domingo, 29 de mayo de 2011

Sorprendente


Oigo a una que da el dato "sorprendente" de que actualmente se abren 83,3 millones de vídeos en el Yutup por hora y todos los boberas dicen ooooh, porque lo que hay que decir es ooohhh.

Si hubiese un tío lo bastante aburrido que se dedicase a contar memeces, no se, podríamos preguntarle cuántos vasos de agua se beben en todo el mundo por hora, cuantos pinchos de tortilla se zampan a la vez en todo el planeta o cuántos libros se leen a la vez en el orbe. Chiquita, que hay doscientos millones de mendrugos que se sientan a la vez para ver el furbo o el Tur, pues tampoco está para tanto, digo yo. Pero hay que pensar medio minutico y eso, pues en fin.
Fin.

lunes, 23 de mayo de 2011

El escalofrío

Ya casi me marcho y me enchufo la radio a ver qué pasa con los pactillos y esas cosas de las elecciones que tanto me gustan.
Echan los deportes y tuestan con lo de Morinho y Guardiola o no se quién, qué tíos cansinos. El locutor tira de topicazo para decir que ha de contar algo que nunca querría contar, qué insoportables, con el María Moliner en toda la cresta les tendrían que dar. Y lo cuenta, a ver por dónde va el exagerado.

Xavi Tondo, el ciclista del Movistar ha muerto en un accidente doméstico terriblemente idiota. Idiota es morir, un asco, y siempre más.

Me da un escalofrío- Pasan los minutos y no se me quita. Pero no es metáfora, que se me ha quedado la piel de gallina y la revoltura del frío de la muerte. Un horror.

Hace tres semanas o cuatro, no se, íbamos a la parroquia y estaba liado el pollo por las bicis. Era el final de la Vuelta a Cataluña. Agarramos los bártulos y el paraguas y según el pater nos bendijo y nos mandó a pasear por este valle de lágrimas, nos fuimos a ver a Contador y a toda la peña. Nos hinchamos de hacer fotos, de ver los coches taller y de meternos con los polis que no tenían ni idea y que con sus motorrancas tenían más peñigro que un nublado, que yo vi cómo estuvieron a punto de tropellar a un escocés que pasaba por allí.
Lo cual que vimos a Contador ganador, a un colombiano pequeñito que había ganado la montaña y conseguimos un bidoncillo chupao del Cofidis, bueno, algo es algo, y un par de autógrafos de Contador. Al espíquer pagado de la Generalitat un poco más y le han de trasplantar la tráquea cuando anuncia el premio al proimer catalán. Y unos del publico chillan como locos y yo me gido que joer, cómo se pasan. Gritan tongo, tongo, qué mal rollo. Los perros de la UCI muerden por todas partes. Pero entonces caigo que no, que dicen Tondo. Esto es como el pesado de la tele que sustituyó al bigotón, que en Gloria esté, que le llamaba al Purito Joaquim Rodrigues y yo pensaba que era portugués, hasta que un ía le oigo que le llama Purito. Joer, el portugués es el Purito, este está medio tonto, ay.

Vaya mañana. De vuelta a casa vamos viendo los camiones y el último es del Movistar. Me flipa Unzúe y me encanta el maillot del Movistar. Hay un tío con un chaval flaco. Tienen en la acera unas maletas, unas copas y un ramo de flores. Venga, le dogo a mi pequeño coequipier fotógrafo, vamos a decirle hola. Mi coequipier va de chuletilla pero a la míima se acobarda, así que le reanimo y vamos. Hola, ¿eres Xavi Tondo? Le estamos dando el tostón, nos firma autógrafos, noc cuenta y se deja hace fotos, pues claro, hombre, y se pone contento cuando le decimos que somos ciclistas y que a ver si gana muchas cosas y nos hace disfrutar. Yo creo que está contento, porque se lo decimos sinceramente-Al día siguiente con todo el que hablo le cuento que Tondo es un tío majísimo, educado, agradable, modesto, buena gente. ¿lo ves? mira los fútbolistas, unos chuletas y unos fantasmas. Jo si, pues ahora yo ya no soy del SaxoBank, voy a ser de Movistar porque Xavi Tondo es muy majo. Pues me parece muy bien ¿Me compraréis una camiseta del Movistar? Coequipier, que te pasas de listo.

