lunes, 30 de julio de 2007

No time, no space

Bueno, a estas horas del día ya debería estar en Roma o cerca, peor hago trampa. Oye, no se, peor sería no decirlo, no?

Bueno, la cuestión es que ayer, un rato antes de salir, me mandan un mensaje para avisarme de que alguien va a comprar entradas para Battiato. ¿Te apuntas? Si, si, claro, una para mi. Para un concierto de Franco Battiato. Franco Battiato. Otra vez.

Finalmente, despues de no se, seis años o asi, o cuatro, no se, desde su última actuación en España, vuelve a Barcelona dentro de si gira de presentación del último disco, Il vuoto. Lo escuché con gran emoción, pero no me gustó, esa es la verdad. Y menos aún después de su extraordinacio Dieci Stratagemmi y el deubedé en directo de esa gira, verdaderamente sorprendente.



(Aquí iban unas fotos de Franco, pero la conexión está revoltosilla y no se deja. Otro día, ¿vale?)



(Vaya, pues si he podido al final)





Bueno, para los battiatenses que me leeis, que hay que darse prisa, que el Auditorio no es muy grande y para mi que va a agotar entradas, por caras que estén (que lo estarán, seguro). Y eso, que yo iré, gritaré y aplaudiré y tocaré mi piano fantasma.

domingo, 29 de julio de 2007

¿Esto es Italia?

Me despierta un tonto que grita. Un tonto que grita por la calle. Ventana abierta, calorzote y gritones. Esto me suena. Me suena mucho. Italia también pero menos.


Un problemilla de última hora hace cambiar la fecha de salida. Todo resuelto. Ganamos dos días más en Nápoles. Y puedo cargar algún disquillo más en el emepetrés. Y paseo en bici. Qué sofoquina.


Todo va bien.


Nos vemos en Italia

sábado, 28 de julio de 2007

Inventario

Sanguina. El Barrio Español. Patricia Higsmith. El Museo de Capodimonte. El Brek. Il Concerto di Baghdad. Los futuristas. Juan Pablo II. Un mercadillo detrás de un edifico circular que no se cómo se llama. Spaccanapoli. A mi los ferris me dan repelús. El volcán, claro. Nunca he visto un volcán, me parece. ¿Capri? Herculano. Las Vespas. Las fotos. Agua frizzante. Pepperonzinno. El Quartiere Ebraico, al lado del teatro de Marcello. ¿Posse essere senza fromaggio? La cerveza aquella tan buena que no es la Nastro Azzurro. El vientre del arquitecto. La Nastro Azurro. Las piedras. También hay flores. Los balconcitos del Trastevere.

Adoquines.

Y cosas.


Ya contaré. Hasta la vista.

viernes, 27 de julio de 2007

Los ciclistas muertos

Ayer me pregunta uno en el trabajo, oye Nodisparenapianista, ¿tú te acuerdas de cómo se llamaba aquel chaval que ganó algo en el Tour y que se mató en un accidente?
Y abrimos el debate. Como voy en bici y me gusta, se supone que soy la central de datos, pero tampoco es eso, que mi pasión es limitada. Ya se de quién habla, pero no caigo.

¿Sanroma? No, no, ese fue mucho después. Tú te refieres a uno que creo que ganó el maillot blanco, que creo que era de Seguros Amaya y que pasó a Banesto cuando fundieron los dos equipos, en el tiempo de Olano o por ahí, cuando andaban buscándole príncipe a Miguel Induráin, recuerdo. Si, si, ese ese, a esas alturas estamos enfrascados en la tertulia cinco compañeros que seguimos sin acertar a recordar su nombre. Uno dice que ha puesto "corredores, accidente y muerto" o algo parecido y le sale un tal Isaac Gálvez. "Un tal Isaac Gálvez" es uno de los mejores deprtistas españoles de la historia. En su especualidad, el ciclismo en pista, ganó prácticamente todo lo que se puede gar. Un tal Gálvez.

Seguros Amaya, pues no me acuerdo. Yo si. Me encantaba el uniforme de aquel equipo. Recuerdo una Vuelta a España, creo que el año anterior a su fusión que los dirigidos por Javier Minguez eran una panda de escaladores medio locos, medio españoles, medio colombianos que perdian siempre, pero que animaban al pelotón y lo ponían patas arriba a la que empezaba la más mínima rampita...
¿Pero murió en una carrera? ¿En el Tour? No, qué va, entrenando, iba con alguien y creo que le atropellaron o chocó o algo así. ¿Ese no era el Ochoa? dice la única chica del grupo de improvisados comentaristas. No, no, antes, antes, pero no mucho. Por entonces se habló mucho de la seguridad, porque en relativamente poco tiempo murieron unos cuantos de los de primera línea. No, no, voy recordado, era un chaval que tenía un nombre muy normal, no se, tipo José Antonio García, así, corriente. Los hermanos Ochoa. Aquél Kelme.

Uno medio mira en internet, pero poco, que la política de restricción ha hecho que se corte. Prefiero buscar en casa. La conexión está fatal y no acierto con la búsqueda. Lo dejo.

Hace un rato vuelvo a intentarlo.

Ya lo he encontrado.
Es Antonio Martín. Igual al leer lo de antes, alguno se ha acordado de él. Estaría bien. Me da pena pensar en lo rápido que olvidamos.
Pobre chaval.

jueves, 26 de julio de 2007

Juego de espías

Bueno, esto no iba hoy, pero lo pego porque me parece muy interesante y es complicado que yo lo hubiese explicado mejor. A mi es que lo de las casualidades me huele casi siempre (venga, siempre, jolín, a mojarse hasta la orejas) me huele a cuerno quemado. Lo del tío ese con el pelucón y la barba de goma atracando bancos... Venga ya, hombre. ¿Es que la gente ya no ve pelis de gangsters? Además, qyue cada vez que hay un megapollo de los de rentita electora, me detienen a la Pantoja o me lían un pollo similar. Bueno, que hoy yo no trabajaba. Sólo pego una foto. De uno de mis más admirados.


¿Qué hacía Rubalcaba en Lisboa? ¿Es cierto que el tío del CNI fue una pieza clave en la negociación con los hombres de paz? ¿Qué contó ese miserable sobre el agente asesinado a la puerta de su casa y sobre los otros siete asaltados en un convoy camuflado? ¿Qué pasó cuando el presunto Solitario prresuntamente se cargó a dos Guardia Civiles disparando desde su coche en marcha al ponérseles a su altura? ¿Qué vieron? ¿Pasaba algo en Navarra -donde iba el Chino a hablar con sus colegas- por aquellas fechas, muy cerquita del 11M? Ay, si no fuese un Nodisparenapianista un poco paranoico me asustaría de verdad. Pero si alguien me contestase algo coherente, me quitaría un peso -como un piano- de encima-







Las casualidades que rodean la actividad del Gobierno socialista han producido otra coincidencia. El mismo día en que Barcelona, enorme vivero de votos para el PSOE y pieza clave en las elecciones generales, se quedaba sin luz y con bronca, aparece el CNI y da una rueda de prensa con el argumento de una novela de Graham Greene. En política las casualidades no existen, aunque en este caso... También la detención de «El Solitario» en Portugal coincidió con la visita del ministro Rubalcaba a Lisboa. Mucho... ¿no?



¿Qué hacía Rubalcaba en Lisboa? ¿Es cierto que el tío del CNI fue una pieza clave en la negociación con los hombres de paz? ¿Qué contó ese miserable sobre el agente asesinado a la puerta de su casa y sobre los otros siete asaltados en un convoy camuflado? ¿Qué pasó cuando el presunto Solitario prresuntamente se cargó a dos Guardia Civiles disparando desde su coche en marcha al ponérseles a su altura? ¿Qué vieron? ¿Pasaba algo en Navarra -donde iba el Chino a hablar con sus colegas- por aquellas fechas, muy cerquita del 11M? Ay, si no fuese un Nodisparenapianista un poco paranoico me asustaría de verdad. Pero si alguien me contestase algo coherente, me quitaría un peso -como un piano- de encima-


PD: para AnónimoLidia. Un día hablo de política. Te lo prometo.

miércoles, 25 de julio de 2007

El cablecito

O sea, que se cae un cable y aquí se para todo.

Se cae un cable y del calambrazo que queda media ciudad sin semáforos. Que eso a uno se lo cuentan y es que es para no créerselo.

