catetos les dan cátedra. Y luego les dan Erasmus para que liguen con holandesas en Dinamarca, chapurreando castellano en la intimidad, no sea que les retiren el crèdit patufet. Al aborigen, si le dices que llevas corrido todo el Paseo de Gracia a ver si encuentras el Diario de Navarra en algún quiosco, por lo de la foto de portada de un amigo y tal, y te llaman fascista, con un par. Si, vale, lo que tú digas, pero no hay quién encuentre el diario. Hala, con Dios. Y el argentino se marcha tan campante hacia su tetería. Y yo me doy la vuelta, echando pie tierra, porque la calle es unos dedicos más ancha que mi bici y vuelvo a enfilar el camino, regatenado a las abuelas con carrito, a los turistas despistados, a tres manobras que andan por allí sacando escombros y a las nenas gritonas que vuelven del insti o de la pelu de la Vane o del Mortadelo Fashion del final d ela calle. Hace tiempo que Mortadelo desapareció. Otro día, Mortadelo.

domingo, 16 de mayo de 2010

De Sorolla a los huevos bien acompañados

Lunes
Me entero de que van a exponer, de hecho, están exponiendo, un cuadro de Sorolla que próximamente se subastará en Londres. Vaya, a ver si hay tiempo. Hoy, piscina y un libro de Umbral que me han traído en la biblioteca.

Martes
Nos ha dado tiempo a la Mamádelpianista y a mi a ir a ver lo de Sorolla. Resulta que no era un restaurante. Es una pequeña sala de exposición en un palacio modernista que uno ha visto mil veces pero que ni se imagina cómo es. Menuda escalera. Una preciosidad. Hablamos de Sorolla y de promociones en la prensa.

Miércoles
Escribo una cosa de ciclistas y modernos que trataré de colgar durante la semana.

Jueves
Hoy no se. Algo habría, supongo.

Viernes
¿A Ikea?
A Ikea.
Uf, con tres destornilladores y una radio, un buen bricomán, haría filigranas.
Antes de la cena, el mueblecico montado. Y no sobra ni un tornillo.

Sábado
¡Felicidades!
Cuelgo las cortinas y me quedan bastante bien. Hay que ajustar los largos, pero eso mañana, ya veremos.

Domingo
Hoy estábamos en que si toros o qué. Como el tiempo parece que no iba a acompañar, al final, pues no. A cambio, banquete vikingo: Chistorras, huevos y patatas. Colesterol, vamos a por ti. No vamos a dar tregua a las lorzas. Muerte a la operación biquini.

martes, 11 de mayo de 2010

Sorolla en el menú


Leo que se expone por primera vez y sólo durante dos días en Barcelona y otros dos en Madrid un cuadro de Sorolla que permanecía en una colección privada y que está a punto de subastarse en Londres. Se tituta Bautizo y, a tenor de las estampillas, es una preciosidad. Al parecer fue un encargo y según busco, hay varios cuadros de esa serie. Este, en cuestión, me gusta por dos cosas. Una, por Sorolla. Y la otra, por la carga narrativa que posee. me refiero a ese tipo de pintura que trascie
nde la mera captación de un instante, real, figurado soñado, y que es capaz de narrar una historia. A veces son las relaciones de los personajes, a veces las distintas viñetas que trazan el relato, a veces el gesto y los distintos planos en la narración, como en este caso.


Para vergüenza de todos, en Barcelona, esta pintura se verá en el PAseo de Gracia 113. Eso, dicho así, no parece vergonzoso. De hecho es una calle de postín quee s como se considera ahora a los sitios donde pone tienda Chopard y otros sacamantecas de la cosa. Ya os imagináis, los chinos con capoachos de Loewe y tal, que se les salen los yenes por las orejas. Bueno, pues ahí. Pero es que en ese nçumero lo que hay es un restaurante. Un restaurante. Un restaurante de una cadena de esas que se dan el pisto de ser muy buenas y a buen precio. Racanean porque el servicio es filipino y se ahorran unos duros y los comensales se sienten agasajados porque ponen estovalles de tela. Manteles, o sea. Ens erio, que no es un chiste, que a mi me lo han dicho así: este sitio es de bueno porque ponen estovalles, oye. Joer.
Peroe s lo que hay, amigos. Catetos sin fronteras, de esos que agradecen al Rey que se haya venido a operar aquí en una inequívoca señal de confianza hacia Cataluña y su estupenda sanidad. Es que si no lo ves, no lo crees.
A mi me parece un tanto indigno darle ese trato a una obra de Sorolla nunca antes vista por el público así, a lo grande. Pero ya se sabe, los fenicios es lo que tienen, y si con el rollo del cuadro te colocan una fideuá, pues oye, para eso estamos, para hacer caja. Luego se pican si uno ltira de topicazo, pero es que de donde no hay, poca cosa se puede hacer. no se.

Sorolla. Me quedo con Sorolla. Y a estos, que les den morcilla. O fideuá. Eso si, en sus cazurras estovalles.

viernes, 7 de mayo de 2010

Decíamos anteayer


¿Cómo se sabe si se te han roto los zapatos? Pues pisando charcos.

