lunes, 12 de diciembre de 2011

Los botones ya

La Dulci, que es muy suya, me anda tocando los botones con lo de la nueva entrada. Criatura, que uno da pa lo que da, y entre esto, lo de más allá y el beleneo, pues tira, ay ay.

Fernando Alfaro, el surfin' bicho trabajó en una gasolinera. Qué tío.

Lo cual que ando en lo mío, tralará, juar qué fresquico, las cosas de lo invernal, leyendo a Umbral y disfrutándolo y con las postales compradas en los cuáqueros que me parece que una vez puse una cosa de ellos o igual no, pero que se la merecen lo más de lo mas, ay. Eso, las postales. Y los belenes. Y las güepadas. Y hasta la sala noble. Jolines, que a ver si el espléndido mugriento que se marcha ahora me podría apañar una buena jubilación. O un negocio en la gasolinera.
Ay. a los belenes, torpedos

3 comentarios:

Altea dijo...

Bueno, bueno, para cubrir el expediente, digamos...
¿No tienes nada que contaaar?

Dulcinea dijo...

O sea que al final la culpa es mía ¿verdad?

Mira guapito, menos siestas de tres horas y menos ocio tipo ver crecer la hierba.

Eso Altea, que empiece a largar todo lo que no nos cuenta. La carta a los Reyes Magos, por ejemplo, je, je, je...

Fernando dijo...

Interesante lo de Umbral, de joven lo leí mucho. A ver si hay algún post sobre él.

No entendí lo de los cuaqueros.