jueves, 25 de agosto de 2011

Esa lagartija es un dragón


esto es una prueba del dragón del recién instalado a ver si funciona . Parece que comienza a entender muy bastante bien común y no lo he dicho pero bueno te lo voy a perdonar. Tampoco le he dicho como un en un como un en un corazón como el Mercado Común. El Mercado Común no tiene corazón y lo que yo no he dicho es como un punto con aún no. En un punto tanto espacio en otro espacio este dragón parece que tiene el mismo espíritu creativo que el anterior el Mercado Común no tiene corazón en un punto tanto espacio realmente bonito. Dormitó atún son peces bonito acto en son peces despiertos o dormidos eso es lo de menos también llamamos pese al ordenador parece al ordenadorexiste un pintor. Existen varios pintores pero a lo que me refiero es al ordenador tal y como lo dicen los estadounidenses o los italianos de perro se de casa comprometer un terror se casa comprometido interrogante que un perro se se han comprometido interrogante.

Me estoy intentando poner en el móvil la música de la dimensión desconocida de Puebla y son de Zavala y son de Puebla y son como la. Mola como el general mola. Este dragón no tiene claros cuando la mayúscula y cuando la minúscula pero da lo mismo.

Acogido él.

Nuevamente esto está muy bien. Lo que intentaba decir es que el dragón ha entendido perfectamente cuándo ha de poner. Espacio aparte, punto de puntuar un único en blanco 1 en blanco y seguir escribiendo abajo.

Se me están quemando las cebollas con berenjena voy a pagar o polvo..

Todo controlado los bomberos lo han apagado que no es una broma, gnomo o el de los y no es igual estaba intentando hacer una broma al dragón pero no la ha entendido. Creo que la descargada podrá comerse sin problemas es calibrada equis es clara esta es calibrada e ese deescalibada escalibada podrá comerse sin problemas pero. He colocado la palabra escalibada deletreando la palabra escalibada eso deletreando la deletreando la. Este dragón es un lince. A comer antes de que vuelva a chamuscarse dragón entre Victoria en en Tepito díap pepitoria. Parece que este dragón no es gastrónomo no sabe escribir ni escalibada ni pepitoria me temo que vamos a pasar mucha hambre. Final.


lunes, 22 de agosto de 2011

La semana hasta ayer


Ay, qué caloricos, criaturas.

Bueno, esto tenía que ir ayer, pero entre una cosa y otra, en fin, que lo pego hoy y al que no le guste, pues que reclame al maestro armero.

Resumen rápido, a ver si no. El Papa por un tubo. Y muy bien. Que decían que era tímido y un poco soso, esto alemanes, ya se sabe, peor a mi siempre me ha parecido que tiene cara de ratoncito simpático y un poco travieso. Me gusta que cuando la peña estaba por allí gritándole a lo loco, se daba una poca vuela, extendía los brazos, como diciendo hola y movía los deditos. Es un saludo un poco peculiar, pero cuando leáis lo que a mi me recuerda os vais a caer de culo. la cosa es que más que un saludo, es un abrazo, al estilo de los pequeñajos que aún caminan inseguros, que te los echan por si acaso se la van a pegar. O sea, que más que un saludo, es un abrazo. Y eso me recuerda a mi a San Pedro. A la Plaza, digo. A los dos enormes brazos que nos acogen cuando ya llevamos un rato pateando la Vía de la Conciliación, sudando la gota gorda y con comienzo de calambre en el muslito de pollo. Que te sientes abrazado por la basílica que no deja de ser el símbolo de todos, de la iglesia y de la cristiandad, una buena panda de amigos.
Luego está el detalle de mover los dedos, que lo hace mucho, saludando desde el PapaMóvil también, porque eso es cosa de pianistas, y ya sabéis que de eso yo entiendo un rato.


Susana Vera, de Reuters, hizo esta gran fotografía. En El Mundo (una vela por aquí, otra por allá) fue portada. ¿Dónde estarían los estupendos fotógrafos de plantilla?.

