miércoles, 19 de diciembre de 2007

El piso de estudiantes

No se por qué se me ocurrió pensar en ello. ¿Cómo se sabe si donde uno está es un piso de estudiantes? Porque hay un equipo de música per cápita.
Claro yo soy un antiguo y, en su momento era más bien asceta, o sea. Pero un cierto aparataje musical teníamos cada uno, claro. Uno en cada habitación, relativamente móviles por si había estudio en la terraza, fiesta de cumpleaños en el salón o una sesión de cocina de fin de semana con Sinatra de fondo.

Si el piso era de chicas, uno podía percatarse de ello porque los baños estaban desordenadísimos con todo tipo de envases de colores de maquillajes, barras de labios y cosas de esas. Cientos de botes de champús y así. Qué estrés, tanta etiqueta por leer. Porque pisos mixtos más bien no. Yo sólo conocí dos, uno que compatrían dos hermanos, chico y chica se entiende, y otro en el que vivía mi amigo irlandés, una loca que vi dos veces y uno que iba siempre en moto. Gente rara, ya se sabe. Luego fue allí a vivir Lines, la hermana de Jose, sin acento, que también pasó por aquel piso; unos cántabros muy bullangueros. El de la hermana estudiaba económicas y buscaba gente para ir con él a ligar a las fiestas de enfermería. Sonaba agotador. Bueno, tal vez no, pero conociéndole, la verdad es que me comprenderíais, no se si me explico.

En mi piso teníamos una tele en blanco y negro que se veía muy borrosa. Creo que cogíamos canales extranjeros, el Eurosport con su boxeo, la MTV con los raperos y alguno más, pero entre que se veía de pena y que no había bastantes botones para tenerlos todos sintonizados, no veíamos la tele, directamente. Sólo César y Fernando, con una paciencia futbolera sublime apretaban los ojos para ver las evoluciones de la Real y del Valencia o algún otro equipo de la cosa. De todos modos, como aquello era un sufrir, más habitual era que se fuesen al bar a ver el del Plus, allí entre pinchos de tortilla humo y cocacolas. Una vez les acompañé, pero me largué pronto porque me aburría mucho. Mejor escuchar a Alberto Pérez en Corazón Loco.



Luego está el eterno debate sobre qué pisos están más marrranotes, los de chicos o los de chicas. Según tenía yo más que certificado, ganábamos en desordenados, esa natural tendencia al caos estructural, pero solían estar más limpios. Poco mérito, ciertamente, porque era habitual tener el lujo de una chica que se ocupase de la limpieza y del cocinar. Toda una industria -por así decirlo- por allí, que empleaba a muchísimas señoras que de otro modo de ninguna manera habrían accedido al mercado laboral. Todo negro, claro, porque aquí la cosa impositiva se hace al revés y con mala pata. Pero el dinero siempre es igual de bueno, así que no pocas economías familiares subsistían gracias a ello. La chica que nos cuidaba un día nos pregunta si sabemos de algún sitio donde necesiten una señora. ¿No nos digas que te vas??? le contestamos asustados. No, es para mi madre, que está harta en casa y que así se complementa con la jubilación de mi padre y tal. Y terminó en el piso de los Calabuig, buenos amigos, que a partir de entonces empezaron a comer de modo decente. Y nos restregaban por los morros que la madre cocinaba mejor que la hija. Pues vale, pero nosotros llevamos más tiempo comiendo bien, que lo vuestro antes ha sido todo un tormento en forma de bolsa de congelados.

También está el mueble bar. O la repisa bar. O el botellero, vamos. Y ahí se detecta rápido cuánto crápula hay en el piso en cuestión. Lo habitual, algo de Martini y algún licor blanco, tipo ron o vodka, los más osados. Para sibaritas, whisky y para los raros, ginebra. Exacto, como yo.

Una vez, tras un lote navideño, me hice con una botella de Arpon Gin que fue la reina de los dolores de cabeza hasta que la terminamos de liquidar un día. En nuestro piso no solía haber fiestas, pero por su privilegiada posición, solía ser punto de reunión y de primera copa antes de irnos a tomar unos vinos los sábados y tal.