Ya digo, el escalofrío. Venga, todos por Xavi Tondo.

jueves, 19 de mayo de 2011

Lo claro entre la mugre

La reducción al absurdo es muy útil.

Una vez ya lo hice, y aún no he encontrado la respuesta. Cómo meter ocho tíos como ocho camellos -algunos, según decían hasta lo eran- con macutos de treinta o cincuenta quilos cada uno en un Renault Megane o algo así, sin que se te saliese por las ventanillas. Si no se resolvía esa trola, me decía yo, cómo seguir con las otras. Esperando sigo, pero sin fumar, que tampoco me va.

Con esto de la revuelta popular que están liando en Sol, me asaltan las dudas tontas, pero no tanto. A mi me huele a chamusquina, será por el perfil andrajosillo del personal, que, según oigo, anda pidiendo al personal que se corte un poco con la priba, los porros y los revolcones, porque lo que menos se temen es que degenere en botellón u orgía. La nueva democracia, vale. Oigo también que a uno de la tele, de Antena 3 le sacudieron y que a otros dos de TeleMadrid y de la Agencia Efe les abuchearon y persiguieron hasta que se hicieron ustis por el foro. La nueva democracia. Oigo también que los medios que quieren hablar con los tíos que hay por allí tirados no pueden. Que el autoproclamado grupo de control del asunto les conmina a ir a una de las jaimas para que se entrevisten con los declarantes oficiales pero no con otros. La nueva democracia, vale. Leo que tienen una sección en su güebada donde tienen escritas sus consignas, como en los mejores momentos del Movimiento. La nueva democracia, ya digo.

Pero como esto es el infundio de la canallesca asociada al Sistema, olé, hago lo del 11M, reduzco al absurdo a ver qué pasa.
Digo yo que, tras siete años de gestión, por así decirlo, del actual Gobierno- montar esta fiesta chipiritifláutica a cuatro días de una selecciones locales en las que, previsiblemente habrá
un vuelco electoral inédito hasta ahora podría parecer interesado.
Digo yo que montar la pachanga en Madrid, en Sol, frente al despacho de Esperanza, pudiendo haberla liado en La Moncloa o en Ferraz, pues también será casualidad. O frente al Cosntitucional, ese tribunal proterrorista, a tenor de sus últimas ekinzas.
Digo yo que montarla a medias, con la boca pequeña en Barcelona, el sitio más plegado al poder desde hace décadas, contra los recortes de un partido pero no contra los mismos recortes del otro, ahora que, tras cuarenta años apalancados, van a salir d ela poltrona los de siempre del Ayuntamiento.

Pero a mi lo que me tiene loco son las pancartas.
De estas cosas colectivas, librepensadoras y espontáneas, me tiene fascinado el pancarterío. Loas proclamas y tal tienen sus cosas, pero me voy a lo estético. Cuando la cosa es espontánea, yo cojo una sábana zurcida, cojo el titanlux y pongo "Tonto el que lo lea" y a correr. El vecino escribe "El que piensa, pierde" y tan amigos. Pero lo de estos espontáneos no va en ese plan. Todas las pancartas tienen los mismos eslóganes y la misma factura, como, ya digo, la de los recortes del otro día en Barcelona. La factura, ya digo. Porque como dijo el insigle Josep Pla, todo esto ¿quién lo paga? Alguien financia al pulgoserío, que tras los sacos andrajosillos y las chabolas portátiles ya se han montado su red de páginas de internet, sus bombardeadoras de mensajes y su sistema de agente sde control. La anarquía no es lo que era. Leo aquí quiénes andan liados en ese asunto. Y claro, me echo a temblar. Sólo dos joyones en mitad de la tropa. En cuanto aparece un gurú, mayormente Dans, a mi ya me huele a cuerno quemado, qué tío listo, jolines. Pero lo de Intermón es que es pare leerlo y no creerlo. Digo yo que la oenegé que, desde lo de Oxfam, lleva disimulando su origen católico, se tendría que despachar un buen sapo cuando la caterva coreó lo de menos crucifijos y más trabajos fijos. Qué cruel es el progrerío, que al final te roban lo uno y te queman lo otro, o al revés. Ya nos entendemos, ay.

