miércoles, 27 de febrero de 2013

¿Dónde me metes, Altea?

¡Maja!!!!
Resulta que Altea, aquí, cuenta una cosa simpática a propósito del cónclave que se nos viene encima. Ay, jolines, que no pierdo la esperanza, que igual B16, el Papa con nombre de bombardero, como decía el añorado JotaPunto, allá, se lo repiense y siga. Viva el alcoyano.

Total, que como yo soy de la pachanga, y lo del cristiano triste y el triste cristiano, voy y me apunto.
Y me toca lo que me toca.

Lo cual que a ver...




Que digo yo que me parece que el camarlengo no es elegible. Y como mi ignorancia supina es lo que es, yo pediré por una larga vida para Bertone, que, entre nosotros, tiene nombre de descapotable, como la mitad de los italianos, pero que para la Silla de San Pedro, mejor uno más bragado en menesteres complejos. Y Quebec ha de ser un marrón de cuidado.

Eso no es trampa, ¿no?

lunes, 11 de febrero de 2013

El Papa

Dice la HermanadelPianista que en Benedicto XVI ve a un abuelo. Un abuelete majo, tan majo que casi es como de dibujo animado. A mi me fascina su serena inteligencia. A mi, en la discusión, me gusta el argumento duro, la imagen fuerte, el castañazo, o sea. Y me encanta del Papa que es pausado y efectivo en su argumentario. Y lo bien que se explica, siendo el teólogo más brillante desde vaya usted a saber cuánto.

Uno de sus rasgos más notables del Papa es su tierno humor. A mi, lo del tricornio me ha parecido una se sus mejores imágenes. Y la de la tormenta en la JMJ de Madrid.  Atrás, ni para tomar impulso.


En su anuncio en latín de la renuncia (he oído que algún cardenal alucinaba porque no le entendía, ay, al Logse ha llegado hasta a la Curia) ha dado una clase de catequesis, un minitratato teológico de aúpa. Nos ha dicho que ha orado y ha reflexionado sobre lo que tenía que hacer. Ha puesto en en la balanza la libertad y la responsabilidad. Ha obrado y ahora rinde cuentas ante su rebaño.
Yo es que sigo alucinando.

Como he dicho en Fenmadrid, lo que me sabe mal es que la misa en la que por sin podremos llamarle santo a San Juan Pablo II no la presidirá él, su amigo. Jo, es que vaya par, un alemán y un polaco. Hay que dar gracias por la suerte que tenemos.

lunes, 4 de febrero de 2013

El triste café




Hace unos días vi en la calle, en una esquina soleada, mañana fría convaleciente de la gripe gris ay, por fin sale el sol, al vagabundo aquel que me recuerda a Roger Hogdson. Hace mucho que no le veía. No me daba tiempo a invitarle ni a un triste café, porque iba yo cargado y apresurado, peste de la vida moderna.
Ahora ya no deambulo por su barrio, pero sigo pensando en él.

En la radio, en Discópolis echan una serie sobre rock sinfónico y progresivo, por pasión del locutor y aclamación de los oyentes. Propone a ver qué pone, si Mars Volta, que son actuales, raros y fascinantes o si Supertramp, buenos, comerciales y un poco antiguos. Hace lo normal, poner los dos. Roger Hogdson, el de verdad dejó el grupo no por las desavenencias habituales de las estrellas del rock, sino porque a su chaval le iba mal en el cole y decidió tomarse una pausa en el rock para enderezar al bigardo. Mars Volta son alucinantes.


Otro día me paro y le endoso un bocata que no se lo salta un torero.