Uno que anda haciendo agujeros en el metro y hunde un trozo de barrio. Otro anda con no se qué, le mete un viaje a la farola y deja media ciudad sin luz. Hala y listo, que la culpa, como siempre es del chachachá. Luego querrán que estemos tranquilos cuando hagan un gruyer debajo de la Sagrada Familia. Si es que sois unos
alarmistas... Y vosotros unos incompetentes, unas nulidades y unos chorizos de cantimpalo.
El polo positivo y el polo negativo. Amudsen y Fred Perry, cuánta literatura nos ha proporcionado la tontería.
Y a mi es que no me extraña que el tenacillas de turno se liase al intentar cortal el cable rojo que desactivaba el no se qué. A ver quién es el peritochispa que se aclara con este pollo.
Porque a ver, que si el tío de la grúa se emociona y se carga el cablecico pues son cosas que pueden pasar, claro. Pero precisamente por eso, lo normal es prever una emergencia, no se. Más aún cuando la peña se emociona con los calores, pone el aire a tope, que vas al cine y parece Groenlandia, empiezan a saltar las subestaciones y, ¡hala! los congelados a la basura. ¿Y qué hacen estos memos? Pues como mucho, y según en qué barrio pagues el IBI, te ponen un camión de esos que genera electricidad a base de darle al diésel, que arman un follón de campeonato, que a la ministrina se le saltan los rulos de lo que contamina y tal y los congelados que siguen oliendo a zorrillo.

Pero estamos en lo del accidente. Que tú vas en el metro leyendo tu taladro de Paulo Coelho -es que hay cada ejemplar en el metro que tiene tela- y ¡puf!, ahí te quedas, a oscuras, frito de calor, oliéndole los alerones al prójimo -con sus mejores hits sudoroso-veraniegos-, a verlas venir. Porque a ningún centella se le ha ocurrido, no se, puentear la zona de la avería, tener grupos de reserva para dar salida a las cosas urgentes, tener un cable de altisísima tensión con Francia, porque como aquí nucleares no, chupamos de nucleares gabachuás, que es que más tontos y nacen botijos y botijas.

Porque claro, si te quedas sin luz, pues te vas a dormir antes, no actualizas el blog y por la mañana estás más descansadito. Woody, tú le das al clarinete y Scarlet, emntalizate, guapa, que hoy no recargas la batería de la cámara. Lo que tienen los rodajes en África. Pero es que los hospitales tuvieron que suspender las operaciones, porque tampoco era plan hacerlas con un candil. Y hay ochenta mil contratos, multipliquemos por tres o así, para saber los usuarios, entre solitarios y pisos-patera, que se quedan sin microondas y con las chirlas que jumelan que no veas cuando se ponen pochas. Pues nada, majos, que así un par de días no os los quita nadie y a ver si van a ser más. Le decía a una que tiene una beba y que ayer le dio la papilla con la leche del tiempo, porque ni micro ni nada, claro, que los moromalos en lugar de estrelar jumbos, con unos alicates y unos guantes de goma, aquí te lían una merienda de negros que no veas, Que no veas porque te la montan a oscuras. Tanta tecnologia y al final echamos mano de las candelas.

Vale, si, que el alcalde está por uvas y el otro a su aire, pero, y lo rollizos que los tenemos, que cuando firman estatuteces están en las fotos para comérselos. Para comérselos crudos, eso si, que la vitro no chuta.
Y la peña dánadole a la cacerola. Pues te vas al Ayuntmiento y que te regalen un campingas. Y cuando tengas que votar, todo olvidado y a comer alfalfa, que es lo que toca.

martes, 24 de julio de 2007

La conspiracion

Hoy no hay foto.

Paso de riesgos, igual hasta sale mal la fecha. Estro es un castañón. Todo comenzó esta mañana: una gafe me ha hablado, Ahota soy la mala pata con gafas. CFon gafas rojas estupendas, lo más, pero mala pata, al fin y al cabo. Espero que el mal rollo termine pasada la media noche, aunque esa era la mala hora de Denis, un viejo amigo.

Otro día os lo cuento.

Hoy, si logro pegar esto, me doy con un canto en los dientes.

Joer con la calva...



El mundo es de los valientes, así que que intento estampar una cosica. Si sale mal ya sabéis de quién es la culpa...

lunes, 23 de julio de 2007

Muuuuu...cho ruso en Rusia

Ya ves, con la de cosas que podía traer a este rincón hoy. El fin de semana de las tres P, que son como las tres Z, las botas, ya sabés los navarrófilos de lo que estoy hablando.
Las tres P: Príncipe, Polanco, Piqué. Vaya terna. Pues con la P. Pasapalabra. Eso, digo, pasapalabra, yo a lo mío, hablaré -escribiré, o sea- de lo que meda la gana:de los toros. Olé.

Vaya castaña de toros. Flojos flojos, uno precioso, otro muy bonito, los otros bien, pero sin locura. Los matadores entre justos y nefastotes. La afición, entre vacilona y un poco pasadita de rosca. Que Finito está pillando quilos y no se arrima, vale, pero claro, si le pones a caer de un burro, pues te dirá que se arrime tu primo, plis plas le dosy dos vueltas y a mi casa, oye. El Cordobés, que a mi me parece un tío fenomenal, simpaticote y buena gente, pero nunca me gustó en el ruedo, pues me ha dejado un tanto frío. Claro, si hubiese sido una juerga guitarrera, seguro que le hubiese aclamado. Pero es que estaba toreando. En el segundo ha estado valiente y voluntarioso. Se le ha premiado con una oreja, pero psé. Castella es mi debilidad. Qué tío. Es un figura a tope. Es que lo suyo es postura de salón y valentía y arrojo sin medida. Elegancia y torería. Pero mata mal, fatal. Y lo pierde todo por eso. Tiene a la gente en el bolsillo, pero termina de pena. Es joven. Mejorará.

Pero no quería hablar de eso. Lo que quería hablar era del ruso.

Chiquito de Vladivostok. No, no, no es eso. Resulta que se oye la voz de dos, dada, spasiva, ninotchka, stolisnaya, tronca y tronco, que dan voces en ruso. Qué pesados. Pero deben de pasarlo bien, porque no paran. De vez en vez, cuando aplaudimos tres pases seguidos de Castella, olés y tal, se oye un Brrrravo, con la erre muy arrastrada. Es el ruso.

Este es el ruso en cuestión, que visto de lejos no parece tanto, pero de cerca y gritando en la oreja es que me ha dejado la oreja teniente. Yo el vestido de la rusa lo veo incómodo para los toros, pero al menos no lleva la minifalda. La cosa azulona y la banda negra es mi hombro y la cinta del macuto. Tanto gusto.

Es un tío con una buena dosis de sol playero y cervecero. Estos rusos de las pelis, que tanto valen para agente del KGB, como para director de coro de los remeros del Volga o para asaltar el palacio de Invierno. Pues eso, uno así, pero en lugar de mazas lechoso y con gorro de pelo mazas morenazo con aspecto un tanto chorizón asimilable al cateto patrio. Y el tío bramando Brrrravo, así con muchas erres. Y la rusa consorte en cuestión, un pedazo de eslava que no se la salta un torero, -y mucho menos los de esta tarde, dicho sea de paso-, plasplas, acopañándole con las palmas, claro.

La cosa ha seguido con las voces del respetable, que a ratos igual se pasaba de rosca -que piquen al Presidente, Finito no vuelvas más, queremos toros no toreros- a ratos soltaba chistes de lo más divertido -arrímate, que no es tu suegra- y soportaba, en suma, lo que iba pasando, mientras aclamaba las gotas de talento que por desgracia no han sido torrenciales. Castella ha hecho lo suyo, torear de muerte, matar de pena. A pesar de ello cerrara ovación y en la retirada de los matadores, vuelta para saludar. El ruso que aprendió su segunda palabera en castellano "¡Torrrrerrrro, torrrerrro!"

Qué majo. Menuda torrada llevaba encima. Feliz regreso a Kaliningrado, o por ahí.

domingo, 22 de julio de 2007

Más sobre músicas y cosas voladoras

Hace unos días os expliqué una cosa sobre un papel que había encontrado volviendo del súper, las bebidas, todo aquello.

Aquel papel era un poco como los discos que decía anteayer. O sea, que tenía su cara B.

A veces, la cara B es como la de la luna, oscura, pero tras ella se puede esconder un buen disco. Bueno, resulta que el papel aquel que dio lugar al comentario estaba escrito por las dos caras. Y aunque ninguna daba pistas sobre su posible desdichado propietario, terminaba con una cita que prometía lo mejor. Claro, viniendo de John Ford, no se espera menos. Y es que lo tiene todo, Acidez, sentido, y hasta el lugar perfecto para verse interrumpida. Porque esa es la cuestión: que no está entera.

En atención a la legión de gatos de escayola,
fiel lectora de este humilde blog, lo que dice Ford es:
"Por lo general, me fastidia la música en las películas,
un poco por aquí y por allá, al principio o al final
[...] No me gusta ver a" Y aquí se corta.


Al llamamiento que hice en su día (y que tan poco resultado obtuvo por cierto) sobre su desdichado propietario, lo extiendo ahora a quien sea capaz de completar lo dicho por John Ford, para saber a quién o qué cosa no le gustaba ver.

