Ay, con lo que yo he sido y como me he tenido que ver. Yo nací en el seno de una muy buena familia. De hecho, mi apellido sigue siendo señal de categoría entre lo músicos y aficionados, pero desde que llegaron los primitos de marras, nuestra vida ha sido un calvario.
Los CD; en cuanto ellos llegaron, todo cambió. Nuestra discreta elegancia, el gracil movimiento de nuestro brazo, el hermoso adorno de diamante en el extremo, el dulce arrancar los sonidos más deliciosos. Bueno, eso no siempre es así, que aún corren por las viejas discotecas vinilos de Alice Cooper. De todos modos, y gracias al prestigio de mis mayores vivía en unan buena casa. Me daban de comer discos de Dire Straits y de Paloma San Basilio, alguno de Rachmaninov y una vez uno de plástico con discursos de la UCD. Pero desde que aparecieron los primos CD, yo tenia la mosca detrás del altavoz. Ay, ojalá hubiese sido ese el mayor de mis males.
Pues no. Resulta que en esa casa vivía un mozalbete un tanto desarreglado, gamberrón y un poco vago. Un día decidió buscarse un habitáculo con unos coleguitas, como dice él. Y entre las cosas que les arrancó a sus ancestros estuve yo. A pesar de la incertidumbre un extraño optimismo me invadió porque creí que aquello era señal del precio que me tenía y que me honraría con un futuro prometedor en un nuevo paraíso musical. Y allá que nos fuimos.
En cuanto entramos a aquel lugar, se me puso mustio el botón de las revoluciones. Había alfombras desteñidas. Una lámpara con trapajos colgando. Un tipo con rastas en calzón corto durmiendo en el sofá. Vasos, vasos y vasos por todas partes. Y al fondo una mesa rectangular.
-Tío, tío, mira, mira, flipa, lipa -bramó el aspirante a Cicerón mientras le daba al gordote melenón que andaba dormitando.
Me depositó en la mesa junto a... un triste Phillips antiguote y con la tapa arrancada. Estaba mugriento, descolorido y tenía unos cuantos desconchones. Un psicópata torturador de tocatas. Terrible. Para comenzar me introdujo unos cables a medio repelar que conectó a una aún hermosa mesa de mezclas. Me sentí avergonzado, pero era lo mejor que me había pasado en el día. Mientras nos conectaba, el otro sacó de un cartón blanco un maxisingle pintado con rotulador. Entonces descubrí cuál iba a ser mi destino.
Resultó que el compañero adormilado, que era un brasileño fondón, además jugueteaba a mezclar música. Y como era un lío lo de conseguir platos para pinchar, se apañaban con unas cartulinas recortadas sobre unos platos normales para hacer esos extraños ruidos sincopados. Mi vecino estaba fatal y ya no sabía ni como sonaba. La mesa de mezclas, antaño tan pizpireta, tenía que soportar que la sobaran con aquellos dedos que parecían salchichones y solía ser la depositaria de las tortas cuando fallaban con las mezclas, que, a estas alturas, imaginareis que era muy a menudo.
Solían hacer fiestas para celebrar sus dotes muscales y aquello terminaba cuando algún amigo harto ponia en el radiocasette con CD un disco de Daft Punk. Entonces yo añoraba a Menuhin. Menudo tormento.
Fue en una de aquellas fiestas que a un amigo un poco pasado de alcohol se le ocurrió comprobar cuántas vueltas resistiría sin caerse un vaso con bebida sobre el tocadiscos. Le vi acercarse y depositarla sobre mi cada vez más gagá colega. Me temí lo peor. Y sucedió. En bruto aquel puso el malibú con piña que le habia pedido a una chiquita tontorrona que pululaba por allí y lo puso en marcha, con tan poca pericia que no le lpevantó el brazo y le espachurróla aguja contra la cartulina. Aquel sonido me horrorizó, temí que fese lo último que osese ne mi vida. Las 33 revoluciones las resistió con alguna que otra salpicadura, pero al ver que aguantaba, de golpe, le dio a las 45. Y fue ese golpe, y no la velocidad, lo que precipitó sufinal. El tipo derramó la bebida, que cortocitcuitó a mi añorado vecino y le inundó su humilde pero antaño robusta anatomía de aquel líquido pegajoso y, según dicen, cabezón. Hubo risas, gritos y de todo, mientras mi amigo humeaba. Todos se fueron y nos quedamos allí los tres: el pobre Phillips electrocutado, y la mesa y yo, velandole y recordando los buenos ratos que habíamos pasado juntos.
Al día siguiente lo retiraron dentro de una bolsa de plástico. No derramaron por él ni media gota de aceite. Y discutieron sobre mi futuro.
-Oye, tío, colega, flipa, con uno, con uno, no hago nada, nada, tío, pasote,...
-Eu no se, tú puedes faser o que quieras
Entre Cicerón y Séneca mi suerte estaba echada. No pude ni despedirme de la desdichada mesa de mezclas. ¿Qué habrá sido de ella?