El Pater, en la homilía del domingo, emocionada y exultante, aunque éramos pocos, cosa de las vacaciones y del calor, lo bordó. La cosa comenzaba por la Providencia, por tener al Papa el domingo en que tocaba el Evangelio de Pedro y las llaves del Reino. Y nos dejó unas cuantas joyas de mucho cuidado. Lo mejor, en línea con lo que contaba el otro día nuestra querida María Jesús, que daba gracias por lo de los bestias -esto lo digo yo- de los indignados. Que escupan a los cristianos tampoco es tan raro, al fin y al cabo, ¿no es lo que hicieron con el propio Cristo?, nos dijo. En el fondo, ¿no es lo que hacemos cuando somos un poco cafres? Mientras lo explicaba, me decía yo que qué inteligente al que se ocurrió colocar el Via Crucis como punto de arranque a las Jornadas. Uf, la saeta, me acuerdo y se me erizan los pelos. El flamenco es lo más, pero esa es otra película. Total, que el Pater decía que él daba gracias a Dios por lo de los brutos -esto lo digo yo-, por la protesra y por el modo como trataron a los jóvenes. Estoy seguro que de ahí saldrán conversiones. Joé, Pater. Y se explicaba: estoy seguro que, entre esa gente, habrá unos cuantos qe cuando, en frío y tranquilos se vean en la tele, se vean las fotos se darán cuenta de lo que han hecho. Y verán, resumiendo, que es malo y feo. Y verán que lo bueno y lo bello estaba en los otros, y al fina, con la belleza y la bondad está la verdad. Y descubrirán dónde está la Verdad que al final todos anhelamos. Esto, un domingo por la mañana y a treinta grados, que se te cuece la cabeza de lo que disfrutas. Luego decía que para él, la mejor imagen no era la de todo el mundo viendo al papa, sino la del Papa, postrado orando delante de la Custorida de Tonedo, delante de un trozo de pan, diciendo, es Él, y entonces hacía gesto de apuntar con el dedo. Ese, ese es. Exactamente lo del Evangelio del día.
Yo es que alucino.

PD: Ya que estamos, que en los Belenes y en la Sala Noble también pasan cosas, malandrines.

miércoles, 17 de agosto de 2011

Y pronto está

Un niño jovial y entusiasta a hombros de su recio papá grita divertido: ¡Papamóvil!!!! y a los que estamos alrededor nos alegra su entusiasmo.
Una señora chiquituja en silla de ruedas pregunta si ya habrá desayunado el Papa, mientras esperamos. Si, señora, ya está a punto de salir. Cuando pase, se agarrará a la valla para tratar de verle.
Un tonto de España directo entrevista a unos guarros que van a hacer el guarro en su balcón. Es la España oficial.

En la Plaza de Toros se sigue con atención la homilía de Benedicto XVI. Dice:


Las condiciones de la vida han cambiado mucho y con ellas se ha avanzado enormemente en ámbitos técnicos, sociales y culturales. No podemos contentarnos con estos progresos. Junto a ellos deben estar siempre los progresos morales, como la atención, protección y ayuda a la familia, ya que el amor generoso e indisoluble de un hombre y una mujer es el marco eficaz y el fundamento de la vida humana en su gestación, en su alumbramiento, en su crecimiento y en su término natural
.

Y estalla un espontáneo aplauso de la concurrencia.
Y sigue:

Sólo donde existen el amor y la fidelidad, nace y perdura la verdadera libertad. Por eso, la Iglesia aboga por adecuadas medidas económicas y sociales para que la mujer encuentre en el hogar y en el trabajo su plena realización; para que el hombre y la mujer que contraen matrimonio y forman una familia sean decididamente apoyados por el Estado; para que se defienda la vida de los hijos como sagrada e inviolable desde el momento de su concepción; para que la natalidad sea dignificada, valorada y apoyada jurídica, social y legislativamente. Por eso, la Iglesia se opone a todas las formas de negación de la vida humana y apoya cuanto promueva el orden natural en el ámbito de la institución familiar.