Qué cosas, tan grande cineasta y con tanto tiempo libre como para fabricar coches. Estos americanos son la monda.

sábado, 21 de julio de 2007

Tres colores. O cuatro

Paro la bici.

Esto está en una esquina de una especie de cruce, como una placita interior que queda exterior porque una calle la cruza. Es un poco complicado de explicar. Otro día la busco con el Guguelmaps , la pego y fuera líos. La cosa es que está en un cuadrico de calle donde aún se puede ver los restos del acueducto romano, que un tío listo usó para construir la pared de su casa. Hay otro trozo pequeño de acueducto por donde la Catedral, pero la peña ni sabe. Bueno, curiosidades.

Paro la bici porque me llama la antención unas manchas de colores. Serán okupas haciendo el animal, será performes haciendo intervenciones, o sea, culturetas ganapanes haciendo el animal, serán publicitarios haciendo anuncios de teles trinitrones, o sea unpocomillonetis haciendo el animal. Pero me gusta como ha quedado la no mezcla de colores. Mi lado animal.

Echo una foto con el telefonillo.



Vuelvo a la bici.

Tan animal no soy, creo, porque sigo pedaleando.

viernes, 20 de julio de 2007

De tectives

Siempre me gustó el cine negro.

Los personajes, tan planos, los diálogos, siempre brillantes, las femmes, siempre fatales, los coches siempre brillantes, como los diálogos, pero distinto.




Me gustaría ser detective de peli negra.
O forajido de peli negra.
O bebedor de tragos del nueve largo de peli negra.

O, a malas, poder vestir ropa de esa tan requetebonita de duro de peli negra.

jueves, 19 de julio de 2007

Soy un tocata...

... y tengo un futuro muy negro.
Ay, con lo que yo he sido y como me he tenido que ver. Yo nací en el seno de una muy buena familia. De hecho, mi apellido sigue siendo señal de categoría entre lo músicos y aficionados, pero desde que llegaron los primitos de marras, nuestra vida ha sido un calvario.
Los CD; en cuanto ellos llegaron, todo cambió. Nuestra discreta elegancia, el gracil movimiento de nuestro brazo, el hermoso adorno de diamante en el extremo, el dulce arrancar los sonidos más deliciosos. Bueno, eso no siempre es así, que aún corren por las viejas discotecas vinilos de Alice Cooper. De todos modos, y gracias al prestigio de mis mayores vivía en unan buena casa. Me daban de comer discos de Dire Straits y de Paloma San Basilio, alguno de Rachmaninov y una vez uno de plástico con discursos de la UCD. Pero desde que aparecieron los primos CD, yo tenia la mosca detrás del altavoz. Ay, ojalá hubiese sido ese el mayor de mis males.

Pues no. Resulta que en esa casa vivía un mozalbete un tanto desarreglado, gamberrón y un poco vago. Un día decidió buscarse un habitáculo con unos coleguitas, como dice él. Y entre las cosas que les arrancó a sus ancestros estuve yo. A pesar de la incertidumbre un extraño optimismo me invadió porque creí que aquello era señal del precio que me tenía y que me honraría con un futuro prometedor en un nuevo paraíso musical. Y allá que nos fuimos.

En cuanto entramos a aquel lugar, se me puso mustio el botón de las revoluciones. Había alfombras desteñidas. Una lámpara con trapajos colgando. Un tipo con rastas en calzón corto durmiendo en el sofá. Vasos, vasos y vasos por todas partes. Y al fondo una mesa rectangular.


-Tío, tío, mira, mira, flipa, lipa -bramó el aspirante a Cicerón mientras le daba al gordote melenón que andaba dormitando.
Me depositó en la mesa junto a... un triste Phillips antiguote y con la tapa arrancada. Estaba mugriento, descolorido y tenía unos cuantos desconchones. Un psicópata torturador de tocatas. Terrible. Para comenzar me introdujo unos cables a medio repelar que conectó a una aún hermosa mesa de mezclas. Me sentí avergonzado, pero era lo mejor que me había pasado en el día. Mientras nos conectaba, el otro sacó de un cartón blanco un maxisingle pintado con rotulador. Entonces descubrí cuál iba a ser mi destino.
Resultó que el compañero adormilado, que era un brasileño fondón, además jugueteaba a mezclar música. Y como era un lío lo de conseguir platos para pinchar, se apañaban con unas cartulinas recortadas sobre unos platos normales para hacer esos extraños ruidos sincopados. Mi vecino estaba fatal y ya no sabía ni como sonaba. La mesa de mezclas, antaño tan pizpireta, tenía que soportar que la sobaran con aquellos dedos que parecían salchichones y solía ser la depositaria de las tortas cuando fallaban con las mezclas, que, a estas alturas, imaginareis que era muy a menudo.
Solían hacer fiestas para celebrar sus dotes muscales y aquello terminaba cuando algún amigo harto ponia en el radiocasette con CD un disco de Daft Punk. Entonces yo añoraba a Menuhin. Menudo tormento.

Fue en una de aquellas fiestas que a un amigo un poco pasado de alcohol se le ocurrió comprobar cuántas vueltas resistiría sin caerse un vaso con bebida sobre el tocadiscos. Le vi acercarse y depositarla sobre mi cada vez más gagá colega. Me temí lo peor. Y sucedió. En bruto aquel puso el malibú con piña que le habia pedido a una chiquita tontorrona que pululaba por allí y lo puso en marcha, con tan poca pericia que no le lpevantó el brazo y le espachurróla aguja contra la cartulina. Aquel sonido me horrorizó, temí que fese lo último que osese ne mi vida. Las 33 revoluciones las resistió con alguna que otra salpicadura, pero al ver que aguantaba, de golpe, le dio a las 45. Y fue ese golpe, y no la velocidad, lo que precipitó sufinal. El tipo derramó la bebida, que cortocitcuitó a mi añorado vecino y le inundó su humilde pero antaño robusta anatomía de aquel líquido pegajoso y, según dicen, cabezón. Hubo risas, gritos y de todo, mientras mi amigo humeaba. Todos se fueron y nos quedamos allí los tres: el pobre Phillips electrocutado, y la mesa y yo, velandole y recordando los buenos ratos que habíamos pasado juntos.

Al día siguiente lo retiraron dentro de una bolsa de plástico. No derramaron por él ni media gota de aceite. Y discutieron sobre mi futuro.


-Oye, tío, colega, flipa, con uno, con uno, no hago nada, nada, tío, pasote,...
-Eu no se, tú puedes faser o que quieras

Entre Cicerón y Séneca mi suerte estaba echada. No pude ni despedirme de la desdichada mesa de mezclas. ¿Qué habrá sido de ella?
Con paso tambaleante por los efectos del exceso etílico, el domingo por la mañana me abandonaron a la intemperie junto a un contenedor de basura.


-Colega, tronco, igual no se, pasadón a alguien le da por pillarlo, tope, tope.
-Sta bem.
Había llegado mi fin. Imaginé que ahora vería pasar toda mi discografía como en un videoclip. Aquel single de Mirinda. Uno de Serrat. Otro de Serrat. Otro más. Esto empieza a ponerse pesado... ¡Fiebre del Sábado Noche! Golpes Bajos. ... de todo. Alguien hablaba de mi.

-Oye, que ahí hay un tocadiscos
-¿Un tocadiscos? -detecté un cierto entusiasmo en aquella voz.
-Si, mira. Y tiene buena pinta
-Pues...oye, muy buena marca. Este lo cojo -aquello era un milagro. Una nueva oportunidad

Fueron hablando de probarme, de adaptarme a una cadena que era una pariente lejana compacta y robusta, y que funcionaba de perlas. Le brillaba la voz cuando decía que podría poner sus viejos discos. Preferí no hacerme ilusiones, despues de lo del mostrenco aquel de mi antigua vivienda, pero en cuanto entramos descubrí que aquel lugar parecía bastante agradable.



Me dejaron en una mesa, me limpiaron con cuidado, comprobaron mis conexiones y me conectaron a la cadena. Ahora me tocaba a mi. Tenía que darlo todo. Y lo hice.
Y parece que les gusté.

