viernes, 14 de diciembre de 2007

Cómplices


Como lo oí, o lo leí, ya no me acuerdo, lo cuento. Bueno, lo intento, porque ya sabéis que mi meoria es frágil, pero bienintencionada, así que si cito mal, achacadlo a la fragilidad de mis neuronas. Aunque al final, a lo que voy es a la sustancia del asunto, y esa si que creo que es bastante exacta. Bastante y exacta no pega mucho, pero ya nos entendemos.

Esta reflexión se la oí, ya digo a Ramón Pi, uno de los periodistas más honrados y decentes de los que pueblan esa canallesca que tanto nos entretiene. Recuerdo con nostalgia aquella, mi lejana tardoinfancia escuchando su Espuela, punta de lanza de la mejor información que por entonces corría. A los tres días de soltar sus cosas, otros medios les copiaban sin citar fuentes. A veces ni se enteraban. Pero ese es otro tema.

Ramón Pi advertía de que un día nos arrepentiremos. Igual nosotros no, tal vez no nos de tiempo. Pero si a nuestros hijos o nietos. A ellos se le caerá la cara de vergüenza. Y explicaba. Lo mismo que en las sociedades de su tiempo, la esclavitud estaba perfectamente admitida, regulada y bien vista. Y abolirla costó mucho, muchísimo. De hecho, incluso en las democracias más avanzadas -y, esto es cosa mía, por ellas entendamos las manifestaciones de la organización de la res publica más sublime que ha existido hasta hoy- se puede decir que la esclavitud ha durado hasta anteayer. Lo mismo con la pena capital.

Lo mismo que hoy afirmamos que cómo pudieron ser tan cafres nuestros antepasados por sostener regímenes esclavistas, nuestos descendientes se preguntarán y nos recriminarán cómo nuestra sociedad permite el crimen institucionalizado y la liquidación del más débil travestida de la asepsia más ruin y cobarde que conocemos como aborto.

Todos somos cómplices de eso.
Por eso- y vuelve a ser cosa mía-, cuando algunos juegan a analizar a la población alemana que o miró para otro lado o no se dió por aludida con respecto al genocidio contra los judios y demás "enemigos" del régimen, me pregunto si nosotros tenemos derecho a acusarles de algo cuando desayunamos tan panchos y votamos tan felices sabiendo que al año nos hemos lavado nuestras manos frente a los ochenta mil seres humanos a los que voluntariamente hemos privado de la vida.

Debería mejorar, lo reconozco: hay veces que amar al prójimo me da ganas de vomitar. Ya se ve, nos sacan lo peor.
PD: Mientras escribo esto leo que Nueva Jersey acaba de derogar la pena de muerte. Aquí, mientras, los de la antiguerra, los de los partidos, los sindicatos, los de la borroka, los intelectuales de cuota, los antitaurinos, los verdes, los rosas, los lilas, los de topos, los que legislan, los que gobiernan, los que reinan, los que votan, los que se cuelgan medallas, los que se las ponen,los otros, los de más allá, los de más aquí, casi todos seguimos en las mismas. Casi. Me agarro a ese casi.

15 comentarios:

Belén dijo...

De que hablas querido?

No me he coscado de na :)

besos!

Nodisparenalpianista dijo...

De esto, Belén
"Lo mismo que hoy afirmamos que cómo pudieron ser tan cafres nuestros antepasados por sostener regímenes esclavistas, nuestos descendientes se preguntarán y nos recriminarán cómo nuestra sociedad permite el crimen institucionalizado y la liquidación del más débil travestida de la asepsia más ruin y cobarde que conocemos como aborto.
Todos somos cómplices de eso."
De nuestra complicidad

Dulcinea dijo...

Menudo valor has tenido al colgar la svástica. Si hubiese sido la estrella de cinco puntas, o la cara del Che, pues eso, hasta de camiseta podrías llevarla. Pero lo que has hecho, no te lo perdonarán, porque les pones en evidencia.

No defiendo la svástica ni lo que representa. Pero que curioso que nos hagan diferencias entre holocaustos; sí, queridos, el de Stalin también lo fué.

Pianista, te dirán que estás en la trinchera de lo políticamente incorrecto, de lo retrógrado, de lo facha, de lo católico, de la caverna.

