domingo, 26 de agosto de 2012

La Luna menguante

Vaya, hombre.

Mal fin de semana para los lunáticos. 

or un lado Neil, el primero en pisar la Luna va y se muere de una cosa del corazón o así. A mi este astronauta me caía -me cae, pobre- fenomenal. Los astronautas, en general son gente maja. Bueo, no es que conozca uno a muchos, a ver, pero Gagarin, el pobre, estrellado -cruel ironía- probando un reactor, Aldrin o el otro, el que se tuvo que quedar en el módulo con la cafetera en marcha, a escasos dos metros de pisar la Luna, y John Glenn, que es un dandi, que me parece que hasta Umbral le escribió algo.
A mi me da que los astronautas son los últimos héroes, los últimos aventureros, los intrépidos, tal. Como Colón, peor ahora. En la prensa llaman héroe al negro ese que corre tanto y que es un chuletapiscinas que manda callar al personal cuando llega a meta. Yo es que estoy allí, me levanto, le mando a donde los pepinos y me largo, menudo idiota. Veloz, pero tonto perdido.


Y está lo de Lance. Otro que hasta anteayer era un héroe, pero del que ahora todos echan pestes. Mira, si has ganado siete Tures es que eres muy bueno. Pero claro, hay que darle leña. Llevamos dos años con el filete tóxico de Contador y ¿ahora hay que llevar a Lance a la hoguera? Me acuerdo del pobre Pantani. No, no. Y del día aquel que se les mató Casartelli, el del Motorola, que se dejó la vida de una castaña bajndo un puerto. Al día siguiente, el pelotón paró un poco y dejó que sus compañeros entrasen juntos en meta unos metros por delante. Los golfos de la organización les sancionaron por la componenda, siempre sensibles al dolor ajeno. No se si fue al día siguiente o por ahí, un jovencito del equipo le echó casta y ganas y ganó en la meta con todas las de la ley, homenaje al amigo recién caído y patada en los dientes a Leblanc y a lo de L'Equipe, los mismos desgarramantas que acusaron a Induráin, que despanzurraron el Festina, lo que quedaba de la Once y tal. Yo es que al Tur tampoco iría, y que les vayan dando por la Turandot.
Luego Lance tuvo los cánceres, se salvó milagrosamente, volvió, venció, vimos a sus preciosos chavalitos y a su guapísima mujer, tal y tal.

Bueno, pues lo dicho. Que mal, o sea.

4 comentarios:

Altea dijo...

Hum... eres muy compasivo, pero con lo envidiosos que son los gabachos, cuando leí la noticia, no es que me alegrara, pero... en fin...

Nodisparenalpianista dijo...

Por eso, Altea: si los gabachos le sacuden, pues hay que apoyarle. Y de ahí a la Luna, claro. Eso si, el mejor, ¡Induráin!

Dulcinea dijo...

Uy sí. Que pena me ha dado lo de Neil Armstrong. Su gesta fue increíble, y su huella una obra de arte. Ciencia y estética juntas.

Del ciclista, pues no sé. Mucha envidia me parece que despierta. A ver ¿chutándose alguien le iguala? ya no digo si le supera.

Nodisparenalpianista dijo...

Pues ayer leí, Dulci, que probablemente ha sido su exchurri la que ha soltado el chivatazo. Menudo culebrón.