Ahora vivo con un par de discos de Syd Barret, de clásicos del jazz, un maxi de los Stone Roses y un doble en directo de Los Pachos con Mariachi. Y he conocido a una estantería, de vida un tanto disoluta, pero que ahora ha sentado la cabeza y que es mi reposo y mi alegría. Y ahora termino, por no cansar, y me voy con la música a otra parte.

miércoles, 18 de julio de 2007

La etapa del día

Hoy, en lo de las bicis se han metido un tute importante. Un etapón de esos que quitan el hipo. Que la Madelén, le Galiber o le Coldaspén. Le Coldaspén, que tiene una pinta de antigripal que no veas. ¿Te has tomado Lecoldaspén? Si pero sigo teniendo bocos. Bueno, no se cuáles eran. Estoy navegando a ver si los localizo, que documentarse también está bien.
Porque estos gabachos, poniéndoles nombre a los montes es que son unos fenómenos. Tú dices acabo de cruzar el por de la Turandot y es que te quedas con la tropa. ¿Ah, si? ¿ Y ha sido duro? La mar, ya ves tú. Pero lo malo han sido las rampas de Le Canotier, con unas curvas de vértigo, como de mulatona del Brasil. Al personal cayéndosele la baba. Pero lo malo, malo de verdad, el puerto de Le Crayón, grafito puro como para dejarse los dientes pegados. Tú sueltas eso en un casino de fumadores de Farias y es que tienes los carajillos pagados hasta que se te salga el hígado por la oreja.

Pues resulta que hace unos dos años, creo, mi amigo Sander pone rumbo a su tierra y me mediovende su bici. Una holandesa auténtica. Él, a ojo, le echa unos cincuenta o sesenta años. Por ahí andará. Yo tenía ganas de bici desde hacía un tiempo, y de hecho, unos meses antes de hacerme con esa reliquia, me compro una de decatlón, que está muy bien, con sus marchas y tal. La holandesa no, con unos pedazo de ruedas que asustan a la gente, con el contrapedal para frenar y una pinta de habérsela robado a un enlace de comunicaciones de la Wermach, que subirte y darte un aire nibelungo es todo uno. Y así que me presenté en el trabajo.



A mi no me aplauden dos chorbas cuando llego al trabajo,
aunque la verdad es que nunca he ido con el pijama ese raro.
Habrá que probar a ver qué pasa.

Al principio se pensaron que estaba loco. Luego, que sería un jipi, por el pelo y tal. Pero claro, como me ducho y uso Denenes, pues no cuadro con el pulgoso del perro pulgoso. Al final me dejaron por imposible. Un ecologista sonao en bici. Ese era yo. Hube de luchar por un sitio para aparcar que no fuese a la intemperie, porque en esta ciudad tan chupi, receptora, pluricultural y toda la tontería es fácil tener un par de moros de cabecera que te desarman los candados en un pispás. Oye, antes de que se sulfuren lo políticamente correctos, que otro y yo tuvimos que sacar el pescuezo por la ventana y ahuyentar a gritos a dos mustafás que nos tenían un candando a punto de caramelo y el otro en camino.
Al final medio apañamos un sitio para aparcar la bici el otro pupas y yo. Todo el mundo, en algún que otro momento te pregunta, y vienes de muy lejos, no te dan miedo los autobuses, te has caído alguna vez, no llevas casco, qué guantes más raros, oye y la cadena para qué sirve, por qué lleva una caja de yogures, sabes cambiar una rueda, te suena Montoya, una vez alquilé una en verano y me la robaron, una vez en verano robé una de alquiler, en Holanda hay muchas,... que topicazos son, pero también está bien para establecer relación con esa gentecilla.

Desde entonces, hemos ido creciendo y ya somos seis ciclistas habituales. Pero son unos sosos.Yo propongo que en cuanto seamos nueve nos apuntemos al Tur, con camisetas pagadas por el jefe, autocar, morenazas tontorronas pero bienintencionadas y varias cajas de pacharán Etxeko para hacer el ridículo concienzudamente, pero entre risas, subendo y bajando las rampas de le Col d'en Lapin. Y de uniforme del equipo, camiseta verdiblanca, como mi héroe sanferminero.
PD: Al final por cosas del directo, no he podido ver lo de las bicis, pero aquí os dejo con la crónica de lo que han visto la mayoría de los espectadores en sus sofases.

martes, 17 de julio de 2007

El 15, más toros

Bueno, para lo que hay por aquí es un cartel de primera. Bueno, lo es, fuese donde fuese la corrida. Lo que pasa es que por aquí hay bastante presión antitaurina porqe los catetos de turno asocian los de Fiesta Nacional a fiesta del enemigo, o dea de nación pero de la otra. Lo nacional es solo lo de unos. Son tan garrulos que le ponen al teatro el apellido de nacional, al museo, el apellido de nacional y al seguro el emblema, la denominación de origen, como a los chorizos de Cantimpalo que son verbigracia, de Cantimpalo. Que parece de chiste, pero que es así: que si es Moliere es nacional y si es Calderón también, y Rubens y Zurbarán. Y si yo digo que veo un cierto complejo, la llevo clara.



Total, que ir es una especie de ejercicio de resistencia. Oiga, pero si es que a mi lo que me gustan son los toros. Uy fatal, como a Boadella y a Sánchez Dragó. Ya bueno, igual, no se, vamos que me da lo mismo, ni que pagasen ellos las entradas, a mi me gustan y listo. Ya, pero como a ellos. Oiga, que me es igual, a mi como si les gusta el furbo, anda, déjeme y no maree más, hombre.

Y bueno, todo pudo ser mejor, claro, pero bueno; los toros un poco flojos unos, algo mejores los otros; los matadores excesivamente cariñosos, o sea, flojos en la espada, pero cuando se animaron, dando muestra de su clase, sobre todo el francés Castella, que también tiene guasa con el nombrecito el tío. Pero qué mal mata, por favor. Jesúlín cobardón en el primero y mucho mejor aunque fallido en el segundo. El Cid, que ya tiene una edad, es un superclase, pero estaba sosito. En cuentagotas se dejó ver. Matando mal se llevño una oreja, lo lleg a hacer bien y la lía.

O sea que una buena tarde, dentro de lo que cabe, que visto lo visto en Sanfermines, pues tampoco desmerece, la verdad. Y la gente con ganas de fiesta, con ganas de más. Mal que les pese. Y resistiendo.

lunes, 16 de julio de 2007

El cuarto hombre

Acabo de terminar el libro de Nick Mason titulado "Dentro de Pink Floyd". Bueno, acabo, acabo tampoco. Lo terminé hace un par de días -o más-, pero por mor de las circunstancias, no me había detenido a tratarlo un poquito. Desde su misma portada se trata de un trabajo simpático y curioso. En la cubierta, por cierto de infame diseño, cómo se puede obsevar un poco más adelante, y más tratando sobre un grupo siempre tan cuidadoso en sus presentaciones gráficas, escénicas y tal, aparece el nombre de Mason con una frase aclaratoria: Miembo de la banda. A mi lo de banda me suena al Gang del Chicharrón o a forajidos de la frontera. Con lo sencillo y claro que hubiese sido poner Batería de Pink Floyd. Pero, claro, los baterías no suelen ser muy interesantes para el gran público. Además suelen tener una cierta tendencia a morirse. Bonham, Moon, dos ilustres que la espicharon prematuramente. Fatal. Y eso, los baterías suelen ser unos mazas, con el tema de que le dan a los brazos y las piernas a tope, aunque claro, uno piensa en Mason y en Ringo Starr y se le caen los palos del sombrajo. Supongo que por su situación, casi siempre al fondo de los escenarios, y por su presencia más bien estática, las bufonadas que dan notoriedad se las llevan los guitarras y los cantantes. Y los bajistas, que ahora suelen ser muy altos, muy melenudos y con las vértebras de goma. No se, el tío ese de Metallica nuevo, que venía de Suicidal Tendences, o Mikel Anestesia, de Negu Gorriak y Anestesia, que parecía mentira cómo no se le hacían lacitos las melenonas en el mástil del bajo. Que para que uno se fije en el batería o es su primo o le ha dejado pillada una pasta en el negociado que tengan por enmedio, lo que podría tener relación con lo d ela banda mafiosa que decíamos un pooc más arriba.
Vale, Mason.



Esta es la portada de Inside Out, el libro de Nick Mason.
Su autor, el de la portada, digo, es Storm Thorgeson,
uno de los cerebros de Hypgnosis,
una especie de grupo de diseñadores gráficos, creadores de las mejores portadas de elepés desde los setenta.


Al pobre Mason nunca se le pone en la lista de los mejores baterías y así. Se le define como solvente, efectivo y poco más. Pero a mi siempre me ha encantado. Tal vez porque nunca nos ha castigado con solos de quince minutos que, amigos, lo digo, son un tostón. Mucho Deep Purple y mucha tontería, pero son un taladro de cuidado. A mi me cansa hasta aquel tan bueno de Ten Years After.

