martes, 16 de noviembre de 2010

El chino

Vaya, hombre, vaya. Leo en la prensa que resulta que hace unos días se murió Chu-li. No, el oso aquel de Madrid, no. Jo, que anda que no tenía guasa lo del oso panda aquel de cuando Tierno Galván. Todo lo que rodea a los osos panda es ráro. De un bicho que come bambú no se puede esperar menos. Aunque hay que reconcer que es osado en su indumentaria, lo que tampoco está nada mal. Bueno, los osos son animales muy peligrosos que no paran de comerse chavales con el rollo de que sin tan tiernos. Los osos. Y los chavales. A mi me gustaba aquella serie, Grizzly Adams. Que de tontería sse aprendía.
Bueno, pues no, que no era un oso, pero si salía en la tele. Chu-li era el fiel mayordomo de la terrible Ángela Channing, la más mala entre todas las malas del malerío, como si dijéramos. La madrastra de Blancanieves era una piltrafilla a su lado. JR, un cateto con petrodólares, hasta el pérfido Richard Channing se iba licuando en toda su altivez cuado aparecía Ángela, con su sonrisita falsona, el traje de chaqueta rojo y la permanente aquella de rulito pequeño que es la que llevan todas las señoras que van a lo de los autobuses esos que les regalan un jamón de cartón piedra después de sacarles hasta las muelas de oro con la smantas esas térmicas y atómicas.
Qué chorizos, pobrecitas.


Pero qué hubiese sido de la sin par Ángela Channing sin su fiel Chu-li. Pues nada.
Porque el malo-malo puede hacer maldades, pero si no tiene después uno por ahí que le limpia las huellas y que le sirve las coartadas como el té, en bandeja de plata, pues no tiene nada que hacer, al segundo crimen, le pillan. Y es que en quella serie no había ni uno bueno. Bueno, alguno si, pero la gracia la tenían los chungos. Y en mitad de todo aquel navajeo, Chu-Li, al que no se sabe si por no meterle en el ajo o porque se temían que fuese un karateka disimulado, nadie le decía nada. Ahora que lo pienso, me parece que Chu-li no era chino. Era gallego. Yo casi siempre lo recuerdo que se lo cruzaban en una escalera, que no se sabía si subía a buscar el trabuco o o si bajaba a servir el te, y allí la tontipija de la rubia aquellaque me parece que se llamaba Maggie, le decía hola, Richard Channing disimulaba mientras se pensaba cómo ponerle la zancadilla a Chase, Chase se atusaba la barba sonriéndole, el Juan Lanas rey de las camas suspirando por la Melissa y Melissa, ay, la lagartona, lagartoneaba, que era lo suyo, con todo el que pillaba, que para mi que era el único momento en que el chino achinaba los ojos, picarón, o sea. Y la madre del Juan Lanas, que seguía pidiendo a gritos una ortodoncia, joer qué piñata, colega. Bueno, pues es que así eran todos los capítulos, pero oye, lo que nos divertía. A mi lo que me flipaba es que los tios tuviesen viñedos y bodegas y que nunca saliesen las bodegas; o los periódico de Richard, que ni redacciónes, ni rotativas, ni nada de nada. O el Phantom que pilotó Chase, joer, que si yo fuese expiloto de Phantom en el Vietnam tendría tres fotos los menos subido a un ala vacilando a las gachises o firmando un frasco de napalm, no se. Aunque anda que también tiene tela, ir echando pepinos con un Phantom para acabar peleándote con una agüela con los chufitos recién quitados. Chufitos es una palabra que mola la tira. Y el chino, callado y mirando al horizonte, gallego fijo.
Y el descapotable de la lagartona, que esa es otra película.

6 comentarios:

Dulcinea dijo...

!Vivaaaaaa! !Por finnnnnnn! Una foto que vale la pena, hombre. Lo único que sobra en la foto es el avión, pero bueno.

Muy buena la entrada dedicada a Falcon Crest. Estuve enganchadísima. A mí me gustaba el canalla de Richard Channing. Qué bien traicionaba y estafaba a la gente. Qué chorizo más atractivo. Y acababa dando pena, el tío. Un crac.
En cambio me daba una cierta grima el flojito de Cheis, que también iba de rulos como Angela, y le levantaban los viñedos, la mujer, el nieto y todo. Un pringaete y un flojo.

Nodisparenalpianista dijo...

Jo, Dulci, que estás a por uvas. Que la entrada era sobre el pobre chino que la ha diñado, rip, por los momentos tan estupendos que todos sus fans le agradecemos. Viva Falcon Crest, jolines. Y recuerdo al personal que yo vi a Chase Gioberti en Nápoles.Eso si, sin aeroplano, vaya.

Dulcinea dijo...

Digamos que he hecho una lectura alternativa de tu entrada ;)

Pobre chino, por cierto.

enrique dijo...

Recuerdo que veía Falcon Crest tumbado con mi hermano en el sofá del salón de mi casa. Tiempos de COU, que sólo tenía clases por la mañana.
Cómo mola el Phantom!!
Qué buen avión era!!

Nodisparenalpianista dijo...

Pues nada, Dulci, todos a alternar. Y un tequila, o mejor un saque por el chino. O un flan chino mandarín para los abstemios.

A m i me cogió una temporada que teníamos la tarde libre, en el bup o por ahí, estimado Enrique. Anda que si a mi me regalan un Phantom, la lío. Y le reservo la otra plaza, hombre, que luego sufre usted por las entradas de marras.

Dulcinea dijo...

Os veo muy comodones, ahí, tirados en el sofa, medio traspuestos mientras los de falcon Crest se navajeaban de lo lindo.

Eso no me cuadra con pilotar Phantoms, la verdad.