jueves, 22 de mayo de 2008

Mi vida en la aldea gala (II)

Catarineta. Estaba pendiente lo de Catarineta.

Que en realidad es Ocatarinetabellatchitchit, un personaje de Asterix en Córcega, de hecho el co-protagonista que da pie a una de las más divertidas y mejor dibujadas de toda la saga. Como el otro día ya quedó claro que aquí está lleno de aficionados, decid lo vuestro, a ver si opináis parecido o qué.



Pues resulta que Ocatarinetabellatchitchit, en adelante Catarineta, trabaja en El Corte Inglés. En donde los trajes de caballero, por más señas. Y, además de haber mejorado ostensiblemente su humor, resulta que ha aprendido un ofcio y no veáis cómo de bien.




Que cada vez que me leo ese Astériz y veo viñetas como esta, no se si es uan estampa de la negociación del convenio enntre el Comité Intercentros de El Corte Inglés y la dirección o el tebeo que estaba leyendo, oye.
Hola señor Catarineta, pero diciendo el nombre que usa ahora para la vida civil, que tampoco es plan de descubrile su secreto milenario. Tú llegas y le dices "tengo un compromiso y quería combinarme estos pantalones con una camisa y una americana" y en tres minutos estás que ni el Príncipe de Gales. Lo que sea. Y con una pulcritud y un saber estar que es para aplaudir, pero en serio. Yo una vez llegué en vaqueros cortos, por la rodilla, o sea, y aproveché para probarme una americana. "Le puedo ofrecer al señor unos pantalones de lana fría para que se haga a la idea de cómo le quedará, aunque si prefiere algo más informal..." Y entonces hay que decirle del modo más educado y elegante que a sus órdenes, lo que haga falta. Es que llegas y le dices "busco un traje así, fresquito parala boda de un amigo que está como unas maracas y se casa en Madrid el 31 de julio, o sea, sudando hasta por los dientes" y te dice "le puedo enseñar algunas prendas que seguro se adecuarán a lo que usted me requiere", luego te pregunta que si serio o informal y cuando trata lo de la talla, te ignora completamente con refinadísimo tono "yo creo que una cuarenta y dos". "Pruébese ésta, que es un poco más holgada y verá lo a gusto que se siente". Y es que da lo mismo que le dijeses que eras la Pantoja y calzabas la 36, que la pieza que te da te queda como un guante. Es que las mangas me gustan un poco más largas. Te dobla el brazo, pero en buen plan, nada de asuntos karatekiles y te explica, "ve, así doblado, justo por el puño". La camisa, los gemelos, no gemelos no llevaré, "ah, claro, ustedes los jóvenes..." De alquien que, con esa atención, se refiere a ti diciendo "ustedes los jóvenes" además de por su extraordinaria educación, hay que admirarle por su inteligente servicialidad. Es que es para comérselo con patatas.



Una vez, al pasar vi una americana de invierno a buen precio. Le vi a lo lejos y me dirigí a él para que me asesorara.

"Señor Pianista, cuánto tiempo" porque no es de los que se toman tantas libertades como para llamarme Don Nodisparen.

"Querido Catarineta", y entonces le pregunté.

Y me dijo, si, eso está bien, pero permítame que le enseñe estas otras, que no están al mismo precio, pero que verá la diferencia en cuanto se las pruebe.

Por favor. Pero qué sensación. Hicimos el juego de las tallas y la clavó, como siempre. Me llevé una americana de pana de color garbanzo, como si dijéramos, que cada vez que me la pongo, me felicito de lo bien que me veo. Y me salió muy barata, algo más caraque la primera que vi, cierto, pero dónde va a parar, mucho más bonita y elegante. Y es a lo que vas, oye, a quedar como un pincel.
Luego uno termina comprándose las cosas en tiendas de desharrapados y jipilongos, porque por dos duros es lo que dan, pero si uno tiene un compromiso serio, ahí está el gran Catarineta, el hombre elegante.

10 comentarios:

Néstor dijo...

Ja, ja, ja... ¡Bravo por el gran Cantarineta! Resulta sorprendente que la gente amable y educada sean una excepción (y que nos asombremos de ello).

Dulcinea dijo...

Pianista, ¿Has pensado que cuando Catarineta te dice,

"Pruébese ésta, que es un poco más holgada y verá lo a gusto que se siente".

te está llamando gordo, pero en plan exquisito?

Si señor, todo un hallazgo ese tipo.

Álvaro dijo...

Qué elegancia

Atiza dijo...

Pues claro que entro al trapo. Faltaría más.
Me quedo con la "lana fría", el "color garbanzo" de la pana, ese brazo doblado para que la camisa no se pase un pelo del puño, arreglado pero informal. Y el remate de tu juventud. Y muy feo lo de casarse un 31 de julio.
(el vaquero no era más bien pirata?)

Nodisparenalpianista dijo...

Cierto, Néstor, es una pena, pero parece que sea un género en extinción. Perrea, perrea... en fin.

Bueno, en realidad es la forma de decirme que con tanta bicime estoy poniendo como un toro, Dulci. Además, si el Cluni, con las lorzas que está echando, entra fenomenal en los trajes de Emidio Tucci, no hay problema para los dandys como yo.

Trenti, la elegancia siempre por delante, si señor.

Atiza, no seas leñera: yo, antes d eponerme un pirata, me dejo cortal las piernas. Pero qué horror!!!! Sólo falta que me llames italiano, por favor. Y lo del 31 de julio, el kamikaze de mi amigo Iñaki. Pero oye, tal y como está a veces de fecha la cosa, pues hay que hacerlo, si.

Pablo A. Fernández Magdaleno dijo...

Debería cobrar un plus por los consejos.
Saludos

Anónimo dijo...

Estoy un poco espesa (ya se sabe, las rubias...), pero no me queda muy claro porqué comparas el Catarineta de Asterix y el tuyo del c.inglés.
A priori no se parecen en nada: al primero daba miedo mirarle (incluso en dibujo) y el segundo parece encantador.
¿Se parecen físicamente? ¿O ha sido una excusa para hablar de las cualidades de ese señor?
¿O es que luego te invitan a gambitas por hacerles publicidad?

Nodisparenalpianista dijo...

Pablo, no se si lo harían, ero sin duda se lo merece. De todos modos, no poco premio es que un cliente vuelva, ¿verdad?

Hombre, Falbala. Vamos mejorando con los apodos, aunque me suena un tanto pretencioso según cómo. Es evicnete que el parecido es físico, como quedaba claro en la primera entrada, sobre los convecinos que parecen sacados de los tebeos de Astérix. Dejarme invitar a gampas por colar publicidad encubierta, además de un delito, sería una indignidad. Y el delito a veces se justifica çcontra la ley injusta- pero la indignidad nunca tiene perdón. Mis gambas me las pago yo.

Paco Becerro dijo...

Has visto qué raro, parecerse a Oh Catarineta, y en cambio ser amable y no susceptible como buen corso.

Altea dijo...

Oye, pues mola el Catarineta ese. Ya quedan pocos profesionales así.
Respecto a la viñeta, después de leer ese Astérix ya no puedo mirar sin reírme a los grupos de vejetes sentados en los bancos. Son clavados. XD