miércoles, 24 de junio de 2009

Oriol, el relojero

Cojo la curva imaginaria, voy camino del semáforo y me fijo en el matrimonio chiquitín. Es Oriol, el relojero y su esposa. Caminan del brazo, tarde de verano y de petardos, San Juan, Puck, cada cuál que conecta las cosas como le da la gana.
Oriol, el relojero tenía una relojería chiquita y precisa que se llamaba "Oriol, relojero". La cosa era evidente y precisa, dos buenas características para una relojería, a ver si no es verdad. Tú llegabas allí con el reloj parado y te lo despanzurraba, se ponía aquello en el ojo y te decía que estaba un poco sucio -el reloj-, comprobaba la pila y te la cambiaba. Le daba con una especie de soplillo que luego he visto, con versión plumero antirayaduras, para limpiar diapositivas o negati
vos fotográficos, otra antigualla, la verdad. Y listo, arreglado. A veces si te presentabas con un reloj viejo, lo abría con aquel destornillador que parecía bisturí, le echaba un ojo y te decía mañana -o pasado, según- estará limpio, engrasado y arreglado. La tija, la siempre misteriosa tija, las esferas que no son esféricas, los misterios del relojero, que así iba echando el rato, cosas del tiempo, sacándose los durillos. Durante un tiempo iba a trabajar muy temprano y pasaba frente a la relojería de Oriol. Cosas.

Si Boris Vian hubiese sido relojero, yo me lo habría imaginado así. Y con el CóctelOrganillo, claro.

También tenía algunos relojes a la venta, pero para mi que no era negocio, que el estableciento era pequeño, como él, y había poco donde escoger. Las correas si, que si no, te las traía, y te sacaba siempre de apuros. Es que se me acaba de romper, y medio minuto después, ya estaba. Oriol sigue llevando reloj, su esposa sigue llevando vestidos de flores frescos y sigue teniendo el ojo medio guiñado como para verte muy de cerca lo que padece tu reloj. También tiene bigote, pero eso da lo mismo.
A los relojeros se les perdona y hasta se les valora la lentitud, siendo como son artesanos del tiempo. Algo tiene de venerado temor, creo yo, como lo de no mentender lo que dicen los médicos, que a la que nos rascan un poco, todos somos como los del taparrabos del Amazonas, poco más o menos. Un día iría a arreglar algo o simplemente pasaría por delante y vi que Oriol relojero había echado el cierre. Lo mismo que el barbero, que quitaron cuatro agencias de transporte, reconvirtieron las naves y los muelles en bares y discotecas, eliminaron las tiendas, trajeron barriles de cerveza y alguien ganó muchos duros. Pero cerraron. Aquella papelería rara, el relojero, la barbería. Una vez fui por cosa de un trabajo a un despacho que había en lo de la papelería rara. Un hombre extraño quería que le escribiese un libro como loa y alabanza para una especie de santón que quería promocionar. Aquello fue muy raro. hay tema, ya hablaremos. Luegio he vuelto a ver algún día a Oriol paseando con su esposa, la de los vestidos de flores fresquitos, o en Saturno , donde el tiempo no se sabe como fluye. Y anteayer en bici. Yo.

PD: especialmente para Marta y , en general, para todos lod que dicen joer, Nodisparenalpainista, vuelve más, que no os perdáis los lincs, que son de dos entradas antiguas y bonitas, como todo lo antiguo y bonito, los relojes y las tienditas de la memoria. O así.

sábado, 20 de junio de 2009

El valor del palídromo


1.

Yo, a esta indocumentada, la inhabilitaría para cualquier función pública hasta que se aclarase la empanada mentan que lleva encima. Y que alguien lo certifice, a poder ser que no sea de la Carlos III o así. Claro que, uno no sabe si es que es su soberana estupidez la que aflora o la maldad en forma
de puntita de cruz gamada la que se le escapa por esa sonrisa tan de cartón piedra que luce en las estampas.