Con paso tambaleante por los efectos del exceso etílico, el domingo por la mañana me abandonaron a la intemperie junto a un contenedor de basura.
-Colega, tronco, igual no se, pasadón a alguien le da por pillarlo, tope, tope.
-Sta bem.
Había llegado mi fin. Imaginé que ahora vería pasar toda mi discografía como en un videoclip. Aquel single de Mirinda. Uno de Serrat. Otro de Serrat. Otro más. Esto empieza a ponerse pesado... ¡Fiebre del Sábado Noche! Golpes Bajos. ... de todo. Alguien hablaba de mi.
-Oye, que ahí hay un tocadiscos
-Oye, que ahí hay un tocadiscos
-¿Un tocadiscos? -detecté un cierto entusiasmo en aquella voz.
-Si, mira. Y tiene buena pinta
-Pues...oye, muy buena marca. Este lo cojo -aquello era un milagro. Una nueva oportunidad
Fueron hablando de probarme, de adaptarme a una cadena que era una pariente lejana compacta y robusta, y que funcionaba de perlas. Le brillaba la voz cuando decía que podría poner sus viejos discos. Preferí no hacerme ilusiones, despues de lo del mostrenco aquel de mi antigua vivienda, pero en cuanto entramos descubrí que aquel lugar parecía bastante agradable.
Me dejaron en una mesa, me limpiaron con cuidado, comprobaron mis conexiones y me conectaron a la cadena. Ahora me tocaba a mi. Tenía que darlo todo. Y lo hice.
Y parece que les gusté.
Ahora vivo con un par de discos de Syd Barret, de clásicos del jazz, un maxi de los Stone Roses y un doble en directo de Los Pachos con Mariachi. Y he conocido a una estantería, de vida un tanto disoluta, pero que ahora ha sentado la cabeza y que es mi reposo y mi alegría. Y ahora termino, por no cansar, y me voy con la música a otra parte.
23 comentarios:
Vaya entrada pianista.
Me descubro ante tu talento.
Por cierto, ¿¿¿has hablado de contenedores???
A mí me encanta pasear el día de los trastos para ver qué deja la gente. A veces hay cosas muy, muy interesantes. Alguien me dijo una vez que tenía espíritu de homeless (¿se escribe así?)
Bueno, brindo por tu tocata y larga vida a los vinilos.
Qué historia más bonita ...
Yo no he tenido nunca tocadiscos, pero es verdad que valoramos muy poco los aparatos que nos han servido con esmero.
Los más jóvenes ni saben que es eso ni el pulso que había que tener al bajar la aguja, ni el agradable sonido "frito" de los discos, ni el truco de ponerle un duro a la cabeza de la aguja para que no saltase cuando eran discos rayados...
Que viejo me hace todo esto.
Mi tocata, (que está prejubilado) pero sigue en casa como un miembro admirado por su trabajo, solo actua dos o tres veces al año, en reuniones de amigos, copas, etc.
(Y el CD lleva el mismo camino) Desde el Ipod, nada es igual.
Malos tiempos para la lírica..
Macho ¿tu duermes por las noches? porque esto no se saca así como así. Tienes una mente privilegiada.
Cuando quieras venir aquí tienes un sitio y por bares no te preocupes, es donde más hay por metro cuadrado del mundo.
el primero en faltar al respeto eres TU a los toros
y no tiene ninguna gracia
Uf, entraba por aqui a cotillear atraida por tu seudónimo y mira lo que me encuentro..... con la boca abierta me has dejado... no recuerdo ni cómo llegué hasta aquí.
Un post increíble, así da gusto ir por ahí cotilleando.
:)
¡¡Ostras con el de los toros!! ¿Pero por qué se empeña en juntar a nuestro equipo del Tur con sus asuntos? Y con lo genial que es tu entrada de hoy... nada, tenía que venir a ponerse recurrente...
Debería aprender a disfrutar de las cosas buenas de la vida y a hablar de lo que le molesta con más tino. No tiene objeto mezclar velocidad y tocino...
En fin, todos nos merecemos una segunda oportunidad; también el AIWA.
PD: veo que tenemos un vecino anónimo, pesadete y monotemático.
Jo, Dulcinea, cómo sois los jipis manchegos...
Lucía, no desesperes. Tú estate atenta al contenedor por si salta la liebre. O el tocata. Me gusta tu foto.
Pues si, FuturoBloguero. Aunque el cricri auqel de chistorra frita que decía Marta nadie lo ha igualado. Oye, es que es hablarte y salir la comida por todas partes, jolín!!!
Jaja, MiblogAngel, es que en Pamplona me introdujeron un chip antisueño, taurino y un poco acidote. Desde entonces escribo para blogs incluso antes e que existiesen, Así tengo la neurona, pegando saltos todo el día... Nos vemos en los bares, eso te lo garantizo!!
