domingo, 31 de diciembre de 2006

¿Y esta gente no tendrá casa?


-¿Pero era amonal o amosal?

-O goma dos, no se.

-¿Pero eso es de estos o de los otros?

-¿El qué?

-Que he oido no se que de un terrorista suicida

-Pues no se

-O que el Gobierno miente, o no se que...

-Uy, ¿tú crees?

-Si es que ya no te puedes fiar de los hombres de paz

-Eso me parecía a mi

-¿Y qué, pues? ¿Nos vamos a pitar delante de la sede del partido a reclamar la verdad o qué hacemos?

-Uy... es que a mi se me enfrían las gambas

-Y yo... es que he quedado

-Bueno, es que la paz es así ¿no?

-Y total, pa dos pringaos que encima habrían perdio del avión de Air Madrid

-Mira la cosa es no comer hamburguesas gordas o no se qué...


Esta noche he tenido fiebre. Creo. Espero

viernes, 29 de diciembre de 2006

Haciendo el tonto estamos bien


Porque hay gente que parece que lo disfruta, en todo momento y en toda ocasión. Y no miro a ningún ministro, que luego te dejan sin hamburguesas, te dejan sin repatriar si palmas en misión de paz, mucha paz, o te suben la luz un 18% en dos tramitos porque ya está bien de calefacciones y de pijadas, hombre.
La cuestión. Los que hacen el tonto, no por vocación o por necedad sino por oficio. Pero por ocio en plan mal, vaya. Una cosa es Arévalo, los gangosos y tal y otra los memos que han de promocionar sus cosicas haciendo el idiota. El número uno, Rey de la Comedia según Scorsese, ha sido el inconmensurable Jerry Lewis. Ahí está el Ceniciento, Lelo, Profe chiflado y todo aquello. Pero claro, luego se casa con una chinchingoma y sigue con la lengua fuera cuando va a Venecia, que no se sabe si es por los canales, por el de la siliconada o qué. Y así sigue, a su edad , perdiendo el poco respeto que le quedaba a cada minuto que pasa, pobrete. Desde entonces, cuesta abajo y sin frenos.
Me vino el tema a propósito de Terry Gillian haciendo una sesión de muecas para vender no se qué cosa en el Festivalillo ese de Sitges, que se catetizó en cuanto dejó de ser Fantástico. Algún ministrillo le habrá mirado con el ojo tuerto. Pues ya ven, en lugar de explicarnos lo de su peli sabiendo distinguir el noble oficio de comediante y de gracioso del trabajo de un profesional sensato, se dedicó a ofrecernos el lado más grotesco de la mueca y la carantoña que termina por darle argumento a los del Proyecto Simio; que es que llevamos una temporadita.
De la camisa, y por no ser reiterativos, hablaremos otro día.

jueves, 28 de diciembre de 2006

Vestir al desnudo


Ayer uno en la tele iba con una camiseta de esas tan chistosas que coge una marca y le hace un juego de palabras un poco picantón o contracultural. Lo de siempre, Colón-Colocón, Pepsi-Sexi y así.
Claro, quién me mandaría ver la tele. Cierto, cierto, pero ya se sabe que cuando el diablo se aburre, mata moscas con el rabo. Y los burros también. Pero es que hay cada moscón y moscona, como dría el lehendakari. Pero no nos salgamos del tema.
Estaba en lo de las camisetas. Qué vacilones, qué divertidos, qué ingenio. Si es que es lo que tiene ser la vanguardia de la cultura, a poco que que aprietan se te salta el humor por las costuras. Y claro, qué cosa más neopop que parodiar lo pop. Nada más tonto que tonto dos veces. Coges una marca y le sacas un chiste guarrosillo o porrerín y listo. La meca del ingenio, la pachanga, vamos. Yo conocía a una que decía logotito en lugar de logotipo. Logotito. Esi si que es ingenio.
Otro día las camisetas del Brasil. Pero con anticipo: ¿qué te han regalado tus amigos por el cumple? Una camiseta de Brasil pero sin nombre. 31 añitos cumplía el perla. Ya puede disfrazarse para el próximo concierto de Massive Attack.

miércoles, 27 de diciembre de 2006

lunes, 25 de diciembre de 2006

Principio y fin


Si es cierto lo de la comunicación global y todo ese rollo macabeo, prometo echarle el cierre a esta tontería el día en que mi más cercano compañero de trabajo descubra mi doble vida en el hiperespacio este.
Hasta entonces, inasequibles al desaliento.