Y, de nuevo, le aplaudimos.
Frente a la política de la muerte, la palabra para la vida. La libertad, el amor, la vida. B-16 es revolucionario porque su mensaje sigue siéndolo. Luego llegan los malos y dicen que no, que si es un carcamal, que si los escándalos y que si éramos cuatro gatos y encima tontos. Pues supimos aplaudir cuando tocaba.


Una mujer dice "es que son peor que los moros", al ver la calle atestada de gente por la que apenas podemos pasar. Detrás de mi una señora dice "voy para allá", porque sigue a su hija, una chica de mediana edad que se ha puesto entre nosotros. "Tranquila, que en cuanto pueda, me quito". La de delante sigue despotricando, mientras tira de la mano del maromo, que pone cara de póquer. "Tanto dinero se lo tenía que dar a los pobres". Me toca lo que no suena -una cosa es poner la mejilla y otra ser idiota, digo yo- y la contesto: "señora -ya, a veces presupongo demasiado, pero uno es como es-, el Papa ya da dinero a los pobres". Y luego añado: " Y también lo damos los de aquí, cada uno lo que podemos". Y pienso en las 800.000 personas que, oficialmente comen al mes gracias a Cáritas, que son los que administran los duros que damos en la parroquia y en la Renta. Me quedo con ganas de preguntarle a la tipa esa si algún sindicato, alguna oenegé de pitiminí o corpúsculo subsidiado hace algo parecido. Pero ha agachado la cabeza y se ha escurrido en silencio entre la multitud. Mira, mejor.

Desde el balcón vemos a los navarros de antes, a unos chilenos, unas chavalitas hermosonas que van de verde y con la bandera vaticana en plan capa, niños por un tubo y abuelas por otro y unos de la Universidad de Murcia que han puesto un pancartón de aúpa.

Cuando pasan Sus Majestades los Reyes, la gente les aplaude y les vitorea.

He visto banderas de muchos países, una polaca (Santo subito), mejicanas, hondureñas, una que me parece que es de Ucrania o de por ahí, catalanas y españolas, barcelonesas y hasta alguna independentista. Ni una republicana. Qué cosas, con la afición que tienen últimamente a sacar esa bandera preconstitucional. ¿No habrá republicanos católicos?

De vuelta, nos espera una tortilla hecha con cariño y con una pena. Hay que comprar pan. Por la calle, autocares de maños, ruidosos y divertidos y de muchos sitios de Cataluña, que hubo una huelga encubierta de trenes para que no llegase la gente de los alrededores (ay, en "El País" y en el resto de la prensa del Movimiento, que se les olvidó contarlo), y por las esquinas soleadas -hace un cierto frescote- el chavalerío que se está zampando unos bocatas como mi pierna, entre banderas, risas, caras pintarrajeadas, papás que andan como locos dando de beber a los peques, mamás que distribuyen las viandas y las abuelicas que tienen cara de que hoy no es día para hacerle caso a los achaques. Gracias por venir, jolines.

Es cierto que el Papa pasó un poco rapidillo, pero es perfectamente normal.
He leído y he oído que por la tarde, en la visita a la residencia del Niño Jesús, pudo entretenerse hablando con las nenas del centro, que le regalaron dibujos y cosas de críos, que les dio la mano y les bendijo y les dio besos y que el frío panzer alemán fue un bávaro rebosante de afecto y cariñoso. Quien quiera y sepa leer, comprenderá: ese es su lugar, el de los desvalidos y el de los desfavorecidos, el de los malaventurados de esta vida que son los verdaderos.

Las zarandajas de la política, los lameculos de turno hicieron el paripé en el aeropuerto. Quedaron como lo que son. Y ya sabemos, porque aquí tonto ni uno.
Supongo que a más de uno se le helaría el espinazo cuando B-16, en lugar de adiós dijo hasta pronto.

