sábado, 31 de mayo de 2008

La bombilla del gulag

El mismo día en que un grupito de pequeños parlamentarios proponían la eliminación del juramento como opción de compromiso al acceder a cargos públicos, esos mismos corpúsculos se apuntaban a posibilitar un aumento de precios de la electricidad leoninos. Pero de lo segundo casi no se entera nadie por la neblina que provoca lo primero.

Adalides de la libertad como los postcomunistas i ultranacionalistas con rasos totalitarios han demostrado el poco amor que tienen por la libertad o por los derechos humanos intentando –por ahora si éxito, aunque ojo avizor- limitar las posibilidades de elección en el momento de manifestar el compromiso al ser elevado a cargo público. O sea, que para estos lo que debe de hacerse es prohibir jurar según las creencias personales y limitarlo a una promesa sobre papel mojado. Papel mojado para ellos, porque, en todo caso se haría sobre una Constitución en la que no creen y que no comparten, que hay que modificar en aras de unos Estatutos que, pese a ser norma jerárquicamente inferior obligan a eliminar la superior. Luego, a renglón seguido, le pegan un subidón a la luz que me tiemblan las bombillas sólo de pensarlo. ¿Será para que, con la luz apagada, no les veamos las caras de sinvergüenzas cuando se proclaman como máximos defensores de las libertades?

5 comentarios:

alejops dijo...

Es porque los vampiros, que tienen pavor a los crucifijos, se sienten mejor a oscuras.

Pablo A. Fernández Magdaleno dijo...

El tiempo que se pierde en este país en discutir las más absurdas estupideces...
Saludos

Anónimo dijo...

El día de la colegiación, había que jurar el cargo con la mano sobre la Biblia. O prometer sobre la constitución. Las luces aún estaban encendidas. Pero yo me aprendí la fórmula de memoria. Por si tocaba apagón.

Atiza dijo...

Joé, pianista...Cómo está el patio, noo? cualquiera te discute hoy algo.
Una cervecita en el Irish Pub?

Dulcinea dijo...

Lo malo, Alejops, es que quieren dejarnos a oscuras a todos los demás por decretazo. Eso sí, en nombre de la pluralidad, y del respeto a la diferencia. !Menudos sinverguenzas!

En cuanto a los crucifijos, no me extrañaría que algún gilipuertas me pida algún día, que como soy funcionaria, no lleve una Cruz a la vista. !Jua, jua, que se prepare!