En cambio, Mason siempre se revelaba como un soporte muy efectivo, un poder rítmico muy interesante. Vedlo en el Pompeya: parece hacer sencillo lo complicado. Un poco como Gilmour en la guitarra.
Bueno, la cuestión es que Nick Mason, el único músico que ha estado en todas las formaciones de Pink Floyd, cuenta desde dentro, la historia del grupo. No cuenta nada especialmente nuevo, ni se mete en berenjenales o polémicas. De hecho, más bien las evita con ironía y un cierto cariño para todo el resto de componentes. Y esa es la nota que destaca en todo el libro: una ironía seri,a muy británica y en algunos momentos desternillante. Tal vez es de lo mejor, como cuando explica sus primeras giras, sus actuaciones en Estados Unidos, con material prestado por Jimi Hendrix, compartiendo tablas con Janis Joplin mientras ella se les pule el güisqui, explicando los viajes en antiguallas de coches para ir de bolo en bolo, o contando como estuvieron a punto de apedrearles en una especie de festivalín en Gales.
Mason, que ha tenido muy poco peso compositivo en el grupo, se reivindica como en parte creador del sonido, el estilo, el sello Floyd. Este sería, más que una composición o una mera ejecucución instrumental, un cierto aire, un estilo d etocoar como grupo, como banda -aquí en el buen sentido- que trabajaba unidoa para perfilar, cada canción, que solía tocarlas primero en directo, con numerosas variaciones, alargamientos, retoques y que terminaba por grabarla una vez las reunía para darles un cierto toque unitario. De hecho, otro aspecto de interés que explica es que el grupo no se limita a los cuatro músicos, sino que lo extiende a los colaboradores más próximos, desde managers, productores, músicos de acompañamiento en directo o incluso a los diseñadores de las portadas, escenarios y tal. Además, se puede adivinar entre líneas que su presencia fue, durante un tiempo, entre aglutinante y suavizante para los distintos caracteres de los músicos que allí se encontraron.




Esta es la versión española de la portada del libro de Nick Mason. Como se puede apreciar, bonita, pues no es. Foto chula, pero un tanto jipiosos. Sin Gilmour, por cierto.


Se echan episodios de menos, como los relativos a Syd Barret, su periodo brillante y su caída, así como el poco interés que tuvieron por él a partir de su salida del grupo. Sobre lo último apunta la sensación de haberse quitado un lastre, entiendo. También sobre los trabajos en solitario de los cuatro floyds. De hecho casi ni menciona sus dos discos y se deja en el tintero algunos otros.
Sea como sea, recomiendo la lectura a los aficionados a los Floyds, porque no descubrirán nada novísimo, pero se divertirán bastante y verán explicadas desde dentro algunas historias casi legendarias, como las actuaciones en el UFO, la gestación d elas giras, las portadas y otras cosas aparentemente pequeñas que han conformado el estilo Floyd.
Por cierto, envidia la vidorra que se pega Rick Wright, del que apunta lo tacaño que es, de yate en yate, entre Niza y las Bahamas. No se, un alma tan sensible amante de las playas... Otra broma de Nick.

domingo, 15 de julio de 2007

Atomium

Ay, lo bien que nos vendría lo de la supervelocidad y el megasonido.

Aunque claro, estaríamos todo el día oyendo tonterías y dándolnos contra los turistas que nos invade.



Dicen que en septiembre los ciclistas seremos como la hormiga atómica, pero sin poderes y sin antenas: sólo con casco.

Como una cerveza vacía.

Desolador.

sábado, 14 de julio de 2007

Ojo por ojo, nariz por nariz

(Leído en la prensa y copiado a propósito del lo del otro día, sobre la proximidad o lejanía de los caídos)

"Ganamos a los rusos y ganaremos a los norteamericanos", alardeaba el líder de la Mezquita Roja hace un año ante un redactor de El País. "¿Sabe por qué EEUU no puede ganar a los musulmanes con toda su tecnología y su dinero? Porque para vencer hay que tener coraje y principios. Dígame uno solo [de sus soldados] capaz de ponerse una bomba en el cuerpo e inmolarse por su patria.




¡Ninguno! Nosotros tenemos a miles de jóvenes".

Suena inquietante, pero no es verdad. En cualquier ejército occidental hay héroes dispuestos a dar su vida por la de sus compañeros. Lo que por el contrario no hay son fanáticos que tomen a niños y mujeres como rehenes o que pongan bombas en los mercados y en las estaciones de cercanías. Ésa es la diferencia.

viernes, 13 de julio de 2007

Güali, o el de verde

A ver. Hace días y días que estoy con lo de Güali.

Para que salgáis de dudas cuanto antes, os pego una foto de Jonan en lo de Jonan y ya lo teneis localizado. ¿No? Bueno, pues explico.




Ojo con los detalles.
El mejor puesto, más arrimado, mejor hueco.
Lo limpio de la camisa, lo bien planchada.
Un fenómeno. Un dandi, por qué no decirlo.

Resulta que hace años, pero ya un puñado, me fijo en uno que corre el encierro. Lo primero que recuerdo era cuando hace muchos años más, de crío, me fijaba en unos que iban con una camiseta de la bandera valenciana. Eso lo sabía porque el Valencia del furbo había llevado un estampado semejante como segunda equipación cuando jugaba contra alguien que iba de blanco. El Madrid y tal.

Pues eso, me empecé fijando en un valenciano que corría muy pegadito al final y siempre entraba en la Plaza. Luego descubrí al calvorota. Una especie de Mortadelo de los encierros. Resultó que lo de la calva o se popularizó o que la edad no perdona y la alopecia menos. Lo cual, que ahora hay unos cuantos bombillas que ya parece que te están dando siempre la misma repetición o te huele a que hay figurantes, a ver.

Pero estaba en el de la camiseta verde. Un día veo a uno que arranca a correr a la altura de La Granja por ahí y que se arrima un montón. Bueno, vale.

Al día siguiente en La Granja, otra vez. Lo que se arrima el tío.
Y al otro, mira mira, el de verde. Este sabe correr.
Y un día y otro más y así todos.

Cualdo leo el Diario de Navarra le veo en algunas fotos. Me cae bien el tío, porque parece correr muy a su aire, nunca sale en las entrevistas, ni en las declaraciones con fotillo carné. Solano a veces se refiere a él como un ilustre corredor, conocido corredor, veterano del Encierro y así. Un día dice que es madrileño.

Resulta que es, creo recordar de San Sebastián de los Reyes, la Pamplona Chica, por lo de sus encuerros, unos que dicen que son la mar de bonitos, pero que ninguna tele s eanima a transmitir. Creo que el año pasado en Antena 3 los ponían casi enteros en las noticias de la noche. Ya sabemos, Matías siempre con la información más comprometida.

Y el año pasado le leo una entrevistilla. Resulta que el penúltimo o último Encierro le pilla un toro. Nada grave, pero una cornada es una cornada. Cuenta que es de San Sebastián de los Reyes, que lleva corriendo en Pamplona desde hace yo que se, quince años, una burrada, no me acuerdo, y que está con la mujer y las crias, que se quedan en el hotel hasta que vuelve, allí esperando con el susto y todo eso.

Bueno, pues yo cada día en el Encierro juego a Güali. Entre CebadaGagos, jaboneros, el de la peluca rastafari que se empotra en Mercaderes, hala, ahora a buscar los dientes, la rubia buenorra del balcón, el tajado que vacila al japonés, el japonés que ni se entera y sigue haciendo fotos, el Municipal que se ríe, el Municipal que no se ríe, la alcaldesa que resiste y luego vence, el de la Cruz Roja estresado y el pobre Solano intentando meter baza, busco y rebusco hasta que aparece el de la camiseta verde y alucino con lo bien que ajusta la velocidad, busca el hjueco y va frenando, frenando, para arrimarse a los pitones, corre, aguanta y deja pasar, se acerca al siguiente toro y vuelta a empezar. Taptap y casi siempre llega a la Plaza. Que para los que no conozcais, es un buen tramito corriendo, y más con un toro detrás. Yo ese camino me lo se bien, sereno y pasadito de birras camino de Cavas o en busca del Bodegas, y tiene su miga.

Bueno, no se, a ver si formamos la Peña del Tío de la Camiseta Verde y le vemos todos los días, que merece la pena, os lo digo en serio. Jonan, si me gestionas que lea esta entrada, hazle una pregunta de mi parte que me tiene intrigado: ¿cuántas camisetas verdes tiene?
PD: En el encierro de ayer, cuando el del Marqués de Domecq estaba limpiando la pendiente de entrada al callejón le veo que, después de su apretada carrera, le tira del rabo al toro para que deje de cornear al pobre ese que le ha hecho un boquete en la corva. Si es que encima es buena gente, el tío.

jueves, 12 de julio de 2007

Woody, eres un pesado

Pues resulta que ha llegado Mr. Marshall. Anda que no queda antiguo. Pero es un poco eso.