Ya está.

lunes, 15 de agosto de 2011

Lo que va en dos minutos

Daniel Muñoz firma en directo la pseudocrónica del furbo en un periódico basura muy leído que le llaman elmundo.es. Digo basura porque a esto yo le llamo basura, o sea, despojo, desperdicio, y tal. En general son muy malos, pero es que hoy lo bordaban los tíos. He empezado por la cosa de los tiburones que perpetraba una especie de cronista en los Estados Unidos. Yo no se en qué se gastara este hombre lo de las dietas, pero una auditoría le iba a sentar fenomenal, digo yo. Lo aviso, no lo recomiendo, pero si alguien cree que exagero, que le eche una ojeada a esto) y si lo resiste y lo entiende, en fin, no sabría qué decirle.

Luego estaba el anticipo sobre el tema principal del suplemento cultural, ojo que hay nivel. Lo clico, y si, mola. Versa sobre un libro que recoge prácticamente todas las grandes entrevistas que le han hecho al Benedicto XVI, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid y que dentro de poco en Madrid va a quedar en evidencia la política contra la gente que andamos sufriendo desde hace unos cuantos años y que seguiremos padeciendo, que el otro bobo tampoco espabilará. Esto de hablar bien de Papa... yo me imagino dándole al ureadín a saco en la "redacción" d eelmundo.es. Joer, qué hacemos, esto de darle coba al de blanco... Oye, que tengo una cosa de Washington... Que no, que el negro de alma pija ba de baja, joer, ¿no hay nada de indignados? que no, que no, que tengo una marcha con mucha marca, y ¡zas! que nos endiñan una noticia de alcance justo al ladito, al a izquierda, que por ahí entra mejor, sobre una manifestación de señoras mayormente prostitutas que andan haciendo cosas por ahí, con perdón. Y claro, la foto, en fin, condemor, una tronca que menos ropa tiene de todo y no sigo que me chapan el garito.

La crónica. Pego textual porque si no, nadie me creería. Daniel Muóz escribe tal que así, con sus exclamaciones y sus mayúsculas y tal. Esto es que Muñoz le ve las orejas al Ere de Unedisa, que los italianottis están hasta los pomodoros de la pasta que no gana Pedro Guisseppe y se ha dicho oye, si a los árbitros les untan por rematar los cornerseres, yo no voy a ser menos, força Barça y que nos quiten lo dançat.

  • Min 84
  • Valdés saca el brazo y derriba a Cristiano. Es penalti. Gesto absurdo del portero del Barça.
  • Min 86
  • ¡¡CAE PEDRO DENTRO DEL ÁREA!! ¡NO PITA PENALTI PERO ES CLARO TAMBIÉN! MARCELO LLEGA TARDE Y DERRIBA AL ESPAÑOL.

¿Lo que va en dos minutos? Pues un potosí. Y la seriedad de un medio, si es que alguna vez la tuvo.

sábado, 13 de agosto de 2011

El apretón

Vaya, qué cosas, se me ocurre lo del apretón, no se muy bien por qué y empiezo a darle vueltas al tema. A la palabra, o sea, no a la sustancia. Y empiezo.

Por enfangarnos y pasar página pronto, vamos al asunto. Como ya he comentado otras veces, hay palabras raras y bonitas que llaman a otras palabras raras y bonitas. Qué decir de los rodamientos y el pedalier que tantas tardes de angustia me han procurado a lomos de la bici camino del mecánico Georgie Dann, por ejemplo.
El apretón se acerca peligrosamente al retrete, qué bonito, que a uno se le llena la boca cuando le pregunta al camarero elegantemente malhumorado, disculpe por favor, ¿el retrete? y le mandan a las catacumbas de la taberna. Luego una bricopija le llama excusado y uno agradece que la cursilería exista, porque es muy entretenida.
La sabiduría del lenguaje, o sea, que la proximidad entre lo uno y lo otro, es benéfica.


Está el apretón de manos, que da mucho juego. En primer lugar hay que advertir que tiene peligro lo del apretón de manos cuando el otro apretante vuelve del retrete. Esta cochinada -que lo es, lo admito- la he visto yo más de una vez. Los que se secan mal las manos y te palmean la espalda, dentro de lo que cabe ánimo, podría ser peor, o las gorrinotas que salen raudas del asunto, como centellas sin haber abierto siquiera el grifo. Niña, que las manos van al pan, joer. Bueno, en fin, no sigo, que ufs, vaya.
El apretón de manos.

