jueves, 26 de abril de 2007

Una pelota de tenis



Es como si me hubuiese tragado una. Las amígdalas, que una vez un médico o vacilón o, directamente. idiota me dijo que no tenía Y yo, oiga, búsquelas porque han de estar por ahí, llevan toda la vida dándome morcilla, o sea. Y el tipo, pues si, si que tienes -confirmado, era idiota-, pero son muy pequeñitas. Yo ya un poco mosquedado, pues con lo pequeñitas que son y la guerra que me llevan dada.


Cambio de tiempo, sudada en la bici, otro idiota, no necesariamente médico que decide vivir como un lapón gracias al aire acondicionado y así. Total, que apenas puedo tragar y me noto un cebollón por dentro, con lo que o perezco de inanición o dejo de respirara en cualquier momento. Por si acaso, junto a la cama dejaré el apaño para las traqueotomías caseras, navaja calentaa en un fogón y boli bic mugriento, que de algo ha de servir ver tantas pelis.


Y si queréis más, echadle un ojo a lo de ayer, que con lo chulo que es y no decís ni pío, cobardones.



Tal y como estoy,
soy incapaz de articular palabra,
ni siquiera en portugués




3 comentarios:

Anónimo dijo...

pues yo tengo un portugués incapaz de articular palabra en catalán...
Yo esta semana también tenía una pelota de tenis en el cuello, pero ajhora es sólo una canica. Espero que para el finde ya sea sólo como un ojo de guppy...

Anónimo dijo...

Jaja, la edad no perdona. Cuídate.

Lidia

Anónimo dijo...

Efectivamente esto es cosa del tiempo...

... del tiempo que hace que naciste.

O sea, la edad.

Cuídate y no olvides la mantita en las rodillas y las pantuflas forradas. Por lo menos hasta agosto.