El mundo está cada día peor. Y el país no digamos.
A propósito de los 50 años de la ejecución de Eichmann, Rosalía Sánchez, corresponsal en Berlín de El Mundo y de la COPE, creo, me suena, no se, escribe una crónica un poco insustancial que no da idea del alcance de un personaje como el de Eichmann. Claro que leer a Hannah Arendt tampoco es obligatorio. Suelta esta perla: "Los guardias que custodiaban la prisión eran sefardíes, es decir judíos de origen oriental o norafricano". La negrita es suya. El desconocimiento también. Por "sefardí" el buscón de la RAE trae esto. Por "norafricano", esto otro.
Ocho eurillos cuesta o por ahí, no me acuerdo. Te lo lees y listo. Y así, si un día te piden un artículo de opinión no quedas ni como un bobo ni como un jeta.
Por su parte, en El País, aprovechan el asunto del juicio a Eichmann para dorarle la peana a Baltasar Garzón, uno que era juez pero al que echaron por cometer delitos desde su tribunal. Cada cual se alía con el chorizo que más le conviene, mismamente yo, que por uno de pueblo picante pierdo el oremus sin pestañear.