Resulta que entre la cosa municipal, la cosa autonómica y una especie de Ciudadano Kane de vía estrecha, pero de pasta larga, le han puesto un buen plato a Woody. Y claro, él, que tonto no es, pues vale. Que hay que irse a donde el pantumaca a rodar, pues se va, oye, que los duros no los suelen regalar yo con la tontería de las pelis se te van los dineros por las costuras.
Así que ahí estamos, con el talonario listo y negociando condiciones, tú me pones a tal actor, vale, y tú despacho en el monumento ese, venga, pero que salga bonita la cosa, si, pero necesito una planta entera de hotel para la santa y los nenes. Hace. Y hace.
Pues ya llevan un tiempo dándolos la paliza en la prensa local: que si los despachos de la producción, que si la búsqueda de localizaciones, que si, llega la rubia, que si no llega, que si Woody se ha subido a un piano-bar de un hotel con un amiguete y ha hecho un concierto sorpresa de clarinete lalos que por ahí había,que si captará la esencia de los calçots. Ya cansa, jolín, ya cansa.





Y anteayer montan el sarao en un restaurante de paellas y tal cerca del puerto. Y ayer la lían de campeonato en las Ramblas, que cortan durante más de medio día. Allí, los guiris tostadotes, nibelungas coloradas, los choris poniéndose las botas de mangar todo lo mangable, cuatro mirones que miran a las nibelungas coloradotas, un ciclista que compra el Diario de Navarra y que al arrancar ha de esquivar a los mirones y a las nibelungas coloradotas, a los siniestros que siguen llevando botas altas y que les han de cantar los pinreles La Traviata y a la tropa que se arremolina delante del tío ese con pinta de araucano que hace acrobacias con una pelota. Dichoso furbo.
Total, que al follón de todos los días, la corte de memos perseguidores de autógrafos y así y los pseudoreporterillos que lo mismo valen para un España directo, que para un tomate que para un Encierro made in Ariza, dando la matraca con que si Pe o no Pe y si la rubia o la no rubia van en limusina o comen de túper en el rodaje.
Pero que pesados sois, jolín. Que Woody va a hacer lo de siempre, pero en forma de anuncio, para que los catetos, cuando vuelvan a pagar la peli -que la pagamos una vez todos y otra vez los que van al cine- diga, fíjate, fijate, si es Colón. Porque a lo que voy. Que mucho Nueva York, pero que Woody hace cine de personajes más que de espacios. Si hasta tiene una peli que se llama Interiores, a ver. y que su nuevo proyector será todo menos nuevo. O sea, que Manhattan no hará. Ni Hanna y sus hermanas, ni Delitios y faltas -alguien es capaz de imaginarse la acidez de esa peli con el bruto del Bardem o la bobapija de la Pe. ¿A que no?-, ni Maridos y mujeres. Ni siquiera September, aquella en la que hasta consiguió hacer adorable a Mia Farrow, que anda que no es complicado. September, una que que es del color de las tardes de octubre en la feria de libros de Pamplona. Pues eso, que no hará ninguna de esas. Así que total, para qué perder más tiempo en eso.




La rubia esta, que si, que vale, que bien, pero que yo la veo inflamada, como alérgica a un medicamento que se le han quedado los ojos como dos puñaladas en un tomate. Y con una cierta cara de tontorrona de Alabama o de Tenesse o de Oregón, como de que le llevan suspendiendo las mates desde los ocho años hasta anteayer. Maja, si, pero con pinta de poca conversación, no se.Y pantén-proube. O un peine. Que tienes unas lanas...


Y si lo que quieren son peli-anuncios, que hagan franquicias de Manhattan por los sitios. Un suponer: Benimaclet. En lugar del MoMA, los FashionArtVictims que ganseen en el Ivam, y en vez de en el Planetario aquel, en el Hemisferico ese que parece un ojo. Y en lugar de languidecer en un banco junto al puende de Brooklyn, podrían hacer lo propio en el cauce del Turia mirando al Museo San Pío V, una tarde de esas de Septermber o de octure que decía antes.


Yo lanzo la idea a ver quién se anima a franquiciarlo:


-Misterioso asesinato en Murchante.


-Maridos y maridas, mujeres y murejos ( o así, que entre la diversidad y el cambio climático se me va la pelota...).


-Gran Vía Dani Ros.


- Z(P)elig


No se cuánto quedará de rodaje, pero me temo que, si son quince días, tres semanas, o por ahí, nos segirán tostando con la chorradita diaria de los bobitos estos. No se, ¿verdad que nosotros no le contamos nuestra vida? Pues eso, recirpocidad.. Así que Woody, majo, ten piedad y no nos toques más el clarinete.



PD: Demostración empírica de que se puede escribir sobre este tío sin poner ni judío, ni psiquiatra, ni sexo, ni hipocondríaco. Pero se me escapó el clarinete.

miércoles, 11 de julio de 2007

Otro más

Ya que lo contó así de bien el maestro Mingote, pues lo pego para quien no lo leyese.


Padre, hijo, amigo, rival, persona.

martes, 10 de julio de 2007

Otro ¡Pum!

Uno: Vaya preciosidad de toro el jabonero de hoy, o sea ayer, ya nos entendemos.

Dos: Un tonto en la curva de Mercaderes con Estafeta se ha intentado levantar tres veces y le han pisoteado dos mansos y muchos, pero muchos, pero muchos, más de veinte mozos, porque el muy imbécil en lugar de quedarse quieto tapándose la nuca -como en un tiroteo, Nodisparenalpianista, ese soy yo- ha intentado ponerse de pie todo el rato. Yo soy de la Cruz Roja y no le doy ni una tirita chupada. Se ha ido andado. Tonto, retonto.

Tres: Y luego el Güali de verde. Ya os contaré otro día lo de Güali. La cosa es que, después de la exhibición de ayer, cuando agarró al Miura por el rabo para intentar apartarlo del pastor que se había caído frente a su testuz -que hay que tener unos hígados de campeonato para agarrarla a un Miura por el rabo y liarse a darle tirones para salvar a un colega, por muy colega que sea- , hoy ha etado sembrado. Se ha ido arrimando hasta que un burro le ha metido un empujón y le ha apartado del primer toro. Ha vuelto y se ha puesto a menos de un brazo del toro en el último cuarto de Estafeta. Qué tío, qué piernas, lo que ha corrido. Como el que grabo es el de TVE, no he visto bien si ha entrado en la Plaza o no -ay, la Meca, habéis hecho el negocio de las cabras, me temo- pero tenía toda la pinta de que si.



Este toro no era, porque ya veis que es de 2006.
Eladio no tengo ni idea de quién será,
pero supongo que el toro no.
Es un detalle para los no taurinos,
para que veáis qué es un toro jabonero. De nada, a mandar.

Cuatro: Pero lo que me llega al píloro, que los hígados ya los hemos tocado antes es Almudena Ariza. Pero que joyita de muchacha, Dice en una entrevista del Diario de Navarra que le comunicaron con semana y media de antelación lo de que iría a havcer el pamplinas a Pamplona. Como suena, ¿no? La chica, que es muy hacendosa, al fin y al cabo pasta donde pastaban las princesas, dice que en esa semana y media ha leído mucho para saberlo todo de la cosa. Pues no te luce, chata. Mejor cállate la boca y limítate a dar paso a los que saben. Y no digais que me paso, que no le he pedido a Solano que la estrangule. Aún.

Cinco: Ay, a ver mañana.

Y cinco bis o postdata: Jonan, ayer -domingo, que me lío-, portada tras quince años echando fotos del Encierro. Por primera vez en quince años, no llega el periódico a mi quiosco y me quedo sin.
Entre Güali y Murfi, Güali de toda la vida. A ver.

lunes, 9 de julio de 2007

Unas verduras

Esta tarde un poquito de Duendeando, entre flamencos y pelícanos, para ir cumpliendo lo que me decían por aquí.
Estaba entre pucheros troceando unas verduras para hacerlas al horno, que sería como hacerlas a la parrilla, pero sin necesidad de incendiar ningún bosque. Que suena un poco a bilbainada: ¿asamos unas chistorras? Y hala, media Amazonía hechoa cenicillas.
Bueno, pues estaba con Duendeando en la radio, limpiando los pimientos y esas cosas y han puesto una serie de canciones muy divertidas del Cojo Peroche y del Pericón de Cádiz. Total que dice el presentador que siguiendo con los cantaores gaditanos pone unas de Chano Lobato, versiones de canciones caribeñas y así. Y luego cuela una, que es a la que yo iba. No me he enterado del título, pero era de uno que decía lo que le gustaban las papas. Y allí yo, con la berenjena hecha rodajas, las patatas partidas por la mitad, los ajos a punto de picar y Chano diciéndome que le gustan las papas con muchos pimientos y mucho perejil. Yo les echo orégano también, pero eso son cosas mías.



Millet pintó a éstos, que paraban para rezar
el Ángelus mientras recogían las patatas.
Maneras sencillas de contar cosas complejas


Del flamenco bueno, el antiguo, el popular, me gusta eso: que es antiguo y popular, que canta cosdas normales y de manera popular y así, tan sencillito, lo eleva a la máxima categoría. También es verdad, que es como todo, a su tiempo y en su medida. Pero lo mismo que nos acostumbramos al sabor amargo y refrescante de la cerveza , de los bombones o que se yo, lo que le guste a cada uno, con el flamenco hay que ir por pasos hasta disfrutarlo.
Busco el texto de lo de Chano, pero no lo encuentro. A cambio pego esta otra, que también me gusta. Vuelve a ser de Manuel, uno que citaba el otro día
aquí. Otra de mis debilidades.