Yo también callaba por miedo hasta que un día me dije: yo no seré cómplice. Y fui a una mani. Y a otra. Que callen ellos que son los que matan (lo mismo me da un concejal, que un bebé no nacido, o el 11-M)) y los que distorsionan la realidad.

Así que abre hueco en tu trinchera, que yo me apunto. Y nos repartimos los chuzos que nos caerán encima.

E. G-Máiquez dijo...

Así se habla. Yo no te cambiaría ni las erratas (tan de la casa).

Paco Becerro dijo...

Yo veo bien lo que dices, pero no entiendo tu final.

Defender los toros las guerras y otras cosas de ese último párrafo, también serán anacrónicas en un tiempo (afortunadamente) y también seremos complices.

En cuanto al aborto, no es plato de gusto para la mujer que se lo realiza, por las circunstancias en que está previsto como despenalizado. No es tan sencillo considerarlo asesinato. Es terrible, pero en esas situaciones extremas, se puede entender.

Desde luego casos como los de Barcelona, ahora Madrid, y otras que no sabremos nunca que lo realizan fuera de los supuestos y plazos previstos, son terriblemente ruines y cobardes.

Lo del simbolo nazi, a mi no me parece cuestión de valor como dice dulci, de hecho me molesta ese símbolo por lo que de verdad represetna. Y dulci, el ché o la estrella de cinco puntas no tienen detrás el horror del nacismo. Ni simbolizan eso hoy en día. La esvastica sigue significando racismo y asesinato del distinto.

Volviendo al aborto, si quieres símbolos más duros sobre el tema, hay miles en la red, con criaturas, fetos y otra simbología más acorde al tema que esto de los nazis. (es una opinión)

Creo que no se debe comparar entre cosas terribles. ¿Donde estaría el límite de las asociaciones?

Anónimo dijo...

Hoy muy poco de acuerdo...

Te reconozco el valor para decir lo que piensas y que muchos no se atreven... pero ¿de verdad crees que se pueden hacer comparaciones como las que has escrito?

Evidentemente hay casos como, recientemente, el de Barcelona que merecen toda nuestra indignación y castigo para los culpables. Pero creo que existen matices. Y también pienso que a una gran parte de las mujeres que se someten a abortos les debe producir sufrimiento y angustía. Claro, siempre habrá de todo. Por eso están los matices.

Lidia

Anónimo dijo...

Tampoco estoy de acuerdo con Dulci:

"Que callen ellos que son los que matan (lo mismo me da un concejal, que un bebé no nacido, o el 11-M)".

Ponerlo todo al mismo nivel me parece escandaloso. ¿Crees que es lo mismo un asesinato a sangre fría que un aborto en el primer mes de gestación (todavía no es ni feto)?

Lidia

Dulcinea dijo...

Futblog,

En primer lugar, la mujer no se aplica el aborto; se le aplica el aborto al ser humano no nacido. Eso para empezar. Y es un asesinato, lo mires por donde lo mires.

La mujer permite -o no- que se lleve a cabo; no en cambio el padre que no tiene ningún derecho; se le niega el derecho a opinar siquiera respecto a su hijo. Ni le puede matar ni le puede defender. A eso, algunas mujeres, le llaman igualdad.

Cuando hablaba de valor, no me refería a presumir de colgar la svástica en el post: me refería a que, de haber sido otro símbolo, igualmente de aberración, pasaría desapercibido; en cambio se ha acabado llamando nazi a una parte del nazismo.

Dicho de otro modo: si yo me pongo una camiseta con la cara del Che, o con una estrella de cinco puntas, paso por moderna, progre y chachi piruli; si me increpan, se apelará a la libertad de expresión. Si en cambio me pongo una svástica, me llamarán nazi, asesina, y merecedora de lo que me ocurra porque estaré provocando.

Y resulta que el holocausto judío en Alemania fue el aperitivo del holocausto judío en Rusia.

Y la estrella de cinco puntas, representa muchos gulags, internamientos chinos, cubanos, y dictaduras militares de izquierdas. El Che, ajusticiado por los suyos, firmó, en frío, muchas sentencias de muertes a disidentes.

En cuanto al contenido original de la svástica sabrás que es de origen celta, y se ha encontrado como inscripción en muchos cementerios irlandeses, e incluso en cenefas decorativas romanas.

Nada, nada, tiene que ver con lo que luego representó.

Dulcinea dijo...

Lidia,

es exactamente lo mismo: privar a una persona del derecho a la vida.