A mi me suena que hubo, hace un tiempo, un centella que dijo que había que dar la mano con fuerza para no parecer pusilánime, que eso de coger una mano y que parezca un hígado a punto de echar en la sartén con cebolla da repelús. Y entonces
a la tropa le dio por estrujar las manos hasta que se escuchase el ruidillo de la carnicera cuando te corta los muslos para hacerlos al ajillo. Los del pollo, digo. Así que más de un cromañón -y cromañona- confundió fuerza con firmeza y al darte la mano intenta rompértela para demostrar la fuerza de carácter. Lo cual que lo mejor es, simplemente resistir la embestida y alargarla. Y si tienes confianza decirle oye, te va a dar un calambre de la fuerza que intentas hacer, criatura. Al minuto se desploman y se hunden en la miseria, con lo que uno confirma que está ante un pringado de manual que encima disimula de pena. Un querido profe tenía la costumbre de dar unos abrazos del oso tremendos y de estrujarte las manos después. El tío tenía fuerza, pero a cabezón pocos me ganan, así que yo le aguantaba el envite y mientras notaba los sudores fríos por la espalda le decía Paco, cuando quieras, puedes empezar a apretarme la mano. Una vez me preguntó si no me dolía. Bastante, si, pero hay que aguantar.
Luego está la paz en la misa. Menudas ganas de jarana que tiene el personal. Lo de los niños vale, que recorren tres bancos, pero es que se lían unos pollos de mucho cuidado. Me parece que contaba Ussia o uno de estos (o sería su alter ego Mingote), que una señora de postín decía que no entendía por qué tenía que andar dándole la mano a desconocidos que nadie le había presentado, y algo de eso hay, pero en fin. Hay una abuela filipina que cuando la paz, se da la vuelta y echa besos al resto de los parroquianos a los que no puede dar la mano, pachanguero pero muy cariñoso.
El apretón está un tanto desprestigiado. El primero por pudor, como si a nadie le hubiese asaltado una mayonesa verde y con pelos. El otro porque certifica sn palabras las cosas del honor, el compromiso y la palabra. Lo del apretón para cerrar negocios, lo de la famosa palabra dada por los navarros, que era más, mucho más que la ley, claro, ya no se lo cree nadie. ahora, mejor, le das la mano al jeta y le endiñas la toledana en el intercostillar, que aquí el que no corre vuela. Así, los tontos del patinete y de la gorra, en tonta imitación de los macarras de la MTV que a su vez imitan a los chorizos de South Central LA, se dan codazos, levantan los pulgares, se chocan los antebrazos y hacen otras cosas raras para saludarse. El otro día vi unos monos en el zoo y mejor no sigo por ahí, que yo no se para qué siguen pegándose la panzada de trabajar en Atapuerca teniendo tanto parque botellonero a mano, en fin. Veo pro ahí que los Boyescaus se dan la mano izquierda, qué cosas. Lo justifican en una serie de milongas raras que no se yo, pero en fin, De unos tíos que persisten hasta los cincuenta en esos fulares tan feos, en lucir las canillas peludonas y retorcidas, en ir de criajos y en saludar en plan masónico con los tres dedicos juntos, pues no se yo. Y encima todo el día en el monte sin retretes ni sitio donde lavarse las manos.
El apretón tiene sus alrededores, como lo de apretarse el cinturón o lo de ir más apretado que los tornillos de un submarino, que siempre me ha parecido algo muy ingenioso, pero que como toca más al tema de la bricomanería, casi me lo reservo y lo dejo para otro día.
Y con esto vamos cerrando, que no quiero quedar largo.
Saludos a todos, sin estrujar nada, mejor haciendo así con la manita en plan hola, hola. Adiós.

sábado, 6 de agosto de 2011

Los tiempos


Qué tiempos, oye.
Porque antes al Gobierno llegaban los mejor preparados.
Y la prima de riesgo era Merceditas.
Y uno se indignaba cuando veía a un desharrapado que no se lavaba.