Y digo yo, ¿qué ocurriría si la policía trata de desalojarlos y le forma una batalla campal? ¿Quién ganaría, electoralmente hablando? ¿Habría caceroladas y mensajeos, "pásalo", desde donde siempre? O si a un tarado se le ocurre coger el Escoda Fabia, meter un acelerón y estrellarse contra una jaima llena de protestones, ¿a por quién se iría esta vez?

Esto no es una democracia normal, eso es evidente.
Lo de los acampados es buena prueba de ello. Pero a las elecciones no se atreven a presentarse.

martes, 17 de mayo de 2011

La aparición


Pues finalmente ocurrió lo que todo el mundo esperaba, pero nadie podía asegurar. Según parece, la semana pasada, en uno de los conciertos de Roger Waters de la gira The Wallen el O2 de Londres, que es un garito enorme, cuando comenzó a sonar Confortably numb, en lo alto de la pared, en lugar de Doyle Bramhall, que es quien suele darle a la guitarra en es apieza, apareció el mismísimo David Gilmour. Según parece, los seis conciertos londinenses se firmarán para posterormente incluirlo en un deubedé que sonará a lo mismo de siempre, y que compraremos pountualmente como buenos floyds que somos. De todos modos, no estaría de más, que ya que se metió toda la gira entre pecho y espalda, se incluya también el Comfortably numb tocado por el pobre Bramhall. Bueno, en todo caso nos libramos del cursi de Snowy White, que con ese nombre, pues eso, vaya.
Por lo que dicen, al final, en la única versión renovada del concierto, al final del concierto, cuando Waters toca la trompeta, también apareció Nick Mason para tocar la pandereta. Suena a chusco, lo se, pero es que así fue la cosa. Así, así.

No he hecho aún la crónica del concierto -ni la crítica del Dark side, si, JMMacías- pero es que no sabía muy bien cómo abordarla. Espectacular, grandiosa y cara, si. Musicalmente pobre, teniendo en cuenta que no aportaba nada nuevo. La voz de Waters, absolutamente increíble, considerando lo fatal que está desde hace ya unos cuantos años. Pero había que estar.

Igual es lo que falta para unirse en una gira de despedida. Y eso sería colosal. Pero a falta de Wright y Waters, que se llamasen GMW, por ejemplo. Y sanseacabó.

jueves, 12 de mayo de 2011

Diez y un geólogo

Echan las cuentas sobre el terremoto, o mejor dicho, los terremostos de Lorca. Hay uno, del Instituto Geológico, me parece que dice que no tenía que haberse producido ningún muerto, y que con ese grado de intensidad, los edificios no se caen. Este tío será un centella en los terremtos, pero es más tonto que Abundio. la intensidad será la que sea, los edificios se caerán a partir de lo que él diga y los muertos que vos matáis, tralará, pero la evidencia es la que es: diez muertos proque se les cayó la casa encima o la cornisa o el tocho. Pero para tocho este tipo, que se agarra al dato para no ver la evidencia. Doctrina presidencial: la evidencia me hace bellaco, abraza la mentira que es la única verdad.
Otro. Echan cuentas, ya digo, y rebajan los muertos de diez a ocho ¿Mande?
No se si será porque se imaginarían que debajo de los cascotes habría dos personas más. Pero echo las cuentas. Entre los fallecidos, dos chicas embarazadas. O sea, ocho más dos, diez. Diez