Y luego el otro tonto, que huye de las ruedas de prensa por si le preguntan de temas espinosos, que insiste en que la cosa es la crisis, y lo otro distracción. Que no, hombre que no, que si, pero no.
Que se aprovecha lo del Pisuerga y se sigue con la ingeniería del alma: el Estado por encima de la familia, la muerte por encima de la vida y loa y gloria al Gran Arquitecto, que no se ahora le lla
marán así, pero ya sabemos de lo que hablamos. Y el botarate que no, que la cosa es lo de los dieciséis años. A ver, tarugo: si quitan eso ¿vas a mandar a tu tropilla que vote a favor de la nueva ley del aborto?
Oigo que el ot día sacana tortas a unos defensores de la vida de un sitio donde ban a hacer un mitin porque les reclamaban que se mojasen y dijesen claramente cuál era su postura ante el
aborto. Lo de las escaleras y los gallegos, que yo más bien diría lo de las escaleras y los caraduras. O cobardones.


Esa es la fuerza del mal, de la pura maldad, el hacer daño por el mero hecho de hacerlo. Y se para y se tritura por encima de lo que haga falta: en primer lugar por los valores morales y por sus depositarios. Los dos principales, la familia y las creencias. Después la trivialización del ser natural, para poder crujir de una vez por todas el derecho natural. Si se decide arbitariamente qué es y cuando hay vida humana, aborto y eugenesia, la persona es algo voluble y perfectamente opinable. Y a partir de ahí, sin principios y sin razones, todo vale. Y por si la gente persevera en la sensatez, pues tele por un tubo, series para remoralizar a la masa espectadora, informativos mentirosos, entretenimiento basura y mucha neomoralina para justificar lo injustificable. Del horror del Gran Hermano -ya sabéis, la traducción fetén era Hermano Mayor- lo peor es el final del disidente: no era simplemente eliminarle físicamente (matarle, Ministra, como a vosotros os gusta) sino conseguir que el disidente amase al hermano Mayor para que, con lágrimas en los ojos de puro amor recibiese al pelotón de ejecución. Eso no era nazi, todo hay que decirlo, sino social-comunista.

Esto me suena a lo de los etarras*: unos apuntan, otros matan, muchos callan. Pero los malos somos los que lo denunciamos.

*Donde dice etarras puede ponerse GAL, mal que le pese a la conversa Rosa Aguilar, quién te ha visto y quién te ve, que hay estopa para darles a todos.


2.
Esto la tonta.
La ministra que mejor tiene colocado el palíndromo, con perdón: Aído odia. A ver si no.
El listo, Gabilondo dice que como es metafísico necesitaría tiempo para decidir qué es ser humano. Para decidir. Él lo decide. Olé tus metafisidades. Porque tú lo vales, y hala a hacer anuncios de champuses de loreal.

3.
¿Y cómo obligar a que la gente sensata trague con ruedas de molino?
La primera vía era la que un vecino comentarista dijo por aquí. Una apelación sentimental, una referencia equívoca que parezca que es lo común de modo que se eleve a categoría y que sea inaceptable negarse. Lo de la jovencita violada y sufriente. No llega al 1% de casos, pero cuela.
Eso es como cuando los nazis hacían pelis para fomentar la eutanasia, de una pobre impedida en una cama, maltrecha, cuyo marido mataba y que se tenía que enfrentar a un juicio perverso en el que el pobrecito defendía que había vidas que no merecína la pena ser vividas, porque no llegaban al mínimo humano. Como Maradentro, no se si os acordáis. Amenábar copión.
Ese cuento chino cuela un tiempo, pero vistas las atrocidades que suceden, la gente sensata que se deja convencer a la primera de cambio, a veces se lo vuelve a pensar. Ministra, joer, meta en la cárcel al violador, castíguele severamente, asista a la pobre violada, pero no se pula al chaval. Que a las 22 semanas está ya casi para tallar y meterle en los regulares.
Pues sale la ministra y, aún a pesar de que pueda parecer idiota, da el paso siguiente. Lo de que no considera ser humano al nasciturus, al bebé.

