domingo, 27 de marzo de 2011

Preparativos

Un día estaba sentado en una parada del autobús, pero no esperaba el autobús. Estaba leyendo, haciendo tiempo, y como hacía un cierto fresquito busqué algún asientillo soleado. También te podías haber ido a tomar un café. Pues si, pero no me apetecía, jolines, que hay que contarlo todo. Total, que en los alrededores del Mercado hay pocos asientos y los pocos que hay, a la sombra. Y del personal, pues, en fin, vamos a dejarlo.
Iban pasando los que esperaban el autobús, ahora el 34 ahora el 59 ahora el 97 ahora el 8 yo que se, que se empieza echando esta cuenta y se termina poniendo listas de numericos como en Perdidos. Y de pronto uno con un anuncio que me llama la atención. Pero si es, si es...


Y si, era. No entendía para qué hacer anuncios de un concierto para el que faltaban aún varios meses, cuatro, cinco, y para el que además, las entradas ya se habían agotado.
La cosa fue que a los pocos días, se anunciaron segundos conciertos tanto en Madrid como en Barcelona.
Y ahora estamos ya casi a puntito de caramelo.

No estoy seguro de qué libro leía ese día, pero en esa misma parada me ventilé en dos patadas uno de David Gilmour. Qué ironía.

miércoles, 23 de marzo de 2011

Los enemigos


Veo en el metro, sentado, frente a mi, según he entrado un hombre leyendo. Hasta ahí, algo relativamentenormal, aunque ahora lo que más suele verse en gente con artefactos en las orejas para escuchar cosas que provienen se sus teléfonos u otros artefactos ruidosos.
PEro me llamó la atenciçon el hombre que leía. Y no por lo que leía, que yo soy de los que trata de fijarse en los títulos que el personal acostumbra más que nada por saber y por pasar el rato. Experimento sociológico o puro cotilleo, a ver. La cuestión es que no se veía la cubierta ni la contracubierta, donde los contratapeadores extienden su saber en la medida que el espacio les permite, esto es, hacen lo que buenamente pueden. Porque el caballeo en cuestión llevaba el libro forrado con un papel de propaganda del Carrefur. Los puristas me dirán que no, que es publicidad y no propaganda, pero eso ya lo sabemos todos y hay que decir propaganda, propaganda, propaganda en tiempo de tanta propaganda y tan disimuladita. 99 euros una tumbona con masaje o algo, o 9,90 los calamares, qué se yo, que hubo una vez que en Alcampo pusieron casi todo el catálogo de la EMI a seis euros o por ahí, que lo dijo eld e Discópolis de Radio 3 y allí que me fui. Al Alcampo, no a Discópolis. Y me parece que al final no me compré nada, pero no me acuerdo bien. O el Atom Heart Mother y el Meddle, que siguen siendo, tanto tiempo después tan maravillosos o más.
Pero esa no era la cuestión.