domingo, 1 de mayo de 2011

El amigo

Esto sucedió en 1990. Al parecer el que había sido presiente de la República de Italia, Sandro Pertini, estaba muy malito. Estaba en el hospital y se dio cuenta que de aquella no le sacaba nadie. Según dicen, pidió que avisasen a su amigo.
Por allí andaría, digo yo, todo el que habría sido alguien en la cosa política, tirando a sociata mayormente, en su tiempo y en su espacio. Pero él insistía. Y su amigo se enteró del asunto y allá que se fue.
Por lo que años, unos cuantos años después explicó un testigo directo del asunto, su amigo suspendió todas sus actividades y les dijo al secretario y al fotógrafo acompañante que cogían un coche y que se iban al hospital. Y allá que se fueron.

Pertini se nos hizo especialmente simpático por aquí cuando, siendo presidente, estuvo junto al Rey, y junto al presidente alemán, en la tribuna de la final del Mundial de Fútbol. Allí también estaba el añorado Calvo Sotelo, un gran hombre aún no suficientemente reconocido, vaya aquí mi rendida admiración. Iban allí con la murga de la pelota hasta que un italiano despeinado, Tardelli, metió un gol que levantó del asiento al abuelete Pertini, que a sus 85 años de emociones, se pasó el protocolo por el Coliseo, pegó un salto, brazos al aire, el alemán de pasta de kartofen y el Rey Juan Carlos, entre divertido y admirado le dio un abrazo cariñoso, un poco por lo de la alegría mediterránea y otro poco para calmarle, no fuese a darle un jamacuco allí mismo que nos metiese en una guerra transalpina. Elegante no sería, pero simpático y espontáneamente cariñoso, lo cual que gustó mucho.
Pertini era un socialista educado y culto, ateo y respetuoso, muy querido por la gente y que al parecer, no debió de terminar muy bien con el aparato. Lo normal, diría yo. Cultivó una enorme amistad con Juan Pablo II, ese, su amigo. El amigo que pedía ver diez minuticos antes de que se le arrebatase la vida.

Yo me imagino estar de turno en el hospital, la máquina del café que no da cambio con la cosa de tener por allí todo revolucionado con los plastas de la Komintern chupando cámara mientras esperan que casque la momia. Y de pronto que se te aparezca un pedazo de cura de metro noventa con acento polaco, otro de traje que no sabes quién es y uno más de blanco que parece, que parece, que parece... ¡joer, el Papa!
El Ppa que se acerca a la familia y habla con la esposa. Hola, me he enterado de que mi amigo está muy enfermo y que quiere verme, así que aquí estoy.

La mujer de Pertini debió de ser una señora mucho más atea y no tan educada como don Sandro. Pues de aquí no pasa. Y no le dejó entrar.
Yo, y creo que muchos otros, estamos en esa y la liamos. Pero claro, cada uno es como es. Y el amigo era así.
¿Le importa que me quede un ratito en este pasillo, señora?, parece que le dijo. La mujer, ya digo, no muy educada, le contestó que hiciese lo que le diese la gana. Y a bodas me invitas. El Papa se lo tomó literalmente: hizo lo que quiso, y, sin lugar a dudas, lo mejor que podía hacer por su amigo.
Se sentó en una butaca, o silla o lo que fuese y sacó el Rosario. Y se puso a rezarlo. Yo me imagino a las enfermera sde antes flipando, y a los rogelios lameculos flipando aún más.
Ya he terminado, les dijo a su secretario y al fotógrafo acompañante. Podemos irnos. Ahora mi amigo ya sabe que he estado aquí.
Y se fueron.
Y Pertini se murió y seguro que sabe lo de su amigo.

De la parienta no tengo más datos.