Wen, se te da la bienvenida. Gusta que guste. Espero que repitas y que yo pueda mantener el nivel.
Oye, Marta, ¿y si montamos un encierro ciclista? Yo te aseguro que bata el récord de la hora pero es que sin pensarlo.
Jaja, Néstor, pues si, lo que pasa es que la oportunidad, cuando nos la dan, nos la hemos de ganar. De los que dices, mi tocata se la ha ganado con creces.
Dale, Pianista: y un Tur taurino pa'completar.
Y el tocata (con chistorra) para poner la musicota al entregar el trofeo...
Oye, Martea esto lo patentamos y nos forramos. Néstor, si estas ahím naifiéstate y ve preparándonos los papeles,que de esta nos teriramos en las Bahamas (pero no en la playa) todos.
y cuando yo decía que me gustaba el "crshhhh" de la chistorra en el tocata la gente me decía que estaba loca.
Veo que no era la única...
Pianista, acabo de publicar una entrada dedicada a ti. Y veo que no soy el único que disfruta con la chistorra...
Hola Nostálgicosanónimos. En otra circunstancia te diría que es una chorizada eso que comentas, pero el ruidico del tocata nos transporta a la memoria hermosa.
FuturoBloguero, me honras. Bueno, no se si me honras o no, Ahora mismo te leo, y como te hayas pasado, te pongo a régimen de inmediato. Por cierto, das fatas los recados a la RubiaAzabache, que lo sepas, majete.
Vaya, del tocata a la chistorra.
!Estais como cabras! Y luego soy yo la aficionada a los cubatas, que por cierto, no pruebo.
Bueno, venga, un encierro con bicis. Pero, ¿quién hace de toro?
Se me ocurre cruzar una avenida grande pero en sentido trasversal, y haciendo relevos. Así cortamos la circulación de peatones y coches a la vez.
Insisto en el maillot pistacho.
Cobardes.
Buf! ya iba a salir corriendo a ver donde estaba el pobre tocata :)
Al menos esta con Syd Barret :) menos mal!
Besos
A ver Dulcinea, que ya ves doble!!! las chistorra aquí, las bicicletadas en lo de al lado, O es un experimento de transversalidad interblogueada para intentar volverme loco y capitanear mi bajel piratón?
O sea, Belén, que eres el brasileño gordinflón??? Acaba de caer un mito, que lo sepas. Jaja, Con un disco de Syd Barret, que si no estaría el pobre, en el cielo de los tocatas.
La rubia consorte está de fiesta de fin de rodaje. Supongo que cuando sea persona de nuevo, (o sea, mañana por la tarde) ya liberada de su duro horario, podrá dedicarse más a leer blogs amigos y afines, y dejará sus ácidos comentarios en todas partes.
Lo de repartir flores, que decías en los comentarios de la entrada anterior, no la veo yo muy por la labor.
Ahora que todo es ponerse.
Vamos a ver, hay cosas que no me cuadran de la idea de Marta -"un Tur taurino pa'completar"-: ¿los toros van en bici, la gente va en bici, es la gente en bici la que hace de toro? ¿Voy buscando un puerto de montaña o un pueblo con callejuelas estrechas y resbaladizas?
Yo me pongo a mover papeles, pero necesito unas ideas un poco más claras... Además habría que patentar la idea.
PD: Dulcinea, me niego a llevar un maillot pistacho. O lleva los colores de la bandera de Jamaica o no me muevo.
Jo, Néstor, pues ahora me entra la duda... Como el Pianista habló de un "encierro ciclista", me pareció que quedaría muy "redondo" con el Tur taurino...
Todo es ponerse y discutirlo sobre la mesa.
Y lo del "maillot"... Lo siento pero yo estoy con Dulcinea: que se trata de que flipen los gabachos y de dejar la firma del equipo. Aunque lo de la bandera de Jamaica tampoco está nada mal...
No Marta, no cedamos con el abogado jamaicano.
Que Néstor se vista de pistacho como los demás, que por cierto no se pronuncian.
Imagína un letrado vestido de pistacho y en calzón corto, en la comisaría, intentando rescatarnos. Ya le veo en Paris Match.
Néstor: comprensión lectora. Tur taurino es en vez de corredores, ciclistas. Y los toros, pues toros.
A ver, desordenados, que me tenéis loco con lo de comentarme las cosas ciclistas en el día que no toca!!!
Bueno FuturoBloguero, en lugar de flores nos puede dra gamgas. Ay, igual ya te dije esto en otro sitio, ¿no? Me tenéis la cabeza loca.
Néstor, vale lo de las aclaraciones, pero no te olvides las notas encima del tocadiscos. Anda que no sabeis los picapleitos de liar a los pobres testiguillos... La conexión manchega me da mucho miedo.
Dulcinea estoy viendo a Néstor disfrazado de daltónico sin espejo en una comisaría de duponts. Vaya mala uva manchega: hago bien en temeros, pero sigo sin entender qué tiene que ver con el tocata.
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