Hace dos semanas me estoy fijando con mayor atención en los lectorres que uno se encuentra por los vagones del metro. Tomé apuntes para dos, el señor que leía novelas del oeste y la señora del libro misterioso. También hubo un señor que me llamó la atención, pero sin libro. Llevaba un gorro de piel y lana, con orejeras y vestía elegantemente en su antigüedad. Me fijé en sus marcadísimas arrugas y en el solitario que lucía, que parecía un huevo. Estaba, más que serio, entristecido en el mirar, lo que le daba un cierto aire de veterano d ela marinería que si poco se acostumbrço al retiro en tierra firme, peor aún debería llevar lo de ir metido en una lata de sardinas y bajo tierra.
La señora que decía también llevaba el libro enviento en una propaganda, propaganda de supermercado. La he visto dos o tres veces y en una ocasión hasta pude leer unas líneas, lo que no me aclaró nada. No me acuerdo que decía pere era al go del tipo "entonces Patty decidió seguir caminando por la otra calle", de lo que sólo se puede deducir que la mujer en cuestión vivía en un entorno urbano y o estaba tratando de dar esquinazo a alguien, o era una indecisa de las que no saben qué camino tomar o que se había perdido. También concluirçiamos que no se trataba de Patti Smith, porque entonces hubiese dicho que iría dando tumbos, pero eso tampoco nos conduce a nada definitivo.
Al ver hoy a este otro lector, ato cabos y moscas por el rabo. ¿Se habrán prestado el libro? ¿Se lo habrán copiado? ¿Será que el azote d ela crisis ya no da ni para forros de plasticurri, que manchan menos y dejan ver los títulos' ¿serán libors de los que uno se avergüenza si le ven leerlos? ¿Serán libros de instrucción a la insurgencia, de esos que mejor llevar un poco ocultos? ¿Comprarán en el mismo Carrefur? ¿O en Alcampo? ¿Quedan discos de la EMI a precio de baratija? ¿Por qué la repija de Tous se ha hecho de oro y probablemente el joyero que le hizo el solitario de huevo al señor del gorro y la sarrugas terminaría con una mala pensión y casi cegato de tanto trabajar como el falsificador de "La gran evasión", aquel que daba tanta pena, pobre?


Llevo un libro de Javier Tomeo. Igual tendrá que ver.

viernes, 18 de marzo de 2011

Mis dudas

Bueno, pues asunto arreglado.

Cuidadito con las manos, que van al pan.

Resulta que como el sátrapa ese es un tío muy malo que amenaza con pulirse a todo el personal de no se dónde, la ONU ha dicho que vale, que ya le pueden meter dos pepinos por cosa de la paz mundial, la fraternidad o no se qué otra cosa de la logia.
Entonces echan mano de la OTAN que está muy bien para resolver estropicios y para que los pijodemócratas no se manchen las manos de sangre y les encargan eso, una de pepinos a la plancha.Y yo tengo mis dudas.

Si buscas en el gúguel "rebeldes gadafi tanque" te salen estos chicos descalzos y con cuchillos subidos a este coche raro. Igual me leo el suplemento del Motor de El Mundo a ver si lo pillo.

Porque Gadafi es un estadista reconocido por la misma ONU que ahora quiere bombardearle. Es el presidente de un estado reconocido en esa misma ONU, que actualmente está combatiendo contra unos ciudadanos de ese mismo estado que reclaman un cambio de régimen por otro que tampoco se sabe muy bien cómo será. A raíz de unas protestas ym anifestaciones contra su gobierno, los opositores se han hecho con ciertos arsenales y no han dudado en combatir contra las fuerzas gubernamentales. Mención aparte merecen los joyones de El Mundo y Elmundo.es que, entre esto, y la explosión atómica que tanto está costando, están en un sinvivir. Los harapientos descalzos y con cuchillos, que decía el jeta del corresponsal. o se, pero un tío con un tanque y un antiaéreo creo que se puede llamar de otra forma. Esto es como lo de los estadounidenses que matan civiles insurgentes en una guerra contra un no-ejército. Lo de El Mundo es pura intoxicación. Con lo que ha sido, para terminar en lo que es, ay.

El señor de la manta y pelucón es Gadafi. El del papelico que está de buen año yo diría que es Gómez Navarro -hablando de joyones-, aquel socialista listo que anduvo entre deportes y cámaras de comercio. Y el de la corbaa amarillenta -toca madera- es Antoni(o) Brufau, uno de los más importantes factótums de la nomenklatura butifarrense, ya nos entendemos, y el que no, pues otro día. Los dos de pie no se, pero me dan un mal rollo de cuidado. Pero si hay pasta, o gas natural o petróleo, pues oye, le alabamos los rulos, faltaría más.