La segunda parte es la cosificación previa al crimen. Si el problema es que sea un ser humano lo que nos pulimos, chiquito, dependiente, un poco raro, con la cabeza gorda y los dedos como porrones, pues no se le considera humano y lo podemos eliminar como nos cortamos las uñas. (Paréntesis: una de las réplicas habituales suele ser que no se considera el sufrimiento de las madres (?) que abortan, que también lo pasan mal. Esa gente que suele recriminarnos este argumento participa del silencio cómplice sobre el síndrome post aborto y calla aún más cuando uno les pregunta si sabe algo sobre la relación del número de suicidios femeninos y sus tentativas con el de abortos que han llevado a cabo esas mismas mujeres. Echadle lo que hay que echar, lo miráis y luego me lo recrimináis).

La trama está en otra parte.
El asunto
Según cuentan, cuando la ministra hizo el paripé de reunirse con las organizaciones provida durante la fabricación de su ley exterminabebés, en el transcurso de esas reuniones, dejó claro que a ella, lo que había en el vientre materno no le interesaba. Que ella se preocupaba de los bebés una vez nacidos y que lo de antes le daba lo mismo. Es una forma perversa de borrar cualquier rastro ético y moral. Comprobar que un día ya no hay judíos en el barrio aunque las chimeneas sigan echando humo. (Para los que se rasgan las vestiduras con estas cosas que digo, que cambien "judíos" por "síndromes de Down" y "chimeneas" por "ácidos, trituradoras, escapelos para la decapitación o aspiradores para la succión").

Esta tesis, la de la cosificación sigue por considerar el aborto lo mismo que "ponerse tetas". No puedo resistirme a lo del chiste, por desengrasar. A mi, con más de dos, me dan una cierta grima. Ésta, además de mala es vulgar y chabacana, como aquella buenorrapija del anuncio que se tiraba pedos en el yacusi o como si al Clooney le oliesen los pieses y los sobacos, una garrula de libro. Pero eso conecta muy buen con los garrulos y garrulas de Gran Hermano e Interviú, que saben que la buena vida pasa por ponérselas de chinchingoma y lucirlas en estampillas. Pues eso, liquidar bebés es como aumentarse la talla. Con un par. De prótesis.

jueves, 18 de junio de 2009

Para falsos, los amigos

La amistad es lo que es. Lo malo es que la amistad sea mala. Aquí trataremos de amigos falsos, que no tienen nada de bueno.
Como Miguel Ríos ya va a hacer diez años que sigue teniendo sesenta o cincuenta y cinco o no se cuántos, que al pobre se le ha ido acartonando cada vez más la cara según le han ido repujando el pellejo, que hay sillas de montar toledanas menos trabajada, unos compañeros de profesión le van a agasajar con un disco en el que interpretan algunas de las canciones que ha llevado en su repertorio. Bueno, bien.
En un alarde de originalidad propio del estrellamen mencionado, titulan el disco Bienvenido o algo así. Será bienvenido al Club de Jubilados, una especie de aparta, carcamal, que aquí no hay cama pa tanta gente. Según c
ómo, yo me mosqueaba. Entre los que cantan lo de Vuelvo a Granada, El blues del autobús, Santa Lucía y el Rocanrol bumerán -tela también- están los de siempre. Pero qué tíos más pesados. Que si uno del Canto del loco -uf con el nombrecito-, que si el Pereza de Leiva -¿o era al revés?-, los cursis de Amaral -logopedas del mundo, a mi es que me sale Aramal sin poder evitarlo, para una vez que no es errata-, Quique Gonzálz e Iván Ferreiro -que son como compañeros de puputre de los que se sientan al fondo y lían bullanga con lo de los bics y el arroz-, y Loquillo y Bunbury, por darle un poco de lustre al tema.


Miguel Ríos haciendo air guitar, todo un maestro del género. Aquí, en plan elegante, porque lo suyo era cuando lo de las mallas aquellas a rayas, no se si a alguien más le persigue la pesadilla.

