viernes, 14 de noviembre de 2008
Kristallnacht
La noche de cristal, quiere decir.
Suena hermoso, una noche transparente, hermosa, frágil y también fría y hasta cortante cuando se quiebra.
Hace unos días se conmemoraba el aniversario de esa noche. Supongo que os sonará.
So pretexto del asesinato de un diplomático alemán en Francia, según se dijo, por un judío, se desató por Alemania una noche de sangre y fuego en la que fueron asaltados comercios regentados por judíos y se profanaron no pocas sinagogas.
Joseph Goebbels, el ministro de la Propaganda, el control de la comunicación, las ideas, las mentes, arengó a las masas en Munich con un discurso incenciario propio de su estilo que se transformó en piedras y fuego contra los escaparates y las personas. Algo habrán hecho. Son inferiores. Nos intentan quitar lo nuestro. Es lo de siempre.
Se cuenta que se arrasaron unos 7.500 comercios. Se asaltaron más de 1.200 sinagogas. Unos cien judíos fueron asesinados. Unos 30.000 fueron detenidos y encarcelados en campos de concentración, en lo que sería el primer paso en la senda de la matanza de más de seis millones de personas que produjo el régimen nazi alemán.
Supongo que es normal preguntarse cómo el país más próspero, más culto, más avanzado y más rico de su momento pudo lanzarse por esa pendiente. Pues creyéndose un pueblo superior, eliminando su dignidad personal en aras de la fuerza de la patria -el poder de la voluntad, que filmó Riefenstal- y cerrando los ojos a las cosas que pasaban. El control de la información.
Estamos curados. Me pregunto.
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9 comentarios:
No, no lo estamos. Te recomiendo dos libros: "Yo no" de Joachim Fest y "La conjura contra América" de Philip Roth. Si fue posible en aquella Alemania, es posible en casi cualquier sitio.
¡Que vamos a estar curados!
Parece ser qué no aprendemos de nuestro errores.
Te cuento pero que conste que conozco alemanes que son una gente estupenda
Hace unos años cuando mi familia vivía en Alemania cerca de Colonia unos compañeros de clase de mi hermano Jacobo le persiguieron con una navaja hasta casa, ya que pensaron que llamándose Jacobo era Judío.
Allí no aprende de su historia y aquí no aprendemos de la nuestra es un mal más de la sociedad en la que vivimos, parece que queremos que la historia se repita.
Qué bueno es Fest, Néstor. He leído cosas de él y tengo referencias del que dices. No se si el de Roth es la ucronía esa que escribi´ço hace un par de años. Si fue posible allí, en cualquier parte, si.
Si es quee so es lo tremendo Myriam, que son buena gente, culta y estupenda. Como todos, en realidad. Pero luego la liamos. Es lo que dices al final: no aprendemos y cerramos ojos mientras pasan los trenes camino de Auswitchz.
Si estuviéramos curados, las cosas serían de otra manera. Pero entre la mala, hay muy buena madera. Eso es lo que nos salva y sobre todo, lo que nos salvará.
Jo, Marta, a veces cuesta ver hasta los palillos. Pero te tomo la palabra.
Los palillos son finos y pequeñitos y se pierden entre lo grande, se esconden, se escurren. Pero son muchos y aunque pasen desapercibidos, pinchan desde dentro. Ésa es la estrategia. Creo (espero).
Si estuvieramos curados, los naZionalismos no tendrían escaño parlamentario.
Hoy unos futbolistas vascos reclamaban poder jugar como selección de Euskalerría. ¿Se significan con la misma vehemencia cuando hay un atentado? Me da que están de paseo en sus descapotables.
También lo consiguieron leyendo lo que no tenían que leer.
Esperamos, Marta, si. No es nada mala, dicho sea de paso.
De eso otro día, Dulci. Peste de furbo.
Altea, lo he leído. Muy bien pensado. Aunque también es verdad que hay quien lee cosas de esas y se asusta, aprende, se onmueve. Pero no hace barrabasadas.
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