Y pensó en el verano.
Estaba pendiente de que le contestasen. Si le salía, se podría ir un mes largo a Alemania y eso estaría bien, No sabía ni papa de alemán y hablaba malamente un inglés de manual, pero tenía voluntad y unas ganas efervescentes. Y con esa experiencia y con el cursillo terminado podría intentar dar el salto a Comandante Interventor en la convocatoria siguiente. Y si todo iba bien, igual daba un salto en la promoción. Y si finalmente Quintanilla le llamaba igual podría salirle aquella colaboración de la que tanto habían hablado para Tierra, Mar y Aire. Claro que, para mandarle las crónicas desde Alemania, no sabía cómo se las agenciaría. En realidad, tampoco sería tanto problema. Podría adelantarle una y la que le pillase allí, dictársela por teléfono. Podía pedirle ayuda a alguien de comunicaciones, pero prefería no mezclar esas dos actividades. Si, haré eso, le dictaré por teléfono a Marisa y ella, que entiende de taquigrafía me lo podrrá copiar.
Le dio un sorbo al café con leche, que estaba ya templado, como a él le gustaba, y retiró la taza para sacar la agenda. Apuntó en la hoja del jueves, en letras mayúsculas "Marisa", y debajo, "taquig. pr. RFA. Tfno. TMA" y dejó mucho espacio en la hojita, para poder apuntarse muchas más cosas.
Pero el frío seguía allí. Allí fuera.
Cuando se fijó en lo que acababa de escribir pensó que ya era antiguo llamarle RFA a Alemania, que ahora tendrían que acistumbrarse a llmarla por su nombre antiguo, el bonito. Recordaba que cuando leía el periódico con su padre, en tiempos de las olimpidas, siempre le decía fíjate, Alemania gana otra medalla en la gimnasia. ¿Qué Alemania, padre? Una de esas. Y seguía leyendo. Y Rusia una de halterofilia. Padre, será la URSS, que me suena antiguo como la llama.
Allí estaba todo. Las notas de lo que ya había hecho, tachadas, subrayado en rojo lo que le había quedado pendiente, en un cuaderno, las notas que tomó mientras hablaba con don Ángel, las hojas de apuntes que le habían facilitado aquellos dos que no se acordaba bien de cómo se llamaban, uno de Logroño y otro, siempre los detalles, les tenía que haber pedido que me apuntasen los teléfonos en el margen, y una carpetilla en la que llevaba escritos algunos textos, propuestas de artículos y unos dibujos que le gustaba ir terminando en los viajes en autocar desde allí y hasta la Residencia.
Pero primero he de conseguir lo de la radio. Y terminar el curso. Y todo seguriá adelante. Todo eso en la agenda.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
15 comentarios:
Plas, plas, plas... Da gusto poder comenzar así el día. ¡Gracias! :)
A ver... sid igo que no se que decir me llamas caradura.... pero tampoco quiero pasar sin dejar constancia!
Qué bien escribes, Pianista. Esta historia me gusta más que la de aquel de la camisa hortera.
Gracias, Marta. Es un placer que guste, si.
Gracias a ti también María, por dejar constancia constantemente.
Gracias Dulci. En realidad toda es la misma historia. Sólo cambia el punto de vista.
Plas, Plas, Plas.
Gracias, gracias, gracias, Myriam
Si, basta de la camisa a cuadros.
Sigues hecho un Umbral.
Me alegro de volver a la blogocosa para encontrarme entradas así.
Como marta... plas plas plas
Joer, FutBlo, muchas gracias! Jo, estoy de un umbrealiani últimamente que ni te imaginas. Esto es lo que es, lo que pasa en un bar.
Me quedo con la historia del empleado del corte inglés. Ahora lo que necesito es algo frivolón, no sé si me explico, vaya!
Bueno, Atiza, ya sabes, para frívolo yo, cuando me pongo. Oye, me pierdo: ¿quién es el del Corte?
Otro día le doy a las tontadas, ¿vale?
No me hagas buscarlo, pianista. Que no son horas de andar por ahí.
Gracias por lo de las boutades.
Joé, pues que llego tarde y ya no sé qué decir, porque ya te han dicho todo; y me da un poco de palo repetirme. En fin, ya sabes lo que me gustan estas historias tuyas. Y veo que no soy el único.
Piaaaaaaaaaaanista, ¿tas bien? actuliza que esto ya me lo sé
Otra cosa, hoy es el santo de María.
Oye, Atiza, ¿no te referirás a Catarineta, el de los trajes del Corte? Ya sabes, las tontadas son intrínsecas a este Nodisparenalpianista.
Regálame el oído repitiendo, Néstor. Bueno, gracias. Y si, algo tendrán cuando varios me lo decís. Bueno, a trabajar, que uno se duerme en los laureles y terminan haciéndole al horno.
Joer, Myriam, ya va, ya va... si es que os tengo malacostumbrados.
Vale, gracias por el aviso, Myriam. Voy.
Publicar un comentario