A mi, este tipo de discos, toda una tradición anglosajona que lleva un tiempo haciéndose por aquí también, me suena a lo mismo de siempre. Los artistas que versionean son siempre los mismos y suelen ser igual de aburridos y sosos cuandfo replican a los homenajeados. También es cierto que en ocasiones aparecen buenas adaptaciones, o bien porque el intérprete lleva a su terreno el repertorio del homenajeado -me acuerdo de una muy buena pieza de Aute retocada por Rosendo- o porque el versioneador, por así llamarle, se lía la manta a la cabeza -había una de Sabina, tal vez en ese mismo disco dedicado a Aute, u otro similar que resultaba muy interesante tambien- e improvisa algo completamente nuevo.
Aún no ha salido, creo, aunque igual ya rueda por ahí, ya nos entendemos, pero me temo, por la nómina de homenajeadores, que la cosa será como un karaoke de lujo en el bar del congreso de las juventudes sociatas, que a esytas antiguallas les sienta fatal que les recordemos cuando les contrataban los sindicatos verticales o así.
La caterva que le homenajea dice de Miguel Ríos que fue el introdctor del rock en castellano, pero se olvida de Enrique Guzmán, o que fue el primero que dignificó la profesión en directo, pero no recuerdan que fue Raphael la primera estrella que se negaba a actuar si en los pueblicos le metían en un camerino sin retrete. Miguel Ríos ha sido uno de los grandes animadores de la música moderna en español, pero no nos olvidemos de los demás, que también han hecho lo suyo.
En lugar de ese disco de mal llamado tributo -ahí está la sustancia de lo del falso amigo- uno le hubiese homenajeado publicando los extraordinarios dúos en vivo y en directo que hizo con lo más granado del rock y el pop español en aquel programa de dinosaurios que se llamó Qué noche la de aquel año. Imaginadlo: Miguel Ríos con Radio Futura, con los Pekenikes, con Enrique Guzmán, con la Orquesa Mondragón, con Los Salvajes -uy, esos no me acuerdo seguro si fueron- o con Siniestro total Obús y Barón Rojo. Hasta con Mecano, cuando aún les quedaba algo del primer disco. Esto suena a Abuelete cebolleta, pero entre esas momias y las Orejas de Van gogh y de los locos, pues no hay color.
Lo dicho: que perpetren el disco como les de la gana, pero que le llamen por su nombre: Tributo a Miguel Ríos es pagarle un impuesto, y como no se refieran al impuesto antirrevolucionario de la Esgae, pues es que no. Llamémosle "homenaje" y dejémonos de calcos cutres del inglés, que es que somos más de pueblo que las amapolas.

martes, 16 de junio de 2009

Borrachos y antiguos

Qué gente.
Esta mañana, muy de mañana, a la oscura hora en la que las discotecas, por llamarles así, cierran, diez minuticos antes, paso con la bici, el rayo que no cesa, por las calles recién puestas. Dice uno de la oposición municipal, que también hay, aunque le de a uno la risa floja, que cuando o hay periodo electoral a la ciudad habría que llamarla Bachelona, porque el asfalto está más roto que los calzones de un pirata chungo. Bueno, los piratas ya se sabe, pero por no confundir con Errol Flynn en calzas verdes dando saltos de paquebote en trirreme y secuestrando a las hijas del virrey español, que es un pérfido villano, pero que tela marinera (claro) con la morenaza de su nena, los tirabuzones y tal, que ya sabéis por donde voy, por la pasarela sin frenos y con unos ronesitos de más, de cabeza a Maracaibo, tralará.
Lo cual que a esa hora sin damas, dándo le al pedal veo ahí al fondo a unos que están derrumbándose sobre un coche. Lo que tienen las agujetas del bailongueo. Una chica, por así decir, se tambalea hacia atrás, lo que significa que se echa en el carril de los coches y de las bicis, que también tenemos nuestro lugar. Así que cuando me voy acercando y veo mejor a los cuatro jipiosos, con ese golpe de cadera que tantas tardes de gloria futbolística me ha prpoprcionado, la esquivo con arte y parsimonia, incluso. Lo de mi provervial agilidad felina, vamos. Cuando reaccionan, oigo que uno grita Induráin y algo más, pero no me entero. Hubiese quedado vulgar por mi parte girarme a escuchar, y más aún, haber parado para preguntarle, que uno es dandi hasta dándole al pedalón.

Para mi que los cuatro borrachuzos me han debido de ver así, aproximadamente. Pero doble.