Esa era la cosa. En plan Imelda Marcos, llega la primavera, la cosa parece que afloja y las botas de punqui ya son un poco exageradas, así que desempolvo unos zapatos más a la page de la temporada que corresponde. Oye, y muy bien.
Los zapatos son un tostón, porque a la que te acostumbras, hay que cambiarlos. En tiempos, había en el barrio un zapatero
que se llamaba Manolo que era el Velázquez de las medias suelas. Y no exagero. Le ibas con un zapatranco costroso y lleno de boquetes y le decías Manolo, a ver si puedes hacer algo, que es que voy la mar de bien con ellos, pero están un poco gastaditos. Manolo, en lugar de decirte que no fueses rata y que te comprases otros, miraba con cara de agobio, suspiraba hondo y como pidiendóte perdón, te decía que bueno, a ver si puedo hacer algo, que volvieses la semana siguiente. Es que me corren mucha prisa. Bueno, pues ven pasado mañana a ver qué he podido hacer. Y te pasabas a los dos días. Y Manolo los desenterraba de una montaña de zapatos que dormían por allí el sueño de los justos y te decía, bueno, algo se ha podido hacer, pero no se yo... y estaban de Corte Inglés. Oye, como salidos de fábrica en Elche o en Alicante o por ahí. Y encima estaban tan cómodos como siempre. Y cuando te los ponías, en lugar de un mendigo, te daban aires de señorito. Un delirio, de verdad. De allí a bailar la rumba a algún cabaré. Pues muy bien, Manolo, vaya manos tienes. Había que verlas, que en lugar de dedos parecían una ristra de morcillas de gordos y de negros, cosas del betún. Y cómo olía a pegamento, que tenía que salir de allí cada día con un colocón de campeonato. Y dime, qué te debo, y te decía, como pidiendo perdón que claro, que había sido mucho trabajo y tal y te cobraba, no se, quinientas pelas. Jo, Manolo, cómo te pasas, hombre, y te decía en plan cómplice que bueno, que cuatrocientas, pero que ya era mucho apurar. Era un poco caro en comparación con un rápido normal, o sea, lento, pero es que dejaba el calzado nuevo. Manolo se puso malo un día, pero malo muy malo y lo dejó. Por lo visto se recuperó, pero no volvió a lo de los remiendos. Una pena. Dicen que con lo de la crisis vuelven los remendones. Y es que ya lo digo yo, que somos unos nuevos ricos que da asco, unos tontos de capirote, con tanto viaje a Cancún primero, a Berlín después, con chorradas del Bulli y música alternativa, ropa vintage a precio de oro y las ideas blandas con tanta pijada y tanta tontería. Nos falta mili, valorar lo nomal, el pan pan sin especies, sin soja, sin sémolas raras, las ermitas de pueblo y el encanto de Zamora -que no conozco pero que ha de ser chulísima-, la playa con transistores y la tortilla de patata, que tantas tripas ha aliviado. La crisis somos nosotros. Porque somos unos flojos. Y unos quejicas, ayayaya, subvencióname porque si no cierro. Pues cierra y no molestes, tío pesao. O trabaja, joer. Que es que entre los hoteleros llorones que salen donde Matías y los de los concesionarios de coches me tienen frito. Golfos, que son unos golfos, rediez.


Lo cual que iba yo tan campante con mis zapatos tralará, y va y llueve. Bueno, pues la cosa ad hoc sería calzarse las botas, pero como ando un poco con lo del cambio climático y el calentamiento global que le temo a los sudores, me pongo chulo y me digo que total, paraguas y mantengo mis primaverales zapatos. Vamos hacia el metro. Joe, Txispi, que se me moja un pie.

El asunto es que la suela esta psicodélica de bulticos tiene un agujerillo, supongo, porque me está calando en el pinrel. Chop, chop. Llego al trabajo y confirmo el dato, atención moto 2, Iñaki Sagastume, minuto y resultado. Y el pobre Sagastume no sabiéndole contestar y temiéndose el berrido de García. Jo, qué poco entendía de bicis el tío, pero qué divertidas las hacía. Ay.
¿Y qué hago ahora? porque si me quedo así, pillo fresquito, me da la tos y la liamos. Pues a grandes males, grandes remedios. me descalzo en el retrete, me seco lo más tremebundo, le pongo un pegote d epapel para que me haga de secante y me vuelvo a mi garito. Cojo el calcetín, que está chorreando pese a los estrujados que le he hecho, y lo cuelgo de los cables del ordenador, justo enfrente de donde sale el aire del ventilador a ver si se seca antes. Y saco el pie para no seguir pisando el suelo húmedo. Ahora pueden pasar varias cosas: que alguien me pregunte por qué llevo un calcetín si y otro no. Que se queme el calcetin secante. Que haya un cortocircuito, arda el edificio, salgamos en las noticias de Matías, que Susana Griso me recomiende un actimel -joer, hablando de pijadas, es que es oir actimel y ponerme de mala gaita- y que el seguro de la cosa no pague porque considere el sucedido un simple sabotaje de algún incendiario a tenor de los restos de calcetín chamuscado junto al foco de las llamas. Como mis calcetines discretos tampoco son, me localizarían enseguida, Matías contando que gracias a unas imágenes en exclusiva de su canalín se habría descubierto la siniestra trama y yo al maco con la Pantoja que me dicen que anda por ahí o que pronto va, no se.