A todos nos han cantado
en una noche de juerga
coplas que nos han matado.
Es el saber popular,
que encierra todo el saber:
que es saber sufrir, amar,
morirse y aborrecer.

domingo, 8 de julio de 2007

Las manos

Las manos que a veces acarician los sueños.

Las manos que a veces no los alcanzan.

Las manos siguen ahí.







Detalle del Desconsuelo
José Llimona
1997
Canon EOS 500N
Papel Color

sábado, 7 de julio de 2007

¡Pum!

¡Pum! con retraso.
Desde hace unos años, los encierros que caen en días de labor los escucho por la radio y voy contando lo que ocurre en, como dicen los tontos modernos, "tiempo real" (como si existiese el tiempo irreal), a los compañeros del trabajo por correo eléctronico. Siempre empiezo esos mensajes con el ¡Pum!, por la cosa de adornarse con el sonido ambiente. De ahí que a estas alturas, no me pierda nunca la transmisión de Radio Nacional, aunque lo esté viendo por la tele.
Este año ha entrado a las retransmisiones televisivas la Cuatro, tras la compra en exclusiva de los derechos de imagen en la Plaza de Toros, con lo que mutilado a TVE del remate del encierro.
Con lo que como la una ha metido pasta, la otra ha metido más pasta aún. Así que hemos pasado de la despedida del año pasado de Solanoque nos dedicó un hasta siempre, porque podría ser hasta nunca más -aquél nefasto ERE- a un despliegue de medios tremendo. Ayer, con el Chupinazo, la cosa apuntba bastante mal: la chica que conduce el espacio, alargado hasta la extenuación no para de interrumpir a Javier Solano, que es el que sabe, para decir mememces una detrás de otra. En esa transmisión, el directo es así de sincero y traicionero, la boba felicitó el día de San Fermín a todos. Solano le aclaro, hoy víspera, y le devolvió la fecilictación para vosotros también. Un equipo integrado, si señor.


Cartel de 1881. Soy un antiguo, lo se.

Lo de hoy, terrible. Un encierro lleno de gente y con manchitas oscuras que dicen que eran los toros. Ha empezado ¡¡Pum! con retraso y sobraban al menos 5.000 personas. En estos días sale el bruto que llevo dentro: para encieros así yo pondría quince toros en Santo Domingo, otros quince en el Pasadizo y, no se, unas balas de paja fesquita con bellotitas o algo que les guste a los toros de lidia en mitad. Y a las churris del Peta en cima, para solaz y deleite de los australianos bolinga. Y venga, a ver qué pasa.

Pues eso, un revolcón espectacuular hacia mitad de Santo Domingo, demasiada gente, relativamente lenta y algunas carreras emocionantes y cercanas en el tramo final. Lo de la sirga que cuenta Jonan en lo suyo yo no lo he visto. A ver mañana.

Bueno, otro día más sobre el Güali de verde y sobre RNE. Ahora, bueno luego, Tour.

viernes, 6 de julio de 2007

Hoy no me duele la garganta

Y lo bien que se está. Porque esa es una cosa que siempre pienso en cuanto me empiezan a doler las amígdalas. Con lo bien que estaba yo cuando ni me acordaba de ellas. Pero claro, sólo nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena. Ay, cofcof, pupita. Y ya estamos, camino de la pelota de tenis en la garganta. Y yo sin saborear el placer de la ausencia del dolor de garganta.

Tiene su gracia, en cierto modo: el no sentirla es lo que hace sentirla bien, la eliminación de problemas, por así decirlo. Sólo se constata que están ahí cuando están dando morcilla.

Y luego está lo del dolor mayor. Ay, que me duele un dedo . Pues puñetazo en un ojo. ¿A que el dedo ya no te duele? Si pero el ojo.., y ya está el otro con la sierra mecánica buscándote la pierma. Que no, que no, que ya ni lo siento. Un clavo que saca a otro clavo. Valiente chorrada. Lo que saca los clavos son las tenacillas o la cosa así de dos bracitos que tienen los martillos.



Bueno, pues eso, que la garganta bien por invisible. Y que dure, sin saber que sigue ahí.

jueves, 5 de julio de 2007

Botánico (II)













Al entrar al Botánico, como si fuese un atalante, se puede contemplar el tronco de un roble ya reseco, que permanece alli haciendo guardia de los suyos. Pues podrían arrancarlo, si ya está seco no vale para nada, ¿no? Pues si, si vale. Y él también lo sabe.









Me gusta el collar que lleva la niña-estatua del Botánico. Es una cadena y cuelga un corazón. Tendría que decir que es una cursilada, pero me gusta.





El que era, el que será.



Algunas veces me llevo las flores que acabo de fotografiar para secarlas. Aún tengo libros que parecen engordados artificialmente porque contienen las flores y hojas que iba metiendo, envueltas en papel de periódico, servilletas, higiénico, todo a salto de mata.


Y, claro, no puedo terminarme de leer el libro en cuestión.




























Todos miramos, pero no todos vemos lo mismo, me parece a mi. A veces están ahí las cosas, los colores, los italianos que cantan y las ardillas que saludan a las abuelas. Pero como los árboles y las hojas nos parece siempre lo mismo.





Mirando atentamente, uno puede descubrir que las cosas son distintas. Y hasta mejores.






El Botánico, como todos los jardines es colores. En realidad, todo lo que vemos son colores. Los diagramas aquellos de las franjas de color. Luego le pones una peli infrarroja y salen estas coas. Y unas flores son lo que son, colores.




Son bonitos los colores.

miércoles, 4 de julio de 2007

Cosas que vuelan

Vuelta del Mercadona cargado hasta las cejas. Es el día del botellón. Ya se sabe, el calor aprieta y el carro va a punto de estallar con botellas de todo tipo y color. Botellón de apaciguar la sed, no nos confundamos, que las ginebras se compran de una en una en el bodeguero que, bailando va, al ritmo alegre del chachachá, y todo aquello.

El lío de los semáforos. No, ya se lo de los colores, eso sí. Lo que pasa es que como hay media calle que va así como de través hay que dar un poco de vueltita para cruzar, con lo fácil que sería saltárselo del tirón, y que se pare el tráfico, que voy cargado.

Voy empujando el carro, unas bolsas, con los cascos de la música a todo trapo y medio cayéndose, un numerito, y veo un papel que, flopflop, agita el aire. Se cae y se levanta, como un púgil cascadete. ¿Quién no se compadece de un púgil cascadete?

Allá que voy, suelto una bolsa, una berenjena que intenta huir rodando, y ¡chap! papel agarrado. Es una hoja de un cuaderno de espiral, de esas que llevan troquel para poder poner en una carpeta de anillas. Esta un poco sucia pero me puede la curiosidad y leo.



El viento se lleva las palabras

pero a veces puedes atraparlas

Me traen mi yo cinematográfico, uno que se quedó dormido en una sala de asientos con muelles rotos, cuando algún burro decidió elevar a categoría de arte las tarantinadas y sucedáneos aún más apestosos. Si es que al final te obligan a no volver. De un vistazo me quedé con las mayúsculas agitadas, las citas volantes, el tiempo y el sonido. Y lo eché a la bolsa con las berenjenas subversivas. Berenjenas subversivas. Esto ya parece de Tomeo.

Bueno, en la cocina voy colocando cosas: las gaseosas, el vino de mesa, los zumos las 1925 edición clásica, la leche, y luego unas verduritas revolucionarias para montar un buen pisto. Saldrá batallador, lo estoy viendo. Y al fondo de la bolsa ,el papel con vocación de cometa. Por las dos caras recoge citas de cineastas, clasicones de los de verdad. Las leo y recuerdo cuando vi por primera vez algunas de sus obras más reconocidas. Pienso en quién habrá perdido esa hoja. Quien recogería citas de autores antiguos sobre la influencia de la música en el hecho cinematográfico, o sea en la dinámica, el tiempo interno, la creación de sus dimensiones, un poco la metafísica de la cosa. Me gustan. El placer del cine.

Tarkovski: El ritmo cinematográfico está determinado no por la duración de los planos montados sino por la tensión del tiempo que transcurre en ellos. Qué tío.

Me acuerdo de lo que uno contaba una vez sobre la banda sonora: que la vida no tenía, que cuando besó a una chica por primera vez no hubo violines ni nada de todo aquello. Aconsejaba poner un buen disco cuando uno se encontraba en esas lides. Otro día lo cuento.

