Bueno, pues aquí, celebrando que hace un frío de pingüinos, he visto un capítulo de Doctor en Alaska. Así si que se mete uno en situación. Y no como aquel verano, uno de tantos, porque hubo un tiempo en que cada verano lo repinían, en el que en un tórrido julio o agosto, sudando la gota gorda, de madrugada porque no había quien pegase ojo, en calzón corto y botella de agua fría, allí en el sofá, hervidito perdido viendo el devenir de los habitantes de Cicely, Alaska, entre los hielos y los alces. Resfresco para la mente, sin duda, pero el mismo calor de siempre.
He recuperado el primer capítulo de la segunda temporada. Como siempre, dos historias cruzadas, una que concluye, la otra que marca la trama de continuidad además de varias subtramas.
En su día, esa serie le gustaba atodo el mundo, casi. O todo el mundo decía que la veía. Ya, seguro. En agosto a base de capítulos dobres de doce a dos de la madrugada y de jueves a sábado. Encima, e programador, que a ese seguro no le gustaba, los ponía en desorden. Y lo mismo les atrapaba la ventisca que salían en maga fina, cosas del verano alasqueño. Y los pelos de Chris Stevens, de la KBHR, que lo mismo los llevaba cortos y con barba en un capítulo y en el siguiente melenón bien rasurado o despeinado y sin afeitar en el otro.
Los de los deubedés sacaron hace ya unos cinco años o así la primera temporada, de sólo seis capítulos. Creo que el año pasado, sacaron la segunda. A ese paso, no se, ¿2014 para terminarla? Como aquello no era serio -Teddy, apartate, que luego tienes pesadillas- le pegué una bajada y ahí la tengo, para ir disfrutándola a tramitos. Hasta llegar al gran capítulo de Jules y Joe, al del viaje en la avioneta de O'Connell al congreso aquel de médicas macizas o el tan hermoso, triste y esperanzado en la añoranza, último capítulo de Fleishmann como doctor.
Me parece que a todos los fans nos ha pasado, que en alguna ocasión hemos tenido la sensación de estar viviendo una historia como las de esta serie, aunque no hubiese alces, osos o bares como el Brick.
lunes, 17 de diciembre de 2007
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12 comentarios:
Jamás la vi... muy tarde y no la entendía...
besos
Si, la daban demasiado tarde. Mira que soy nocturna pero es que además de tarde yo era entonces pequeña!
Lidia
Me quedo con el capítulo de la fundación de Cicely.
A mí me gustó hasta que se pulieron al médico y lo sustituyeron por otro.
Ya te dije una vez Pianista que tus entradas me recuerdan mucho al programa de radio de Stevens. ¿Era Stevens?
Amigo pianista, una vez solucionado todo, mañana volvemos a los buenos tiempos de publicaciones. Un abrazo.
Ví algunos episodios, pero no me llegué a enganchar. A tu blog sí, mira por donde...
Había que estar fresco para procesar la información a aquellas horas, Belén. Pero merecía la pena!!!
Lo que pasa, querida AnónimoLidia es que no sabías como recordarnos que eres insultantemente joven y nosotros unos vejestorios de cuidado.
¿Y el de la zarina, JSVico? Fantástico también.
Jaja, Dulci, conocí a una que hablando de Stevens dijo, tras un profundo suspiro: "Por Dios, pero qué bueno está ese hombre". Yo creo que se le cortó la respiración sólo d epensarlo. Y citando a Homero, a Jung, a Ibsen y a sus amigos de la cárcel. De Stevens, no de Ibsen, digo.
Ángel buen reencuentro con tus blogueadas. Que vaya bien!
Bueno, FutBlo, casi me alegro de que te enganches más a lo mío que al Doctor, pero vuelve a intentarlo. Verás como te gusta.
La serie era estupenda, y se merece esta entrada. He de decir que Cercedilla es lo más parecido que he encontrado a Cicely.
¿En Cercedilla también teneis renos, alces, indios, y un ex-astronauta, y transporte en aeroplano,así todo en mogolloncete? ;)
Lo intentaré. Es fácil que me guste.
Primero era una buena serie.
Segundo, no me llegó a enganchar, pero me gustaba. Lo malo era la hora. Tendré que recurrir a la mula yo también y descargarla para verla a mejores horas.
Tercero, Alaska debe ser parecido a Valladolid. Por el frío digo. He pasado allí el fin de semana y me he adaptado bien.
Llegué tarde a Doctor en Alaska. O no me llamaba la atención. O qué sé yo. Pero lo que has escrito es bonito, Pianista. Bonitas añoranzas agosteñas, más aún ahora que no pasamos de los 2 grados. Quién pillara algunos más...
Marta
Habrá que ir a Cercedilla, pues, JMMacías.
Bueno, aquí tenemos a una que se disfrazaba de astronauta, Dulci.
Jaja, FutBlo, estoy completamente seguro de que el frío de Valladolid es mucho más duro que el de Alaska!!!
MartaArdiendounClavo, otra que va de jovencita, vale. Seguro que te gustaría. Y no es que añore agosto en general, pero con estos tres días, pues...
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