viernes, 16 de noviembre de 2007

La mesa

La mesa que más me gusta es la que hace esquina, desde la que mejor se ve la calle. También es desde la que mejor observan a los comensales los peatones que están esperando que cambie el semáforo, pero eso no me importa, pese a mi natural tímido y mi vocación por pasar inadvertido en toda ocasión. Lo que pasa es que como no me veo, me resbala bastante quien me observe, al menos cuando consigo sentarme en esa mesa. Por supuesto, me siento en una silla. Eso siempre lo decimos mal: nos sentamos a la mesa, pero no en la mesa. No siempre, al menos. Bien es cierto que a veces hasta bailamos sobre la mesa, incluso sin pantalones, pero eso es como un chiste, nada que ver con lo que pensaba ahora. Era lo del pincho y la mesa al sol.

20 comentarios:

Anónimo dijo...

Hay mesas con ventana que bien se convierten en atalayas para dominar un vasto imperio: la rutina con su trasiego, los árboles que se van deshojando, el abuelo que pasea con el nieto de la mano, el hombre del maletín, la chica que corre -llega tarde, seguro- o el vendedor de cupones... Todo en los ojos sin que nadie repare en que uno les está mirando.

Nodisparenalpianista dijo...

Todo suele estar ahí, Marta, en los ojos.

Belén dijo...

Y hay mesas con muchas historias, la del primer o último beso, la de la despedida, la del discurso, la de la petición...

Bonito post!

Nodisparenalpianista dijo...

Todas esas y muchas más, Belén. Muchas gracias.

Adaldrida dijo...

Pero qué ladrón eres, nos has dejao en ascuas. Acostumbrada estaba yo a tus entradas largas, y ahora esto.

María dijo...

ey!!! que nos has dejado con ganas de relato!!! pianista!!! que siga la historia!!!

Nosotras mismas dijo...

A mi también me gustan ese tipo de mesas.

Besos

Paco Becerro dijo...

Te sientas bien, a la mesa, al piano, y al teclado.

No dejes de hacerlo pianista.

Sin tus dotes de observador en la mesa, no podrías tocar en el piano y contarnoslo en tu Gueps.

¿Y qué sería de nosotros, tus güepadictos?

Juan Vico dijo...

Los transeúntes te ven, pero tú también los ves a ellos, ¿no? Muy francés y muy placentero eso de ver pasar el mundo desde la mesa (de velador) de un café.

Nodisparenalpianista dijo...

Bueno, Rocío, como me critiques te borro!!! Ya continuará. O no, O qué se yo.
María, la historia siempre sigue, queramos o no, lo que pasa es que a vecesnos falta tiempo para inventarla.
Hola vosotrasmismas, cuánto tiempo. Celebro que os gusten, aunque en vuestro caso siempre serán, al menos, dobles.
FutBlo, qué forma más elegante de llamarme marujón. Suena tan bien que seguriré!
JSVico, qué forma tan elegante de llamarme gabachófilo, sabiendo como sabes que soy un italianofóbico.

Anónimo dijo...

Ese tipo de mesa es muy sugerente. Me encanta observar a la gente, se aprende mucho; gestos, ademanes, frases empezadas, disimulos...
A partir de detalles, se puede uno imaginar historias acerca de la gente; que si esos dos se han peleado, que si éste es el jefe de esos dos que lo pelotean, que vaya petardo de libro lee aquel de allí, que esa lleva el dobladillo grapado, que vaya pelos de grunge, que cómo critican esas abuelas...
En fin, que mesas como la que cuentas es toda una Disneylandia para las marujas como yo.

Anónimo dijo...

Qué lugares las cafeterías; con buena compañía, buen café y -como guinda- un buen bollo de lo que sea...
PD: del comentario del FutBlog entiendo que insinúas en tu entrada que estás de crisis blogística: ni se te ocurra dejarnos en la estacada. Nosotros nunca lo haríamos.

Anónimo dijo...

Exacto. Nosotros nunca lo haríamos.

¿Y quién es el que se pira con la excusa de ir a por margaritas y ya no vuelve?

Altea dijo...

¿Que te sientas en una silla? Desde luego es que los hay raros...
Yo también quedo a la expectativa de esa segunda parte que ya no tiene más remedio que llegar.

Zerepica_n dijo...

Yo tb me uno al club de los güepadictos QUEREMOS QUE CONTINÚE LA HISTORIA!!!jajajaja. A mi me encantan también las mesas esquinada, pero en rinconcitos. Las de terraza me da lo mismo, pero ahora empieza ya el fresquito, los catarros...

Salu2

Anónimo dijo...

Pero Dulcinea, princesa del Toboso, ¡si hasta os llevé una vaquilla en una ocasión!
¿Empañará tu recuerdo una simple escapadita de nada? Y no era a por margaritas, era... Este -hum-, creo que... Bueno, que no volverá a pasar.

Álvaro dijo...

Saludos a todos:

Llevo una semana de aquí para allá pero ya he aterrizado...

Pianista, tú sientate en el piano a componer y déjate de cafeterías... No, si al final los funcionarios que se pasan las mañanas tomando un café será porque quieren que les llegue las inspiración...jeje.

¡Un saludo!

Anónimo dijo...

Mmm...Princesa del Toboso...ahí me has dado en la línea de flotación.
Bueeeno, vaaa, que me olvido del
desliz de las margaritas. !Pero que no pase más!

Y eso de Princesa no se lo dirás a todas, ¿verdad top-letrado?

Anónimo dijo...

De eso nada, Dulcinea: soy hombre de una mujer para toda la vida. Bueno, una o dos. Quizá -hum...-, como lo máximo siete.
Glups, me estoy haciendo un lio, otra vez.
Empecemos de nuevo: no Dulcinea, en absoluto (¿cuál era la pregunta?).

Anónimo dijo...

No sé si lo leerás, pero me ha gustado mucho la foto!