Al final nada de eso, porque tengo precaución saco el calcetín a tiempo, me lo pongo discretamente, silbo mirando al vacío y me aprendo que los zapatos tienen entradas secretas o salidas de humos, en plan Geox pero a su aire. Y al día siguiente, como por cosas del calentamiento global -pijadas, decíamos- hace un frío que pela y sigue lloviendo, me pongo las botas que es lo suyo, como si fuese Bono pero sin golfadas, o sea, como Bono no, y ya ni se me mojan los pies ni nada, ahí, de charco en charco y más feliz que una perdiz.

Y ya esá, hombre.

miércoles, 5 de mayo de 2010

Mañana sigo


Está Matías con lo de la lluvia y todo aquello, el temporal, las turistas en chanclas comprándose un anorac o mejor un sobretodo para la lluvia, el sol de España y la nube puñetera. Oye, pues lo que ha de ser la primavera, un día de esto, uno de aquello. El mamut en el portal se rie y dice que al f
in y al cabo es lo del refrán del 40 de mayo. El mamut es un vecino que ronca mucho y se le oye de piso a piso. mamut total, o sea. Vete tú y pídele a una zarina que te venda un sayo y verás dónde te manda.
Y es que no me canso de repetirlo, desde que estamos en lo del cambio climático, hace un frío que pela en invierno y un calor qu
e te fundes en verano, y por mitad, esto es, en otoño y primavera, pues un poco de todo, o sea. Una vikinga que vive en el Pirineo se queja, es que ayer a manga corta y hoy, nevada. Si ayer iba usted a manga corta es que tiene el termostato chungo, als hormonas o algo, y que nieve en mayo en sitios de mucho nevar, pues tan raro no es. Decían en las noticias que, mecachis la mar, el domingo cerraron las estaciones de esquí y que el lunes cayó una nevada de cuidado. La cosa es que hace tres semanas, en la anterior nevada presuntamente intempestiva dijeron lo mismo: que el fin de semana anterior habían cerrado las pistas y fíjate tú, el martes en trineo. Los redactores, Matías, que son unos vagos de cuidado. Por cierto, Pisuerga y todo aquello, haced la prueba en las noticias de Matías: fijaos en los rótulos que van poniendo. Es que no aciertan ni hartos de vino. Que te confunden a Llamazares con Ángela Merkel, que sale un señor con bigote y pone Ana Luisa Martín, vecina y que en el reportaje de los hoteles -ayayay, siempre quejándose-, ponen el mismo letrero a los cuatro que salen. Luis Gutiérrez, Asociación Hotelera de Benalmádena, pongamos por caso. Y sale uno con gafas, ayayay, que no vienen los guiris. Luis Gutiérrez, Asociación Hotelera de Benalmádena, y sale un guiri que dice que ha perdido el avión. Luis Gutiérrez, Asociación Hotelera de Benalmádena, y sale el camarero que dice que ya vienen las sueeeecas. Luis Gutiérrez, Asociación Hotelera de Benalmádena, y sale una sueca que pregunta si en el Prado hay cuadros del torero ese que llamaban El Greco. Anda despistada esta señoriiiita, dice Matías y luego da paso al fútbol. Menudo crac, el tío.


Encanna, que tengo una empanadilla haciendo la mili en Móstoles con el hijo de Matías Prats padre (q.e.p.d.)

Total, que desde el domingo anda cayendo una buena por el cantón, que si sigue así, va ahaberse que atornillar los paraguas a la calva, oye. Y el personal anda con un mosqueo de cuidado. llega el verano, llegan los tops, se dijeron a mediados de abbril, una tarde de medio sol. Y, hala, el personal en chancla y calzón corto, que es que son unos exagerados. ¿Y el entretiempo? ¿Y las rebequitas de entreteiempo? ¿La media manga? ¿La americana forrada, pero ligerita? La lana fría, ¿qué será de la lana fría? Yo estoy esperando un documental d ealgún sacamantecas yanqui en defensa de la cosa textil y de los chinos que les venden el género a los gitanos para el mercadillo, traigo la braga barata, María, porque ya estoy hasta las narices d ela foca ártica, de Sting en la Amazonía y de los marupiales raros que aparecen en Nueva Zelanda, qué cansinos, ay.

Vale, todo esto iba sobre un zapato, pero como me estoy alargando, sigo mañana.

domingo, 2 de mayo de 2010

Para que veas



-Oye, Mamádelpianista, que aquí hay rosas
-¿Qué?, ¿dónde?
-Aquí, en el parterre que hay enfrente de la gallega
-¿A la vuelta?
-Si, si, donde el bar de la gallega, en el parterre que hay delante, donde la estatua fea
-¿Pero en la calle?
-Que si, que si, que ya te mandaré una foto. Están aquí, a pie de calle, ya verás.

*Si, Altea, la hice yo.