Pero oye, recién ganada la Dofinéliberé por Valverde, o con Contandor dejando al personal sentado allá por donde va, me ha parecido de un inusitado mal gusto intentar echarme años encima, por mucho que haya sido recordándome al gran navarro. Claro que, ahora la peña ya no ve las bicis y contador solo suena el de Endesa y para mal, como ha de ser.

Bueno, pues nada, que mejor eso que haberme llamado Gasol, que es buen chaval, pero desgarbado un rato y eso si que no. Hala, pues mañana más, sudores pedaleros y esquivando tajados. Mira, uno, que así se divierte.

sábado, 13 de junio de 2009

Una lección de periodismo


Bueno, es que era imposible explicarlo mejor. Lo hace Jesús Cacho, el enorme periodista delo económico y, paradójicamente comprensible. Hay que reconocer que lo d ela prensa económica asusta mucho, pero cuando uno se mete, con seis nociones y un diccionario, tampoco es tan complicado. Ayuda un perióidico de los de antes, en papel, digo, como El Economista y el voluntarioso Negocio y Estilo de vida. Ambos traen cosas muy jugosas sobre comunicación y grupos mediáticos, un tema verdaderamente appasionante.


A más de uno le gustaría echarle el anzuelo a Cacho. Por ahora se les ha escurrido siempre...

Pero Elconfidencial de Cacho es una máquina en estos temas. En el artículo que os linco por aquí, explica con el bisturí y la daga napolitana o florentina o toledana, afiladísima o sea, los entresijos del chanchulleo de lo de Prisa y Mediapro. Salvando algún chirriante "a" más infinitivo que le da a uno patadas en la barriga, es un artículo que pide enmarcarse. Define la cosa como neoperonismo, por llamarlo de algún modo, pero a mi me da la sensación de que esa es la nueva economía que quieren endosarnos: control del bolsillo y control de la mente al son de Paganini, esto es, que los pringados d esiempre les mantengamos su multimillonario tren de vida progre o regre, según.
Por si hay dudas del Who's who de las famiglias, intento aclarar en sucesivos comentarios. Y que Dios nos coja confesados.

martes, 9 de junio de 2009

¿A que no sabíais nada de esto?

Resulta que los colectivos proabortistas han atacado en los últimos días una iglesia y una organización católica bastante chispeante como E-cristians.

¿Queno es mucho? Bueno, pero a que a nadie le gustaría que le hiciesen eso en el pasillo de su casa.

Lo de la parroquia atacada tiene tela.
Resulta que en el barrio de reciente construcción Diagonal Mar, un pelotazo urbanístico con pisos a ochenta -80- millones de pelas de las de hace ocho años o por ahí, levantado en suelo industrial recién recalificado, junto a un vertedero, un gueto gitano y una planta eléctrica, milagrosamente reconvertido a
golpe de talonario omponenda municipal, que Marbella está por todas partes- y en neozona residencial, no tenía ningún espacio previsto (mucho menos reservado) a "equipamiento religioso" como llaman en neolengua tripartita a las iglesias. A ver, lógico para el paganismo imperante. Ojo, que nadie se confunda: no es que el ayuntamiento tuviese que construirnos nada, sólo que reservase algún sitio para levantar una iglesia, con lo de las campanas y tal. Pero no, el ser humano ese que no entiende Aído, no puede tener inquietudes trascendentes. Total, ya que se pulió la biología, cómo va a resisitir la antropología una buena cornadita ministerial.
Lo cual que en las parroquias de los alrededores se montaron cuestaciones para intentar levantar una iglesia por allí, donde se pillase, en unos bajos, en la playa, donde fuese. Y así, con una vocación mendicante, nació l
a parroquia de San Francisco de Paula. Hace un par de semanas, los demócratas de la diana embadurnaron la iglesia de pintarrajos y consignas amenazantes. Pero seamos sensatos: tampoco es para tanto. Al fin y al cabo, de una partida (avalot) de defensores del asesinato, que se limiten a manchar paredes es toda una suerte. Al parecer en el ataque a Ecristians, han ido más por lo suyo: colocar dianas, que es lo que mola.