La persona es persona desde la concepción. No se trata de si es feto, embrión o si mide 3mm o 30 cm.

Una mujer no puede concebir un langostino ni un geráneo. Sólo personas. Independientes y diferentes de su madre.

El derecho de los no nacidos es el derecho a la vida. Y la obligación de la madre es facilitar esa vida; aunque luego, fuera del útero materno, se vea en la tesitura darlo en adopción. ¿Eso les crearía más sufrimiento y angustia a las madres? Te aseguro que no.
Y si tanta pena da entregar a un hijo en adopción, ¿por qué matarlo es mejor?

Decían las carniceras abortistas que procuraban no mirar los restos humanos que descurtizaban.
Por algo será.

Anónimo dijo...

Es bueno lo que has escrito, Pianista. Y terrible.
Cuando se habla de esto y alguien dice "asesinato", la gente se escandaliza porque suena verdaderamente fuerte. Pero a veces, asusta llamar a las cosas por su nombre. Y en realidad, eso es el aborto. Es matar a una personita indefensa -a la más indefensa- en la panza de su mamá -de la persona que más debería quererle-.
El hecho de que haya supuestos despenalizados, no cambia su esencia ni la justifica. El aborto es lo que es aunque, como siempre en esta vida, no debemos juzgar a las personas -aunque lo hagamos con frecuencia- y por supuesto que cada caso es un mundo, que hay mujeres en circunstancias espantosas... Pero al final, se priva de la vida a una persona, que lo es desde el momento de su concepción aunque no sea más grande que un par de celulitas… El tiempo en que se practique el aborto es indiferente. Lo que ocurre es que escandaliza más que la criatura esté formada porque se ven los restos, que tienen “más forma humana”. Y se comprueba la realidad de lo que se ha hecho.
Es importante hablar de estas cosas, creo. Con delicadeza y sencillez pero con claridad.
Como bien dice el Pianista, mañana -o pasado- nos arrepentiremos. Y nuestros nietos o tataranietos, pensarán con toda la razón que a Hitler, a Stalin, a Mao o a Pol Pot les dejamos casi pálidos.

Nodisparenalpianista dijo...

Pensé, Dulci, en colgar una bandera de alguno de los otros toalitarismos (o proyecto) de los que hubo, sobre todo a parti de los años 30 en Europa, pero me temía que no se entendiese. La cosa es tan simple como estar con los que matan o con los que mueren . Y en eso soy absolutamente intransigente. No hay matices y quien los quiere ver, o está engañado (la inmensa mayoría) o es absolutamente perverso. En un casoo y en otro, salvando las distancias, responsable.

EGMáiquez, me honras. Y sobre las erratas, no sería nadie sin ellas.

