
Así que yo, apasionado de la comida de casa, de las cocinas enormes, donde he hecho los deberes mientras la Mamádelpianista preparaba la cena y yo le preguntaba y ella me explicaba y aún ahora nos cambiamos recetas, trucos y comentamos lo del Arguiñano, me lío y le recomiendo un menú a Benedicto XVI, para que sepa que los buenos anfitriones, en lugar de escurrir el bulto, como el tarugo de Zapatero o de insultar al visitante, como los neorracistas estos de por aquí, preparamos las mejores viandas para que quien viene, sea el personaje más importante del mundo o el último de la fila, se sienta a gusto y sepa que lo mejor que podemos hacer es comer del mismo puchero.
Yo, de entrada, le prepararía, con un buen pan de corteza crujiente y miga dura un pan con tomate la mar de catalán con un jamoncito cortado con cariño y de cerca del hueso.
Con unos pimientos de esos que son rojos pero se mueven entre el verde y el marrón, de piel tirante y con brillo, bien asados, con sus berenjenas y una poca de cebolla y de tomate asado, haría la versión casera de la escalibada, que es, una vez horneada, limpia y cortadita, pasada por la sartén con ajo y perejil, que eso acompaña de fábula a una buena butifarra bien hechecita, que vedría a ser como el kartofen pero bien visto por el jeta del abad de Montserrat, que sigue escurriendo el bulto sobre lo del aborto, el muy...
Como sería cosa de ir con platicos pequeños, que tampoco es cosa de pasarse, le pediría permiso al equipo médico habitual para que, si el exceso cabe, se pudiese rematar el asunto con unas torrijas de esas caseras, caseras y buenas, buenas, y le contaría el porqué de se dulce, sin lugar a dudas la repostería más exquisita que se pueda crear, por mucho que le den al soplete los pijomodernos de la gilicocina. A ver quién es el listo que, con pan duro, leche, huevos, azúcar, limón y canela mejora el asunto.
Pues eso, que le como el sitio a la pachanga alcohólicoalimenticia del ClubdelaBulla para que B-16 se sienta como en casa. Porque, peregrinos de esta vida, todos estamos en casa cuando estamos juntos. Que ya nos lo dijo el Jefe, que Él estaría allí en cuanto nos juntásemos dos. Pues eso, que nos juntamos y comeremos como se merece.
10 comentarios:
Con un caldo gallego tampoco iría mal, Pianista...
Pero qué bien cuentas las cosas, leche. Muy buena entrada Pianista.
Una cosita ¿no podría ir yo a probar ese menú que le propones al Papa?
Estoo, que si en vez de venir yo por aquí a probar tu menú, te podrías marcar tú un catering en la Bulla.
Venga, que te sacaremos todas a bailar, ¿verdad chicas? je, je, je,
Jo Atiza, es que un buen caldo siempre sienta bien. Sin duda, lo mejor del frío!!!
Jaja, Dulci!!! Qué manera de hacer la pelota por un puchero, jolín.
Aich, Dulci, estoy pa sopas de ajo, cofcof...
Tiene usted que ampliarme eso del Abad de Montserrat...
Pues casi que no, Enrique, porque es un asunto deplorable.
Cuanto más se sabe de ese personaje de oscuros intereses, más verguenza ajena se siente.
Vaya...
Supongo que es de esos "hombres de fe" cuya única fe es el poder y la nación catalana y el clero catalán y la lengua catalana y la galaxia catalana...
Exacto. Dice servir a Dios, pero sirve al César; en este caso a un César con barretina, paranoico y resentido.
Idolatra a un becerro de oro con barretina, pues que lo disfrute.
La piedad, la caridad y los valores evangélicos lo dejará para otros. Es que de todo hay en la viña del Señor.
Bien dicho por ambos, Dulci y Enrique. En materia opinable, lo que el señor Abad de Monsterrrat diga, pues bien dicho estará, si le da la gana. Pero la cosa va por donde apuntan.
Pero lo que me ha indignado, me avergüenza y me hace perderle el poco respeto que le tenía a ese personaje es que, unos días antes de la visita de B-16 se le preguntó lo¡bre lo divino y lo humano. Sobre el aborto, el Abad dijo que le disgusta la nueva ley, pero que, en fin, estas cosas hay que regularlas. Supongo que cuando B-16 en su homilía barcelonesa repitió un par de veces lo de defensa a ultranza de la vida desde la concepción a su término naural, el señor Abad de Montserrat se escondería como lo que es, y aquí lo dejo, que tampoco es cosa de malgastar lo de la caridad.
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