A ver, lo digo como lo dicen las fuentes. NO estoy seguro de si son dianas o garabatos esos de nene nea que ponen las tarotistas e intelectuales de similar pelaje Lo que queda fuera de toda duda es que ese es el referente intelectual: Aído y Aramís Fuster.

Lo de Ecristians les pica mucho. Se trata de un colectivo, con su güep y sus revistas, de activismo social católico. El impulsor es Miró y Ardèvol, un agitador -en el mejor de los sentidos- de sus mensajes. La cosa es que es un reconocido catalanista, exconsejero de Pujol -concretamente de Agricultura- y antiguo miembro de Convergencia democrática, la mitar de CiU, de la que se apartó según vio alejarse su partido d ela cosa democratacristiana, por así decirlo. Lo que más les pica de Miró es que rompe el monolitismo del Movimiento Nacional, esto es, su manifiesta divergencia catalanista, que desde que los tripartitos son como son, la proclama de Torras i Bages, Cataluña será cristiana o no será, se ha invertido según la doctrina laicista imperante. Lo de las monedas y el César, que sigue sin estar claro. Qué tropa.

Bueno, pues nada, que estas tonterías no nos joroben una buena Champions.

El oasis.

miércoles, 3 de junio de 2009

Vian, van 50


Se conmemora, aunque igual algún detractor un poco bruto celebra, el aniversario cincuenta del fallecimiento de Boris Vian. Hace ya un tiempo salía por aquí, a propósito de un libro antiguo, de hecho el primero que leí de este escritor francés. Desde entonces, ha resultado toda una aventura ir completando su obra, porque emn España la tenemos incompleta y muy mal traducida. En descargo hay que decir que nunca ha sido un autor dema
siado popular y que su peculiar lenguaje, lleno de neologismos, juegos de palabras e invenciones estrambóticas hace muy complejo el trasladarlo al castellano. De todos modos y a modo de ejemplo, el penúltimo poemario publicado aquí, No quisiera morir, de la prestigiosa Editorial Hiperión, responde al título de una de sus poesías de tono más bien jocosa y próxima, por tema, al humor negro. Según los que entienden, la palabra "crever" se refiere a la muerte pero en un tono burlesco, algo así como diñarla, palmarla o espicharla. No quisiera palmarla hubiese sonado bien, por ejemplo. Todo así y aún peor.