PD: Dueño de la hoja: te la sigo guardando por si apareces. Creo que se ha hecho amiga de una partitura. Lleva la música incorporada; así de fácil lo tienen algunas.

martes, 3 de julio de 2007

Dos consejos

Se celebraba la fiesta de graduación. Esto es un poco de universidad americana, es verdad. Pero es bonito. Se trata de una fiesta muy para los familiares, papás y tal, que ven al cantamañanas del hijo y a la medioloca de la nena vestidos de tiros largos, recién de peluquería, con toda su docta sabiduría sobre los hombros y unos taconazos de cuidado. Hechos un pincel, allí, recogiendo un título de mentirijillas, porque los del Ministerio tardan un montón y quedaría feo ir a recoger el resgaurdo del pago de la tasa. Lo estoy viendo, allí, una Señorita Rotermeyer, como del Seguro antiguo, dándole al tampón del "RECIBÍ" mientras el engalanado saca los cuartillos para pagarle y tener derecho al papelín. No, mejor un título falsón. Además, a veces aún quedaban exámenes por hacer, así que la fiesta de licenciados era un poco de pega. Pero qué pega más bonita.
Creo recordar, con lo malo que soy yo para las fechas, que fue un 12 de junio. Lo que si recuerdo perfectamente es que hacía un frio de tres pares de pingüinos. Claro, nosotros bien, el traje, la corbata y tal, pero ellas, las chicas, abuelas, mamás, hermanas, amigas y demás fauna, pasando las de Caín, porque se les colaba el frío por los escotes, los muslos y así. El ambiente cálido, si, pero en la calle un fresquito que parecía febrero. Cosas de las estaciones en el Viejo Reyno.

A lo que me quería referir después de este pórtico es a lo que nos dijo un profesor, maestro, colega y amigo. Resulta que se nombra para ese acto a un padrino que recibe a la promoción saliente y hace un discurso para la concurrencia. Al padrino le elige la clase, como es lógico. Lógico hasta cierto punto, porque en el paso del ecuador, cuando se celebra una fiesta que llaman de Imposición de Becas, el delegado de la clase, Iñaki -pero no el del fútbol del otro día-, hizo todo tipo de chanchullos para que saliese elegido como padrino de las Becas un profe en concreto. Una elección merecidísima, pero un poco rastrerilla. Las elecciones es lo que tienen.
Pero para la elección del padrino de la promoción se hizo una votación limpia, limpia. Y hubo un consenso, que dicen los modernos, muy elevado. Ganó un un gran maestro, un excelente peridista, un buen tipo. Y se esperaba de él un discurso brillante. Con esa fina ironía, humor educadísimo, retranca inteligente y quilos y quilos de cariño. Buena gente. Y no defraudó.


Esto pasó en el Poli, el Polideportivo de la Universidad. Sitio poco docto, pero es que había unos problemas de espacio considerables. Si hubiésemos sido de Derecho o de Económicas, así un poco así o sea sabes tal, habríamos llevado a cabo tan hermoso acto en el Teatro Gayarre, con sus moquetas y sus maderas grabadas, estupendo. Pero éramos los que éramos, y eso es imposible de cambiar. Y además el Poli estaba la mar de bonito. O eso recuerdo. Ahora, dicen que hacen alguna de als licenciaturas en el Baluarte. No se si es de muy buen gusto sacarlo del campus, pero es que yo soy un antiguo, la verdad.
estábamos con el padrino. De su discurso recuerdo que contó cosas bonitas, que hizo sentirse muy orgullosos a los familiares y que nos emocionó a todos. Dentro del heteogénero, muy heterogéneo grupo de alumnos -os aseguro a los que no conoceis el percal y teneis algún prejuicio sobre la institución, que mucho más de lo qie podríais imaginar incluo en el más desmelenado de vusetros delirios-, nos hizo coincidir al menos en una cosa: habíamos acertado escogiéndole.


Pero recuerdo con mucha claridad dos consejos profesionales y personales que nos regaló. El primero, lo soltó a media voz, sencillo, sin aspavientos: lleven siempre varias máquinas de escribir encima. y se calla un segundo. Risitas, que bromista, jeje. Pero comociéndole, sabíamos que haía algo más. Yo mismo, sigue sin inmutarse, llevo varias. Miren, miren, dice mientras enseña el bolsillo interior de la americana marrón aquella que todos recordamos tan bien. En el bolsillo lleva varios bolis, tal vez una estilográfica, tal vez un portaminas. Nos cuenta que la materia prima de nustro oficio son las palabras y que ayuda en todos los ámbitos llevar una máquina para ir tomando notas de las cosas que nos asaltan y que merece la pena dejar escritas. El público enfervorizado. Los que le conocemos somos público agradecido, los que le oyen por primera vez se rinden a sus pies.

El otro consejo. No escupir a barlovento. Y explica.






El remero de Ortiz Echagüe (fondo fotográfico en la Unav) seguro que se sabía, al menos, el segundo consejo que nos dieron



Tratándose de términos marineros, pues es lo que hay, porque si aún no nos aclaramos con lo de babor y estribor, a ver cómo se entiende eso. Y el padrino se recrea en la suerte. Y en la sustancia. O sea, el barlovento es el viento que te viene de cara según tú estás en la embarcación. Claro. Evidente. ¿que pasa si escupes a barlovento? Pues que el escupitajo te vuelve a la cara. Es una gorrinada, si, pero es todo un tratado ético me parece a mi. Evidentemente en lo profesional y laboral tiene aplicación inmediata. Perro no come perro, pero en esta nuestra trincherita,tenemos una afición a los hot-dogs que da miedo, la verdad. Y en la vida de verdad, la buena, la que nos gusta, pues más aún, me parece a mi. Primero, la broma del dicho, luego la explicación. La parroquia ensimismada, porque reconoce que sencillo parece explicar bien cosas con tanto sentido. Cuando termina, aplausos, jaleos, un clamor, evidente, menudo primer espada. Total.

Luego nos van llamando. Fulano, plasplasplas, mengano, plasplas plas, así. Nos llaman de cinco en cinco y dos da el ítutlo , bueno, el papelito, no nos pongamos pejigueros, el decano, los vicedecanos y algún otro profe. Hay a quien le da igual quien se lo de, porque bastante tiene con no deslomarse por la escalerica al subir, sonrisa, chaschas, unas fotos, ayayay, que ilusión. Otros queremos que ns lo de alguien en concreto. Es mi caso. Nodisparenalpianista, plaplasplas, y cuatro más. Subimos y guardo medio segundo para ponerme enfrente de Paco. No por mi, creo, peor creo que hemos tenido algun momento un poco tenso últimamente. Le tengo en alta estima. Nos damos la mano y nos decimos algo, no me acuedo,. Un apretón deelos suyos. Paco siempre se sorpendía porque doy la mano fuerte y porque resisto sus apretones de levantador de pedas húngaro. ¿No te duele? me dijo un día, estando yo al borde de que se me saltasen las lágrimas. Pues claro. Pero resisto. Pado daba unos abrazos sonoros y descacharrantes famosos por toda la Foralidad y parte de La Coruña. Un día cuento lo que pasó en un partido de fútbol.
Procuro llevar máquinas de escribir encima. Una o ninguna, esa es la verdad, pero cuando las echo en falta, me acuerdo. También procuro no escupir en general, y menos aún a barlovento. Pero es que hay veces que no se puede hacer otra cosa. No todos somos supercracs como JAVQ. Pero lo intentamos.

PD: ¡Promesa cumplida!!.



lunes, 2 de julio de 2007

Amarillo y naranja

Estábamos en un parque de por aquí, tomando un zumo y una cerveza Sander y yo. Me contaba sus cosas de Holanda, sus planes y los problemas con su inquilino. El cielo estaba oscuro por las esquinas y se iba levantando un aire a rachas entre frío y caliente.
Charlábamos y tomábamos nuestras bebidas en el infame, caro y feo chiringuito de la plaza de la fuente. De pronto ¡plop! una gotita. Y luego otra, otra y otra más. Un chaparroncillo rápido, suave, refrescante. El árbol nos ha resguardad lo bastante como para que ni nos hayamos planteado movernos.


Hace unos pocos años empezaron a plantar un árbol nuevo, que no tengo ni idea de cómo se llama. Tiene unas hojas, relativamente alargadas de un verde muy brillante, intenso, tirando hacia un pelín oscuro. Esos árboles producen una flor amarilla tirando a naranja. Cuando toca, caen a montones y forman un círculo de sombra anaranjada bajo sus copas.


Cuando ha comenzado a gotear, nos ha llovido un mar de flores amarillentas tirando a naranjosas que ha perlado, ploploplop, la mesa, la camiseta y los pelos. El árbol nos protegía de las gotas y nos daba un baño de flores.




El cielo oscurecido, la fuente blanca, las flores naranjillas.

Realismo real. Como la vida misma.