viernes, 29 de julio de 2011

La victoria en la derrota

Echaron el otro día la segunda semifinal del concurso taurino para novilleros que retransmite Canal Sur. Seis novilleros e jugaban el apse a la final y, claro, echaban el resto en el poco rato que tenían para lucirse. Al final d ela retransmisión hablan con el último de los novilleros. Sale Sonia, la niña como la llama el mestro, micro en mano a preguntarle al chaval que qué tal. Ella allí está, con la melenita esa estupenda que lleva, un poco bricopija versión taurina, y trata de preguntarle, peor el pobre está desencajado, a punto de echarse a llorar, visiblemente emocionado, o sea. Cuansdo consigue darle el berenjenazo, el novillero, Lama de Góngora se llama, reconoce sin paños calientes que le ha ido fatal. Que venía a tope de moral, el día antes dos orejas y rabo en otra ovillada, con ganas y con fuerza. Pero reconoce que no le ha salido nada bien, que el novillo iba, peor que çél no, Y casi se le empapan los ojos de lágrimas, porque sabe que ha perdido una fantástica oportunidad y que él es el responsable de su fracaso.

La verdad es que estuvo mal. No se si serían los nervios, la presión, el cansancio, la mala pata, la mala uva. La cosa es que el novillo le desarmó seis veces lo menos, le dio buenos pases pero de modo irregular con tanto deasrme, mató de mala manera y el público, en un arrebato de generosidad le premió sólo lo bueno -oljo, muy bueno- con una oreja hecha de cariño. En la vuelta a
l ruedo, que es cuando se colgó la imagen, le aplaudieron con ganas.

Cojo la foto de aquí

Luego me he acordado del llorón de Fernando Alonso, que pierde por culpa de todos y gana porque él es muy bueno. O del caradura de Messi, que o juegas para él o te condena al ostracismo, o hasta del poco acertado Contador, que tuvo la oportunida de decir estuve mal al principio y louego he hecho lo que he podido en lugar de esconderse en calendarios, durezas previas y preparaciones mejorables. Pues en lugar de malprepararte para el Tour, podías haber descansado hasta la Vuelta, que aquí al menos no te insultamos, majo. Pero ya lo ha arreglado: el año que viene no vuelvo al Giro.

Pienso en estos y veo aún más grandes las lágrimas del pobre Lama de Góngora. Un aspirante a matador que se responsabiliza de sus fracasos. Eso si que es una victoria. No creo que pase a la final. Pero a un tipo con esa actritud y esa limpieza hay que seguirle.

6 comentarios:

Dulcinea dijo...

Lama de Góngora. Con ese nombre ha de ser torero, seguro.

Si ha encajado así la derrota, tiene el triunfo asegurado. Hay que darle tiempo porque madera y valor le sobra.

Pero con menudos ejemplos haces el contraste Pianista. Messi el gladiador, Alonso el pupas, Contador el llorón.

Nodisparenalpianista dijo...

Yo no tenía a Contador en nómina, pero el otro día, qué oportunidad para quedar como un campeón en la derrota. De todos modos, Dulci, creo que no es como los otros. De todos modos, aúpa Lama!!!

Dulcinea dijo...

A mí me gusta que les toque las narices a los del Tur.

Pero ya sabes que mi heroe es Clooney, je, je,

Atiza dijo...

Las vacaciones tuyas de este curso político, mas finiquitado que la Falange, por cierto, son de lo más toreras, Pianista. Será con el fin de prepararnos para torear fino, a capotazos o incluso para el salto de la rana. Uf! Yo esta vez me he venido a la Taifa esta con medio dedo de frente porque con uno entero, ninguna.

Dulcinea dijo...

Es que en el caso del Pianista hay que distinguir tres ideas:

A estar de vacaciones
B ir a trabajar
C trabajar propiamente dicho

Nodisparenalpianista dijo...

Jo Atiza, con tanto cabestro suelto, hay que espabilar.

Uy, Dulci, pero qué jeta tienes!!! yo, levantando España todas las mañanas y aquí, el personal, tumbándose a la que puede, ay!!!

Oigo que José Tomas ha cobrado por lo de Valencia medio millón de eurazos, además de entre 1.200 y 2.00 entradas para repartir a su claque -yo siempre me he preguntado cómo sacaba Sabina siempre tan temprano el billete y tan en buen sitio- y que tele no, peor que Canal 9 filmó la corrida entera y que de ahí se sacaban los tres minuticos que dan a las teles.
En fin.