lunes, 1 de noviembre de 2010

Heredos de los dibujos


Hace un tiempo o lo leí o lo comentaba con alguien. Hoy lo he recordado, a propósito de una entrevista con un fulano que se dedica a algo como alto ejecutivo de una compañía de comunicaciones o cosa parecida. De esa gente que desayuna en La Haya, merienda en Palermo, toma un arroz tres delicias en Pekín y se echa la siesta en México DF. Si es mujer, le
preguntan que cómo concilia la vida familiar con ese batiburrillo de aeropuertos. Me acuerdo de una entrevista con Esperanza Aguirre, a quien le preguntaron algo de ese estilo. Ella, con gélida seriedad le preguntó al botarate del entrevistador si esa misma pregunta se la había hecho al jefe de la oposición de su Parlamento o al presidente del Gobierno. Ay, el pijosexismo. En fin.

A lo que iba, el tipo ese tan ejecutivo y tan viajero, se pone graciosos y dice que da la vuelta al mundo más rápido que Willy Fog, en sólo diez días. Qué tío, qué gracioso, que ocurrente. Si es que hay quien se pone a discurrir y termina en grave riesgo de embolia. Siguiendo con el asunto, sobre el baúl de la Piquer, he oído citarlo refirinedose a lo grande que es, lo que pesa y lo viejo. Del viaje, poco.
Porque, que es lo que o había leído antes, hoy habíamos comentado en plan amiguetes, que el personal se refiere a Willy en lugar de a Phileas. O sea, que el dibujo animado de aquella serie infantil tan bien resuelta se ha zampado al personaje de la novela de Julio Verne. Algo aprecido ocurre con los mosqueperros, los divertidísimos mosqueperros, que han terminado por fagocitar a su referente. Ahora solo falta que vengan tres neomodernos del CCCB y hagan una exposición sobre iconos pop que canibalizan a sus personajes literarios. Oye, que habría colas. Y el ejecutivo, estresado, pobre.
Lo de los libros digitales puede terminar salvando a Phileas, me pareec a mi. O sea, que si he de cascar 20 euros por lo útimo del danbraun de turno en botonicos, igual termino por las obras que estén libres de pago, que tienen más aventura y más enjundia. Es cosa mía, vale, pero es que uno se agarra una lista de los más vendidos y cuesta imaginar si alguno de ellos aguantará dentro de, no se, cinco, diez años.
La isla del tesoro. Me pica la curiosidad. Un destino al que no llegaron ni Phileas, ni Willi, ni el ejecutivo viajero.

4 comentarios:

Dulcinea dijo...

Es que el pretendido género de aventuras es un pestiño. Infumable.

Como si -casi- todas las obras literarias no nos transmitieran una aventura aunque sea personal.

Hombre, Pianista, no seas tan radical que un libro de Dan Brwn siempre puede calzar una mesa coja ;)

Dulcinea dijo...

Me he explicado fatal: quería decir que el género de aventuras no tengo claro que exista como tal.

Y que los libros catalogados como tales me dan más sueño que Battiato, que ya es decir ;)

Juan Manuel Macías dijo...

Bueno, Corín Tellado, a su manera, también escribía novelas de aventuras...

Y el B.O.E., en sí mismo, ya es toda una aventura.

Natalia Pastor dijo...

Discrepo de Dulcinea y apelo a su nombre: el propio Quijote es un libro de aventuras.
La literatura está preñada de obras magistrales que abarcan desde Robert Louis Stevenson a Verne, pasando por Daniel Defoe, Dumas, Jack London, Edgar Burroughs,John Boyne y su "Motín de La Bounty", Emilio Salgari, Herman Melville y su "Moby Dick", James Fenimore Cooper y "El último mohicano",Walter Scott y su "Ivanhoe",Pérez Reverte... ¿sigo?.

Saludos.