jueves, 7 de octubre de 2010

El tutit



Lo mejor es el tutit. El tututit . Que luego un cachondo se lo pone y cuando vas en el autobús y le oyes como le suena, te tiras al suelo, las manos en la nuca, el libro de Umbral por lo aires, pisas a la gorda y en lugar de Bauer tiroteando chinos, es uno de Alcorcón al que le la ha llamado la novia a ver si se ha ido de cañas con la secretaria esa lagartona cortifalda y larguimusla. Suena a descripción taurina, con perdón. Pero es que es así, y el otro, que qué más quisiera yo que irme de cañas y zamparme unos calamares en lugar de ir en el autobçus. Y la churri que ya está bien claro, que él, con tal de arrimarse a la secretaria, que no, que no me ha sentendido, que digo lo de la caña, pero solo, ah, si, ¿a mi ya no quieres ni verme? no, reina mía, contigo siempre y los sudores que le va a terminar dando calambre con la batería del móvil que seguro que ha de hacer arco eléctrico con ese pedazo de chapón macarra del cinturón de los chinos imitación Armani Jeans. Qué horterada los chapones de los cinturones, por cierto.Lo cual que la gorda que se queja, el libro se arruga, me duele una rótula del golpe y el boboBauer sigue sudando las de Caín. Pero el tuti me mola.
Luego también está que al tío, a Bauer, digo, le meten una somanta de palos en cada capítulo de aquí te espero y él, con cara de aquí me las den todas, resistiendo como un campeón. Que le persiguen rusos malos, chinos rojos, moros musulmanes y traidores por un tubo. Y él, con el pinganillo del telefonín, tutut, su colega Almeida y la chunga de la novia, que a mi nunca me pareció de fiar y poco más, hala, todo el día desactivando bombas nucleares, que cuando arriva a casa -esto creo que ya lo puse- se ha de estar dándole a las manchas de sangre y de grasa y de estroncio 90 antes de echarle el Bipexprés para seguir siempre tan limpio y elegante.
Lo mismo que el del autobús.

Ojo con la chavalita, que gafe será, pero que a ver, como un queso, como si dijéramos, hasta para los que no nos gusta. El queso, digo. Ay, qué lío.

Y la hija. La hija de Bauer. Que menos mal que el de los calamares y la secretaria no la tiene presente cuando le habla la santa, porque se llevaba dos tortas y sin despeinarse. La nena estupensa, pero gafe como ella sola, que le matan a la madre, a la madrastra, la secuestran le matan también al novio traidor y hasta a uno que le vendió un perrito caliente, que al que se arrima, a tocar el arpa y que sólo de escribirlo me está dando un calambre en el antebrazo, así que lo dejo, la tía. Joé.
Pues eso, Bauer vuelve, tutut, tututit. A ver si, con un poco de suerte, esta vez no ponen los episodios de cuatro en cuatro.

2 comentarios:

Dulcinea dijo...

Pues a mí me gusta Bauer y la serie.
Y no llevo el titutit en el móvil porque no me lo sé bajar. Sí, Tedddy lo que oyes.

Nodisparenalpianista dijo...

Uy, espera, que buscamos als instrucciones, Dulci. Todo sea por darle morcilla a Tedi.