De un tiempo a esta parte ocurre con Vian como con el mayo del 68, que todo el mundo estaba allí. Menos los que no habíamos nacido y me da que con excepciones. Que para mi que Ismael Serrano era el que le robaba -incautaba para el pueblo, ya nos entendemos- los chupetes a una sobrinica con pecas de Dani el Rojo. Por cierto, hace tioempo que no sabemos dónde anda. Bueno, en realidad no sabemos ni del unio ni del otro. Y lo a gusto que estamos, dicho sea de paso. Vaya.
Eso, que uno le echa medio ojo a la prensa que mola y todo el mundo habla de Vian, que si patafísica que si trompetista de jazz y que si la diñó (yo si que me lo apropio) después de ver una versión cinematográfica de una peli suya. Alguno aventura que igual no le mató de lo mala que era, como cuenta la leyenda, sino que tuvo mucho que ver su deficienca cardíaca congénita. Si es que si no te mueres de sobredosis no eres nadie en el Babelia y alrededores.
Topicazos y más topicazos, Sanit Germain des Pres, jazz y variopintas profesiones, patafísica y lobo-hombre como la canción de La Unión, aquel grupillo que parecía apuntaba muy algo y terminó por reversionarse y teñirse las puntas de rubio platino para disimular las calvas. Una pena.
Lo cual que me pregunto a qué se refieren los plumillas que pontifican que si Vian esto y que si la vida canalla. Me da que conocen muy superficialmente su obra, que se limitan a dos brochazos de su jugoso anecdotario personal, de sus bromas un tanto sangrantes contra Jean Sol Partre, lo d ela trompeta y poco más. Porque casi nunca se refieren a la hondura de La hierba roja, una novelita breve que bascula entre la ciencia ficción surrealista, la prosa poética y una cierta dosis de existencialismo lúdico, como dije hace mucho tiempo. Lo defendí ante Peter, ese Peter, en una práctica de periodismo que me puntuó muy generosamente. Él me dijo que tenía a Vian por un autor menos profundo, más bien frívolo, pero que por lo que contaba en el trabajo, le había despertado un cierto interés, gracias a mi aproximación. Me tomé aquello por un gran cumplido, puesto que había atraido, quizás lateralmente, cierto, pero había conseguido atraer la curiosidad de todo un personaje como Peter. También hablábamos de Pombo, de aquel Pombo del Metro de platino iridiado y del Eterno femenino.
Según parece que era la sustancia de todo esto, la editorial Gallimard, que vendría a ser como los Ferraris de lo editorial en francés, va a editar toda la obra de Vian, como conmemoración en este cincuentenario. Cómo pasa el tiempo, cierto, pero hay que reconocer que también tiene sus cosas buenas.
En París, saliendo de la Abadía de Cluny, ya tarde, dábamos medio paseito buscando un sitio para cenar. Tarde en parisino es a partir de las seis y media o por ahí. Una vez, en un café o bistro o como le lamen ellos, no nos pusieron unos cafés con leche porque ya era muy tarde, no servían cenas y mucho menos sobremesas. LA cosa es que no eran las tres de la mañana. Eran las siete. Y los camareros barriendo el bar. Qué tíos. Lo cual que en una esquina un letrero de lo que parecía una librería. Y en la esquina de enfrente, ese mismo letreto. A mi me sonaba vagamente a librería y, en efecto, lo era. Aquello, la librería Gibert Joseph era un laberinto de escaleras, niveles, recovecos y pasillos fascinante. Muy luminosa, llena de indicadores incomprensibles para mi y de gente, bastante gente. Allí, gracias a la ayuda de la HermanadelPianista, le conseguimos sacar la infomación a un vendedor de dónde estaban las cosas de Vian y si tenían algo en castellano. Mi dispiace signore, nos dijo en francés, pero no, en castellano más bien no. Pero visitamos los anaqueles dedicados a Vian. Y aquello fue deprimente. Deprimente para mi, que en francés sólo se decirle a uno que está loco, que tiene cara de lápiz y que yo soy el rey. Claro, muy lejos tampoco llegaría. Bueno, gracia sa Sinatra también se decir cherchre la femme, que también ayuda al jolgorio. Menos mal. Había en aquellos estantes una buena cantidad de libros, además de todas sus novelas, varias obras de teatro, algunas de las cuales no tenía noticia un poemario o dos y muchos recopilatorios de sus artículos periodísticos y críticas de jazz. Su obra casi al completo, por lo que parecía. Y en una edición de bolsillo, una muy conocida de cubiertas blancas y de precio irrisorio, dos, tres euros por volumen. A mi, que aún se me saltan las lágrimas cuando me acuerdo de las ediciones de Alianza que, por setecientas pelas te regalaban lo mejor de Conrad, de Borges, de Delibes y de Kafka. Y allí, por doscientas, trescientas, lo que quisieras. También preguntamos -yo un poco con traducción simultánea, ya digo, crayon, se fou, la femme, nes pas posible- por un tío que dibuja tebeos que en su día medio publicaron en España sobre un aventurero miope por los Mares del Sur, en plan un poco Conrad. Marie Verité es el que publicaron seriado por aquí. Uno que escribe una historieta que se titula así merece una poca de atención, lo aseguro. Resultaba que Frank le Gall, el autor en cuestión -que ya es nombre de tebeo, ya-, tenía publicados no se, ocho, diez tebeos de ese personaje y, claro, ni uno en castellano, Los ojeé a ver si entendía algo. Si al menos hubiese habido alguna historieta situada en un manicomio femenino para dibujantas a lápiz. Pero eso sería demasiado barroco hasta para un francés.

De allí salí sin libros y algo envidioso, pero en buen plan. También con el propósito renovado de intentar aprender francés para poder leer esas cosas, pero, por suerte, se me pasó la tontería casi de inmediato. Si al menos tuviésemos librerías como aquella.