A lo que íbamos. Que cuando dos bandos se enfrentan, pues así va el tema. Que si entras, entras. Y si no, no. Pero jugar a esas cosas de pacifista contra uno para dar alas a los "descalzos co
n cuchillo" que no dudan en pasarse por el ídem al otro, es trampa, oye. Y claro, traicionar a un amigo está requetefeo. Porque ahora Antoni(o) Brufau, el de Repsol, el ex de Gas Natural, ya no sale con Gadafi en las fotos, con el que ha hecho a medias todo el negocio de su solventísima compañía. No sale lo de los negocios de tecnología militar con el neosátrapa. No sale la adoración de nuestra amadísima ultraizquierda criminal con el adalid de los no alineados -jo, me siento momia al escribirlo, los no-alineados, menuda cuadrilla de salvajes-, no salen los chistes de la cuchipanda televisivoescrita cuando montó la jaima en El Retiro o en no se dónde y las guardaespadonas macizorras y todo el que era alguien iba allí a rendirle pleitesía porque la pela es la pela y te daba un Corán de regalo, a ver si aprendes, imbécil, a montártelo como yo.
Y ahora los amigos, Zapatero el del no a la guerra en cabeza, le quieren freír a bombas, qué cosas, dónde va a parar, que una cosa era Sadam y otra éste.

Cuando lo de Reagan no se estuvo con puñetas. Le avisó: como u barco cruce el paralelo 45 o no se cuál, voy apor tí, pelucas. Y el otro en plan chulo, porque por entonces, la ONU, lo de los
no alineados que decíamos antes, la Internacional Socialista y la soviética estaba de su parte, no, no, no, que esto sería como la guerra frí... y antes de que terminasen, los Tomcats y los F16 ñaca, de dejaron una sarta de bombas que le quitaron las ganas de seguir haciendo el idiota. De ese suceso, impecable por todo lo demás un solo pero: la muerte de un bebé, hija de Gadafi, que en lugar de estar a refugio, estaba cerca de papá no se si a modo de escudo humano o por pura insensatez de su padre. En todo caso, la responsabilidad está clara.
Pero hoy no hay Reagan. Hay ONU, hay Obama, está Sarkozy diciendo tantas idioteces como le da el resuello y menos mal que la Merkel se ha quedado un poco fuera, porque con lo que está
haciendo a propósito del cataclismo japonés, bastante tenemos. Que entre lo del otro día y esto, Alemania está como para irse de votaciones.

Yo de calibres mucho no entiendo, pero eso tiene pinta de perforar chapas bien gordas. Porque hasta yo me he dado cuenta de que no es un cuchillo jamonero. Y que descalzo no hay nadie. Claro que no soy corresponsal de El Mundo.

Lo cual que, para que todo quede claro: 1. a mi Gadafi me parece un chorizo de cantimpalo, criminal y golferas. Pero los pacifistas con tanque me parecen aproximadamente lo mismo. Y temo que tras esta pachanga terminen los Hermanos del Islam con la llave del gas -por cierto, si os encontráis a un ecolopijo antinuclear preguntadle que pasa si un barco metanero estalla accidentalmente (o no) en el puerto donde intente desembarcar-, que por ahí andan a ver qué pillan. 2. A mi la ONU y los politiquillos blandorros, más preocupados por sus cuatros y sus tenidas, me dan miedo. Y los que hacen negocio, los que hacen lobi, los que se lo echan al puchero y ahora se rasgan las vestiduras. 3. Creo que sería absolutamente criminal poner en peligro la vida de soldados españoles metiéndolos en un bando de una guerra que debería resolver quien la haya iniciado.
Y ahora, a trabajar
.