Futblo, lo de los toros no es comparable a la vida humana, me parecea mi. Lo de la guerra era más bien referencia a los antiguerra de salón que tanto salían a la calle contra una guerra y ncallan como cobardes en el caso de otras (Afganistán, Colombia, en cierto modo ETA), incongruencia le llamaría yo. Sobre los supuestos de despenalización del aborto, en primer lugar significan que sigue siendo un crimen, lo que pasa es que la ley hace salvedades y no los pena en determinados casos, si ningún entendido en leyes me corrije.Acerca de las banderas, mi intenci´çon era representar el paralelismo a todas luces evidente en ambos casos.
Es en la Alemania del Tercer Reich cuando se redacta y explicita la doctrina, que se eleva a categoría de ley sobre las vidas que no merecen ser vividas. Los medios públicos, médicos y burocráticos se reservaban en derecho de decidir cuáles eran las que si y cuáles las que no. Ello afectaba a los seres humanos aún no nacidos (aborto), a los grandes enfermos y a los ancianos (eutanasia) básicamente.
Esas doctrinas liquidacionistas siguen teniendo mucho predicamento en los regímenes de la llamada extrema izquierda, corregido y aumentado, verbigracia, los centros de internamiento para enfermos de SIDA en Cuba.
Considero pertinente el paralelismo de las sociedades nazis y de la nuestra en ese aspecto, con un plus de ruindad moral: nosotros ya conocemos esa indeseable experiencia y, sabedores de ello, la mantenemos.
Sobre los padecimientos de las mujeres que abortan, dos cosas: la Seguridad Social persiste en no contabilizar los efectos traumáticos del aborto en las mujeres, sino que lo atribuyen a causas propias, es decir, hay estrés postpatro, pero se licúa el trauma postaborto en depresiones varias y padecimientos similares. Por otra parte y considerando que el supuesto de daño para la madre representa más del 90% de abortos en España, ¿cómo es que hay unas cifras de alrededor del 70% de mujeres que abortan más de una vez? ¿Idiotas o despistadas?
Como tú sabes mejor que yo, la vía de solución no es esa, ni todas las tomadas hasta ahora: a más libertad, a más información, a más recursos, a más medios preventivos, más abortos. ¿Quién está haciendo trampas? ¿Merecemos que nos sigan mintiendo?
AnónimoLídia,me reafirmo en todo lo dicho hasta que alguien me convenza con argumentos de lo contrario. Matar es matar. Es lo mismo matar a un señor de dos metros y ciento ochenta quilos que a una señotda de metro sesenta y sesenta qulos que a un ser humano que no haya nacido esté en el punto de gestación que esté. Otra cosa es que, al no verlo, las conciencias queden más tranquilas que si, pongamos por caso, tuviésemos que estrangularle cuando tuviese quince años. No es una cuestión de tamaño. Es sentido natural de protección de la especie y valores humanos. Y si no lo digo más alto es porque si me expreso de ese modo en otros ámbitos, lo menos que me gano es el desprecio y el insulto de los que no tienen como contraargumentar. Aclaro que, aquí, desde la absoluta distancia, mantenemos el respeto y como siempre os lo agradezco.
En cierto modo, con lo de los tamaños plagio lo de Dulci que te parece escandaloso.

Pensé en poner esta megarespuesta como entrada, pero creo que es mejor, aunque sea larga, hacerlo del modo habitual. La pequeña vitoria que estamos logrando es que el aborto está dejando de ser un tabú. O mejor dicho, que el estar abiertamente en contra sin ninguna excepción ya no es una afirmación que sólo podíamos hacer en las catacumbas.
Gracias a todos, reitero, por vuestras aportaciones, respetuosas conmigo y con los propios participantes.

Nodisparenalpianista dijo...

ArdiendoaunclavoMarta, disfrazar eso de piedad ante la madre que sifre, por el bebé que será un poco o un mucho deficiente es exactamente lo que hacía la propaganda nazi para justificar matar a los enfermos, ancianos e impedodos de cualquier condición, física o intelectual.
"¿Tú querrías vivir como ellos?"
"No. "
"Pues asunto arreglado, un pinchacito y al hoyo"
El cine era el medio de masas que se empleaba para llegar vía sentimiento, nunca racional, a convencer a la gente.
Otro día os cuento una de esas.

Anónimo dijo...

Igual mis argumentos no te parecen convicentes pero a mi los vuestros tampoco.

ME sigue pareciendo escandaloso llamar a un aborto asesinato. ¿Ni siquiera estáis de acuerdo en los casos excepcionales?

Lidia

Nodisparenalpianista dijo...

Matar es matar.
Explícame, AnónimoLidia que hay que no cuadre en eso.
Sobre los argumentos, convénceme de que lo que se aborta no es un ser humano y asunto arreglado.

Si jugamos a excepciones, ¿por qué unas si y otras no? ¿Que matar judíos es menos matar?
¿Que matar señores bajitos es menos matar?
¿Que matar militares es menos matar?
¿Que matar personas que añun no han nacido es menos matar?
O tal vez es cuestión de medida: ¿por debajo de 8 centímetros si y por encima no? 7,9 no 8,1 si?

De lo que me acuso, yo el primero es del silencio criminal que mantenemos, de que votemos a partidos que no han movido un dedo en defensa de la vida o, directamente los han movido todos encontra, de que los listos que dicen defender la de las focas y besugos miren a otra parte si les pregunto por la defensa del animal humano, de que enviemos postales navideñas de determinadas oenegés que usan el aborto como regulador de la natalidad en los países donde "actúan", etc. Vaya, de que seamos unos cobardicas, porque parece que no hemos de rendir cuenta a nuestros congéneres chiquitines. No hay especie animal , excepto el hombre, que no defienda a sus crías. Da que pensar, la verdad.

Néstor dijo...

Yo ya dije todo lo que tenía que decir. Y no digo nada más, porque tú lo haces mejor que yo. Mucho mejor.