En otra circunstancia jamás se le habría ocurrido dirigirle la palabra, pero le pareció tremendamente osado que alguien fuese capaz de ponerse una camisa tan fea. Le pareció una aventura ver qué podría decirle un personaje así.
Y fue una equivocación.
Le contó algo sobre unos cigueñales, sobre el ataque en W en el fútbol antiguo y sobre si la Comunidad Europea iba a prohibir o no el uso del huevo por lo de la salmonela. Cuando, entre no disimulado aburrimiento, sintió la obligación de darle el teléfono que él pedía, no dudó en inventárselo. Al menos el tostón me reportará una copa gratis, se dijo un segundo antes de arrepentirse al verle un cierto brillo en la mirada antes insospechado y en ese momento fascinante y le vio salir, un poco tembloroso y antes de pagar. Ni la una ni la otra copa.
9 comentarios:
O sea, que la chica estaba más rayada que la camisa, ¿no?
Voy a recoger los fragmentos de esta historia y los voy a ir pegando cuidadosamente, como cuando se recompone un jarrón que se ha hecho añicos.
Me encanta, Pianista. Mucho.
Juas, juas, juas... Me hace reir con una historia triste: es lo último
¡Feliz Navidad, compañero del alma, compañero!
Pues claro, al menos saca algo limpio ;)
Besitos
Lo malo sería, JSVico, que se le pusiese cara de berenjena.
Vale, marta, te encomiendo tan árdua tarea. Que te sea leve. Y a ver si te sigue gustando.
Joé, Néstor, no se cómo tomármelo. Todo sea porque lo pases bien, compadre.
Si, pero termina pagando las copas. Una pringada, Belén.
Qué malas son las dudas. Pero me gusta.
Lidia.
A mí las camisas a rayas normalemnte me gustan, pero ese tío parece muy rarito...
No será autobiográfico, no??
Y dale con el pelma de la camisa... ¿acaso ese hortera eres tú, Pianista? ;)
Pues hombre, yo creo que la moceta de pringada nada. Estrategia pura. Lo mismo, al ver que ella paga, el fashion pilla que ella se quiere ir muyyyy lejos. Out. Finito. Caput. Cuando él lo quiera comprobar, no podrá porque el móvil es falso. Todo cuadra.
Que pases muy felices fiestas pianista, con o sin camisa de rayas, bueno eso va también por todos los asiduos que visitan este sitio, hagan o no actos de presencia, como a veces es mi caso.
Me encanta la frasecilla con la que Néstor acaba su comentario, ¡qué recuerdos.. el almendro de nata de Miguel Hernández, snif, snif!
Besos
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