Vaya.
Por no quedar, ni el chiste de Mingote.

jueves, 4 de agosto de 2011

El hilo (y la dinamo)

(Lo de la dinamo venía de tiempo atrás y me sigue dando juego, y si no, seguid leyendo).

Voy dándole vueltas a un asunto sobre el que que quiero pegar cuatro líneas, camino de la tienda de los abuelos a ver si compro una dinamo, que no qué le está pasando a la luz y ya lo he cambiado todo, así que, por deducción al estilo Holmes, descartado lo improbable, lo imposible es la verdad. O algo así. Me meto en uno de los callejones para apartarme del entorno del Palacio de la Música que, como siempre, está lleno de turistas y carteristas. Excepcionalmente hay dos guardias de la porra, así que mejor huyo de allí como los choricillos del barrio, porque últimamente van a por los del pedal, que en las dos última ssemanas he visto no menos de cinco o seis a los que les pedían los papeles. Los guardias, no los choris. Esos te levantan el tema y se piran, así, chischás, que es lo único que por aquí se resuelve en un pispás.

Lo cual que al desembocar en la calle alternativa, aflojo para incorporarme cuando veo a una pequeña multitud en mitad. Se trata de una calle muy estrecha, de esas en las que si te viene de frente un todoterreno, te has de agachar porque te da con los retrovisores en la testuz. Es que tiro al monte en cuanto pienso en esos vehículos, nostalgia del tractor que dijo uno, no veas. O froidiano puro, pero ese es otro tema. La cosa, unas cuarenta, cincuenta personas se agolpan, un poco folloneras, y dificultan seriamente el paso. Se me va el hilo porque me concentro en no pillar a nadie y en que nadie me arre una castaña y me tire al suelo accidentalmente. Son, mayormente mujeres. Moras de la morería, hindúes de la India o del Pakistán, filipinas de las Filipinas que parece reiteración, y negras de colo negro del África negra, que también lo parece, pero que es, paradójicamente, pro aclararlo, que estamos tan tiquismiquis con la chorrada que hasta una vez leí que había unos gitanos de la etnia de raza calé. Toma ya, que es que me imagino al Pescaílla dándoles con la guitarra, el ventilador cuchibiri, cuchibiri. También había alguna abuelilla de color blanco, con perdón, pero pocas, en comparación. Las cosas del barrio.

Y se preguntará la famélica legión de lectores a ver dónde se había apostado esa famélica legión, pero de verdad en lo de famélica. ¿Sería frente a la puerta de una Casa del Pueblo? ¿Frente a las oficinas esas de las centrales sindicales que gozan de metros y metro recuperados pro los agravios del Franquismo, en correspondencia a los que ellos rapiñaron durante la República? ¿O sería frente a una mezquita de esas, donde reina la tolerancia y el respeto por todo el mundo? ¿Tal vez una oenegé progre de esas que financian vía rescate a los sacamantecas de por ahí, o que rompen los cercos para llevarles víveres y mercancías a los de más allá? ¿La sede de algún partido político progreguay o liberalconservador, nacionalsocialista u radikal, que tanto procura por nuestro bien?
Pues no. Jolín.

Resulta que era una iglesia. Una humildísima parroquia. Católica por más señas. Ya se sabe, católicos, los de los curas pederastas, los que pretenden que todo el África se muera de sida y que tiene piscinas de duros como los del Tío Gilito en mitad de los Museos Vaticanos. Qué cosas, con lo malvados que son y les reparten comida y ropa a los más desgraciados. ¡Y no les obligan a bautizarse!
Vaya, vaya, pensé en cuanto pude aclararme un poco la ruta. Me traía a tres o cuatro giliprogres, a una pandilla de golfos sindicalistas (como si hubiese otos, ahora que pretendían que los abuelos pasen de sus nietos para justificar su huelguita de pitiminí), a oenegeros enriquecidos y politicastros de todo el espectro-fantasmagórico para que viese cómo van las cosas.
Pero de esto, la gente, decir, dice poco.

Luego me acorde del hilo. Y tenía que ver.