PD: Como aquí cada palo que aguante su vela, quien los tenga bien puestos que le eche un ojo a esto. Jo, es que no falta ni uno. Bueno si. Hay alguno que no aparece. Pero es que la dignidad es así: más poderosa que la razón de Estado. Ya veis, los Estados chiquitines dándonos lecciones a los grandotes.



jueves, 10 de marzo de 2011

Una señora alemana contra el Estado

La cuestión, en asuntos como éste, el de una madre alemana que se va a la cárcel porque no está de acuerdo en el modo como educan las escuelas es el de los dos cánceres políticos que devastaron el siglo XX y cobran nuevos visos en el XXI. Eso, lo de que el Estado es más y mejor que el individuo -de la sociedad ni hablamos, esa cosa clasista y hortera, puajpuaj- era la savia que alimentaba al nazismo y al comunismo. Como el Estado vale más que tú, pequeño imbécil, se arroga la potestad de decidir lo que tienes o no que hacer. El Estado como la vara de medir en lo ético. Yo voy a daros más derechos de los que jamás soñasteis que ibais a tener. Yo soy la moral, en suma. Esto es lo de la persecución religiosa: el contrapoder a esa ingeniería moral es la moral verdadera, emanada del derecho natural y que conecta directamente con el religioso, porque al fin y al cabo eso es la mismidad de la persona, el asunto antropológico. Así que hay que acabar con él. La religión, a lo privado, dijo el otro día el malo. Pero en el Estado, la auténtica verdad, lo privado no existe. ¿Quién puede fumar privadamente?

La Puerta de Alcalá, la de Víctor y Ana, si. 1937

Así es que el Estado decide sobre el qué y el cómo del intríngulis de la sexualidad, lo que llevará a esta señora al talego. También decide sobre si es conveniente o no que fumes y pagues los impuestos del tabaco, cuándo y como morirte, qué es ser humano y que no, a partir de qué minuto y a qué velocidad, si a 110 o a 120, como si fuésemos fusibles. Y ojito con los toros, que desde que las focas tienen más derechos humanos que los seres humanos -hay manifas y oenegeses contra la matanza indiscriminada de focas y contra la experimentación con animales, mientras la corriente es legislar a favor de matar personas en gestación y hasta hay algún criminal por Berkeley abogando por cepillarse a las personas ya nacidas si no hablan y molestan mucho-, ojo con los toros, ya digo.
Lo de las democracias no se yo. Pero lo que si es que la sociedad -la europea al menos- se está rindiendo ante el avance del totalitarismo, disfrazado de giliprogresía, de indigenismo oenegero, de integrismo panislámico, de todos los enemigos de lo bueno.

lunes, 7 de marzo de 2011

La guerra franco-prusiana

De la guerra franco-prusiana recuerdo que a los alemanes les iba un poco mal hasta que un día cambiaron las tornas y se plantaron en París, se anexionaron la germanófona Alsacia- Lorena y dieron el empujón definitivo a la federación de los estados alemanes del sur, de modo que nació Alemania como, más o menos, es hoy en día. Además, tras esa fulgurante victoria, se constituyó la Triple Alianza, que le daba a la naciente Alemania la hegemonía en Europa. Como dicen los geoestrategas, quien domina los Sudetes, domina Europa. Eso, en las siguientes guerras europeas y mundiales fue extrañamente, casi de modo oculto, una afirmación cierta.

Ese triunfo le permitió a Alemania consolidarse como una potencia económica y política, industrial en pleno proceso de revolución continental. La transformación en Estado consolidado y la recreación económica en país industrial fue la base de lo que siguió siendo Alemania posteriormente hasta el día de hoy.

Para conmemorar aquella victoria, Bismark, el Kaiser, el Estado construyó un monumento conmemorativo construido con la fundición de los cañones franceses. Es la Victoria alada que, desde una columna, en el centro de Tiergarten, eleva el laurel de los ganadores a la vista de todos los berlineses. En la cosa icónica que nos toca vivir, esa Victoria alada es refugio de los ángeles que Wenders nos cuenta en Cielo sobre Berlín y que ahora ponen en muchas publicidades de viajes a Alemania. Al parecer, los berlineses, bastante irónicos y jocosos con lo suyo, se tomaban bastante a pitorreo ese símbolo de su unificación nacional ahora que las victorias –exceptuando las futbolísticas- están tan mal vistas. Sea como fuere, yo la encuentro preciosa.