Como la vez aquella que apareció Javi, un amigo de Fernando, con una botella de Zoco vacía en el salón. Pero esa es otra historia.

10 comentarios:

María dijo...

buaj! ginebra! jajaja yo soy sibarita entonces! ;)

Soy la primera!! ¿premio?? La foto.... muchos recuerdos. No sabes la Odisea del otro dia para encontrar una "Cinta" (un cassete) para la grabadora, "¿de 8 mm?" me preguntaban en todos sitios, y yo "no, no solo de sonido, de esas tan antiguas... ah no, de esas hace tiempo que no tenemos".... dificil!.

Pisos.... puf!

Adaldrida dijo...

Oye te pirateo la foto de los casetes, ¿me dejas? Y creo que voy a hablar de mi piso de estudiantes en Pampaluna, osea que te copio también eol tema. Ay... Me río tanto siempre contigo. Me haces reír cada mañana...

Nodisparenalpianista dijo...

María, lo que está claro es que, además que te has ganado el premio, es que eres una antigua!! Todo se te perdona por ginebrera.
Rocío, la pillé d ela internet, así que serás doblemente pirata. Creo que Teddy aún no les ha puesto canon a los casetes, así que sin problemas. ¡Pero no te librarás de que te llame copiona!

Paco Becerro dijo...

Con ARpon Gin se fregaban las barras los camareros. Era realmente dura...

Realmente buena la foto casetera. Bien buscado.

Al Teddy, que le den. Y a Manolo Tena, y a Ramoncín. Por qué darán tanto por saco estos señores que nunca han vendido discos en cantidad ni en condiciones. Fracasaron como músicos y ahora quieren ser adalides de los derechos de autor. Y ganan mas con sus sueldos de ESGAEROS que lo que han ganado nunca por autores.

Pena.

Dulcinea dijo...

!Qué bueno lo de la tele! !Y qué masocas! ¿Has pensado en escribir tus memorias de esa época? ¿O destrozarías demasidas reputaciones? ;)

Futblog, al mil por mil con lo que dices de la esgae.

Teddy, pa' comer vete a tocar la trompeta y no nos sablees.

Néstor dijo...

Magnífico análisis de la realidad estudiantil-písica en España... Supongo que el piso es la mejor manera de perder el tiempo en la universidad. Yo casi prefiero los colegios mayores, de donde guardo buenos amigos.

Nodisparenalpianista dijo...

Jaja, FutBlo, una ginebra hecha para balleneros de Terranova, sin duda alguna.Que arda la esgae!
Memorias con esta trayectoria de ginebras, Duldi? Ya sólo quedan costuras. Más fuego para la esgae.
Oye, Néstor, ojo, que es compatible eo ocio y el negocio. Lo que pasa es que para contar, más divertido el ocio que el negocio. Sobre coles mayores se me ocurría contar las aventuras de un buen amigo que se pasó en uno toda la carrera. Jeje, también tienen lo suyo, no lo dudes.

Anónimo dijo...

Tele en blanco y negro...¿no era porque en ese tiempo no existían las de color? jaja

Anónimo dijo...

¿Un piso de estudiantes y una mujer que os cocinaba? Pero que buena vida... Si uno se va de casa tiene que ser a todas, a cocinar y a limpiarse uno mismo ;)

A mi ni martini, ni ginebra, ni vodka. Sólo bebidas dulces, y de esas no hay en los pisos de estudiantes.

¡Ah! Y mira que aburrirte con el fútbol... yo sé de algunos que hasta lo veían por el plus codificado!!

Lidia.

Nodisparenalpianista dijo...

Jajaja, y la radio de baquelita, Txispi. Había teles en color, creo, pero sólo las tenían en la NASA.
Oye, que dábamos de vivir a no pocas familias de Pamplona entre todos. Además, era la forma de poder compaginar estudios, trabajo y vida civil. Por otra parte, el Martini es bebida dulce. Y el pacharán no veas. Joer, nuestra tele era toda ella codificada. En serio, era de museo!!!!